El lenguaje y lo dicho
Hubo un tiempo en la historia de la humanidad en que solo existían las palabras, solo los hechos y las cosas, y las personas, vivas… La palabra tenia sentimientos propios, peso, sabor, describía antes que prescribir, y sus dicientes hablaban con la fuerza y la responsabilidad de transmitir un mundo. El que hablaba era escuchado porque abría una ventana al entorno no inmediato, a las raíces, a la tradición, y su poder de autoridad iba enlazado al poder hablar, lenta y pensadamente, con las mismas palabras heredadas de un paisaje exuberante y simple, armónico, aun cuando estuviera en permanente búsqueda de equilibrio, a veces pareciendo trabajoso o cruel. Luego los negocios comenzaron a complicarse, una primera globalización en pequeña escala y números, bienes, tropas, precios y reglas… asirios, caldeos, romanos, árabes, mayas y aztecas, chinos y tantas otras civilizaciones antes o después comenzaron a definir tecnologías de escritura y archivo, de permanencia de lo e