Podríamos caer en la tentación de llamarlas Redes "Antisociales" ya que en vez de conectarnos no resultan en otra cosa que en dejarnos cebos para atraparnos como peces, acumulando nuestra energía y nuestros recursos económicos, mentales y psicológicos para objetivos ajenos, lastimosamente corporativos.
Por supuesto que cuando hablamos de Sociedad, sobre todo la sociedad actual, no estamos hablando mas que de eso mismo, así que si, son redes absolutamente sociales, dedicadas a profundizar y sistematizar el adiestramiento compulsivo en que consiste la convivencia actual y virtual, presencial, o como sea.
En definitiva, el mas rápido y cruel de los resultados, es debilitarnos y carcomer el sentido del tiempo, diluir nuestros sueños en la admiración y la añoranza de heroicos e improbables guerreros, aventureros y exitosos incomprobables ejemplos de lo que pudiéramos ser si solo tiráramos a la basura nuestro teléfono.
Porque, por supuesto, esta avalancha de malos ejemplos, de alternativas idílicas y de justificaciones polifacéticas, no hace mas que debilitarnos, ya que cualquiera de nuestros mas aberrantes disparates o el mas vergonzoso de los desastres, encontrará un posteo donde sea reflejado. Y no solo eso, sino que también podremos comprobar que nuestra caída en la idiotez y el destructivo egoísmo se avale, festeje y multiplique a través de la imitación y los modernos desafíos donde debemos comprobar que podemos ser igual de idiotas que cualquiera de los demás.
Así que navegamos, recalamos aleatoriamente, al azar en cualquier producto o página, en cualquier perfil de una celebridad artificialmente maquillada de buenas acciones, en cualquier actividad que nos permita llenar el tiempo segundo a segundo y minuto a minuto hasta gastar el día, ya que cuando abrimos los ojos había dejado de tener sentido.
Pero no termina ahí, por suerte, ya que mañana encontraremos nuevas formas de gastar nuestro escaso dinero en objetos inútiles, de esparcir nuestra vida y nuestro tiempo, nuestra precaria atención en historias prefabricadas y evidentemente falsas, en videos fabulosamente falsos e inocuos, en consejos absurdos e indicaciones temerarias, que nos conviertan en calmas ovejas dedicadas full time al pastoreo de la libertad total de la pantalla...
Y así terminamos sintiéndonos acorralados por el sucio pasto de una plaza, por el cortante viento de la primavera, por el machacante sol de la mañana que nos aleja de rosadas playas de aguas transparentes que empezaremos a disfrutar apenas podamos enchufar el cargador de nuestro dispositivo de incomunicación electrónico.
Hemos dilapidado a la raza, a la especie humana. Ahora solo nos queda la farsa, pero que belleza, si pudiéramos viajar a la irrealidad...
Del otro lado del mundo, hay alguien pegado a la pantalla soñando con ser vos.
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