Niños en el parque
Voy con mi hijo al parque, uno de los pocos lugares donde todavía se pueden expresar los niños a través de sus propios infantiles pensamientos, de sus propios pequeños cuerpos y pequeñas posibilidades. Un lugar donde a pesar de todo el andamiaje tecnológico y químico del mundo todavía pueden poner en marcha sus pequeños proyectos de niños en crecimiento: jugar, trepar, saltar, correr, gritar, observar… Reconocerse como iguales y hacerse amigos en un segundo, aunque no vuelvan a verse tal vez, compartir el espacio, los juguetes, los juegos, la intención simple de ser felices con poco, con nada… Como en un documental, mamá, papá, otros adultos responsables, levantan la cabeza cada tanto, buscan, identifican, vuelven a su posición expectante… De vez en cuando, raramente, deciden intervenir para resolver algún pequeño problema. Claro que, aunque no hay pantallas gigantes, el cerco de la modernidad se extiende de alguna manera sobre todo, con puestos de dulces de color