Seguimos jugando...
¡Claro que si! ¡Seguimos jugando a la Pandemia! Porque algún campeonato mundial siempre tiene que haber, que nos proponga la amnesia social y la apatía regulada. Seguimos pretendiendo que hay enfermedades misteriosas y curas milagrosas que salen de la misma bolsa de este morboso y risueño Santa Claus llamado Capitalismo, solo porque no dejamos de escuchar los latigazos con que acelera a los ruinosos renos de su trineo: ONU, OMS, OTAN, OMC, UNICEF, etcétera, los de siempre. Claro, ahora está en riesgo la especie humana -nos dicen- para que entendamos, que una vez mas tenemos que adaptarnos a todo y sobrevivir, extinguir toda crítica y nuestro propio juicio, y someternos sin queja a este abanico de restricciones y arbitrariedades permanentes que, nos lo han dicho toda la vida, pertenecen al campo de la barbarie y las dictaduras, aunque ahora forman parte del entramado fundamental de nuestras supuestas, bellas democracias. Es que es necesario, y además, temporal, y ya va a pas