07 noviembre

Indefinible (Poesías)

  


¿Qué hago con tu amor?

 

Que hacer con un amor de fuego

Que no se aviva con el viento

Con un amor de agua

Que antes de correr se estanca

Con un amor de aire

Que respira y no despierta

Con un amor de tierra

Que se resiste a tocar el suelo

¿Es necesario habitar una prisión

Porque te dejen las llaves?

¿O caminar al sol pero suelto, sin el peso

De lo que siempre no sucede…?

Quiero quemarme sin remedio

Y volar en contra el viento

Despertarme panza al cielo

Y ahogarme feliz justo antes

De asomar la nariz

A respirar de nuevo.

 

 

Implacable instante

 

Todo es energía, aun cuando…

No queramos aceptarlo, y perdamos

La conexión eterna que nos salva

De un mundo en permanente deconstrucción.

Vivo y muero libre, y no me arrepiento

De perder en el camino todo el lastre

Hasta quedar como un pato de plástico

Flotando en la laguna del destino

Mientras los cazadores certeros apuntan

Y preparan el fuego. No me interesa

Mantener privilegios a costa de castigo,

Para vivir temeroso y frio, mirando atrás

Mientras adelante embarran el camino.

Todo lo que pierdo, todo lo que gano

Y lo que queda en las esquinas del tiempo,

No deja de construir sacando los ladrillos

De esta prisión absurdamente humana

Donde todos se pierden, sin volver a casa.

Pero prefiero siempre cuando sale el sol

O aparece la luna reflejada, en el rocío,

Mantener bien agarrado desde el alma

Un mundo pequeño, intenso y fuerte

Donde todo lo que no sirva salga afuera

Y no prime nada de lo que sobre

Y no falte nada de lo que late sin pausa

En las venas que mi corazón arrasan.

 

 

Ahorrando para los sicarios

 

Solo voy a respetar

Al primer valiente

Que mate todos los poetas

Miserables, que no miran

Alrededor sino que estudian

Paisajes chatos en los libros,

Mientras, escriben confinados

Con sus rimas y estúpida métrica

Anotando desde el diccionario

En su secreta libreta negra

Los adjetivos que duren

Más de cuatro sílabas netas…

…Para, indiferentes, volverse ciegos

A la magia fugaz que los acosa

Desde el inicio mismo del día.

Mientras, un niño descalzo, sucio,

Salta corriendo un charco sin saber

Que existen solo para manchar

La alegría que regala -con su tímida

Melancolía fraguada en rodajas

Al calor de una piel ajada y seca

Que esquiva al sol y al viento-

Mientras él ríe y contagia al universo

 

 

El árbol donde nací de nuevo

 

Me desperté soñando

Que volvía a ser un niño

Y trepaba de nuevo

Al viejo árbol rodeado

Por un rincón del olvido.

Me desperté pensando

En las tardes que gastaba

Encorajado y vivo

Sentado en esa horqueta

Mientras el tiempo volaba.

Me desperté sintiendo

Que la distancia y los años

Como los pájaros

Que en el invierno migran

Se iba en un soplo volando.

Me desperté de noche

Con el corazón aullando

De descansar a tu sombra

Fresca como la brisa

Que entre dos ríos viaja.

Me desperté jugando

Con mi espada de palo

Mientras la música

Que fabrican tus raíces

Incendia al sol en flores.

Me desperté acariciando

En mis sueños la corteza

Que el musgo cobija

Mientras la primavera

De brotes estalla suave.

Me desperté acorralado

Por los deseos de un niño

De querer ser un pájaro

Que solo detenga el vuelo

Para perderse en tus ramas.

Me desperté saboreando

En mi boca seca el fruto

De tu verano intenso

Cuando teñía mis labios

El sabor de un sentimiento.

 

 

Destino y vagabundeo

 

Como un niño que, aburrido, se dispone

A capturar las motas de polvo que flotan…

Como un perro que descansando al sol

Bosteza y cambia de pose para seguir durmiendo

Como un silencio que no molesta, ni pide música

Cuando todo se aquieta y la calma llega…

Como un rayo lejano de una tormenta seca

Como un fogón en la noche,

Al que el caminante se acerca…

Así está mi corazón en esta noche veraniega

Mientras me mira llegar a lomos de una quimera

Cauteloso y sin apuro, disfrutando del camino

Que tanto dobla como se esconde, bajo la selva,

O se cierra contra cornisas, aumentando su belleza.

Como un águila que mirara, a los corderos, ya llena

Me quedo con la simpleza de un atardecer cualquiera

Como pago en esta vida, a tanto trajín y miseria

Que me ha llevado llegar, al punto donde me encuentro

Conmigo mismo sin recelos, ni miedo que me oscurezca

Sin quejas que atesorar, sin trincheras en la piel

Sin reclamos de conducta ni prejuicios que me dejen

Atado a las incertezas que recorren esta tierra.

Como un guerrero calmado, que ha meditado mil años

Durante las crueles batallas, y en paz bajado su brazo

Sin odio, sin esperanzas, y sin cuidarse la espalda,

Avanzado metro a metro hasta llegar a la nada.

Como una gota de lluvia, que cae recordando el mar,

Como un arco que se tensa, y en mi ser fuera la flecha,

Desafiando los minutos que de mi vida restan,

No recuerdo de que hablo, o no prefiero contarlo.

 

 

A veces

 

A veces se me escapa el tiempo

Sin poder saber en que

A veces como en el viento

Dejo correr mi fe.

A veces en el silencio

Respiro hondo sin sueños

A veces en la tormenta

Oigo ladridos de perros.

A veces un solo instante

Vale la pena estar vivo

A veces en tu enemigo

Ves tus propios pensamientos.

A veces en la cornisa

Me dan ganas de bailar

A veces en los balcones

Siento miedo de volar.

A veces como una mancha

No me pueden ni las armas

A veces como una flor

Cualquier brisa me desarma.

A veces entre tinieblas

Me siento fuerte y en calma

A veces a plena luz

Todos los vicios me ganan.

A veces puedo esperar

Que lo imposible suceda

A veces ni yo me espero

No me encuentro cuando vuelvo.

 

 

Invisible guerra

 

Que ingrato seria culparte (no te preocupes)

De enamorarme sin sentido

Cuando mi corazón guerrero, no deja,

Lanzas clavadas en el suelo.

 

 

 

 

 

El blus de Tito G.

 

¿Qué? no me viste llegar…

Acorazado en tus ruedas

(Nuevas pero igual se queja)

¡Pisando en campos ajenos

Porque no se ven los dueños…!

¿Se trastocan los valores,

Cuando no hay alambrados

Y los testigos se agachan

Mirando para otro lado?

¡Pero si yo te conozco

Desde el dia que abri los ojos!

Sabia tu nombre hace tiempo:

“El que jamas se arrepiente”

Si diez mil pagan el precio

De que vos ganes un peso,

(Solo te vuelve orgulloso

De hacer lo que crees correcto).

En la miseria callada

De los que cuidan tu espalda

Labrando la tierra ajena,

Arrimando al corral las vacas,

Se esconde la memoria quieta,

De saber que no te importa

Que mueran cien gauchos si eso

Sirve medianamente para…

Que haya un solo foco nuevo

En las vitrinas que alumbran

Los próceres autoalabados

Que sonríen en las fotos

(Que cuelgan de los salones

Que lustra la servidumbre)

De la Sociedad Rural.

 

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