Hemos sido derrotados: sistemáticamente. Ya casi nunca hace falta machacar a indignados pobladores con tanquetas y soldados o sicópatas y mercenarios uniformados a toda prisa.
Atrás quedaron los lejanos tiempos en que audaces escritores advertían los peligros del camino que se nos estaba trazando: hoy, las distopías son usadas como manuales por los usuarios del totalitarismo "light" que aceita nuestra convivencia hasta ahogarnos.
Todos nuestros pensamientos son creados en laboratorios de ideas internacionales, nuestras emociones son cuantificadas y registradas y administradas en maquinas que ya empiezan a tener rasgos humanos, los mas tenebrosos rasgos humanos.
Mientras tanto, las personas se vuelven cada vez mas autómatas sin cerebro ni corazón, dispuestas a ser dirigidas, digeridas, sin necesidad de coerciones, premios o castigos.
Sin embargo, como especie, no pueden derrotar del todo ese ancestral sentido de estar vivos con un fin, como un fin, no pueden apagar completamente esa chispa de libertad que habita en la conciencia individual de seres vivos, forjados con el mismo material de montañas, océanos y planetas. Y nunca podrán!
Pero lo intentan.
Y de cuantas viejas maneras, como hace siglos Esopo, ese fabulista del imperio, ya hablaba de cigarras y hormigas, para convencernos de la utilidad de ser soldaditos obedientes acuartelados antes que juglares y músicos que corrieran el riesgo de ser excluidos hasta la muerte por decir o siquiera intuir la verdad...
Al día de hoy, con la cuarta revolución industrial en marcha, al ritmo de nanotecnologías, inteligencias artificiales y ecuaciones cuánticas, las mentiras deben surgir de cada corazón inútil y malgastado por el consumismo, de cada mente atrofiada por el miedo y la necesidad de lucro.
Pero los que no cambian son las fábulas y los fabuladores, en su clásica humanización de la naturaleza para imponer conductas y valores a través de metáforas y resonancias ridículas, reduciendo a la población humana al simple utilitarismo.
Entonces delegamos nuestro poder y nuestras decisiones, mientras aprendemos las nuevas fábulas, como la de las abejas que salvan al mundo...
Pero no, che!! No!!
Como unas abejas europeas podrían salvar el mundo!
No nacimos para acopiar miel para lideres desconocidos a los que les importamos muy poco, mientras trabajamos hasta morir, es un hermoso sueño para las élites pero siempre tendrán que luchar por ello.
En casi todos los continentes, donde no había abejas europeas, decenas de miles de polinizadores disfrutaban de su trabajo, incluso unas cientos de especies de abejas, y unas decenas productoras de miel.
Hoy, muchos de esos insectos están extintos, pero no fue culpa de la abeja europea, que simplemente poliniza monocultivos industriales que serán exportados por empresas multinacionales, mientras dejan la basura y los restos, la enfermedad y la guerra interna como vuelto. Las mata nuestra común indiferencia hacia el futuro, desde la cual nos permitimos ser tan ingenuos como podamos.
Pero somos necesarios! Aunque no en ese sentido colonial y despótico, semiexótico, rutinario, desopilante de Hollywood, que usamos como molde.
No, somos necesarios como seres vivos, únicos. Como expresiones completas de conciencia. Cada persona representa un esquema irrepetible de interpretación del mundo. Y es necesaria esta diversidad total, cultural y social, étnica, geográfica, climática, sexual.
Es imprescindible para la vida en el planeta dejar de estrechar las miras hacia la guerra y el fascismo y dejar que se exprese lo que quede del abanico de manifestaciones territoriales, estéticas y naturales si queremos impedir la extinción de peces, insectos, mamíferos, árboles, plantas y seres humanos.
El desafío para hoy es salir de la fijación monotemática de la pantalla y mirar alrededor: luego de cada último átomo de piel, el mundo que nos rodea es nuestra exclusiva construcción, y nadie puede negarnos soberanía sobre nuestras decisiones y responsabilidades.
Qué pensamos cuando pensamos? En qué?
Todo lo que sabemos es esperar como en un cumpleaños, que nos sirvan nuestra porción del pastel, que nos digan como, que, cuando, donde, quién, sin la incomodidad de preguntarnos por qué o para qué porque eso desacomoda la inmediatez del placer y pone inmediatamente en juicio a los premios y castigos en que se basa la domesticación total de cada persona en el planeta.
Pero sigue siendo nuestra decisión!! Que vas a hacer hoy, cuando abras la puerta de tu casa??
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