Cambiar
Punto uno: queremos cambiar el mundo. ¡Muy bien, 10! Estamos todos de acuerdo. Punto dos: ¿De qué carajos estamos hablando? ¿Se supone que vamos a cambiar algo con palabras y carteles…? Bueno, decididamente: no. Aunque sea loable el cambio de actitud, no cuenta más allá de las redes sociales, del comentario de ronda, de la masturbación ecologista. Punto tres: saltemos sin red. El abismo somos nosotros. No es el planeta lo que está en peligro, nos engañan… somos nosotros ¿Pero que somos? ¿Somos seres vivos, seres humanos, seres consientes acaso? La tentación a decir que no, es grande, si nos fijamos en la forma en que vivimos, en como consumimos este planeta. ¿Y para qué? ¿Para vivir mejor? No. No estamos ni siquiera comprando bienestar, solo convirtiendo recursos naturales en monetarios, a costa de nuestra debilidad inducida, de nuestra total, absoluta, absurda, dependencia total. Mal tiempo, decimos, y corremos bajo las chapas de zinc, m