Fanáticos de ayer y hoy...
Una profunda y pasajera tristeza, por el espíritu humano, y luego a seguir como si no pasara nada… Miro el tremendo despliegue policial: seres humanos, enfundados en un traje azul, botas y chaleco en una fila de cinco, aferrando un palo, un pedazo de madera dura y recia cuyo único fin practico y definido es ser estrellado con toda su fuerza contra el cuerpo y la cabeza de otros seres humanos, a un lado, claro, una pistola del calibre 9 milímetros, fabricada para atravesar con un proyectil incandescente a un cuerpo humano a más de trescientos metros por segundo. Miro a otro lado y veo otro grupo acorazado y con escopetas… ¡¡¡¿¿ametralladoras??!!! Mi cuerpo tiene un escalofrió pero yo sigo… es increíble que toleremos esta forma de vida, este condicionamiento total, absoluto y absurdo, esta coerción infinita en todos los órdenes de la vida… A la que justificamos con nuestra violencia y nuestra incapacidad de convivir. Hasta donde me da la vista solo veo grupos de policí