En la
seca…
En este bosque de árboles muertos
No hay una rama que no se doble
De tantos buitres hambrientos:
Expectantes.
Necios. Neutrales.
No importa ya si la lucha es justa,
Solo están listos a seguir aplaudiendo
Temerosos de perder una pluma
No bajaran hasta que no se mueva
El cuerpo quieto de latidos, inerte…
Pero ante tantas miradas quien
Realmente va a regalarles hoy
El aroma dulce de la rendición
Contra el delicioso sabor de
Morir peleando sin descanso
Tal vez ganar, antes que huir
Y al recordar esa agudeza cruel
Del hambre de los inicuos
Reír sin solemnidades ya
En la primera sombra fresca
En el primer sol del camino…
Como yo,
como vos…
Como el mar mirándose a través de un espejo:
Me asomo al mar que vive dentro de mí
¿Por qué no me deja ver de dónde sale
El color que tiñe sus profundidades…?
Como si fuera el cielo fundiéndose con el
universo
Miro hacia la inmensidad que acecha desde mi…
Como una gota que cae lenta y rítmicamente
Se desagota el sentido del tiempo que resta
por venir.
Como un continente que flota en el infinito
mismo
Buscando un planeta donde aterrizar intacto
Montañas y desiertos, hielo y selva, ríos
polvorientos
Valles y llanuras interminables, y un viento que
nunca para.
Como un pájaro borracho que no sabe
Si se ha caído realmente del nido
Caliento mi corazón a soplidos
Esperando que me diga porque late…
Sólo el
mar…
¿Cómo navegar eternamente si no existe el
puerto
Y atravesar tormentas, una tras otra, sin
poder
Tomar un descanso, oler la tierra, construir
una casa?
¿Cómo seguir siempre adelante sin creer,
después
De haber colgado a tantos sacerdotes,
encendido
Templos viejos, ruinosos de su hipócrita
maldad?
¿Cómo respirar este olor a sal eterna, esta
brisa lenta
De pescados podridos, después de tantos
naufragios?
…De haber echado a pique tantos buenos barcos,
lentamente,
Sin tener ganas de llorar, y sin embargo, no
poder
Perdonar los tiburones ni olvidarlos, y
reconocer
Con las manos en el agua, que todo y todos
somos
Parte del mismo hilo en un carretel, que
asegura tenso
El velamen de una nave que no tiene principio
ni fin.
Y esos pequeños pececitos…que usaremos de
carnada
¿No eran los más felices? ¿En sus alegres
reuniones?
El viento eterno encrespa la conciencia,
aunque sea
Imperativo trazar un nuevo rumbo, otra vez, y
mirar
Sin soltar el timón el horizonte que se aleja
cada vez mas
De nuestro solitario acoso, de esta implacable
tenacidad…
Juegos
de mesa
¿Cómo escapar al temblor del miedo, y su
promesa…?
¿Cómo escapar de la mesa justo antes que las
cartas
Se den vuelta?
Y las apuestas digan: perder o ganar
No es lo mismo pero siempre es el mismo juego.
¿Cuánto dura ese segundo en que miramos a los
ojos
De nuestro destino sin saber arrepentirnos
porque…?
Siempre es el mismo tiempo: hoy, ayer, mañana…
Y seguimos envasados en la misma piel intacta
Que se esconde bajo nuestras cicatrices,
esperando
Que la caricia del otoño derrote los malos
presagios
Que los dientes fríos del invierno alejen
mordiendo
En el culo a fantasmas y monstruos, sonriendo
Para dejar lugar a palabras como brotes nuevos
Para hacer la primavera con solo cuatro
cartas…
Redención
Hay verdades ocultas
Tras kilómetros oscuros
De
decisiones erradas
Y caminos enmarañados
Que no volveremos a tomar.
Hay lugares de los cuales
No nos podemos ir sin dejar
La piel y el alma en una percha.
Hay un momento en que somos
El único lugar en el mundo
Al que podemos volver…
Hay un reloj sin arena
Que en vez de correr espera:
Está fijo en nuestra hora.
El ombligo del planeta
Cuando el murmullo se quiebra
Es donde nos detenemos.
Atando
el ancla
Todo lo que sabe el viento
Y lo que ayer lavó la lluvia
Todas las artes de matar
Todas las trampas invisibles
Infaliblemente aptas para
Seguir llenando mi pared
Con los cráneos asombrados
De mis dulces enemigos
No me sirve hoy para caminar
En este campo minado
Que atravieso cada día
Para volver a mi isla de ayer
Conceptualmente desierta
Extraterrestre y austera
Creciendo hacia sus raíces
Añorando un día claro
Donde aterrice en el planeta
Que allá abajo y a lo lejos
Brilla de efervescencia…
Lento
atardecer en el bosque
Cuando cae la noche parece hasta poético:
La danza
de las sombras que bailan
Cada vez más cerca alrededor…
Y el silencio, donde tus pasos se escuchan
Y los testigos que se arrancan los ojos
Mientras los jueces se toman vacaciones
De su incomoda imparcialidad…
Los viejos bastiones rematados por monedas
Y todo refugio a la venta, por lo que puedan
sacar
Los poderosos no caen (en sus duelos de
mentiras)
Solo cambian la piel a tiempo, justo antes
De dar su aprobación al invierno negro.
Como ardillas amontonando nueces
Nos olvidamos de ser libres y los dueños
Del granero en el hueco del viejo roble:
Ríen antes de dormir, a carcajadas
Recordándose al salir con su adustas caras
A pedir más movimiento, mientras
Sus esbirros sellan todas las entradas.
Silbidos
Alguien entro a mi corazón sonriendo
No había cerraduras en su puerta
Y se puso a silbar suave, acariciando el aire
Sin dejar de sonreír,
Mirando, soplándose las manos
Y una manada de lobos se arracimo
Instantáneamente
Adentro mío, rascándome el pecho
Olfateando todo, nerviosos, decididos
Completamente listos para salir al trote
Atravesando la nieve espesa del invierno
Amanecer
en las trincheras
Qué fácil es dar consejos desde afuera
Y
apostar a blanco o negro sin jugar
Que justo es indignarse sin dejar
De ver televisión como rutina…
Involucrados firmemente cada día
En la indiferente mirada del hastío…
Están al alcance todas las soluciones
Para la vida de los otros, tan claras,
Desde un mundo que solo se replica
(Autoagonizante sin razón, ni sentido)
Mientras intenta encajar a los demás
A la fuerza en moldes inútiles, gastados.
Pero una sola gota de vida puede ser
La causa de toda la debacle post-social
Donde todo lo gris y muerto ahora
Parece solo gris y muerto, como era
Cuando vivíamos babeando todo el día
Nuestra letanía feliz de conformes esclavos.
Morir no es tan trágico como conservar la vida
Cuando los días pasan temerosos
¿Eso es sangre? ¡Me desmayo!
La realidad no quiere correr riesgos
De quedar fija en nuestras pupilas:
Adictos al arte de detenernos.
Quiero caer con los ojos bien abiertos
Acariciando la tierra sin pensar que
Hay un déficit de amor en marcha
Que entristece los músculos cansados
De crear refundando desde cero
Un mundo donde no mande la espada.
Ver
amanecer
Hoy vi salir el sol tras la mancha cansada de
los arboles
Y un viento luminoso y fresco de otoño me
atravesó corriendo
Mientras el mundo gira sólo caminamos lento,
esperando
Alcanzar nuestro destino esquivo, inexorable,
cierto.
Valió la pena despojarse de todo y hasta del
tiempo
Para llegar a este mudo segundo testigo del
renacimiento
Mientras los rebaños pastan indiferentes o
caminan, aquí y allá,
Repitiendo lo que aprendieron pisando las
huellas secas.
En unos segundos todo será lucha, vida,
sangre, muerte…
Y llantos nuevos de alegría entre sonrisas de esperanza
Atravesando la depredación constante del alma,
viaja,
Hacia nosotros el sentido de las palabras aun
no dichas.
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