O elecciones
Se nota: hay un ambiente raro en las oficinas, los empleados caminan hacia sus tareas con más lentitud de lo acostumbrado, la rutina solo distrae, lo importante esta todavía por pasar. A veces se sabe de antemano quien va a ganar, y otras viene peleado, tan raro, que nadie termina de saber si está en un bando o en el otro.
Bueno, los que
ya están ya están, pero también están los que todavía no están ¿qué? Claro, es
así, no hay una silla que permanezca vacía un solo segundo, donde uno se para,
aparece otro y se sienta, aunque sea por un rato, para probarla, porque todo
está por duplicado, esperando la definición.
¡Y los dos cadetes esperan que uno de los dos jefes de compras le diga a que panadería hay que ir a buscar los bizcochitos! y “democráticamente”, el personal de limpieza se reparte el salón por mitades, afanando para molestar las gomas, reglas y marcadores de los del otro bando.
El contador "A" y el contador "B" llegan a las once de la mañana y se ponen a discutir por los dobles gastos, los dobles faltantes, los dobles sueldos, etc. Aunque sin voluntad de arreglar nada, por si pierden, que el quilombo le quede al otro.
Después toman un café, y se van charlando
hasta el estacionamiento, como demostrando que son profesionales, que son más
civilizados que los demás, que se arrancan los ojos en cuanto tienen una
oportunidad. Jajaja!
Mientras tanto, en esta democracia distorsionada, el doble de mochilas se van cada día con los frutos de mil impuestos distorsivos, que vuelven selectivamente a familias seleccionadas. Igual hay para todos, si se mueven, claro, es un año electoral y sobran planes, becas y pensiones, chapas y viviendas, además de los puestos que están por definirse.
Una gorda le comenta a otra, en mesa de entradas, para que se muera de envidia, que le regalaron un plan “argentina trabaja”, cumpliendo el trámite de anotar al hijo, claro, para poder cobrar. La mira como diciendo “que me importa quien gane, si yo ya estoy hecha” y la otra se pone verde y tiembla por adentro, esta misma tarde va a ver si le dan la beca del bicentenario para el más grande, y que quilombo va a armar si no sale rápido.
Después terminan de desayunar mientras acomodan sus papeles, la
gente sigue en la cola quieta, esperando sin quejarse, desde las ocho de la
mañana.
Nada funciona el doble de rápido, sino al contrario, el ritmo frenético en los pasillos solo se debe a la superpoblación administrativa y el consiguiente desorden, con empleados llanos y jerarquizados que se buscan unos a otros para consultarse, sin encontrarse.
Sin embargo, cuando lo hacen, solo es para olvidarse de lo que estaban haciendo y sumarse a
la camarilla donde se reparten las últimas tendencias, los últimos chusmeríos,
se festejan las ultimas zancadillas y puñaladas por la espalda, mientras, un
viejo en la sala de espera se duerme agarrado a su bastón para que no se lo
roben.
Por suerte casi todos van prendidos a
la misma nave madre, en esta interna de intereses, tooodos debajo de la misma
pollera, eso evita que corra la sangre, porque, en definitiva, después siempre
habrá un huesito consuelo para los que se quedaron afuera. Mientras los capos
transan entre ellos y se preocupan de no perder ningún negocio ni desnudar
demasiadas contradicciones…
… Pero esas cosas de arriba mejor ni meterse, aparte son versiones que arman ellos mismos para tantear como está la cosa, lo esencial es robar para la corona, y quedarse con el treinta por ciento, ¡el setenta por ciento es para la corona!
Rendir bien las cuentas, y ganar
confianza, y siempre estar del lado de los ganadores, que es lo importante, por
eso ahora andan tantas chequeras dando vuelta, porque baja mucha plata, pero
muuucha, y la gente se cambia de bando cuando puede, y ya está todo
definido.
Pero te decía, entonces podemos empezar a meter a algunos parientes y conocidos, que ahora pasaran a robar para uno, y así ganar poder para poder hacerse una linda casita en un barrio tranquilo y dejarse de joder por un rato, que la política no es para toda la vida, y siempre hay que ir armando un negocito aparte, para no quedar colgado de la brocha si se corta la racha.
Como el tío Roberto que trabajaba en el
corralón municipal y ahora no solo tiene su corralón sino que hasta le vende a
la Muni, un capo.
Y bueno, vos anda y habla con este tipo, más si lo conoces de antes, decile que querés trabajar políticamente, que querés salir adelante, yo no te puedo recomendar porque lamentablemente estoy del lado de los perdedores, aunque no se por cuánto tiempo. Si me ponen la plata adelante, largo a estos a la mierda, pero vos sabes cómo es esto. Andá y decile...
O sea...viste? Decile que querés progresar, que te valla tirando algo, y por ahí ya arrancas antes de noviembre eh, vos anda pensando en algún proyecto, alguna cosa para sacar un crédito que se yo, de lo que vos haces, bueno nos vemos que estoy hasta las bolas de tiempo.
Pasá por allá esta semana, un abrazo a tus viejos…
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