Estábamos sentados en la escalera del banco, a veces alguno venia al cajero, sacaba plata y se iba, dudaban, antes de entrar, pero finalmente hacían la suya.
Ya habían venido a observarnos una pareja de policías (muy linda ella) a hablar con nosotros, pero al ver que solo estábamos tomando mate y bien tranquilos se decidieron a retirarse, tal vez desconcertados, sin pedirnos siquiera documentos.
Nosotros, que en la
semana no tuvimos ni un franco, estábamos todos despatarrados, copiando las
paredes y el piso de porcelanato con el cuerpo molido.
No terminábamos de comentar la visita, y el Mati que saca todo el equipo y se pone a armar un porro al lado mío, cuando frena un patrullero.
Silencioso.
Y se bajan cinco canas con las Itacas en
la mano a cara de perro: "¡Arriba, arriba, que pasa, que pasa acá, contra la pared,
vamos!" Y el boludo salta asustado y yo me corro tapando el material contra el
vidrio, en un reflejo automático que fue advertido por el más fortachón de los
cobanis. “a ver que tenés ahí, levantate maquina”
Eeeehhh como que no, es para preparar la caña con ruda ¡Tres traguitos y no me resfrío en todo el año! Y para el mate que estábamos tomando, aparte, ¡Es todo producción casera, orgánica, de primera calidad! -Lo corrijo, queriendo hacerme el simpático-.
"Si, ya veo" Y levanta un cogollo para olerlo, con lo que me arrepiento profundamente de mis palabras ¡A ver si se mandaban a mi casa! Pero también lo deja, haciéndole un guiño a otro milico, como si dijera “mirá los pibes” y los otros tres se cagan de risa….
_¡Ah sí! ¡Buena producción casera! ¿Y adonde
esta la huerta?
Y yo que empezaba a transpirar
frio pensando en cómo iba a salir de esta cagada…
_Parece orégano ¿No, Mendoza?
Ahí yo dije... que mierda me importa nada, y me paré: "Es marihuana señor, trabajo doce horas corridas todos los días para vivir tranquilo sin que nadie me moleste cuando descanso”
Apenas me salían las palabras, sin mirarlo, temblando la garganta, solo tenía frente a mis ojos bajos la imagen del caño brillante contra el piso al lado de los borcegos viejos relustrados.
_Jajajajajajajajaja ¡No te encrespés que
nadie dijo chancho! ¿Y cómo se usa a ver? ¡Armá campeón! (ya no había forma de
entender que estaba pasando) -y sin pensar más saco una hojilla y empiezo a
enroscar, la rompo de los nervios y empiezo con otra, apenas picando las
flores, más que un faso parecía una bolsa de gatos. Finalmente se lo
paso al milico, que no lo agarra:
_prendelo
_No, gracias
_Dale máquina, dale gas
_…
_¿Ah no? -preguntó el policía, desafiante- ¡Mendoza!
_¡Si! ¡Señor!
_¡Prenda el porro que armo este muchacho! Fúmeselo! …Y dígame si es bueno.
_A ver… a ver… ¡Upppaaa! ¡Que ricoo!
(jajajajaja ellos se reían y nosotros ni ahí) ¡Que bueno, que bueno! ¿Y esto
tenés en tu casa, no tenés semillas? ¡Yo también quiero plantar!
El Cone me miraba fijo porque sabía que yo
había traído unas semillas para él y me hacía "¡No! ¡No!" Con las bolitas de los
ojos.
Pero más jugados no podíamos estar ¡Y el milico que seguía fumando duro y parejo pero parecía que les pegaba a los
otros por las carcajadas!
Así que saque la bolsita y se la di sin
pensar, y ahí tuve que explicarle como hacerlas germinar, el trasplante, el
cuidado y el riego, la floración, el sexo de las plantas y todo lo demás ante
la atenta mirada de los otros que secreteaban entre ellos y se reían
disimuladamente.
_¿Me dejás uno para después?
_¡Si,
llevate todo! Le digo
_No, no, un poquito nomas -y del bulto saca
dos cogollos
_Pórtense bien: ¡Acá a dos cuadras tienen una plaza donde nadie les va a romper las bolas! (otra carcajada general)
Y se suben al patrullero, pero se
quedan ahí. Nosotros, congelados.
A los diez segundos abren las cuatro puertas a la vez amenazando a bajar, pero cierran y se van cegándose de risa tocando sirena para saludar... ¿Que flasheros no? ¡A mi casi me salta el corazón por la boca!
El Conejo estaba por llorar…pobre pendejo
No nos daba la lengua para comentar lo que nos
había acabado de pasar, quedamos como atontados, y como no pasaban ya más
chicas para mirar y piropear, arrancamos para el barrio a ver si podíamos
dormir después de todo eso. Pero no pude, espero que lo entienda y que
estoy re cansado y que solo por eso llegue tarde a trabajar hoy…
_Bueno, anda con Pablito y pónganse a hacer
hormigón que hoy empezamos con el contrapiso, y se quedan hasta que terminen… ¡Y
si los llego a agarrar fumando los echo a la mierda a los dos!
_¡Si señor! ¡Gracias!
Y me fui a buscar las palas pensando en todo esto que había pasado…pero en todo el día no me pude borrar de la mente la sonrisa pícara del policía mientras miraba prender el porro a su compañero…
¡Que locura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Que te parece?