03 julio

Profundidad




  No se!!

  No se que está pasando en el país!  Estoy desorientado. ya no me alcanza con comer y dormir, con trabajar y divertirme, ya no me alcanza para las drogas ni para todo lo demás.  Y la culpa es del otro, todos lo sabemos.  Ya no se sabe de quien, pero alguien transforma toda esta riqueza alrededor en miseria y desesperación colectiva.

 A fin de cuentas, los buenos hicieron cosas malas, pero...Los malos hicieron cosas buenas! Los que dijeron que iban a hacer una cosa, hicieron otra! Los que estaban de un lado, dieron un salto hasta el otro! Los rivales se volvieron socios, los enemigos se hicieron amigos.  Las ideologías se volvieron obsoletas.

  Y como siempre, nos quedamos mirando.

 La política no deja de ser un teatro de máscaras que nunca terminan de develar al último personaje.  La única realidad comprobable a gran escala es el saqueo, la entrega y la sumisión total.  Y como consecuencia, la carestía, la escasez, la depresión y el odio. 

Que bonito, no hay discontinuidad en realidad: unos preparan el terreno y otros lo siembran, al rato habrá otros que lo cuiden y luego otros que lo cosechen...

  En cada ciclo se puede ver, sin embargo, una misma dirección, una fuerza motriz que es ajena a los resultados parciales.  Atemporal, los cambios y reacomodamientos superficiales siempre la fortalecen, la benefician.  Todo es previsible.





  Gane quien gane, gana quien tiene que ganar.  Y se hace lo que se había venido a hacer!

 Milagrosamente, siempre algún distraído, algún traidor o patriota cambia de bando a último momento y desempata la votación que permite rematar todo (incluso las joyas de la abuela), o ir a la guerra, o terminar con el circo de los derechos y la libertad. 

  O lo que sea.  La autoridad, la soberanía, no deja de ser una representación teatral, un esquema de administración de los recursos humanos del planeta.  Magia de criadero

  Y así se legisla para ametrallar o encarcelar, o para entregar un país de regalo, envuelto, con moño y todo.   Así se gobierna para los grandes del mundo y sus caprichosas necesidades.  Así se educa al ciudadano en la apatía, el conformismo y la indiferencia, pero también en la indefensión y el servilismo...

  En resumen: la Democracia.

  El pueblo mantiene las luces del teatro encendido: pone la música en el escenario donde bailan las marionetas, y, si es necesario, además del esfuerzo pone también los muertos.  Pero no deja de ser un show! 

  Vivimos para representar un papel contra nosotros mismos, donde nuestra pequeña vida es solo un engranaje de una maquinaria mas grande.  A fuerza de doctrinas, educación y relojes, nos sacan el jugo... Tal como nosotros se lo sacamos a la tierra! 

 Tal como lucramos con el esfuerzo ajeno, todo nuestro éxito no hace mas que alimentar un negocio mas grande, del cual, sin embargo, no tendremos jamás beneficio.  O, donde queda, un metro cuadrado fuera del sistema?





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