21 junio

Desapegos

   



¿A que nos vamos a aferrar en este contexto, en esta bisagra histórica?

  Somos una especie tenaz en su terquedad.  Tan tenaz que podemos decidir eliminarnos los unos a los otros por solo una palabra, un color, un tono de voz.  

  Somos capaces de eliminar la vida en la otra mitad del planeta, hoy. 

  Por supuesto, que ha habido otras catástrofes descomunales.  Muchas, innumerables.  Aunque perecer era una consecuencia inevitable: ¡Los dinosaurios no podían dejar de ser pesados!  

  Pero la raza humana se extingue inexorablemente solo por no soltar, soltarse, por no salir corriendo de la sartén.

  ¿A que nos vamos a aferrar cuando todo se acelere? ¿Por qué? Antes que nada, no podemos detener la apresurada pérdida de sentido de cada aspecto o fundamento de la convivencia social, de cada meta, designio o mandato, de cada territorio de pertenencia, aunque sea sicológico, imaginario o virtual...

  Ninguna de las cosas por las que luchamos o pensamos luchar permanecerá intacta.  Nada de lo que hemos aprendido y aprehendido durante años nos alcanza para interpretar el mundo actual.  

  Ni siquiera la obediencia ciega, ni la obsecuencia, ni la indiferencia.  

  Pero incluso, este derrumbe estructural de perspectivas y líneas de acción, no nos prepara para el escenario actual: no se trata de cambios personales, de mejoras sociales o sinceramientos de las elites ni de otro cambio de dirigentes, de la necesaria y urgente evolución de las instituciones internacionales. 

 Se trata del desacople total de los resultados y los procesos que -como especie- generamos con respecto a la naturaleza  y nuestro común hogar llamado Tierra



  Luego de veinte mil años de historia humana moderna, ha llegado el momento de practicar el desapego, ya que muy pronto volveremos a las cavernas.  No hay forma de evitarlo, ni siquiera de comprenderlo... ¿Qué locura lleva a los mandatarios mundiales a destruir todo lo que cubre el planeta, incluido selvas y ríos, mares, llanuras, montañas...y por supuesto, personas y animales? 

  Si no hay forma de saber ahora, mucho menos la habrá mañana: también está en proceso de destrucción el pensamiento, el conocimiento, el poder de evaluar y discernir, de elegir.   Antes que logremos adaptarnos, tal vez tengamos que salir corriendo con lo puesto, sin mirar atrás, sin pretender saber: ¿Qué pasó con el resto?  

  No hay que preocuparse tanto, antes fue destruido el poder de percibir, de ser conscientes, de conectarnos con el resto de los seres vivos.  Deberíamos empezar a evolucionar, a adaptarnos, antes que sea tarde.  Y para eso deberíamos practicar, deberíamos especializarnos en el resto del tiempo que nos queda.

  Es necesario desapegarse, despojarse, sacarse peso de encima para el viaje que viene.  Es necesario practicar para poder sacarnos de encima el pensamiento caduco que moldeó nuestras vidas y nuestras conciencias desde que nacimos.  

  Es necesario dejar de creer en cualquier cosa que creamos, ya que todas son parte de lo mismo: la construcción de un mundo artificial que nos convierte en instrumentos, en alimento de los depredadores.

  Pero seguimos.  Seguimos buscando soluciones "para siempre" que nos rediman del momento actual.

  Seguimos buscando culpables y profetas, buenos y malos, para así continuar al margen de toda responsabilidad histórica.

  Seguimos inventando fantasías donde los elegidos se salvan y escapan.  Seguimos viviendo en Hollywood.  Seguimos caminando por el borde, tambaleándonos, frente el precipicio.  Ya ni siquiera hay forma de volver atrás

  Es hora de saltar.  ¿Cuánto peso llevás encima?

  

  

  

  





  

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