¡Gurisitos!
Salí a comprar tomates a las once de la noche, y en la cuadra estaban las mujeres en el medio de la calle, mirando para la avenida. Pasándoles por al lado, les pregunto: _¿Todo bien? Porque ya sé que significan estas tribunas, aunque la calle se veía despejada. _¡Todo bien! Me responden sin ganas. Y sigo mi camino sin preguntar más nada, aunque elongando mis brazos por las dudas y tratando de divisar que es lo que estaba pasando…que clase de bronca… unos pasos más y en la esquina de la carretera se vislumbraban algunos muchachos, en el trayecto por donde yo tenía que pasar. Sigo de largo respondiendo el saludo a los gurises del barrio, que estaban reunidos en la esquina de la virgen, en número de doce o quince, llego a la vista del almacén cerrado y me dicen “capaz aquel otro está abierto” con lo que encaro cruzando la calle y media cuadra. Llego, silbo y llamo, gastando un minuto exacto contra los barrotes antes que la señora se digne salir a atender, pero tampoco