¿Te gustan
los amaneceres y el vuelo de las aves?
Acaso, no
es hermoso el crepitar, del fuego sagrado…
Meditas o
rezas, ayudas a un anciano, reconfortas,
La marisma
sin norte a la que llamas “corazón”.
¿Por qué te
elevas? ¿Por qué te arrastras?
¿Existe ese
mundo nuevo, donde aterrizar?
Se
conforman los ciegos, con su oscuridad
De
brillantes colores inimaginables…
Fluxo
La montaña
tose porque no sabe llorar
Sabe que
sus lágrimas serán, envenenadas
La vida o
la muerte, que mas da, no se puede
Atrapar, la
libertad, en una jaula.
Hormiguitas
pululan de aquí para allá
Afanosas
tras su miga de pan, sueñan.
Ciegas a su
nido en llamas, corren,
Azotan
caballos en su corazón…
Se abren
dos puños llenos de pájaros negros
Para que el
cielo se tiña de destellos
Las viejas manos siembran incendios,
Se
arrastran, lentamente, los insectos:
Los
desiertos se mueven, el cielo se queja
Ignoramos
todo, lo que va a pasar…
Lanzan los
dados en una mesa lejana
No importa
el resultado, tienen que jugar.
No hay
lugar adonde ir… ¡Ni siquiera hay forma!
¿Escapar?
Esta es nuestra casa, el infinito,
Planeta que
rodea nuestra piel, constantemente, por todas partes.
Las flores
y el barro, la sangre que gira en cada corazón
Iluminado,
oscurecido, apagado, agonizante o en llamas,
No deciden
el peso de las maquinas que matan
Para que
las ruedas implacables de los imperios
Acaparen
todo, lo que aún está vivo, como simple combustible.
No
necesitamos pensar, sentir, amar, si todo nos lo indican
No
necesitamos saber, mirar, experimentar, comprobar…
Si caminamos
por donde nos dicen que, debemos caminar.
Pero el
mundo se agotó, para los saqueadores, ya no alcanza
Con
exterminar a los débiles. Acribillar
disconformes: ¿Para qué?
La guerra
es contra la humanidad, pero dormimos, intensamente
Acunados,
acariciados, con el ronroneo de la propaganda derramada
Sobre
nuestra dignidad artificial, fabricada, como todo lo demás.
Engranaje y
trama
Miles de
caminos nacen también cada segundo
De la trama
que nos atraviesa desde todos lados
Nada nos
ata a la esclavitud sino el temor
(La
comodidad de vivir en un corral caliente)
Dejamos de
temblar apoyados, espalda contra espalda
Dejamos de
pensar eligiendo un bando donde disculpar
La apatía
de pisotear, cada día, nuestra propia vida.
Somos
felices aumentando nuestro precio de engranajes
Orgullosamente
exterminamos, marchitos, apagándonos…
La amplitud
inmensa de ser parte de todo, lo que nos cerca. ¿O solo nos circunda?
Cada
mentira tiene un precio, que podemos financiar de nuevo
Mientras
vemos pasar la vida entera, aun pensamos en nuestro entierro.
Fluidez
¿Hoy ya es
mañana?
O en que
estaba pensando
¿Es el
mismo sol, la misma tarde?
¡No!
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