09 diciembre

Otra página de silencio desperdiciado (Poesías)

 

 


Mirando desde lejos

 

Solo esperar a que pase el calor del mediodía

Solo oír el rasguido de las nubes enfrentando al viento

Y después el silencio que se levanta como vapor tibio

Para dejar lugar a los primeros ruidos de la tarde…

Después de olvidar la mañana arrinconado en gomaespuma

Descansando mal de tanto dormir sin pausa

¡Soñando sin querer soñar, desparramado 

Para despertar olvidando, aun queriendo recordar!

No debe haber un día más lento que hoy para holgazanear

Desafío del tiempo a la quietud, solo los árboles y las plantas,

Las flores, beben sol y se estiran aparentemente perezosas

Y yo que miro y vuelvo a no hacer nada, mi único plan es…

No dormir porque ya agote el sueño

No comer porque ya paso el tiempo

No salir porque eso hice ayer

No agitarme por las dudas que surja alguna idea

Ver pasar el tiempo mientras se estiran las sombras

Y mañana hacer todo lo que no pueda postergar más.

Solo mañana, desmitificar la vida

Para poder hacerla mía, de verdad.

 

 

Para trabajar

 

Es así, no me va, no me gusta la oficina

Prefiero el sol y el viento, y jugar sin corbata

Y arreglar lo que tenga que pasar, con gente de verdad

Sin papeles, sin promesas que olvidar,

Sin mirarme las zapatillas a ver si están agujereadas:

¡Qué vergüenza, mejor me voy a casa!

Haciendo lugar, donde haya, haciendo del mundo mi casa

Porrito de cosechero, amor de madre, perfume de flor nueva

Entre los cortinados de la sociedad prefiero estar

Riendo, antes que derrotado por una inútil necesidad.

Pero igual, siempre, siempre… no prefiero trabajar.

 

 

Horizonte o piso

 

Siempre hay

Un camino

Alternativo

Por donde ir

¿Por dónde ir?

Si podemos cerrar los ojos a la pasividad

Y mantenernos despiertos.

Podremos verlo

¿Podemos verlo?

Velo de inconstancia y comodidad

Venden los mediocrizadores.

Solo esquivan el lazo de oro

Los que no supieron guardar

Para comprarlo.

 

¿Amor?

 

No tengo nada que ofrecerte

Más que una vida de privaciones

Sacrificios y trabajos sin fin.

Y una sola verdad: estamos vivos.

Y la única certeza es: ganar cada segundo

Y hasta cada beso, y cada abrazo, y no esperar

Nada que no sea bien merecido, y prometo

Hacer lo mismo desde mi lado.

Mientras te miro, a los ojos, pulsación de lo desconocido

Y caliento mis alas extendidas al sol

En lo inaccesible de mi risco.

 

 

Otro lugar

 

He visto cómo viven mis perseguidores

He recorrido sus mansiones y sus cárceles, y se,

 Lo que les cuesta la opulencia de su desprecio.

He visto sus ceños fruncirse con rabia

Por nimiedades, golpes a su orgullo

Martillando el yunque de su corazón acelerado

Por la ansiedad de necesitar aún más de lo que tienen,

De esperar en vano, soga en mano, la entrega

A sus pies de todos los culpables.

Y correr de un lado a otro, sin poder disfrutar

El castillo de ilusiones que forjaron

Sin tiempo más que para posar, para la foto

Que les exige la sociedad, tirana, de sus miedos.

 

 

¿Entonces por qué?

 

¿Hay una faceta, de este mundo, coherente?

¡Mundo humano dedicado a multiplicar esclavos!

Un segundo de silencio cada tanto, deja oír

El roer incansable de los insectos en la madera

Putrefacta de las viejas estructuras.

Sobre el reír acomodado en caras gastadas

Suspenso sobre el plástico, arañas tejiendo en su cerebro.

La vida entera simulando, sorprenderse

Por la mierda en el salón que nadie osa mirar.

Caravanas de alegres inadaptados

Llegan frescas a su lugar final

Donde construir inapetentes apatías,

Generalizando disimulos tolerados

Por la sensación moral de no existir

Más que para una fábrica de realidad.

 

Como un pájaro

 

Libre como un cardenal

Despreocupado como un benteveo

Fugaz como un colibrí

Alegre como un hornero

Voraz como una calandria

Impiadoso como un carancho

Certero como un halcón

Lento como un águila

Observador como una garza

Fresco como un biguá

 

Hoy voy  a ser feliz como un pájaro

Con un pescado en el pico

O una pajita nueva en el nido

A hacerme el rengo como el tero

O como un gorrión, oportunista

Abordar en la vereda una miga de pan.

Hoy llegare al árbol para posarme

Comiendo un insecto descansare un rato

En la punta de la rama más alta, solo para ver…

El campo iluminado por el sol apenas dejando

Jugar en el la sombra aturulada de las nubes

Y hacer correr en mi plumón el viento

Y hasta perdonar los piojos que viven

De solo una parte pequeña de mi sangre

Luego bajare como con un ala rota

Falsamente caído del árbol, divertido

Haciendo correr a ingenuos cazadores.

Pero justo antes que el sol se esconda

Decretando el oscuro frio de la noche

…¡el blanco peligro de la luna!

Elegiré un grano de avena, o de trigo

Para descansar el hambre de vida, en mi nido.

 

Coincidiendo

 

Aunque no sepa bien como vivir

Ni tenga un horario para la memoria

Recuerdo tu nombre, solo por haber sido

Absolutamente coherente.

¿Absolutamente…? O sea, conceptualmente,

Un poco casi siempre en la misma dirección:

Parámetros entre estructuras mentales

Físicamente aplicadas a una razón de vivir

A un motivo para coincidir, en un futuro

Incierto y permeable a todo, adaptable.

Sobrevivir es cambiar de rama

Pero no bajarse a talar el árbol

Con eso me alcanza para respetar.

 

Afila el pico

 

Empezar a estar vivo

Es sentirse corriendo

Adentro de las venas

Y ser la propia sangre bullente

Que cae al piso en la noche.

Es mirar desde arriba el mundo

Como si estuviéramos agazapados

Dentro de nuestros propios ojos.

Y volar en un sentimiento

O una intención sin desperdicio

Sin margen, para pensar, en la caída

Como no piensa el hacha,

En el sueño del leñador.

 

 

Mejor si te lo digo

 

Callar.

O inventar un silencio

Cuando no se puede hablar,

Y sembrar en el tiempo un vacío

Que se convierta en indiferencia:

En carne muerta en el resto

De nosotros mismos,

Y una semilla que se seca

Envenenada, en nuestra garganta.

Hablar.

Porque no se puede callar.

Lanzar palomas al viento

En medio de cazadores.

 Clamando, la voz  al cielo,

Tirando con pergaminos.

Sin escuchar sin pensar ni dar lugar

A la racionalidad, al instinto, solo agarrar

De los pelos la vida, rabiosos,

 Y apretarla en una caja

Donde se la pueda mostrar sin sacarla

Y mencionarla sin mostrarla…

Sin dejar de apilar

Cadáveres ajenos

Y espectros propios

En nombre del amor,

Al prójimo.

Y volver caminando hacia el mismo lugar

Los pelos erizados todavía, liviano

Las convicciones machucadas

De gastarse por sonar en orejas

Que no saben escuchar.

Pero sano, prefiero hablar.

 

 

Erin  Ruhr

 

Entre la infinita confusión

En las cornisas y los valles

Cuando campea la desolación

Inconfundible.

Entre la voluntad quebrada

Y mil veces vuelta a componer

Adentro mismo de un corazón

Que se apaga.

En el furor del sol que redime

Que ensalza y derrota a la vez

A las simientes y cuanto más

A los reyes

En la determinación simple

De una persona común

Que enfrenta todo sin pensar

En la muerte.

En el tiempo inexorable

Que acerca y aleja lo que vemos

Hoy como meta, o ayer como cárcel

Pendiente.

En lo más profundo del instinto

Que empuja la sangre a correr

Tras un latido, aun cuando no se encuentre

Al corazón.

En el verde que cobija la flor

En los escudos de las viejas huestes

Un segundo antes de morir

Por amor.

Solo quienes han pasado de todo

Ven claramente por que pelearon:

Una semilla por nacer y un suelo

Donde posarla.

Y en la derrota cierta ante lo eterno

Una sonrisa se vislumbra

En el cuerpo frio y duro, muerto

Feliz.

Los que murieron sabiendo

Por que luchaban, tendrán siempre

Un segundo de gloria atesorado

Dentro del tiempo.

 

Como las nubes

 

Hoy me detuve, a ver mi vida pasar,

A ver correr como nubes, lo que soy.

Desatando, cortando, esquivando…

¡Es tan feliz el viento en la llanura

Haciendo bailar el sonido en los pastos!

Que a veces no puedo evitar subirme.

 

Sin música

 

Silencio, solo motores lejanos

Viento entre las nubes, pregones

De astutos comerciantes callejeros

O aves, mamíferos, insectos,

Y el sonido de la tierra al rozar

El universo lento que se escapa.

Nada de eso me llena hoy.

No me da esperanza, la vida

Que rebalsa en las calles,

Ni las mismas flores que sembré:

Erguidas, desafiantes, dando

Color fugaz y aroma, devolviendo

Otra vez la semilla.

Hoy ni siquiera me lleva la música

A menguar mi alegría

A mejorar mi tristeza

O aquietar la calma chicha

Donde ha zozobrado mi mente

Cuando ya deje de intentar

Hacer razonar mi corazón.

En medio de este tajo al aire

Ni siquiera tengo fuerzas

Para corregir este silencio

Que me envuelve, hoy.

 

De emergencia

 

Volar lo más alto que pude llegar

No hizo amar el color

De mis alas, a los cazadores, necios.

Estandartes del pensamiento ajeno

Los veo aun disparando apostados

Sin saber que un niño tal vez

Encuentre una pluma y sueñe

Con volar a pesar de sus balas.

Los gendarmes guardianes

Del estado de pasividad total

De la mente moderna, que manda

Sin embargo al cuerpo eterno,

Al infatigable corazón…

No mezquinaron ninguna gestión

Ilegal o por la espalda.

¿Estoy cayendo o solo se me desenfoca el piso?

¿He escapado del mundo o estoy muriendo?

¿Son mis huesos acaso los que se rompen contra el suelo?

Al abrir mis ojos al sol lo sabré, por ahora…

No sé si voy quieto o me estoy moviendo.

 

Ni el fuego

 

Correr y gritar, la antorcha en las manos

Y el campo pegando fuego, voraz

Pero es tan quieta la comodidad

Que no parece estúpido morir atragantado

De grano verde y humo, de aire viciado y humedad

En palomas gordas que no conocen las llamas:

¡De la chacra al silo, del silo a la plaza!

Sin otra búsqueda que un lugar

Donde calzar el nido para ser más, sin más ideales

Que ser amigas del gavilán.

 

 

De paseo

 

Paredes, charcos, calles, casas,

Árboles, autos, perros, gatos.

Humo, comida podrida, mal olor,

Miradas de miedo, ansiedad, rejas.

Codicia, brillo opaco, maldad,

Violencia y exclusión, mendicidad.

Ostentación, desprecio, miseria,

Cenizas, uniformes, desolación.

Y cada cuadra es un mar agitado

(Sólo a los ilusos les parece en calma)

Metros ganados al agua, usurpados,

A fuerza de cadáveres, odio, disfraz.

Cada ola vuelve a agitar los huesos

Y entre los viejos barcos hundidos

Crecen sin pedir permiso, las algas.

 

Recién comienza el juego (y ya estoy transpirando)

 

Después de la ola

 Y la resaca frenando en casa

Termino de asumir el golpe

Hago del mundo una pelota

Y la echo a rodar de nuevo

Sin importarme el casillero

Donde se detenga,

Rojo o negro, cara o cruz

Es lo mismo, vivo, y soy yo.

Hago del respeto mi pan y me lleno

Atravieso los días rápido o lento.

La naturaleza no hace trampas:

Cuando hace calor, canta la chicharra,

Mientras las hormigas caminan y miran.

Luego los huesos se pegan al cuero

Y otras hormigas los pelan…

 

Vivir o temer

 

Una larga noche soñando con fuego

Caminando para no morir congelado

Luego exprimiendo el rocío de las piedras

Descansando a la sombra de  espinas.

Un largo camino a casa, sin mapas,

Adivinando el rumbo en ojos huecos

De blancas osamentas que pasan

A mi lado pegadas al suelo…

Nada que llevar, todo el oro

Que se hunde en la arena con el viento,

Es en este camino solo peso.

Una trampa en cada encrucijada,

Una silla con la pata rota en cada posada.

Pero que sea hoy, no mañana

-si un corazón se bate contra armas-

El día en que se cierran las ventanas

Llegando a una costa extraña…

 

 

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