Diccionario:
Horda
nombre femenino
- 1.
Comunidad nómada que se distingue de la tribu
por el carácter rudimentario de los vínculos sociales y espirituales que unen a
los que la integran.
"las hordas bárbaras comenzaron a invadir
el imperio romano en el siglo V d. C"
- 2.
Grupo de gente armada que no pertenece a un
ejército regular.
Hay
ciclos que no se cierran hasta que no se desnudan las verdades, las mentiras,
las intenciones… Estoy durmiendo en mi casa, hoy, pero podría estar durmiendo en
una comisaría, o algo peor, en un hospital público…
Fui
atacado por una banda de desaforados, desafortunados, desmadrados, inútiles,
incompetentes… e impunes. La sangre, se
hace cascara en mis piernas, ahora mismo, las marcas del acero forjado de herramientas
“de trabajo” cruzan mis brazos, mis hombros, mi espalda, ahora, en mis músculos
fríos y quietos empieza a hacerse sentir el dolor de los golpes y la carne
entumecida.
Porque si, porque de plano queda descartado todo honor o siquiera
respeto, a cambio de malicia, traición y violencia desmedida… (Iba a decir
“violencia sin sentido” pero en este aprendizaje que dura siete años viendo
como convierten mi vida en un campo de batalla, y cada uno de mis sueños en un
blanco de tiro, he llegado a la convicción absoluta de que ninguna violencia
tiene sentido.)
Si
estuviéramos en otro diagrama social, en otra ciudad, en otra provincia, en
otro país, yo podría estar haciendo una denuncia, ahora mismo, ahora, con mi
tiempo de ocio o de trabajo que fue aniquilado una y otra vez, dando
interminables recorridos por indiferentes y oscuras oficinas con mi cuerpo, que
necesita tiempo para trabajar y generar dinero para mi familia, para mi vida,
para mis hijos.
Si estuviéramos en otro
sistema de convivencia, en otras intenciones de bienestar común social, yo
podría alzar mi voz suavemente ante las autoridades e instituciones respectivas
y generar el movimiento de los resortes judiciales-administrativos que se
diseñaron hace generaciones para protegerme, para protegernos a todos de este
tipo de cosas.
Pero
estamos en Concordia, una ciudad donde se ha demostrado obscena y ostensiblemente
una y otra vez, para que no haya dudas, la absoluta no-independencia de
poderes, la desmesura con que el estado puede responder violentamente con
impunidad para protegerse a sí mismo de la ley, la indefensión absoluta del
ciudadano “de a pie” frente a un poder descarado y descascarado, goloso y
ambicioso a la vez, desvergonzado y cínico.
Fui atacado por siete personas a la vez, y no
me defendí, porque si hubiera devuelto un solo golpe, sin duda alguna, estaría
preso, así tuvieran que inventar el delito de “defensa improcedente” o algo así,
y mientras tanto, mi casa hubiera sido arrasada.
Con la
excusa de limpiar un territorio que día a día se arrastra en el abandono total
y absoluto, después de 1550 días de inacción y desvergüenza, los mismos que
trabajan de 09:00 a 09:45 para después sombrear o hacer leña, o directamente
irse a su casa, teniendo una función fundamental para la ciudad a la que ponen
en riesgo, manteniendo la Defensa Sur en forma óptima contra las inundaciones,
se decidieron a "limpiar" mi vereda, contra mi alambrado, intentando quemar y
arrasar con árboles que llevan años de plantados, que ellos mismos me vieron
sembrar y repicar, enterrar y regar, cuidar, proteger y mimar, mientras ellos vivían
la oscura felicidad de los inicuos, que se enorgullecen de saltarse toda regla
y todo mandato que apunte al bien común, mientras la basura penetra con el
viento en cada calle en cada patio...
Para llegar a mi vereda a “limpiar” (prender fuego y humear a todo el
barrio con plástico quemado) pasaron por alto como si no existieran montañas de
basura que deberían haber limpiado, que deberían haber limpiado todo el año,
todos estos años… pero claro, tantas veces hemos hablado, si, con ellos, charle
tantas veces, con los jefes que me atacaron, ofreciéndoles una entrevista para
que lo que me contaban a mí se difunda a fin de generar algunas soluciones…
Pero
no, solo se da lugar a los problemas: que no hay presupuesto, que no hay gasoil
para la maquina ni para el camión, ni nafta para las motoguadañas, ni plata
para comprar tanza, rastrillos y palas, que no pueden cumplir con su trabajo
designado porque los llevan a armar escenarios y corsódromos, vallar maratones,
pintar los cordones del centro de amarillo, hacer de albañiles en propiedades
privadas de funcionarios públicos, mantener las veredas de los barrios
privados… esas cositas, que desvirtúan completamente una democracia.
Claro, tal vez luego se sume alguna propina,
sacada otra vez del erario público, otra vez, y todos contentos… Acá, nosotros:
no.
Pero
olvidémonos de investigar este esquema de corrupciones interimplicadas,
olvidémonos de buscar la maqueta de la Defensa Sur, con su iluminación
parquizada, veredas y bicisendas, para lo cual fue derivado en su momento un
presupuesto total y absolutamente equiparable… para lo cual se asigna un
presupuesto mensual a su mantenimiento, y teóricamente, funcionarios
dedicadamente jerarquizados con sueldos al tono…
No sé
si me enorgullezco de haber caído por no devolver un solo golpe, de este dolor
físico y punzante, en realidad me siento tan estúpido como desorientado de mi propia
falta de reacción, de mi propio perjudicial autocontrol, pero sí que no me
arrepiento, porque a pesar de todo, sigo construyéndome como persona, sigo
desligándome de la violencia y la agresividad de mi entorno -parece que no pero
si- sigo enfocándome en mi mismo y en encontrar salidas y posibilidades, ya no
productivas(todo lo que produzco es arrasado) pero si humanas y de
relacionamiento, de nuevas posibilidades perspectivas y miradas(mucho más sanas
que esto) sobre la sociedad y sobre mí mismo.
Claro
que antes de apagar el fuego por mis propios medios les pedí que lo hicieran
ellos, les explique que están destruyendo un sistema de restauración ambiental
(que usa la basura que voló cada día en su ausencia como material
estructurante) Claro que saben que el único que limpio toda la esquina una y
otra vez no fueron ellos sino yo, y otras personas, amigos de otros barrios,
con su tiempo gratuito, con su esperanza mágica, con su amor infinito.
Finalmente busqué un balde y cargue agua del zanjón ahora encajonado en hormigón,
que eso es bueno para los negocios, encajonado y tapado de tierra y basura,
pero bueno… antes de eso, cuando solo era un zanjón de aguas negras lo limpie y
sembré de peces, libere el cauce y sanee cada año, cada vez que pude… Y sí,
porque me gusta, porque aprendo, porque mi vida es el agua y la naturaleza, hacer
viveros y sembrar árboles, fabricar flores, porque me deleito en la
construcción, en la generación de armonía y belleza, aun, en este contexto
imposible, violento, agresivo, destructivo, del Sur de la ciudad.
Entonces de los insultos y los amagues se llega a la agresión violenta,
al mensaje seudomafioso y claro, y me cayeron como cucarachas a un plato de
azúcar, como si yo fuera tan dulce… con el “jefe de jefes” tirando manos atrás
de sus subjefes subordinados, que me aferraban de la ropa, que a la vez eran superados por la
demostración de lealtad de los empleados rasos que me picoteaban con sus
herramientas de trabajo, intentándomelas clavar en la cabeza… por suerte no me
sacaron un ojo, por suerte cuando me caí, me soltaron para rematarme, y pude
dar un salto y dos pasos atrás.
Y entonces ya había terminado, porque ahora
había que encarar de frente, ahora había que volverlo a intentar y ya no había
salido tan bien… y entonces solo era la forma en que se manejan las
instituciones y la clase política en la ciudad de Concordia. Pero claro que aun tuve que escuchar amenazas
de despojo, de desalojo… la mitad de mis vecinos fue testigo de todo esto,
segundo a segundo, el resto de la cuadrilla también, no me sorprendería
escuchar que ya ha pasado antes…
La foto la saque con un teléfono, porque una y
otra vez me robaron cámaras y computadoras, además de cada una de mis
herramientas de trabajo, ya fueran serruchos y machetes, ya fueran motoguadañas
una y otra vez, para que no pudiera avanzar ni trabajar, para que no pudiera
registrar nada, ni visibilizar esta miseria punzante, este esquema de
complicidades que convierte a un territorio donde viven quince mil personas en
un caldero hirviente donde meter a voluntad la cuchara.
Maia,
te amo. Ciro, te amo. Si soporte todo,
todos estos años, fue para estar cerca de ustedes, y agradezco al universo por
haber podido aprovechar y desaprovechar a la vez esta oportunidad… Gracias,
discúlpenme por no poder avanzar, y por
seguir adelante, por no haber alcanzado a generar lo suficiente, y por seguirlo intentando sin éxito, por
quedarme aca intentando cumplir un sueño, por no saber adaptarme, por no
intercambiar mi paz por destrucción social, por no entender esta sociedad y su
esquema de violencia, corrupción y poder…