Claro, ¡Cuanto más iban a esperar! ¡Cuántos soldados engordando y perdiendo su potencial en el estrés de los cuarteles!
Finalmente, la propia ONU se ha puesto a golpear desesperadamente la campana de
largada: Señores y señoras, para todos ustedes, comienza formalmente la Tercera
Guerra Mundial (“ya veremos luego cómo los hechos vayan encajando en las
definiciones”)…
Y así, como de la nada, se abre una nueva posibilidad, un premio latente para darle color y emoción al juego, un teatro movidito y caliente donde apostar las fichas con comodidad: como la geometría indica, tres puntos conforman un plano, y en estas tres guerras modernas, francas y bien definidas que se desarrollan en Yemen, Siria-Irak y Ucrania, podemos ver claramente un plano de conflictividad creciente.
Es en este territorio -que se intercambia y retroalimenta de vértice a vértice, sin dejar de atraer recursos y jugadores hacia su efervescente punto medio- donde con un golpe de mano se puede conseguir cualquier figurita difícil como; pozos de gas y petróleo, aviones(sanos o estallados), refinerías, camionetas, ametralladoras, lanzagranadas o tanques al por mayor.
En la práctica, es un corredor aéreo donde se
reparten(redistribuyen) balas, misiles, combatientes y aviones, dependiendo de
la intensidad de las batallas, pero que se está acelerando cada vez más,
mientras amplía y prepara el terreno alrededor: el horror, la resignación a la
violencia, la certeza de la guerra a fuerza de atentados.
El flujo interminable de nuevos bombardeos, el avance de los campos minados, de sangrientos combates, supera de a ratos la logística de los materiales(logística disimulada de -hipócritas- tiempos de paz) por lo que no termina de arrancar con todas sus posibilidades a la vez, aunque sabemos que una vez que se logre el consenso de guerra, ningún recurso será escatimado, ninguna provocación dejada de escalar, y no habrá ya dilaciones hasta la conquista neta y final:
En el estado del mundo actual, con recursos dispersos y escasos, con las mas ostentosas y opulentas naciones acorraladas por impagables deudas y un andamiaje financiero que se desmorona aceleradamente(cayéndose a pedazos frente a nuestros ojos a pesar del barniz de la propaganda) solo puede haber un ganador, y este se perfilara desde alguno de los bloques que se miran fijamente.
Detrás de cada mentira se encuentra una
estrategia, detrás de cada refrenamiento la construcción de una venganza, y
detrás de la tolerancia a cada operación de prensa ajena un desinterés cada vez
más grande por el mundo de los otros.
Pero hasta donde será necesaria la careta de
la diplomacia, las “leyes de la guerra” y el respeto hacia los países que
quisieran quedarse al margen o pasar el conflicto y la muerte de los otros al
mismo tiempo que su paz, nadie lo sabe, pero ya falta muy poco para enterarnos,
aunque es infantil y casi cómico pretender que alguien en todo el planeta puede
quedar al margen de esta búsqueda del tesoro global.
Sin necesidad de enterar a nadie, han radiografiado y cuadriculado un mapa donde el mundo se divide entre recursos propios y zonas de conquista, y nada puede ser ocultado o dejado al azar en una maraña de ojos que pasan de la oruga al rojo vivo de un tanque de guerra al espiral sin fin que escupe trigo en una trilladora seis o doce mil kilómetros más acá.
Todo será contemplado como medio o como fin, se acabo la era de los tabúes, del respeto hacia los países centrales, del derecho internacional, de perdonar a los amantes de la paz… ahora solo nos queda ganar o perder, invadir o ceder, y elegir o ser elegidos como blanco, que en estos tiempos todo es bueno si sirve, y todo sirve si es bueno.
Ya no quedan ideales, sólo metas, y los derechos van por el mismo camino que el santificado progreso: en este capítulo, manda descaradamente el dinero, y a nadie le preocupa ocultarlo. Ahora pagaremos como pichones al plato haber creído que los poderosos alguna vez combatirían lucrativos negocios mundiales y millonarios como el tráfico de especies, de personas, de armas, o de drogas
¡Cuando lo único que definen son porcentajes, territorios, usufructos y gerencias! Ahora veremos el premio de haber derrotado todo conocimiento a favor de la idiotizante penetración cultural, el habernos convertido en indiferentes maquinas de generar basura, de delegar decisiones, de consumir diversión improductiva, masificada.
Ahora nos llega la devolución a nuestra pretendida
compasión neutral hacia los asesinados por los ejércitos que defienden a las
corporaciones, en un mundo al que le exigimos más y más recursos a nuestra
inmediata disposición: pagaremos nuestra ambición humana al dejarnos engañar
tan sombríamente.
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