08 julio

El rio crece con nosotros

 

 

  Llueve, lejos, en otro lado, el agua no reconoce fronteras ni sistemas, baja, camina, siempre, no hay forma de convencerla, llega adonde quiere llegar.  

  El humano consume, mata, destruye, rapiña y desordena todo, sin lógica, sin conciencia, sin moral ni piedad, no hay nada que lo detenga a la hora de ganar un centavo más, no hay sufrimiento que aplaque su sed de poder.


  Y como un buen heladero sumerge el copete del cucurucho en el chocolate caliente, las noticias de tragedias lejanas se usan para aparentar algún tipo de interés en el prójimo, ya que esta tan lejos, y las personas hasta ese momento indiferentes, se dan un baño de sensibilidad que solo los lleva al espanto y la queja improductivas, como cuando se quejan del calor en verano, del frio en invierno, del polvo en los días de viento…  

  Aun así, no se interesan por las causas, por las reales consecuencias, por ningún padecimiento que este a su alcance solucionar.

  Como sociedad estamos viviendo un resultado, por demás previsible, anunciado, esperable en mucha mayor magnitud cada año, ya que hemos resuelto cerrar los ojos cada día y envolvernos en la más monstruosa y destructiva indiferencia hacia nuestro presente, nuestro futuro, y ya, hoy en día, hacia nuestra simple posibilidad de supervivencia.  

  No se trata de militar sino de actuar, los miles de revoltosos que pretenden defender el planeta publicando noticias catastróficas sobre especies en peligro, santuarios contaminados, ecosistemas degradados, no dejan de tener en su mayoría un nivel de consumo completamente irracional.

  Y esto por supuesto termina generando residuos, agotando recursos, posibilitando la injusticia y la explotación más desenmascarada de cada día, como si no formaran parte, como si con su simple e incoherente punto de vista cumplieran la cuota de salvación del planeta.  

  Pero el planeta, nuestro hogar, no reconoce las buenas intenciones, ni las malas, solo los hechos, solo los procesos inexorables que estamos generando con nuestra irresponsabilidad colectiva. 


 ¡No, que no tengo la culpa! Siempre dice uno, porque no soy Chevron no soy Monsanto no soy Bayer… estupidez masificada de nuestros días, que intenta separar a las empresas de sus consumidores.  

  Y mientras ponen el grito en el cielo por el precio de la  nafta, no les importa que por sus diez centavos mueran casi seis mil personas por día en los países petroleros, que se fabriquen más bombas y más balas para proteger su querido monopolio que les garantiza un combustible barato adulterado con sangre… 

  Pero no nos vallamos tan lejos, desde la puerta de mi casa veo la misma gente tirando basura al rio, tal vez al volver a su casa en el centro lleven una bolsa de ropa usada para donar a los afectados por las inundaciones.  

  Pero el problema no es ambiental, es humano, el planeta tomara una decisión y nos extinguiremos y todo volverá a comenzar, nuestro tiempo habrá terminado siendo insignificante y caótico y luego las enredaderas subirán los 600 metros del rascacielos más alto del mundo sin preocuparse de los huesos volviéndose polvo.

  …Ayer estaba en el muro de contención, charlando con un amigo que había encontrado de casualidad un rato antes y se había arrimado a ver el alcance del agua, creciendo sin parar, charlábamos con un vecino que se divertía con sus gurises cazando los  cuises que buscaban refugio entre los cerros de escombros que apenas asomando del agua, hacían un islote donde los perros daban vuelta enloquecidos, en eso escuchamos “¡Señor!” Y al darnos vuelta: “¡Salí!”.  

  Eran  dos gurisitos en un carro, impecables y aguerridos, que prolijamente giraron sobre el empeine de la muralla y retrocediendo, empezaron a tirar las bolsas de basura que traían, ahí, al borde del agua, ya que toda la zona, usualmente usada como basural, se encontraba inundada.


  Tenía mi cámara de fotos en la mochila, pero no la saqué ¿para que una imagen distorsionada que solo ayude a fundamentar prejuicios?  

 Los niños eran una ternura total, la hermanita de siete años a las riendas del caballo alazán que tiraba del carro y el hermano menor, firme a su lado, los dos bien abrigados, cumpliendo su misión.  

  Alguien podría decir que el problema es la basura, pero sin dudas también tendría que buscarle una explicación al porque familias enteras comen de la basura, porque los niños trabajan, porque los padres están enfermos presos o muertos, porque sus hogares están llenos de ratas y agujeros, porque la sociedad sigue repartiendo más a quienes más tienen, aunque tenga que asesinar o hundir hasta el final a los más vulnerables.  

  Pero claro, eso no importa, hasta que no explota, hasta que no puede ser usado para la queja, la maniobra política, el circo mediático, la manipulación para obtener más injusticia.

  Pero entonces se viene la inundación, la sequía, las lluvias, los tornados, incendios, nevadas etc. 

  Todo magnificado, impredecible en su desarrollo y dirección ya que el equilibrio se ha roto, aunque podría apostar que la tragedia no alcanzara a los grandes responsables de las políticas que llevaron a esto, pero sin excepción caerá de alguna manera sobre las cabezas de los que se conforman con no saber ni enterarse del costo de su estilo de vida, y por supuesto, de los miserables que viven al costado de las ciudades.

  ¡Se quejan algunos! ¿De que las personas vayan a ver el rio crecer? ¿Y porque no? 

  Todos nos hemos quedado mirando el rio crecer, el rio solo tiene un recorrido, nosotros lo alimentamos con bosques o desiertos, con cascadas o represas, con veneno o naturaleza limpia. 

   Alimentamos el rio y el aire, la tierra con nuestra forma de vivir y consumir, no es esta falsa indignación de los indiferentes lo que va a cambiar la historia, mañana volverán a tirar basura en la costa y en los parques, en las alcantarillas, a reclamar que metan presos a los niños y que se legalice el linchamiento preventivo de los jóvenes pobres, porque si, porque desprecian la vida (mientras acarician su amado perrito de dos kilos y medio).  

  Mañana la vida volverá en forma de rio, mañana las grandes obras destinadas al monopolio y la dominación caerán por su propio peso, mañana el rio será de gente incontrolable, y la queja de siempre perderá su voz ante el embate de la lucha más primitiva por la supervivencia.  

  ¡¿Y vamos a seguir esperando para cambiar!?



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que te parece?

ONU (Revetada)

    Si la historia fuera lineal, estaríamos viviendo en un mundo ideal, al estilo de esa vieja película... https://www.youtube.com/watch?v=s...