…Que yo recuerde:
Hay cosas que no cambian en algunos barrios de Concordia, todo el mundo tiene un arma, gurises y gente grande, uno porque ya lo asaltaron y no sale más ni a pescar sin una nueve milímetros. Otro porque está buscando a los que lo asaltaron para matarlos.
Otro va armado porque está buscando alguno para asaltar. Otro, porque viene de noche y por las dudas. Otro, porque la lleva para cambiarla por drogas. Y otros porque todos tienen: mejor tener también.
Eso y una violencia latente, funcional.
Mientras, la gente vive y sigue adelante, levantando casillas donde se pueda, y hasta donde no se puede. Defendiendo un metro de terreno hasta hacerse o hacer el barrio, viviendo de la basura o del rio, o de las dos cosas.
Al mediodía cayendo al comedor, a buscar la comida, colgándose de la luz, cruzando un caño pal agua, pegando ladrillos cuando viene una buena, o clavando una tabla para cortarle el paso al viento.
Y en eso por la calle pasaban caminando como todos los
días, un par que no van a tener nunca para la bicicleta, y el muchacho le
preguntaba a la chica…vas a vender las zapatillas ¿y qué vas a hacer,
andar todo el invierno de ojotas? …
Y hace un par de días casi se agarraba a los tiros, iban para allá con la misma chica y un gurí más chico y se cruzaron con otros que serían aparentemente del bando que iba perdiendo uno a cero, porque la semana pasada le habían matado a uno , y deben haberse dicho algo porque empezaron a gritarles los que venían para acá, y se bajaron todos de la defensa para el lado del rio y uno le gritaba tira, tira puto y tira que ya te voy a ver no sé dónde.
Y etcétera, etcétera. Mientras el compañero miraba como carteando el territorio, y a los otros solo podía suponerlos con el muchacho apuntando algún revolver al pecho del que gritaba, y después todos siguieron de largo, seguro que se van a seguir cruzando.
Dicen algunas
versiones que el fallecido había ido a copar la parada con una recortada
y parece que no le fue muy bien porque el primer tiro de una 22 le entro
al costado del cogote, y bueno, se murió. (Los memoriosos afirman
que en la zona sur ya van muriendo como seis, en distintos hechos, desde
principios de año)
Pero esto fue hace días y hoy venia por la costanera y mientras pasaba se meten un par por la rampa a la izquierda del mirador (la costanera repleta como suele estar) y se veía que no iba de buenas la cosa como se iban mirando, y atrás se sigue metiendo gente y se van arrimando gurises arriba de la baranda como queriendo ver qué pasaba abajo, pero el lio seguro era al pie de los tubos de desagüe que en ese lugar salen como dentro de una pequeña covacha, además, con los pinos que hay no sé si verían algo.
No había luna, pero igualmente se podría decir que la cosa progresaba porque cada vez venia más gente y se metía a mirar por ahí o bajaba, y una mina subió diciendo ahí prefectura le está pegando a todo el mundo, y mientras sigo casi hasta carriego ya parecía una maratón.
Como en un reloj de arena, la gente se iba deslizando a medida que corrían algunos para el lado del quilombo los que quedaban con ese vacío en la un segundo antes repleta costanera se tomaban la mano para no perderse y enfilaban aunque sea despacito, a chusmear.
Hasta los milicos que cuidan que no les peguen a los agentes de tránsito concordienses, famosos mundialmente por su tendencia a la coima, se empezaron a mirar entre ellos y empezaron a caminar mirándose como viendo quien iba primero entre tanta gente, hasta trotar sin ganas agarrándose de los palos para que no les peguen en las patas.
Y entonces
doy la vuelta y voy también a ver que estaba pasando y había un par de
prefectura en esta grieta del hormigón y tenían a algunos y un hormiguero de
gente que no se iba ni se quedaba...
Y no se veía nada así que me fui por la calle que sube desde los sauces hasta la entrada del puerto desde donde justo ya venía la formación, una moto un patrullero y una camioneta, a todo trapo, y seguí nomas hasta que pasando las vías frente a Clapton me pasan dos motos con gente y uno le comentaba a los de la moto de al lado: …
_¡Lo mató! Le clavó el cuchillo, lo guardo en la mochila y se fue…
_¿Murió? -Le grito yo desde la bici.
_Si!
_¡Faa! No vayan a esperar una semana!
Y encaré para casa con cierta tranquilidad de que hoy no me iban a matar por haber cumplido ya con la cuota del día. O si, a veces los muchachos se salen de la estadística…
¡Son boludos los gurises!
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