El valor de la educación
Cada gremio, cada corporación, cada grupo de influencia o poder tiene sus propias herramientas, y las usa a discreción. Así dirige su agenda a través de sus fortalezas y no de sus debilidades, así manipula y encausa la opinión para defender sus privilegios y aumentar sus beneficios. En el entramado social, como en la naturaleza: todo es parte, todo compone, nutre, crea, destruye... todo es igualmente importante, único y necesario. No hay más que un enfoque hegemónico, una mirada desde la fresca sombra del poder para decir que el trigo es más fundamental que la ortiga, o que una maestra es más prioritaria que un plomero. En la complejidad del ser humano, del verdadero ser humano tomado como un fin en sí mismo, como un ser viviente y conciente, nada tiene valor si no es un camino hacia la libertad y el autoconocimiento. No tiene valor alguno entonces, la caduca, anticuada, educación formal. A partir de una posición inobjetada por el "stablishment", por el poder monol