Sol y tierra
El tiempo de la calle no es lineal, a
veces se compone de compromisos inclaudicables que corren más allá del tiempo,
los que se desvían son alcanzados. La palabra dada se recuerda, los
favores recibidos se guardan en el alma, la vida se cuenta como otras cosas.
Hay un mundo sin palabras, donde todo
se entiende antes de decirlo, hay un sentido de humanidad que no se menoscaba
con los prejuicios ajenos, la libertad existe, allí donde no la desprecian, el
tiempo se llena hasta con silencios y miradas.
Todo sigue igual o todo cambia, según,
el transporte es vital, cuando tantos miles de barrios son iguales. Una casa es
un puerto seguro, un kilo de pan vale cada grano de trigo. Una persona es
un territorio, y los limites se negocian a como dé lugar
Siempre habrá música, en los
nacimientos y velorios. Siempre en el medio algo que compartir, y muchos
niños esperando la posta… muchos se pierden, otros tantos se esconden, algunos
apuntan a una vida sin problemas, pero todos saben que de alguna manera
hay que ganar, los que no juegan también reciben, casi siempre…
A veces hay respeto, a veces no hay
forma de imponerlo, a veces la trayectoria de una bala se mide desde puntos
equidistantes, o se olvida todo en un segundo. Una casa es una trinchera
que no puede ser abandonada, la batalla por permanecer dura toda la vida.
El alcohol es igual a combustible,
donde siempre corre el viento, donde siempre llueve. Algunos inviernos
son más crudos que otros. Algunos veranos llueve tanto que el agua se
lleva todo. Nunca se deja para mañana una oportunidad de pasarla bien, cuando
todo se acabe, dios proveerá, aunque hasta los niños lo saben: dios no existe,
no es eso lo que se está diciendo sino otra cosa.
Cuando hay, hay, cuando no hay,
no hay. Ay, como duele, lo profundo del silencio en los ojos del pequeño
que ya ni llora, el desprecio por el mundo de la madre que se enteca
amamantando, pero igual no llega a criar ese cuerpito, menos el suyo,
el amor se mezcla con cada estrategia de supervivencia.
El sexo está en la calle, a la vista lo que se
vende y también se regala, instintivo y tierno, desfachatado, dulce, o
salvaje y desconsiderado, la información nunca llego a tiempo, madres y padres
que apenas superan los quince años imaginan la forma de seguir, los niños
llegan como los días nublados, pocos piensan en que van a comer, hay mujeres
que engordan cien kilos sin salir del barrio.
Cómo conquistadores, los excluidos
colonizan las costas de los arroyos, las panzas vacías de las autopistas, los bordes
de las vías y terraplenes, los pedazos de tierra yerma que los concejales
corruptos guardaban para sus negociados, las fabricas muertas…como todos
podemos perder… un rincón, un colchón, la tierra o el escombro del contrapiso,
nunca falta lugar, ni comida para uno más, nunca sobra tampoco, como será… con
un poco de espacio se planta un cuadrado al lado, igual pocas veces sobra la
privacidad. Así nacen los pasillos que otra vez serán colonizados…
Se lo saben de memoria, aunque no
compartan su opinión, son delincuentes antes de nacer, por la cara, el color,
el lugar, la forma de pensar. Después del desprecio, de los palazos
y las comisarias para pagar cuentas ajenas, algunos se calzan los fierros para
equilibrar, para recuperar, hacen escuela donde no hay otra cosa que
enseñar. Algunos mueren sin conocer un lápiz. Otros sin saber su
nombre, demasiados crecen sin padre ni madre. Demasiados se contentan con ver
como a sus niños los hace crecer la calle.
La noche cae como un telón con su
permisividad, como hormigas salen los inimputables de sus cuevas, el
barrio entero es una playa que alisan con su rastrillo. Los vecinos se
vuelven cómplices de su ruina. El miedo, la indiferencia, la envidia y
los prejuicios convierten a los peores en campeones, algunos viven para
la droga
Nadie espera demasiado, nadie cree
mucho, la peor traición es la hecha a uno mismo, viviendo según ideas ajenas,
pero igual los que no cumplen terminan girando en un círculo cada vez más
chico, aunque a veces se de vuelta la situación, como todo, aunque nadie
olvide, no hay piedad para los oportunistas.
No por inocentes dejan de perder,
llegar a cero sin lagrimear, seguir adelante. No vale la pena
resolver problemas ajenos, pocos tienen tanta autoridad, ninguno tiene tanta
lastima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Que te parece?