Carrera de cascaras
Como una postal comprada en el puesto central de la feria, esa que nos muestra el mar calmo, el sol tibio, la gente feliz… así pasan algunas personas caminando, como si no fueran más que cascaras…postaleando su fachada en un mundo que colecciona imágenes perfectas, solo para archivarlas y motivar a los demás a dejar de ser… Pero no importa, en algún lugar olvidado del tiempo quedo colgada la individualidad, para ser olvidada, para pertenecer al tibio estándar aprobado por el consenso mayoritario de los temerosos, de los obedientes, de los ambiciosamente predecibles “pares” en la ficción de sobresalir siendo igual a todos. Pero no importa, cuando elegimos diseñarnos según la mirada ajena, queda clausurada la propia, y ya no la extrañamos, ni se pretende comprobar que existe, solo aparentamos y representamos, para parecer felices, para que aparenten creernos, como nosotros aparentamos creer en la máscara de los demás, hasta que cada paso se da en el lugar y de la manera co