12 julio

Operario Calificado

 

 

 


¡Por fin conseguí trabajo!  En la fábrica de alimentos, después de una hora entera de charlar con el encargado… 

  Es así, no confío en los curriculums, ni en los clasificados, siempre hay mil mejores que yo, más temprano, mejor vestidos, más preparados.  

  Es imposible, inútil, además nunca resulto, pero nunca.  Así que hago lo mismo de siempre, un día, me despierto con la certeza absoluta de que voy a conseguir trabajo, y salgo, puerta por puerta, negocio por negocio, fabrica por fabrica, hasta que llego al hueco en el momento justo y quedo. 

  Después viene lo más difícil, que es aguantar, no sé ustedes pero yo no nací para trabajar, eso de despertarme temprano día tras día, de noche en invierno, con calor en verano, bajo lluvia o viento y como sea.  

  Y después la rutina agobiante, destructiva, de aguantar a los jefes, los capataces, los ingenieros, los dueños, los chupamedias, los botones que desde que entras no tienen otra idea en la cabeza que sacarte para afuera…

  Y trabajar aunque estés cansado, aunque no tengas ganas, aunque estés con sueño o directamente sin dormir, y aguantar hasta que suene la sirena de la fábrica  y puedas irte a casa a intentar descansar entre el griterío y los cachorros pasándote por arriba o mordiéndote los dedos de los pies.

  Y tu mujer que no termina de gastarse la plata y ya te pregunta que día cobras como si fuera ella la que se levanta a las seis de la mañana y se interna doce horas en esa monstruosidad de acero inoxidable, bateas y ollas grandes como una casa, cintas, norias, luces y ese olor putrefacto que se te queda en la nariz hasta el otro día, y descansar de verdad un domingo de cada dos.

  Y encima esos turnos rotativos y todo con los mamelucos de seguridad que parecen hechos para matarte de a poco de calor, y apenas si se puede respirar con los barbijos, aaaaaaaahhhhhh no conozco otra forma más horrorosa de desperdiciar la vida que trabajando… 

  Pero bueno, ya no me fiaba ni el quiosco de la esquina, los gurises andaban en harapos, y la Nance no se compraba ropa nueva hace un año, apenas si estábamos comiendo más o menos mal y eso porque ella salía a limpiar casas ajenas… 

  Pero a mi quedarme cuidando los niños y los perros, sin nada más que hacer, puede llegar a volverme loco, así que un día agarro la calle, me pongo la mejor ropa que tenga y consigo trabajo.  No hay que saber hacer nada, solo llegar al corazón del encargado, y capaz hasta echan a uno para tomarte a vos jajá. 

  Igual no es un ritmo para aguantar toda la vida, entre el viaje y las horas de trabajo, apenas si me alcanza el tiempo para dormir, la paga es tan buena que voy a quedar todo lo que pueda, los muchachos son todos buenos pibes, nadie se asusta si te fumas un porro, o si llegas que se te saltan los ojos, si me aburro escucho música y listo, el día pasa, un día, un día más. 

  Mi trabajo es bastante simple, ahora, que estoy en producción. …al principio entre a la fosa, a palear el grano para las norias, aunque tienen rejas, el pie pasa igual y en un descuido te puede pasar para el otro lado y te chupa el chimango… 

  Y eso lo vi, con el Gabi, que siempre estaba haciendo chistes y meando la soja para que el aceite salga con gusto jajá ni se imaginaba(yo nuevito, todavía iba al baño, pensando que si me agarraban meando el grano me iban a echar a la mierda jajaja)…   

  Y después un día se descuidó y metió el pie en la rejilla, yo gritaba más fuerte que el todavía hasta que pararon todo y entraron a buscarlo, del pie ni noticias, las zapatillas verde fluo se divorciaron para siempre, y del Gabi no se supo más nada, dicen que agarro como quinientos mil pesos, y puede ser.  

  Después vino el encargado a preguntarme si me animaba a seguir, y la cola de camiones que esperaba y le dije que si nomas, si total el pie no iba a crecer de nuevo, bueno si metes la pata que sea la otra así entre los dos arman un par de zapatillas me dijo y me palmeo la espalda como diciendo, confió en que no sos tan pelotudo como el otro. 

  Ese día fue más duro que nunca, termine completamente agotado, y cuando ya no podía ni arrastrar la pala por el cemento termino de caer el grano y se había hecho la hora. Y salí afuera recién, sin haberme fumado un solo pucho en todo el día, traspirado entero, muerto, con ganas de no volver más… 

  Pero ahí el capataz me dio el mameluco y me dijo, tomate el día mañana, y después venite con este, vas a pasar a producción, gracias por quedarte, ahora va a ser más aliviado el trabajo….

  Lo que no sabía era cuanto más aliviado era, creo que el esfuerzo más grande que hago es subir la escalera a la garita, después solo apretó comandos según la lista de producción, y automáticamente se ponen en marcha las boquillas y los moldes, los paquetes y todo lo demás, apenas tengo tiempo limpio la sección que se terminó de usar con una manguera a alta presión y después solo miro pasar la cinta con la pasta hora tras hora hasta que me voy a casa.

  No tengo problemas en cubrir a cualquiera y tampoco en hacer horas extras, hasta en extracción estuve un martes después de un fin de semana largo que habían faltado todos, entre ese mar de tanques prensas, relojes y válvulas que pueden estallar en cualquier momento.  

  Yo ni loco pierdo el presentismo, esta semana termino de cerrar todas las cuentas y ya empiezo a pagar la moto, así me muevo más rápido y más barato, una dos cincuenta, toda carenada, todavía no me la entregaron y ya la quiero más que a mi mujer jajajaja.  

  Además ya deje de ser el héroe de la casa, y eso que ahora nos ahorramos hasta la comida de los perros, me traigo unas bolsas terribles de alimentos.  Pero la otra vez estaba chupándole la concha y se me mezclo el olor con el que tengo impregnado en la nariz de la fábrica y me empezaron a dar arcadas y termine vomitando, por suerte llegue al baño.  

  Cuando volví no me miraba, creo que estaba llorando, no me hablo por dos días y todavía no estamos bien del todo.  Ayer la acaricie, llegue y estaba lavando los platos, para cocinar, y como había ido todo tan bien en el laburo, ni me acorde que no me dejaba ni tocarla y le di un beso cuando llegue, y le acaricie la cintura, mientras olía ese shampú de manzanas verdes que usa.  

  Cuando me di cuenta estaba temblando, me hicieron ruido los dedos de la electricidad que se hizo… pero no dijo nada, los chicos parecen tan en la suya como siempre pero los conozco, están atentos a ver qué pasa, ahora sonríen y juegan las inmundicias jajá.

  Hoy les tuve que contar que es lo que hago para que me hagan caso y dejen de comprar basura para comer, no pienso ni mirar un paquete de esas mierdas nunca más, además con los ojos cerrados le puedo sentir el olor debajo de la sal, el mismo olor a la fábrica, a la comida de perros, a las zucaritas, a casi todo.  

  Nanci no puede creer que todo se haga con lo mismo, pero es así, la pasta húmeda que sale después de la última prensada para hacer aceite, se mezcla con aditivos y conservantes en bateas súper grandes donde vomitamos cuando a veces venís con sueño a la fábrica y un bostezo te hace entrar el olor hasta el estómago y terminas devolviendo el desayuno.

  Entonces lo mejor es vomitar en la inmensa olla para no ensuciar, y eso lo recomienda el capataz, el fuego mata todo, y si no se puede ir al baño, es lo mismo, un meo capaz le aporta más vitaminas y minerales que todo el proceso, más las colillas y alguna rata que cae de vez en cuando mareada desde arriba de la cabreada.  

  Pero eso no les conté, solo la parte suave, donde traduzco las ordenes de producción a los comandos, que extraen la pasta a unos cilindros mezcladores donde se le agrega colorante, saborizante, vitaminas y todo eso,  y a veces algunos ingredientes, como pedacitos de jamón, queso o alguna mentira por el estilo, como la nueva línea que sacaron ahora en los supermercados… 

  Antes no me perdía una promoción, ahora ni loco pruebo esas porquerías, bueno entonces del cilindro van a la manga múltiple que inyecta la pasta en los moldes.  

  Después de los rodillos alisadores los moldes cambian de cinta y los restos vuelven en otra a la batea otra vez, no se pierde nada.  Mientras, el producto limpio avanza hacia el horno, que son cuatro metros tirándole calor por arriba y por abajo, al ritmo y temperatura de cada cosa.  

  Cuando salen del otro lado ya están hechos, y van cayendo en otra cinta mientras se enfrían y de ahí ya al empaquetado, donde simulan ser desde papas fritas hasta zucaritas, patitas de pollo, galletitas o alimento para peces, perros y gatos, y mucho más, en todas las marcas formas y tamaños.  Parece mentira pero el producto más elaborado es la comida para perros.  

  Ahora solo como ensaladas y porque lo conozco al bolita de la verdulería, ya no confío mas en nada, todo es un veneno mortal que nos venden como si fuera oro, lo más lindo es que todo tiene el mismo costo, centavos, pero según el producto en las góndolas hay diferencias terribles de precios, debe ser para disimular, y son carísimos, es una locura. 

  La otra vez andaban los dueños, eran unos gringos gordos y unas mujeres grandotas que hablaban en ingles entre ellos y sacaban fotos, y el gringo me pregunto hablando todo atravesado que cuantas horas trabajaba, y si me quedaba muy lejos de casa … 

  Y yo que le contestaba tratando de controlar algo, apretar algún botón, mirando la cinta, para que no se dé cuenta de lo al pedo que estoy, aparentemente los convencí porque no me molestaron mucho más, y se fueron a practicar castellano a otra sección, la verdad que casi me estoy acostumbrando a este trabajo. 

  Hoy fuimos a comer a lo de mi suegra: no cocina ni por casualidad… lo que  es la familia, pero estamos casi bien con la negra y no quería, no quiero ninguna fuente de conflicto, así que tendría que haber sido un poco más vivo y llevar la comida, pero no, si nos invitaron… 

  Puré de caja, patitas de espinaca con jamón, bueno, eso dice el paquete… 

  A diez metros lo huelo como si estuviera en la fábrica, me arruino el finde.  Y encima tener que comer, los gurises me miraban como esperando que diga algo pero no, es así nomás…más vale comer en paz.  Y estaba comiendo sin hambre, mordiendo las patitas al medio como para demorar más y que no me vallan a servir de nuevo, cuando se me queda un hilito entre los dientes, y lo saco. 

  No digo nada debe ser de la manga de la vieja, descuidada, pero me parece conocido, es verde, de la media patita sale otro hilo, verde también, sale de adentro, y algo me dice que sé que es, sin pensar disimuladamente tiro del hilito y sale un pedacito de tela fluorescente, la zapatilla del Gabi, ah era eso, y yo echándole la culpa a mi suegra.

  Ahora si me como todo, gracias Gabi, buen provecho donde estés reventando la plata del seguro, creo que deben ser las únicas patitas con sabor de todo el paquete, jajajajajajajajaja, cuando están haciendo el café, voy a vomitar al baño y vuelvo, como recuerdo me guardo el pedazo de tela.  

  Me siento a charlar, como nunca, la vida es impredecible, la Nanci me mira, cree que sabe lo que me está pasando pero no sabe en realidad en la medida que me está pasando, no veo las horas de volver a casa para ejecutarla como pide el brillo de sus ojos fijos, la miro y me muerdo los labios para no agarrarla ahí nomás, delante de todos, aguanta un poco así mi amor, que estoy cansado de hacerme la paja… 

  Nos sentamos de la manito como cuando éramos novios.  

  El aire se enrarece mientras los pulgares amasan...arrasan la piel…



 

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