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Mostrando entradas de febrero, 2014

Mundoestómago revuelto

        Revueltas, revoluciones, destrozos, saqueos, paros, reuniones, fiestas, incendios, barricadas, asaltos a mano armada, bloopers, cámaras ocultas, San Valentín, Santa Claus, Santa Teresa, Francisco y Maradona…   Hemos arribado al final de una larga marcha hacia la estupidez.  Hoy en día ni siquiera hacen falta grandes campañas mediáticas, a nadie le importan, a nadie le hace falta mirar más allá de su plato de comida, y evaluar un segundo hacia adelante, porque tenemos que levantarnos rápido sin pensar en quien junta la mesa para ir a ver el show donde todos se masacran sin sentido.    Y todo  para que el emperador del mundo levante o baje el pulgar al fin y podamos aplaudir y sumarnos a él en una parodia de autodeterminación como seres humanos…   El fascismo y sus huestes, tiran sus redes alrededor del mundo en una nueva avanzada sobre la racionalidad, hoy sus armas son en apariencia más austeras que nunca, parecieran no ser más que espectadores de un mundo que se define

Descaracterizacion humana (la nueva permacultura)

    Cuando el salto hacia la conciencia pretende darse desde la teoría, por fuerza, termina negando (y anegando) a la práctica… es tan triste como evidente, tan transparente como ilógico, pero para una humanidad acostumbrada a alimentar la farsa consumista de cada día, solo es una faceta colorida de lo mismo de siempre…   Día a día vemos a desesperadas amas de casa agobiadas por sus tareas, infectadas por el vacío total de intereses propios, embarcarse en cursos de meditación y yoga, como si fueran las nuevas pastillas que pudieran curar su encierro mental.     Por un momento lo logran, integrándose en un mundo que las excluye de mil maneras distintas, en función de haber agotado en sí mismas, cada uno de los atributos de los que se les pretendió hacer abuso hasta el hartazgo.     Día tras día en los grandes bancos se abre otra cuenta para captar los depósitos de los ilusos, que han sido acostumbrados a delegar soluciones, que pasan del espanto por las malas intenciones de los capa

Un día no es igual...

       Un día abrimos los ojos, un día, otro día.     Despertamos en la misma cama de siempre, pero el mundo parece no reconocernos.     Un día entre nuestros otros miles de días, es distinto y nos cambia para siempre, nos aleja de lo conocido, nos enajena de nuestra percepción y nos deja rebotando entre incertidumbres que, a pesar de ser desconocidas, tienen un sabor a hogar lejano, a patria humana olvidada.     Demoramos en despegarnos de la cama, mirando un cielorraso que parece sobreimpreso al mundo, irreal, como todo lo demás, tememos despertar del todo, tememos estar viviendo un sueño, tememos perder una visión cómoda de la realidad que nos circunda, fantasmagórica ahora, como imágenes después de un bombardeo, con edificios aun cayéndose entre la bruma y el polvo, iluminados por la luz imponente y frenética de los incendios.   ¿Cuál es el sentido de tanta trampa social? No existe, es evidente, pero lo encontraremos: como el niño que busca la mano de su madre perdido en la m