El futuro que nos espera
En poco más de 200 años, desde que se inventó la máquina de vapor, a través de un uso completamente irresponsable de los recursos, fuimos participes de la mayor devastación planetaria que se recuerde, de la más egoísta y cínica destrucción de nuestro entorno en nombre del pasajero confort. Nada fue irracional, sino al contrario, perfectamente planificado, justificado, diagramado punto por punto, y tampoco vamos a parar por que el cucharon ya este raspando la olla. Hemos sido testigos de fabulosas proezas de la técnica, de la invención de máquinas maravillosas y materiales asombrosos, y todo al alcance de la mano, todas las soluciones para nuestra cotidianidad convertidas en una perilla, un botón, una orden… Y ya que estábamos encerrados en casa, y ahí afuera un mundo inmenso y despoblado pero repleto de riquezas y materias primas, se abrió una ventana mágica con la era digital: Internet. Ahora todo se compra y se vende sin siquiera olerlo. En un interminable