Cambiando de bando
Es difícil, es peligroso e ingenuo hoy en día pretender que accedemos a la realidad, desde la comodidad de nuestra casa, solo con encender una pantalla y un par de controles…imagen y sonido nos envuelven como pulpos, eficaces herramientas corporativas de la última trinchera social donde la humanidad se suicida alegre y voluntariamente. Pero claro, nos gusta, el despliegue de color cuando transitamos el otoño, el show de cuerpos bien torneados que enmarca nuestra soledad, el humor ácido y sarcástico que nos venga de las humillaciones diarias que hemos aprendido a soportar. Disfrutamos las morbosas noticias del planeta que nos ponen casi felices de sobrevivir a duras penas en vez de estallar al compás de los bombardeos, terremotos, inundaciones y demás catástrofes “naturales” que, curiosamente, siempre pasan en otro lado… Somos felices consumiendo malas noticias y biografías de los peores asesinos con los que nos podemos comparar para ser “buena gente”…y claro, tambi