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Mostrando entradas de junio, 2013

Ser en sociedad

  ¿Individualidad? ¿A qué se estarán refiriendo?     Nos acostumbramos a ser funcionales de tal manera que ya defendemos nuestra funcionalidad.      Caminamos como un ejército de portaestandartes en una película sobre antiguos señores de la guerra chinos.     Corremos desesperados para llegar a tiempo al desfile, pero sin preocuparnos mayormente de mirar la bandera que enarbolamos, tal vez fue cambiada en el camino.     Pero nos entregan una bandera y nos dicen que corramos ciegamente, y después nos entregan a nosotros mismos con bandera y todo como ofrendas al aparato voraz de consumo que nunca llega a tener la panza llena.     Y corremos, porque para eso está la escuela, el ejército, la oficina, el hospital, el banco, la universidad y todo lo demás, para enseñarnos a correr sin proponer un sentido. Para eso nacimos.    Y como herramienta nos legaron el individualismo más competitivo, el egoísmo insano, el placer de correr con la mejor carta en el bolsillo mientras los demás ven c

¿Globalización? ¿Qué globalización? ¡...Si yo vivo en mi casa!

    No es que estén matando a los indios, nos están matando a todos.  No, me estoy expresando mal: no es que estén matando solamente a los indios, eso quise decir.  La modernidad avanza, el siglo xxi que parecía tan lejano cayó como un mazazo y todavía no vivimos en la luna.    No vivimos ni en nuestra casa, corriendo del trabajo al supermercado, y de ahí a pagar los impuestos (los que tienen suerte).    O caminando y caminando la calle sin calma y sin pausa los que se dedican a explotar las fuentes informales de recursos que brinda la gran bolsa de consorcio que descarta cada día el sistema.     Igualmente casi todos los vendedores de drogas y baratijas sueñan con comprarse el departamento, y los cirujas con un auto nuevo y olvidar el carro y los caballos para siempre.     Y así más o menos todos, el Síndrome Rockefeller nos empuja a obviar lo obvio del sinsentido de nuestro trajín, aumentando nuestra tolerancia al desastre total si podemos avanzar un peso más en nuestras billeter

Futbol, sociedad, gobierno...

      Cuando vivía en La Plata, en la ciudad de La Plata, íbamos con Walter a la cancha, a disfrutar de la fiesta que significa ser sepultado por una lluvia de papelitos, la efervescencia de las banderas, la hermandad del canto y la tribu, y una pelota escapando desesperada de amigos y enemigos.     El futbol profesional hoy en día dista mucho de ser un deporte, es más bien un negocio perverso, pero el resto estaba bien, y no faltábamos a ningún partido, si podíamos ir.  Él era de Boca y yo de River, así que un día tomamos la decisión equitativa de renegar de nuestros antiguos clubes y seguir a Gimnasia adonde fuera.   Para mí era también un acto de justicia porque mi tío nos había convencido a casi todos los primos que los de Boca mataban bebes, entre una larga lista de otras atrocidades, lo que a nuestra corta edad, nos hizo elegir solidariamente su mismo cuadro.     Con la misma cara afirmaba también, entre otra sarta de mentiras, tratando de fijarlo en nuestras cabecitas inocen

Una vida más

      Escuchaba una canción, de Gustavo Cerati, un músico hoy postrado, inútilmente (¿lo mantendrán vivo por cien años si sigue generando dinero su situación?), por el estrés y los excesos: la ciudad de la furia.    Alcancé a vislumbrar el amor, la entrega de su poesía despiadada, al escucharla cantada por una persona que había compartido sus días con el músico, y que sin embargo hoy en día no tiene más nada que perder, ni cuentas que rendirle a nadie.     Vive en la calle, alcoholizado, pero vivo, con sus huesos tirados en el pasto o las baldosas en vez de una cama de hospital, y comparte lo que tiene con la gente de la calle, porque “lo que está en la calle es de la calle” aunque no con cualquiera.     Lo he visto echar de su lado a gurisitos descalzos, por robarle rastreramente la frazada, y también gritarle su indignación a una madre que le tiraba del pelo a su hijita de cinco años.   Peleó en Malvinas y fue herido, paso dos años en la isla soledad, prisionero de guerra, y

¡Feliz día del periodista! ...Ah ¿No era hoy?

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      ¿Información? ¿Para qué?    ¡Miremos Madagascar VII antes que en el cine!   …No es que no tengamos tiempo, es que no tenemos ganas.  La información está igual de disponible, por los mismos canales, y a la misma distancia de siempre, desde siempre, pero es tan trabajoso ponerse a contemplarla y valorarla, catalogarla, que ya nadie se pone en tales trabajos.      El estrés, la complejidad de los caminos para llegar a comprar a tiempo la comida, imponen una batalla perdida, donde todo el frente se termina definiendo en una necesidad: información, buena información es la que llega hasta mí.     Claro que también debe ser posible acceder a ella sin moverme del sillón de la compu.     Y si viene digerida, criticada, catalogada, condensada, globalizada, extrapolada, sintetizada, valorada, sistematizada, elegida, etc., etc., etc., mejor que mejor “información” pues así no interfiere con los canales dedicados a otras cuestiones más importantes.     La buena información no roba tiempo

Basura, respeto, revolución.

      Iba un tipo caminando por la calle, seguramente condenado al ajetreo diario de pelear sin descanso apenas para sobrevivir: sin tiempo de comer, llevaba un sanguche de jamón y queso en una mano, mientras con la otra esparcía el contenido del sobrecito de mayonesa en su interior.      Acto seguido abría su boca para darle el primer mordisco, y todo eso sin dejar de caminar,  digno, conforme a pesar de todo, ganándose su pan con esfuerzo.     No fue eso lo que me sorprendió, pues a veces hay que acostumbrarse a comer y dormir caminando, sino el gesto de tirar el sobre vacío al piso, con la misma atención que si lo estuviera embocando en un tacho de basura imaginario.     El gesto no era como he visto tirar desde los autos de lujo los paquetes, para mantener limpio el interior, o las personas apuradas dejando caer los envoltorios como hojas secas, mientras caminan a sus casas enceradas y libres hasta de telarañas.     No fue de ninguna manera un gesto inconsciente, automático, sino

Hijos del planeta

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  El mundo se mueve a base de energía, cada vez que comemos un plato de fideos, estamos pagando por el innumerable y diverso encadenamiento de procesos que convierten a una espiga de trigo en un iluminado paquete, crujiente barato y atractivo que podemos pagar en cuotas.     Aparentemente esto es más barato pero nos hace totalmente dependientes de los hidrocarburos, además de ocultar los enormes costos sociales y ambientales de la industria en sí misma, hoy en día más irresponsable y cínica que nunca.   Desocupación, miseria, contaminación, exclusión, expulsión y exterminio de comunidades enteras, concentración económica, guerra, control social y espionaje, esclavitud, disgregación familiar y social, dependencia, colonialismo, destrucción del individuo, uniformidad…      El costo que no queremos asumir como propio es tan grande que no se puede siquiera vislumbrar en su conjunto, pues afecta a cada una de las facetas de nuestra vida.     Repartimos esa responsabilidad en cada paquet

Condicionamiento: un millón de balazos, un solo cementerio, y todos los gusanos que alcancen

      Hay gente que se dedicó a construir el mundo que conocemos durante 20, 30, 40, o cincuenta años… hasta que un día mira un video o escucha una noticia, o es afectada por los acontecimientos de una forma tan inusual que no tiene respuestas, que no puede mantener siquiera su permanencia como detentadores del permiso  para que suceda de esa manera.   No hablemos de resolverlo, sino de que un día se dan cuenta que el piso no es el que se mueve sino que nunca existió, era una trampa, solo estaban siendo engordados para ser digeridos por las grandes fauces del sistema, y están al borde de la extinción, en todos los sentidos.    Entonces se plantean sobrevivir, cambiar el mundo, y pretenden hacerlo con el mismo tipo de pensamiento con que lo degradaron… entonces lo primero que hacen es buscar una “institución” con la etiqueta “cambiar el mundo” donde poder integrarse de alguna manera, sin darse cuenta que jamás van a cambiar nada mientras sigan observando con sus viejos ojos, con sus

Hoy llore de amor

   A veces miro a mi alrededor la tierra fresca, a veces miro las hierbas crecer, los árboles de pie, y después de tanta destrucción, de haber llorado en silencio sobre las cenizas tantas veces, apretando los dientes, ignorando mis propias lágrimas, mi propio dolor...   A veces recuerdo haber sangrado hasta caer pisoteado solo para decir que luche en vez de entregarme...   A veces me pasa que volver a empezar me recuerda cada comienzo en el medio de la nada, mientras mi casa todavía humeaba arrasada por los poderosos que pretenden que solo debe haber un formato del mundo...   ... Y llore... Porque a veces miro a mi alrededor y empiezo a pensar que algo realmente de lo que hacía cada día, cada año de mi vida en otra dirección, en medio de la incomprensión, el prejuicio fácil incomprobado y el descredito, tenía realmente un sentido.      Porque a veces me pasa que cansado sigo poniendo el cuerpo en marcha para sembrar y construir, para armar y arrancar y para eso no como dos días de

Como una flecha (Poesías)

    Aire alrededor   No está en el texto, la poesía No está en la letra, el color. No es mirando pájaros Como se aprende a volar ¡Ni la sed se va con el azul Que dicen tiene la mar! El silencio es un texto… De palabras aterrizando En un lugar escondido Donde preferimos callar.   Un día antes de morir   Voy a pensar al margen de la estadística Voy a despertarme como si no existiera la noticia Caminar como si no hubiera asfalto Ni edificios, semáforos, supermercados. Voy a vivir como si no existieran las escuelas Y perder el tiempo como si no estuviera el reloj   Sistemática mente   Botas pateando puertas Desguazando miseria De cortinas rotas y bisagras oxidadas Ahora mismo, y yo acá mirando. Sangre corriendo quieta Mangueras listas apuntando Para lavar a blanco ala Noticieros armados 3, 2,1 ¡Aire! Munición para la victoria. ¿Cuántos niños más hay hoy Revisando la basura? Buscando juguetes Pateando vidrios rotos