08 diciembre

Relojes de arena (Poesías)

 


Autoabsolución


Que desgarradora es nuestra ingenuidad, como para servirla en una mesa

Que sangrienta y feliz nuestra sonrisa.  Es cierto que no somos cómplices.

Las noticias están por todos lados: no son nuestras manos las que destruyen todo.

Las pruebas y testigos lo indican, claramente: alguien mata mientras descanso.

En mi cama como  un gato, o preparando el café de la mañana en la cocina...

Mirando la pantalla sin pestañear, o trabajando, o disfrutando un merecido feriado...

Envío mi amor a mis seres queridos.  Incluso le sonrío, a veces, a los desesperados...

Hay una guerra despues de la esquina, pero todos sabemos que estoy acá, de este lado.

Todos lo sabemos verdad, nos vemos, de este lado... inocentes de ningún pecado.

Solo es un imperio más masacrando!  Que harían sino, los imperios!  Quien está al mando?

Mueren hombres, mujeres y niños?  Para que nacieron! Soy culpable de este mundo moderno?

Todo lo que doy, todo lo que tengo... Debería ponerlo en riesgo? Nacer, allá, de nuevo?


Tiempo presente


Por qué olvidamos en verano, las cosas que hubiéramos querido hacer en invierno?

Porque solo somos seres humanos?  Tan duras como queremos, son las cadenas de lo inmediato.

Por qué tan solo cuando llega la noche, recordamos lo que hubiéramos querido ser, durante el día?

Por que solo somos seres humanos? Tan anclados como lo permitimos, al lastre de la tradición...

Nuestra excusa es la educación.  La repetición.  La imposición.  Triunfa el mal nuevamente?

Solo por nuestra cobardía?  Que desgastante esfuerzo, vivir en tan perfecta indiferencia...

 


Paradojas modernas


Cómo elegir la vida, cuando la opción es la muerte?

Como barrer el piso, de una casa que se incendia?

Como atravesar el silencio del bosque de bambú,

Sin escuchar un millón de espíritus siniestros?

Como darle la mano a tu enemigo un segundo

Antes, de su precisa estocada por la espalda?

No es posible olvidarse de uno mismo, aunque

Destruyamos todos los espejos...

No es posible nacer en medio de la historia,

Para escribir la primera hoja en blanco.

Solo el amor, nos consume por completo.



Dia a día 


Cotidianamente devastado, encapsulado.

Encerrado, engrilletado, amordazado.

Mi mundo no encaja, con el mundo:

Solo se roza, de vez en vez, solo...

Atravieso esta selva para cazar...

Recolectar y pescar, pero no siento

Ni lástima, por esta humanidad




Revelaciones de último segundo


Hay cosas que no se pueden imaginar

Demasiadas cosas

O, mas bien, casi todas...

Nuestro mundo de flechas rojas

Nuestro reducto de líneas blancas y amarillas,

De señales de "Pare" y "Avance" no puede anticipar

Nada parecido, a la realidad:

El espanto de la guerra, el hedor salvaje, de la sangre

Podrida y quemada, y los perros, aullando atrás.

El amor inesperado con el que un beso nos sorprende

Y todos los colores vuelven a brillar.

La indefensión del hambre, el frío, inevitables,

La cacería o la huida, el miedo, la adrenalina.

El frenesí del sexo, del asesinato, el infinito aburrimiento mortal.

La indiferencia final, sin retorno, el desapego total.

El inicio de la vida, la textura de una flor, en un amanecer, 

Que no nos tocaba ver.  El despojo, de nuestro propio orgullo, 

Al caminar al fin, sobre nuestros propios, frágiles, pies...


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