¿Qué hago con tu amor?
Que hacer con un amor de fuego
Que no se aviva con el viento
Con un amor de agua
Que antes de correr se estanca
Con un amor de aire
Que respira y no despierta
Con un amor de tierra
Que se resiste a tocar el suelo
¿Es necesario habitar una prisión
Porque te dejen las llaves?
¿O caminar al sol pero suelto, sin el peso
De lo que siempre no sucede…?
Quiero quemarme sin remedio
Y volar en contra el viento
Despertarme panza al cielo
Y ahogarme feliz justo antes
De asomar la nariz
A respirar de nuevo.
Implacable instante
Todo es energía, aun cuando…
No queramos aceptarlo, y perdamos
La conexión eterna que nos salva
De un mundo en permanente deconstrucción.
Vivo y muero libre, y no me arrepiento
De perder en el camino todo el lastre
Hasta quedar como un pato de plástico
Flotando en la laguna del destino
Mientras los cazadores certeros apuntan
Y preparan el fuego. No me interesa
Mantener privilegios a costa de castigo,
Para vivir temeroso y frio, mirando atrás
Mientras adelante embarran el camino.
Todo lo que pierdo, todo lo que gano
Y lo que queda en las esquinas del tiempo,
No deja de construir sacando los ladrillos
De esta prisión absurdamente humana
Donde todos se pierden, sin volver a casa.
Pero prefiero siempre cuando sale el sol
O aparece la luna reflejada, en el rocío,
Mantener bien agarrado desde el alma
Un mundo pequeño, intenso y fuerte
Donde todo lo que no sirva salga afuera
Y no prime nada de lo que sobre
Y no falte nada de lo que late sin pausa
En las venas que mi corazón arrasan.
Ahorrando para los sicarios
Solo voy a respetar
Al primer valiente
Que mate todos los poetas
Miserables, que no miran
Alrededor sino que estudian
Paisajes chatos en los libros,
Mientras, escriben confinados
Con sus rimas y estúpida métrica
Anotando desde el diccionario
En su secreta libreta negra
Los adjetivos que duren
Más de cuatro sílabas netas…
…Para, indiferentes, volverse ciegos
A la magia fugaz que los acosa
Desde el inicio mismo del día.
Mientras, un niño descalzo, sucio,
Salta corriendo un charco sin saber
Que existen solo para manchar
La alegría que regala -con su tímida
Melancolía fraguada en rodajas
Al calor de una piel ajada y seca
Que esquiva al sol y al viento-
Mientras él ríe y contagia al universo
El árbol donde nací de nuevo
Me desperté soñando
Que volvía a ser un niño
Y trepaba de nuevo
Al viejo árbol rodeado
Por un rincón del olvido.
Me desperté pensando
En las tardes que gastaba
Encorajado y vivo
Sentado en esa horqueta
Mientras el tiempo volaba.
Me desperté sintiendo
Que la distancia y los años
Como los pájaros
Que en el invierno migran
Se iba en un soplo volando.
Me desperté de noche
Con el corazón aullando
De descansar a tu sombra
Fresca como la brisa
Que entre dos ríos viaja.
Me desperté jugando
Con mi espada de palo
Mientras la música
Que fabrican tus raíces
Incendia al sol en flores.
Me desperté acariciando
En mis sueños la corteza
Que el musgo cobija
Mientras la primavera
De brotes estalla suave.
Me desperté acorralado
Por los deseos de un niño
De querer ser un pájaro
Que solo detenga el vuelo
Para perderse en tus ramas.
Me desperté saboreando
En mi boca seca el fruto
De tu verano intenso
Cuando teñía mis labios
El sabor de un sentimiento.
Destino y vagabundeo
Como un niño que, aburrido, se dispone
A capturar las motas de polvo que flotan…
Como un perro que descansando al sol
Bosteza y cambia de pose para seguir durmiendo
Como un silencio que no molesta, ni pide
música
Cuando todo se aquieta y la calma llega…
Como un rayo lejano de una tormenta seca
Como un fogón en la noche,
Al que el caminante se acerca…
Así está mi corazón en esta noche veraniega
Mientras me mira llegar a lomos de una quimera
Cauteloso y sin apuro, disfrutando del camino
Que tanto dobla como se esconde, bajo la
selva,
O se cierra contra cornisas, aumentando su
belleza.
Como un águila que mirara, a los corderos, ya
llena
Me quedo con la simpleza de un atardecer
cualquiera
Como pago en esta vida, a tanto trajín y
miseria
Que me ha llevado llegar, al punto donde me
encuentro
Conmigo mismo sin recelos, ni miedo que me
oscurezca
Sin quejas que atesorar, sin trincheras en la
piel
Sin reclamos de conducta ni prejuicios que me
dejen
Atado a las incertezas que recorren esta
tierra.
Como un guerrero calmado, que ha meditado mil
años
Durante las crueles batallas, y en paz bajado
su brazo
Sin odio, sin esperanzas, y sin cuidarse la
espalda,
Avanzado metro a metro hasta llegar a la nada.
Como una gota de lluvia, que cae recordando el
mar,
Como un arco que se tensa, y en mi ser fuera
la flecha,
Desafiando los minutos que de mi vida restan,
No recuerdo de que hablo, o no prefiero
contarlo.
A veces
A veces se me escapa el tiempo
Sin poder saber en que
A veces como en el viento
Dejo correr mi fe.
A veces en el silencio
Respiro hondo sin sueños
A veces en la tormenta
Oigo ladridos de perros.
A veces un solo instante
Vale la pena estar vivo
A veces en tu enemigo
Ves tus propios pensamientos.
A veces en la cornisa
Me dan ganas de bailar
A veces en los balcones
Siento miedo de volar.
A veces como una mancha
No me pueden ni las armas
A veces como una flor
Cualquier brisa me desarma.
A veces entre tinieblas
Me siento fuerte y en calma
A veces a plena luz
Todos los vicios me ganan.
A veces puedo esperar
Que lo imposible suceda
A veces ni yo me espero
No me encuentro cuando vuelvo.
Invisible guerra
Que ingrato seria culparte (no te preocupes)
De enamorarme sin sentido
Cuando mi corazón guerrero, no deja,
Lanzas clavadas en el suelo.
El blus de Tito G.
¿Qué? no me viste llegar…
Acorazado en tus ruedas
(Nuevas pero igual se queja)
¡Pisando en campos ajenos
Porque no se ven los dueños…!
¿Se trastocan los valores,
Cuando no hay alambrados
Y los testigos se agachan
Mirando para otro lado?
¡Pero si yo te conozco
Desde el dia que abri los ojos!
Sabia tu nombre hace tiempo:
“El que jamas se arrepiente”
Si diez mil pagan el precio
De que vos ganes un peso,
(Solo te vuelve orgulloso
De hacer lo que crees correcto).
En la miseria callada
De los que cuidan tu espalda
Labrando la tierra ajena,
Arrimando al corral las vacas,
Se esconde la memoria quieta,
De saber que no te importa
Que mueran cien gauchos si eso
Sirve medianamente para…
Que haya un solo foco nuevo
En las vitrinas que alumbran
Los próceres autoalabados
Que sonríen en las fotos
(Que cuelgan de los salones
Que lustra la servidumbre)
De la Sociedad Rural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Que te parece?