Hoy me desperté con miedo, y no es la película
que vi anoche, ni los sueños malditos que ya no puedo recordar. Hoy me desperté
así porque ya en el aire había algo raro… por suerte no hay lugar abajo del
somier para que se esconda nada, sino hubiera tenido que buscar la linterna y
revisar, porque indudablemente había algo malo, lo sentí sin ninguna
duda.
Paso sin calzarme por la cocina pero me
arrepiento enseguida y vuelvo a ponerme las pantuflas, ahora sí, voy hasta la
puerta de calle y abro un poquito, entreabro la puerta, lo suficiente para que
me encandile el sol, y el calor de la tarde se meta sin permiso… las rejas
brillan después del patiecito delantero. El calor es como una ola que sube,
bailando en el cemento. Esto está cada vez peor.
Pongo el aire a 18 grados y me arreglo con un pulóver finito de lana de vicuña, muy lindo, con dibujitos de indiecitos saltando y todo, creo que lo compre por internet…
¡Internet! ¡Corro a la computadora a ver si dice algo de la catástrofe inminente que se cierne sobre mi cabeza! Oh dios, esto es terrible, plagas por doquier, inundaciones, terremotos, olas gigantes, incendios, derrames de petróleo… hace mucho que no me actualizaba, realmente…
¡Esto está cada vez peor! Subo a mi cuenta de Greenpeace y aumento la contribución mensual a cincuenta pesos ¡Ojala ellos puedan hacer algo! Porque a mí me supera. Salgo afuera nuevamente, bah, miro por las rendijas de la persiana, las rejas parecen derretirse por el intenso sol, ¡que estamos haciendo con la capa de ozono!
¡Que estamos haciendo con el planeta! Es necesario generar conciencia, me digo y abro todas mis redes sociales, copiando y pegando las noticias, espero que a alguien le interese, entre todos podemos revertir esto, o nos cocinaremos en tan solo cien años.
Y si, parece mentira, pero con solo un grado y medio de diferencia promedio, los casquetes polares se derretirían y miles de ciudades costeras desaparecerían, ni hablar los tipos de esas islitas…mmm… no me acuerdo, escribo en una nota: “buscar islitas” pero la experiencia me dice que cuando la vuelva a ver será demasiado confusa y oscura así que la borro y escribo de nuevo: “calentamiento global. Islas. Peligro de inundación” no queda tampoco tan claro pero sabré interpretarla.
Mañana mismo buscare la Info para divulgarla.
Sigo copiando y pegando, me lo tomo en serio, pero lamentablemente, en el chat,
la gente que no hace nada se burla como si no viviera en el mismo planeta que
yo…
Rasguñan la puerta, es Black and White que quiere comer, abro la puerta de atrás y un yuyo se me cuela adentro, que horrible que esta esto, cierro el camino al perro mientras me contorsiono para agarrar los platos, los lleno y otra vez en su lugar, por la ventana miro mientras come, el patio esta horrible, lleno de yuyos y bolsas de basura rotas, pero él es feliz, trato de recordar el nombre de algún jardinero de confianza, no se me ocurre ninguno, tendré que consultar.
Después de tocar el perro me tengo que bañar, sino no puedo seguir, prendo la lluvia y me relajo con su relajante sonido, mientras hago caras en el espejo, practicando para la tarde, me desnudo y recibo el masaje del agua por un rato antes de empezar a enjabonarme, el shampú de bambú tendrá que alcanzarme por hoy, hasta que mi favorito este en stock nuevamente.
Esto de comprar por internet tiene su lado malo también, a veces mientras te decidís, vas a cliquear y antes de que muevas el dedo, zas “no disponible” alguien más se llevó el ultimo… apago el agua.
Me visto pensando en lo que voy a decir, tengo una hora para pensar en mi improvisación, escribo y borro, escribo y borro, hasta que me conforma y guardo el documento, y lo imprimo para memorizarlo, me hago dos sanguchitos de pan negro, tomate, lechuga, queso, jamón y huevo. Tengo que descongelar la heladera, pero no hoy, no tengo tiempo.
El remís espera en la puerta, preparo las llaves, miro bien a ver si hay algún extraño… salgo y cierro, salgo y cierro, abro y le indico la dirección al chofer, con su cara de culo, como si nunca lo hubieran tenido que esperar a él, arranca y vamos…
Que calor que hace, hago algunos ejercicios de respiración en el viaje, llegamos, me roba los diez centavos, no, no, está bien quedatelos, le digo como para que se dé cuenta que no lo volveré a llamar, tacho mentalmente a la empresa, y entro a la escuela, llegue tarde, tengo que atravesar el patio en pleno recreo, que desastre, este es el futuro del país!
Tanteo en el bolsillo el pendrive y entro al salón
de actos, a preparar la mini charla, espero que los niños sean más receptivos
que los adultos con respecto a la ecología…
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