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Mostrando entradas de enero, 2016

Estandarizados

       Si, claro, si, pero no.     No cuenten conmigo para alimentar la legitimidad de la hegemonía absoluta por la propia, incesante repetición de un formato entronizado como “bueno” un resultado pregonado como  deseable, unas metas definidas como óptimas según la pirámide de poder social.     Esta asigna labores y preocupaciones, deseos y pertenencias, impulsos y posibilidades sociales a cada persona, a cada aspecto de su vida, a cada minuto de su conveniencia obligada por lo dinámico inexorable, perverso y apremiante de la situación de lucha y competencia caníbal en la que está inmersa.     ¿Es que existe la vida más allá de nuestro estándar de consumidores de categoría x?  Podría decirse que si pero nos es imposible siquiera definir un espacio de ese tipo, un no lugar para el que no fuimos programados, el de seres humanos conscientes.   Calma, eso no está en nuestros planes, no tenemos tiempo de pensar ¿para qué están las escalas y parámetros, los valores burgueses y católicos?

Medios vs Personas, una guerra perdida por desinteres...

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   Estamos acorralados por la realidad.    Nos rodea, nos cerca, nos persigue cuando cerramos la puerta, al caminar por la vereda, al ir a trabajar y al sentarnos a la mesa al mediodía…    Eso nos asusta, nos confunde y nos genera una ansiedad que fácilmente se convierte en indignación, odio, frustración, malicia y decadencia, ya que no podemos escapar de una cárcel que no tiene barrotes sino horizontes, que en vez de asegurados pasillos nos presenta panoramas infinitos, confusos, cambiantes, que requieren de toda nuestra templanza, nuestro poder de interpretación y discernimiento para separar lo evidente de lo insinuado, lo real de lo fabulado…   Pero no queremos noticias de verdad, ni perder el tiempo en ninguna reflexión, sino capítulos de un reality que podamos sentarnos a mirar con una neutralidad tal que sin despegar el culo de la silla apostemos por uno y después por otro, no queremos verdades sino morbo en forma de fabulas que no nos interesa comprobar, ya que hemos dividido