23 diciembre

Estereotipos

  



  Cada día, abrimos los ojos y caminamos hacia un estereotipo, es mas fácil, menos trabajoso que razonar o pensar, o mas cómodo, o simplemente encaja en nuestra necesidad de inmediatez. 


  Así funcionamos, así funciona nuestra mente social.  Así somos dirigidos y automanipulados para brindar nuestra energía útil y nuestros pensamientos a la construcción de la hegemonía dominante de nuestra época y nuestro lugar, facilitando una tabla fija de clasificaciones que acentúe los efectos de la propaganda, que facilite las tareas de la publicidad, la dirección y el control.


  Entonces dividimos o cuadriculizamos totalmente a la población en fotos fijas, en imágenes estandarizadas de acuerdo a características o rasgos dominantes -reales o imaginarios, eso no importa, porque lo esencial es clasificar y jerarquizar- que pueden ser territoriales o étnicos, etarios o laborales, ideológicos, económicos, culturales o de cualquier otro tipo, y su superposición en un mismo ser humano no lo enriquece sino que, al contrario, salvo necesidades puntuales de enfatización, serán tomados en forma individual como si cualquier otro rasgo no existiera.

 
  Y así adquirimos o asignamos prejuicios y preconceptos positivos y negativos, de acuerdo a una dinámica de atracción o repulsión aprendida por herencia y repetición, que se nutre de los valores dominantes puestos en juego, y estos a su vez de las necesidades momentáneas de la filosofía de la construcción del poder actual.

 
  En ese orden de cosas, luego de estratificar las capas sociales de acuerdo al modelo de sociedad buscado, se puede, si resulta útil y necesario, invertir el foco de análisis, ir un paso mas allá, y asignar a un colectivo o grupo de personas las características de uno de sus miembros, reconocido o desconocido, verdadero o falsificado, según las intenciones o necesidades estratégicas.

 Con la tecnología de medios actual y las posibilidades de adquirir espacios masivamente en los mismos a través del desembolso económico nos enfrentamos permanentemente entonces, a fenómenos como la viralización y la sobreexposición, la desinformación y el fraude, que manipulan los puntos de vista y los hechos, ensalzan o desprestigian, fabrican y mantienen tendencias, arrastran a una masa social desinformada y apática hacia cualquier pensamiento o resultado.

 
  Claro que la base de todo sigue siendo el ser humano, un ser humano distorsionado o fabulado, pero nunca real y presente: los estereotipos se alimentan del aislamiento, la soledad y la incomunicación, y solo desde esa base pueden proyectarse sobre la siempre cambiante tela del mundo real, que en sus interacciones personales libres y desreguladas, derribaría el poder de los preconceptos para convertir a cada persona en un abanico de intereses y conductas imposible de reducir a un par de facetas...


  Claro, es bastante trabajoso asumir la complejidad propia y ajena, que reduce nuestras vías de escape y nuestros refugios conceptuales para dejarnos expuestos a un mundo donde la libertad y las propias decisiones fundan el presente: sin marcos ni barreras que nos protejan de los demás, permitiéndonos tomar decisiones anticipadas!

 
  Entonces nos hicimos esclavos! Primero aceptando el estereotipo que la sociedad y el mercado proponen para los demás (porque antes que seres sociales somos seres económicos, como definición: consumidores) y después adaptándonos nosotros mismos a los estereotipos vigentes, corrigiendo gustos y conductas, afinando y rectificando valores, formatos de relación, expectativas y posibilidades a un andamiaje prefijado, angosto pero cómodo, predecible, autogratificante y seguro.


  Entonces... cada día recortamos nuestras vías de acceso al mundo real, y de esta manera nuestras posibilidades de tomar decisiones propias y elaborar pensamientos
basados en hechos verificables. 

  Al igual que niños, seguimos aprendiendo lecciones desde artefactos de manipulación masiva como el televisor, las redes sociales y los infames formadores de opinión, que solo les queda el trabajo de reforzar y enfatizar a su gusto los conceptos largamente aprehendidos y estratificados internamente en nuestra construcción social, modificando, quitando o agregando alguno de vez en cuando para brindarnos la ilusión de la autodeterminación que, a todas luces,
no es mas que una pintoresca farsa...


  Ahora mismo, podríamos levantar la vista de la pantalla y percibir, en todo el sentido de la palabra, el entorno y la realidad que nos rodea, el intenso e impredecible desarrollo de los hechos que creemos consumados de antemano, el color de los matices en que se multiplica cada rincón del mundo y cada ser humano, cada entidad viviente y cada objeto.


  No lo haremos!

 
  Es mucho mas fácil vivir agarrados a una cuerda que asomarnos a la oscuridad del precipicio donde se desbarrancan los conceptos conocidos y las ideas familiares, aunque tal vez, veamos una fosa donde solo hay una sombra...

  No deberíamos tener miedo, nosotros, somos la luz

 

18 diciembre

Deconstrucciones...

  


  Si la mujer de hoy dista mucho de estar deconstruida, y reproduce aún, a veces, en sus ámbitos de lucha la violencia y la exclusión como método, las estructuras clasistas y sectarias como parámetros, la polarización como camino...imagínense entonces el hombre!!


  Aunque claro, mínimamente, debemos comenzar por reconocerles a ellas el derecho a debatir y evaluarse por si mismas, reestructurarse y evolucionar, avanzar y contradecirse, desenfocarse, negociar, conceder o retroceder por sus propias voces y con sus propios medios, porque el punto de partida es este mundo actual. 

  Y hoy, y mañana también, y probablemente por un buen tiempo mas, estemos aun, quedando muy lejos de cualquier tipo de igualdad o equidad de géneros, o siquiera de justicia o compensación social, a pesar de ilusiones y encuentros, de descubrimientos y avances entre las alegrías o el espanto cotidiano con que el movimiento femenino se retroalimenta.

 
  Cientos o miles de años imponiendo conductas, premiando arbitrariedades y abusos, naturalizando sumisiones y esclavitudes, dirigiendo políticas, generando conceptos y miradas, no van a caer en la próxima semana, sobre todo cuando la totalidad de los espacios de poder siguen encabezados por hombres que tienen bien clara la función por la que ocupan esa cima (mas allá del sinsentido de toda institución humana actual, arcaica por definición, sostenida por un esquema de conceptos tan frágiles como caducos, tan enrevesados como incuestionables): mantener el Status Quo hasta el fin de los tiempos.

 
  Pero los tiempos humanos groseramente quietos, los tiempos del poder hereditario y guerrerista, que impone culturas y conductas mientras extermina sentidos y sueños, chocan hoy contra un planeta que se resquebraja de contaminaciones y sobreexplotación, de urgencias, carencias y emergencias permanentes, a las que el sistema dominante actual, esta muy lejos de dar respuestas o siquiera prestar atención.

 
  Sin embargo, a través de una lenta toma de conciencia humana contra el desinterés y la apatía de las viejas tradiciones con respecto a cualquier cambio de reglas, es que los "nuevos" movimientos, como el feminismo, toman fuerza irguiéndose para ser arrasados por la reacción implacable de lo establecido, mucho antes que por sus propias contradicciones, que son, en definitiva, una muestra de vitalidad.

 
  Frente a la esperada y machacante respuesta del poder, cabe la diversificación y la pluralidad, buscando o generando ese temblor que lo haga trastabillar, aunque miles de años de historia fraguada, de jerarquías impuestas a sangre y dinero lo apuntalen por todos lados.


  Entonces la mujer de hoy debe ser libre, en los mínimos e ínfimos espacios donde pueda crear y defender su libertad, y definirse sin presiones ni intromisiones para poder definir la posibilidad de una coexistencia tan inevitable como necesaria, de una convivencia común con el hombre que todavía no asoma, más sana y más creativa, creadora, reconstructiva de un espacio común posible y productivo, de un espacio propio que no sirva a intereses ajenos. 

  El primer deber del hombre de hoy sería proteger esos nuevos brotes de sus propios pies.


  Y entonces... el hombre?

 
  El hombre de hoy...como duele...

 
  Mas sometido que nunca, cínicamente indiferente a su destino y a su propia especie, acaballado en sus beneficios de esclavo preferente, sentado sobre sus cadenas, que tolerará estirar un poco mas antes que cortarlas para ser libre.

 
  Y así, cómodamente entronizado sobre sus eternos privilegios patriarcales, haciendo del machismo una escuela sobre la que educará a sus hijos y a sus hijas, sonríe satisfecho sin ver que está siendo engañado para fabricar un poder de decisión que será ejercido por élites minúsculas. 

  De esta manera tan ingenua perpetúa un esquema que se traducirá en barbarie y conquista, cada vez mas lejos de sus intereses, o siquiera de sus necesidades vitales, para acumular recursos que no irán a sus manos, para asimilar en su razonamiento, sentidos y significados cuidadosamente construidos a través de la propaganda y la repetición...

 
  Entonces dejar ser al género femenino sin contaminar su lucha es un buen punto de partida, sin juicios ni intromisiones, sin esa mirada condescendiente que implica tomar las riendas a la fuerza con un gesto típico de desprecio y hastío. 

  Tampoco sería permitido, y eso duele, duele el cuello, al mirar de frente y no desde arriba....

 
  Pero claro, que esa nueva perspectiva de un comienzo histórico que redefina asimismo el balance social, liberando y dignificando al género masculino, también será transitada en la mas tenebrosa penumbra, ya que no hay normas, ni formas, ni caminos pre señalados, y por supuesto no hay espacios para poner los pies fuera de la hegemonía del poder patriarcal que todo lo abarca y todo lo controla, a semejanza de dios...Que casualidad!

 
  Entonces, que queda? Tal vez, como guía, solo el afecto y la ternura, el amor, como un marco de acción para actuar o permitir, u omitir, para comprender y comprenderse a si mismo desde el cuerpo adolorido por la caída de ese insensato pedestal al que, sin embargo, estaba tan acostumbrado. 

  Y caminar, para ejercer en la practica esta nueva igualdad en las relaciones y los formatos de poder, para hacerla posible mas allá de las definiciones e intenciones, que nada significan si no se ponen en marcha.
  Será un trabajo arduo insistir ahora en una nueva coherencia, desestructurarse
y ceder espacios, ceder posiciones y poder, para compartir y consensuar, para posibilitar y repartir las fichas de nuevo... 

  Será sentirse completamente expuesto y vulnerable desde todos lados, a tiro de piedra y desnudo de sentido hacia una mujer nueva que nace pataleando, y autodesterrado de un contexto opresivo y opresor, de un territorio que sólo se mantiene intacto por la fuerza y la imposición.

 
  El hombre que se renueva no tiene aun con que reemplazar sus viejas estructuras, ni sabe luchar por sus derechos, a medio camino de despojarse de sus antiguos privilegios, y se refugia eventualmente en el feminismo como un perro mojado que no quiere pasar frio, aunque debería ser valiente y dar la cara a sus propios formatos. 

  El hombre que renace también debe dar pelea y enfrentar sus propias estructuras y andamiajes si realmente quiere ser parte y colaborar con la creación de un espacio nuevo, aunque no encuentre una mujer que le de la mano desde el otro lado para caminar juntos porque todavía no hay caminos, sino una leve posibilidad de mirarse mutuamente a los ojos, y generar un segundo de confianza genuina que permita una reconstrucción común del mundo para que pueda ser rehabitado. 

  El horizonte está abierto para los pioneros, el planeta y la especie humana nos dicen que ya perdimos demasiado tiempo...pero incluso hoy, hoy es hoy.

 

10 diciembre

Mas bomberos para encender el fuego

  



  La mecánica es tan automática en su homogénea, ortodoxa respuesta que se ha vuelto incuestionable, tan eficiente en su asimilación del sentido, en su direccionamiento de las intenciones, que no puede ser ya mas frugalmente cómoda, tan alejada de las causas y de los responsables, que pueden obviarse, señalarse, o fabricarse a voluntad.

  Pero claro, mas allá del destino incierto de los recursos, que seductora es la posibilidad de complacer a nuestra propia conciencia, de renovar el pacto improductivo y cínico entre nuestra indiferencia crónica, nuestra cotidiana apatía y nuestra hipócrita mascara social!!
  Entonces respondemos al flautista de turno, como niños, o como ratas, porque los diarios nos dicen que faltan héroes que no sean de historieta, y que podemos ser vos y yo. 

  Que los problemas no importan si existen las soluciones mecánicas, mediáticas o tercerizadas y mágicas, que la alegría de vivir en sociedad es sentirnos colibríes llevando en el pico una gota de agua para cada incendio provocado, intencional, mientras vemos pasar en la misma dirección los camiones repletos de leña pagada con nuestros impuestos.


  Por supuesto, si esa gota es virtual, mucho mejor, así podemos seguir atados a la televisación de nuestra realidad y a las pantallas que iluminan el brumoso espacio de nuestra vida...
Entonces nos dicen que tenemos que indignarnos y nos indignamos! 

  Justo a tiempo! Y lloramos de impotencia por los muertos, y de dolor por las muertas... nos enternecemos por los niños sin techo, por las ancianas con hambre, por cada familia que perdió "todo" expulsada a palos y balazos o en cualquier catástrofe sin aceptar que tampoco nos queda nada por perder en medio de nuestra comodidad, esclava de la sumisión total en que vivimos.
  Pero claro, aunque no sea digno, es casi hasta elegante ayudar -mínimamente- al otro, a la victima, al habitante de la tragedia ajena, porque eso nos permite descargarnos de culpas y responsabilidades...


  Claro, para desligarnos de todo, la primera responsabilidad de la que nos descargamos es la de nuestra propia vida...pero eso nos permite tener una perspectiva neutra sobre todo, que podremos pintar y disfrazar del color que necesitemos o se nos ocurra día a día.


  Entonces nos preocupan los casos terminales, como el del tipo que muere por los agrotoxicos, aunque miles y miles de casos similares no nos importen, aunque agonicen, sólo porque su invisibilidad nos permite disfrutar y usufructuar el descarte estructural de su vida y su familia, y después absorber conceptualmente el reemplazo en la cadena de producción con sus hijos, en pos de la continuidad cómoda del sistema de confort e instantaneidad al que nos sometemos a cambio de la sumisión de otras personas...

 
  Y así pasa con las terribles inundaciones y terremotos, hambrunas y guerras, donde nos dedicamos a "salvar" o entristecernos por un minuto, del destino de desconocidos a los que con nuestras conductas y pretensiones empujamos al quebradizo borde del sistema cada día, el resto del año, sin publicidad y sin culpa, sin lagrimas ni angustia.


  Claro, no percibimos el tiempo ni el pegajoso camino que nos lleva, adormecidos, a caer por el mismo precipicio para que otros disfruten de los dividendos de su descarnada malicia, diagramando nuestra predecible soberbia y nuestra condescendiente superioridad como herramientas, mientras nos ponemos la camiseta que todavía no nos quede chica, para continuar una guerra ajena que ya a nadie representa.


  Podríamos ahora mismo paliar la tragedia mientras se incuba, dar hoy cuando hace falta lo que mañana también nos sobra, y abrir el panorama a una realidad que siempre está presente junto a nuestros ojos cerrados...

  Podemos abarcar en nuestro apropiarnos del mundo, algo mas que diversión estándar, alegría automática pregastada y ambición mezquina...

 
  Podemos ser hoy más... completamente humanos?

 

25 noviembre

Prostitución Legal Ya!

  



  Porque aún es ilegal la prostitución? Cual es la diferencia entre el cuerpo de un hombre o una mujer, o una persona transexual, y un pedazo de pan, una licuadora o un cigarrillo? 

  Que tiene de especial tener sexo por dinero a trabajar en una oficina, hombreando bolsas en el puerto, o ser el presidente de un país u otra corporación cualquiera?


  Veamos...


  Pretender que la prostitución puede ser legalizada o sistematizada, institucionalizada de alguna manera, es tan inadmisible, tan perverso y grotesco que no resiste un solo minuto de análisis. 

  No obstante lo cuál, siempre habrá, por diversos motivos, personas o grupos dispuestos a hacerlo.


  Nuestro cuerpo es nuestra única posesión real sobre este planeta. Nuestro cuerpo y la forma en que le damos uso, o sea, nuestro tiempo, nuestras elecciones, son las únicas cosas sobre las que tenemos real posesión, derechos absolutos e inalienables...o por lo menos, deberíamos tenerlos. 

  Nuestro cuerpo, los limites de nuestra piel, esa es la única frontera entre nosotros y el mundo, sobre la que empezamos a decidir sin mas que nuestras reglas y podemos ser realmente soberanos.  Ponerle precio, ES la esclavitud.


 Todos los derechos y también todos los deberes nacen del cuerpo humano, un cuerpo pensante y actuante que se relaciona y toma decisiones pero que, en su limite, marca todo nuestro real territorio y nuestro único espacio absolutamente propio e indivisible.



  Pero claro, nos dicen que el cuerpo humano puede ser tratado como una mercancía o un bien de uso y consumo, como un producto o un negocio, o nos presentan la prostitución como un trabajo aceptable.
 Entonces: nuestro cuerpo, el cuerpo, como un objeto, sujeto a las leyes del mercado.

  Y cuáles son las leyes del mercado? Realmente, todavía nadie las sabe, nunca han sido respetadas o quedado fijas tanto tiempo como para quedar establecidas en un código que no arrasen las conveniencias o el afán de lucro, pero pueden llegar a definirse según eufemismos como "la mano invisible del mercado" o "dejar hacer, dejar pasar".
 
  Esto significa que siempre habrá víctimas pero no responsables, que la ganancia es un concepto que no admite escrúpulos ni frenos.

  Pero volvamos al cuerpo como un objeto...

  En este esquema conceptual mercantilista, tan propagandístico como es habitual, que disfraza su imposición y sus mentiras flagrantes de libertad y elecciones, como vende todo lo demás...sabemos que un producto se crea según su mínimo costo y su máxima rentabilidad y luego se adiestra a un público consumidor, se crea un mercado donde imponerlo, mediante los eufemismos de "venta", ""propaganda", etc.

  Este mecanismo mercantil esta tan aceptado, tan aceitado, que tomando un bien cualquiera, por ejemplo, un televisor, podemos estar seguros de que el que posee la TV de 29 pulgadas, quisiera tener la de 72, con sonido cuadrafónico, eso es un hecho. 

  Que a la hora de adquirirlo, no solamente va a aprovechar la mejor oferta posible, sino que también está dispuesto a fraguar cualquier documentación o certificado con tal de acceder a un beneficio, a una mejor relación precio-calidad o plus en el modelo o las prestaciones del producto adquirido. 
  
  Cuando no esta dispuesto directamente a comprar o lucrar con un producto robado sin pensar ni querer saber que consecuencias o daños tuvo para quien.

  También se puede estar seguro que el consumidor promedio no tiene interés en enterarse si lo que se lleva a su casa fue hecho con mano de obra infantil y/o esclava, si las fábricas arruinaron ecosistemas enteros, o si en busca de materiales arrasaron y masacraron territorios, personas y comunidades mediante ejércitos privados e ilegales. 
 
  El fabricante promedio, a su vez, localizará sus plantas de producción en donde las leyes sean mas permisivas, los funcionarios mas sobornables, los sindicatos y sus representantes mas permeables a negociar, claudicar y enriquecerse a costa de traicionar a sus afiliados, los controles mas inexistentes...
Oferta-Demanda... Costo-Beneficio... Inversión-Retorno de capital...etcétera.
 
  Mas allá de eso, podemos contar con el poder de los lobbies haciendo fabricar leyes a su medida, los carteles, el monopolio, el dumping y el proteccionismo, la corrupción personal e institucional, los sabotajes, la ausencia e ineficacia de los controles, las guerras empresariales, y una siempre latente y conviviente, paralela, franca, descarada y destructiva ilegalidad. 

  Y solo estamos hablando de un objeto inerte, inanimado, que no registrará secuelas ni traumas, no siente ni sangra, no genera ni produce vida, no aspira a nada.

  Imaginemos entonces que el producto pasa a ser el cuerpo: un cuerpo sin pensamientos ni pretensiones que molesten, sin mas envoltorio que la permisividad, sin mas requisitos que estar disponible a un precio prepactado, sin mas quejas por el mal uso que las que puede dar una silla con la pata rota...

  Qué indica que el usuario de un servicio sexual no quiera pasar de un cuerpo profesionalizado de 45 años a uno menos gastado de 25, y mas tarde a uno virginal de 14 o 11 aunque este atado, aterrorizado o inconsciente? Porque, es solo una cuestión de precio...

  Y cómo se evitará la oferta de cuerpos a través de amenazas e imposiciones, de violencias y coerciones, veladas y desconocidas o descaradas y consensuadas por el cliente?

  Cómo se evitará que el sádico le ponga precio a la tortura y la muerte, el pedófilo a la niñez, el perverso a la humillación, el sometimiento y el miedo?
 
  Cómo y por quienes se efectuaran qué clase de controles, seguimientos y monitoreos como para que la prostitución deje de estar directa y cotidianamente relacionada con la necesidad absoluta de la miseria y el hambre? Con el negocio de las drogas, el chantaje y otras ilegalidades?
 
  Como dejarán de suministrarse cuerpos baratos a través de las adicciones, del secuestro y la desaparición? Que clase de resguardo de la violencia, que cuidado y protección de la salud sería posible y viable para quien?
 
  Podríamos seguir haciendo preguntas para encarar el inicio de un debate serio y urgente sobre la niñez y la educación sexual, la libertad, la identidad, el sexo, los valores humanos, la hipocresía y la sociedad, y decenas de temas, pero no justificar algo que inclusive, si fuera por placer, sería o lo haríamos gratis.

  …Como todo lo que amamos hacer a nuestra manera, bajo nuestros propios tiempos y de común acuerdo. 

  Si fuera una absoluta y libre elección nos entregaríamos en cuerpo y alma sin restricciones, y a la vez sin resignar un milímetro de nuestro poder de decisión, lo cual en un caso de alquiler o venta, queda rotundamente reducido cuando no llega a ser inexistente, aunque sea nuestro cuerpo, aunque sea nuestro tiempo y nuestros derechos, nuestra vida, nuestra salud.

  Claro que debería abolirse completamente cualquier tipo de prostitución o comercio sexual!

   Y abolirse para siempre sus causas y toda causa y trasfondo humano que lleve a la esclavitud o la miseria, el sometimiento y la explotación, el desarraigo, el hambre, el fanatismo, la perversión, la injusticia, la violencia...

  Entretanto, solo se puede construir nuevos conceptos y formas de producir y relacionarnos a través de la libertad, el amor y la coherencia, y dar un paso milimétrico cada día hacia un mundo sin opresión ni violencia, sin esclavos ni explotados, sin hambre ni sed, sin sueños ni deseos que no puedan ser vividos constructivamente y al amparo de la sociedad.

 

02 septiembre

Avalancha

 

  


Luciano se había despertado hace horas, en el medio de la noche, y ahora estaba al borde de la masa compacta de carpas, con la mirada perdida en el horizonte dibujado a pinceladas de negro y rojo, fundiéndose en azules naranjas y rosados, observando la claridad incandescente del primer retazo del sol que asomaba lentamente sobre la llanura interminable… 

  Había soñado con Hadja embarazada, y se contuvo de penetrarla y despertarla haciéndole el amor, para preguntarle con su piel, solamente por resguardar un pedazo mínimo de su intimidad en esa intensa y abigarrada convivencia de viajeros que escuchaban cada susurro ajeno aunque no quisieran, a través de las tenues telas y cortinas. 

  Por una vez, su cabeza estaba en blanco, libre de pensamientos en ese trayecto interminable, solo para que su hijo pudiera ver y entender, para que la memoria siguiera viva a través de las generaciones y la paz siguiera imponiéndose a la guerra que parecía tan lejana y que sin embargo siempre estaba ahí, en la memoria, latente, como un penoso recuerdo que lentamente pudiera hacerse realidad, en un descuido.

_David está llorando –dijo Hadja- sin agregar más nada, sin juzgar, sin criticar, sin darle algún tipo de entonación o sentido a sus palabras más que el hecho simple y profundo de la desolación interna de un niño que rebasaba todo, entre esta inmensidad de idiomas y vehículos, vestimentas y música, animales, arena, viento incansable, cansancio agotador, y amor, porque sin amor no hubieran llegado.



  Atravesar “países” de todo tipo (él había conocido en las historias de su padre, el concepto de “fronteras”), ser avasallados durante días por la visión de infinitas formas y estilos de vida que no existían en su pequeña aldea, idiomas duros o cantarines, caras y más caras desconocidas, ropa extraña y peinados exuberantes, personas más altas que la puerta de su casa, o mascotas de especies extrañas inexistentes en su mente hasta ese momento. 

  Y no descansar un día, un solo día, hasta llegar acá… suspiró, se levantó suavemente olvidando el espectáculo majestuoso del sol rebotando hacia el cielo, y caminó hacia la pequeña carpa, su mujer, que miraba el increíble espectáculo, también, acariciándole el pelo, siguió tras el… el sol, no se detuvo por eso, ni por nada que hubiera pasado antes o después.

  No era un capricho, o una forma de imponer nada, David lagrimeaba acurrucado en el suelo, arrinconado, mojándose los antebrazos que sujetaban las rodillas, casi sin ruido, como si la intensidad de lo que le pasaba no pudiera ser expresada con los parámetros normales de tristeza, o dolor, o llanto, o lo que fuera que le estuviera pasando…

_Hijo –dijo el- ¿Qué pasa?



Aunque no esperaba una respuesta, ya hace rato que no esperaba nada más que entregarse día a día al destino de este viaje infinito, atravesando la mitad del mundo, que habían decidido hacer porque no habría otro verano en la vida que tuvieran la oportunidad de contar con el tiempo y los medios a la vez, pero la coyuntura inesperada de la superproducción de esos años se lo permitía hoy, y quien sabe si tal vez, mañana… 

  Se abrazó a su hijo, su mujer lo abrazo a su vez, desde el otro lado, sin levantarlo, los dos acurrucados envolviéndolo, con el amor intenso que habían tejido a través del tiempo… temblaba, y sus lágrimas caían como un fino torrente salado, y él pensó en el agua, y que si lloraba demasiado se iba a deshidratar, y de repente sintió el ramalazo de fiebre recorriendo el pequeño rostro contra sus ojos, y miro, la mirada de la madre, confiada y tierna, aceptando que esto estaba pasando, y que de alguna manera iba a pasar… 

  La intensidad de lo que fuera que sentía, por segundos parecía derretir su pequeño cuerpo de ocho años, y sin querer sus ojos lanzaron una lagrima lenta, recordando su infancia, un poco menos amable y más tensa… antes de perder el control y acompañarlo en su desolado llanto, volvió a preguntar…

_Hijo… ¿Qué te pasa?

_Soñé… -dijo el, haciendo luego una pausa- …soñé que moríamos... y ahora si se desbarranco y soltó, y desarmó en un llanto libre y sin control, y la pequeña forma que dibujaban los tres cuerpos acurrucados se apretó más, y cada tanto intentaba seguir explicando sin poder frenar el llanto… había mucha gente… y muertos, y las zapatillas quedaban amontonadas… -dijo el niño hundiendo sus pies en la arena, enfundados en sus zapatillas nuevas…

  Hadja y Luciano se miraron asombrados, una espina de terror se clavó en sus corazones ¿Cómo podía saber eso el niño, tener esas imágenes?

  Un escalofrío atravesó a la pareja, ahora abrazándose a través de la criatura, atenazados por el filo de lo inexplicable… sin embargo no preguntaron ni hubo más relato: como el mar que baja suavemente, su pequeño hijo se había ido calmando, y el temblor afiebrado se había ido convirtiendo en suspiros y en mocos que chorreaban… la madre limpió con sus mangas la pequeña cara arrasada de lágrimas y pegajosa arena salada, y luego le paso una servilleta para que se sonara a conciencia.

_ Está bien, nos quedamos, apenas se liberen los caminos volvemos a casa, dijo el padre…

_No, dijo el niño, tenemos que ir…

_No importa, dijo él

_No importa, dijo la madre

_No, vamos, tenemos que ir -dijo el pequeño, serio, renovado y luminoso, levantándose como si nada hubiera pasado- quiero ver. Y así fue como se pusieron en marcha ese día.



  Luciano no estaba de acuerdo con los rituales, pero este era importante, era la última piedra que estaba en su lugar, de los últimos muros que habían separado a las naciones humanas, hace no tantos años, antes de ser demolidos por la guerra sin fin que todavía su padre le contó en vagos recuerdos.

  Finalmente había llegado la paz al mundo, y sin embargo, la memoria debía perseverar y preservarse para que estuviera siempre fresco el aprendizaje de los siglos de odio…

  Empezaron a caminar a través de un mar de gente que los iba rodeando, una cantidad de gente que nunca hubiera podido concebir que existiera, atravesaron la puerta, que daba a los anchísimos pasillos, donde además de elaboradas metáforas visuales, imágenes históricas, y textos que explicaban los últimos siglos, había carteles, también en todos los idiomas: “no corra” y se preguntó cómo alguien podría correr en este apretujamiento… 

  Caminaron paso a paso el recorrido, y un par de horas después estaban frente a la explanada, casi a tiro de la última reliquia de la pre civilización humana, plagada de imperios y dictadores, de un significado hoy incomprensible.

  ¿Había pasado el ser humano, matándose y esclavizándose por tanto tiempo, clasificándose unos a otros? A veces lo pensaba y no podía elaborarlo, era una idea tan absurda, oscura e inútil que no podía… 

  La gente se apretujaba más, y eso lo puso nervioso, las manos aferradas ya traspiraban, calculó que ninguno de los tres quería ya estar ahí, entre empujones y sudor ajeno y un murmullo denso que llenaba todo.



  Como el mar que comienza a encresparse con el viento, la marea humana se movía y se condensaba.

 Algo estaba funcionando mal, las cosas no podían ser así, no cabían dudas, alguna puerta se había abierto o cerrado antes de tiempo, en este complicado mecanismo que permitía a miles y miles de personas por hora, pasar a ver y conocer el templo de la memoria humana, sin religión, sin dioses, sin amos… 

  Levantó la mirada y le dijo al niño: si nos perdemos estamos allá, y lo alzo para que viera la terraza casi vacía, donde algunas personas preocupadas, aparentemente, observaban, dirigían, y sentían lo mismo que él: algo estaba saliéndose de control…



  Sus hombros y los de la madre habían aguantado al pequeño todo lo que podían, hora tras hora, pero ahora caminaba entre ellos avasallado por la marea de cuerpos, sin poder ver nada, tal vez sin escuchar esa discusión que se imponía al rumor creciente, tan cerca de la piedra, tan casi llegando para cumplir y ver, y regresar… 

  Algo se rompió, un grito se mezcló con otros gritos, y como si un gran barco hubiera encallado en seco, la masa se movió violentamente hacia un lado, luego hacia el otro, y sus brazos se apoyaron en una espalda desconocida para no caer… 

  Sus manos ya no aferraban a nadie, y todo empezaba a fluir como la lava de un volcán… alcanzó a ver a su mujer, sola, y busco a su hijo, ya unos metros más allá invisiblemente arrastrado en su pequeñez entre la multitud, gritando sus nombres, y grito, también, y escucho a la madre, gritando entre los gritos que empezaban a atronar todo… “en la terraza, David, en la terraza” 

  Unos segundos más tarde lo vio en hombros de alguien, pero ya estaba veinte metros y diez mil personas más atrás y retrocediendo, pero Hadja también fluía hacia él, en la dirección contraria, apretujada, levantando un brazo, aterrada y blanca, en la misma marea que los alejaba de la inmensa sala, de su hijo, de la vida… de repente se oyeron más gritos y lo que pudo suponer fueran disparos…

  ¿Disparos?

  ¿Cómo podía ser que existan aun armas de fuego, de donde habían salido?

   Intento retroceder hasta acercarse a ella, sintiendo como lo pisaban mil pies y lo aferraban mil manos, alguien tropezó al lado suyo y lo levanto de un tirón, y sin embargo sus pies ya pisaban no el mismo, sino otro cuerpo humano caído y sin retorno, que ya nadie podía levantar y en el instante siguiente, todos estaban ya corriendo, si se podía llamar correr a esta avalancha de cuerpos que escapaban empujándose sin objetivo, sin sentido, sin ningún control… 

  En un segundo se dio cuenta que debía correr si quería escapar y no ser parte de esos cuerpos cayendo que ya no podían ser rescatados, que se apagaban temblando espasmódicamente, a veces aferrándose a algún tobillo que se los sacaba de encima a taconazos, y siguió avanzando escuchando los gritos de Hadja y gritando a su vez para no perder el contacto sin poder mirarse…

  Unos metros más allá se unieron… en la misma correntada, y siguieron corriendo por los lados del amplio pasillo, y por los pasillos interminables, infinitos, que ahora eran trampas mortales que se iban comiendo todo… 

  Estaban vivos y corrían, y corrían para no ser atrapados por el flujo de la marea que iba comiéndose personas, sangrando y con la ropa hecha retazos, con mechones de pelo ajeno entre sus dedos, y así siguieron corriendo lado a lado gritándose a diez metros entre el mar de gente, sin tiempo de sentir pena por los que tropezaban y morían aplastados, sin recordar si tenían un hijo o un lugar donde volver o alguna otra intención más que sobrevivir, 

  Siguieron corriendo hasta que salieron al último patio, más amplio, casi con la primera oleada, donde los inmensos vehículos hospitales del dispositivo de emergencia estaban estacionadas una tras otro, y el personal sanitario los miraba espantado, a punto de ser tragados por la multitud, sin poder abandonar su puesto.



  Salieron atravesando una puerta inmensa de herrajes fundidos en dibujos elaboradamente hermosos, inconcebiblemente torcida y salida de sus goznes, como si la hubiera chocado una montaña, y los recibió la inmensidad de la llanura seca, que se iba llenando de personas desencajadas por el espanto…

  Se dieron la mano a la carrera y siguieron corriendo cien metros más, hasta no tocar más a nadie y sentirse seguros y completamente vivos, y sin embargo, antes de dar cabida a cualquier sensación de alivio o pena, pensaron sin decirlo, en una sola palabra, mirando hacia las inmensas, y ahora amenazantes, tétricas estructuras…

  Volver: todo un paisaje, muerte, gemidos y alaridos, y explicar cada diez metros que buscaban a su hijo, que debían volver, que tenían que entrar… sin querer mirar las montañas de zapatos y ropas, las zapatillas que había mencionado su hijo(¿Él había visto todo esto?) 

  Los cuerpos en hilera uno tras otro, en todos los pasillos, la sangre en los pisos y paredes que se mezclaba con el olor ácido y rancio del miedo y las tripas reventadas que impregnaba todo… y dejar que los toquen, los palpen, los revisen, se convenzan de que la sangre en la ropa no era de sus propias heridas, y avanzar por un paisaje desolado de personas juntando silenciosamente cuerpos desarticulados, rotos, aplastados… 

  Y llegaron, solo para ver la terraza vacía, desde la cual algunos daban todavía desesperadamente indicaciones u órdenes por radio o quien sabe que, a quien sabe quiénes o como se volvía a la normalidad después de esto… hace más de diez años que no había una avalancha y justo les había tocado a ellos… y sin esperanzas pero endurecidos por el deseo de encontrar al niño vivo, subieron las escaleras.

  Atrás de los atareados y frenéticos hombres y mujeres que hablaban por radio, había una pequeña puerta, y un salón oculto, y antes de llegar a atravesarla, entre decenas de niños espantados y en shock, con los ojos abiertos como platos, vieron la silueta acurrucada junto a la puerta.

  El pequeño, parado en la misma postura inconfundible, y su mirada interrogante fue tan intensa que el enfermero que tenía al lado le dijo algo al oído, y él se levantó de un salto justo a tiempo para abrazarse, otra vez…los tres…aunque ahora el espanto, el alivio, y el llanto, eran a través de un silencio mojado de lágrimas y amor incandescente como el sol y la fiebre de esa mañana…



  El sol… el sol que asomaba majestuoso e indiferente a las tribulaciones humanas, regalándole ese minuto de conexión y paz… y la mano de Hadja en su hombro, y sus palabras suavemente delineadas en el silencio de la mañana:

_ David está llorando.



 

27 agosto

Ser o no ser

  


  La consigna es: vivir al derecho en un mundo al revés*

  Cuando me pongo a pensar en serio, mientras miro pasar los remolcadores hacia el puerto, me doy cuenta de una cosa, las diferencias fundamentales, las únicas que ameritan clasificarse, consisten en estar vivo, o estar muerto. O viceversa, aunque uno de los dos estados es irreversible aparentemente excepto algunas viejas leyendas y versiones incomprobables, como es la calle, donde se dice y se rumorea todo…


  
Pero más allá… ¿O antes sería? De lo posible o imposible, cierto, probable, incomprobable, o sea…todo lo demás es secundario: si sos negro o gobernador, italiano o refugiado, si ves en colores o blanco y negro, si lavas los platos con un rastrillo o prendes la luz de día y la apagas de noche…lo único más importante más que todo, es si estas vivo o estás muerto. 
  
  Punto final. Si quedas muerto ya no hay vuelta atrás, todo, tu historia y toda tu voz se detiene en seco, y no importa cómo -aunque yo prefiera morir al sol, un día como hoy, y si fuera pronto mejor hoy que mañana- es el fin de las clasificaciones formales, actuales, sociales. Entonces miras alrededor y todo funciona al revés, todo apunta a destruir, esclavizar y desvirtuar al ser humano, a las personas y todo lo que llega o tengan al alcance de sus manos. 
 
  Nuestro esquema actual en forma de refugios rentados al “Estado” y engranajes de distribución de privilegios, justificaciones históricas, jerarquías naturalizadas, etcétera, tendría que ser desmantelado y apilado y reducido a chips donde se pueda asentar la vida de nuevo, sin precio previo, malbarajar de nuevo la población mundial por sorteo a ver a quien le toca qué en que parte del planeta y que hace desnudo, o desnuda, o desnude, y sin nación ni presidente, así, como salga, o capaz menos exageradamente, o más sustentable, o de otra manera… 

  Pero claro, por decir lo obvio, que todos reconocemos y sabemos te pueden tratar de anarquista, o algo peor, y entonces encendemos el cigarrillo y no la municipalidad, vamos a trabajar en vez de dormir la siesta y así, todo por el estilo; como dice el gran poeta, Rafael Carrillo: nos adaptamos.



Entonces todo el día suena el despertador a las cinco de la tarde y nos ponemos el uniforme, ojerosos, para pilotear drones de transporte toda la noche, o canta el gallo mientras sale el sol y saltamos del catre porque otra vez nos dormimos y se escapó la manada de lobos, o frena el tren y nos quedamos mirando el vidrio que deposita imágenes sin historia en nuestro contexto técnico-sicologico actual: personas viviendo, haciendo todo de nuevo, todo otra vez, cada día, todo lo mismo, frente a nuestros ojos.

  Somos testigos de sombras volátiles, alterándose cuando alteran su rutina, corriendo para subirse a un camello amansado a sal y miel, que si pudiera elegir, estaría pastando en el medio de la nada, sin un paisaje de cráteres y tanques quemados. 

  Claro, pareciera normal todo lo que nos pasa día a día, cada cual autoasignado a su vida y su forma de encajar en la sociedad para que todo siga de la misma manera, produciendo nuestra propia esclavitud y degradación como seres vivos, conformes, cumpliendo funciones fisiológicas básicas con regularidad y exactitud como en un criadero.

  Mientras todo lo que hacemos y todos los parámetros, formatos y estereotipos que asumimos y generamos, apuntan a multiplicar reglamentos y modelos, clasificaciones y listas, preconceptos y prejuicios, como si fuera muy peligroso escapar siquiera de la forma de mirar el juego, o de los objetivos de algo o alguien muy ajeno a nosotros, pero también, muy ajeno a la esencia de la vida como hecho mágico, no sé, que se yo, ya se me hizo tarde, tengo que ir a trabajar, en la vieja fábrica de balas de goma de la ciudad…


* Pity Álvarez, cantante argentino.

 

26 agosto

A traves del cristal




  Claro, vivimos sumergidos en una pantalla porque no tenemos sentido, no sabemos tenerlo… despertamos a través de un cumulo de estrategias fracasadas convertidas en inofensivos sueños patologizables, psicoanalizables, mercantilizables, para inmediatamente ponernos en marcha hacia el vacío consumible que nos espera con la fachada intacta, a pesar del derrumbe conceptual del día anterior.

  Atravesamos cada día hundidos en una pequeña burbuja luminosa porque no toleramos ya de ninguna manera la celebración del presente, la realidad, el tiempo despojado de adornos ni el cuerpo despojado de autoridad, no toleramos nada que nos pueda dejar cerca del precipicio de sentir, del instinto, del riesgo, de la vida. 

  Después de tolerar durante generaciones la alienante colonización sobre nuestro cuerpo, nuestros deseos y nuestra voluntad, convertimos cualquier cosa en una imitación artificial ranqueable de la vida, que se pueda comprar y vender, transportar y empaquetar, para olvidar que respiramos, que nuestro corazón late, que los poros de nuestra piel se abren sincronizadamente para regularnos con exactitud, a pesar de nuestra dieta toxica y el cumulo de sustancias euforizantes que usamos para declarar nuestra victoria sobre el animal.

 

  Hemos hecho un altar tan grande al vacío que festejamos el paso del tiempo: cumpleaños y aniversarios, carreras, cargos y negocios, no importa si ni siquiera nos sentimos vivos, el sinsentido se ha arrastrado un año más hacia nuestra compulsiva forma de malbaratarnos, esclavizándonos nuevamente en rutinas oscuras, ambiciones ocultas, autoengaño, disimulo y negación. 

  Pero claro, podemos elaborar todo eso en una buena película clase b, que por un segundo nos venda el resquicio espiritual del sistema, el amor y el éxito, la alegría… pero cuando volvemos a nuestra realidad solo hay calles desiertas y pantallas vacías, billetes, mentiras, y muy pocas manos y corazones latiendo de verdad.

  Pretendemos encontrar la libertad en una posibilidad mediáticamente verificada de acceder a un sistema de autoconsumo del tiempo, mientras nuestros impuestos crean un policía más, una nueva bomba, una prisión, una guerra invisible en el gueto, porque ese lado de nuestra mente necesita seguridad para creer en la magia de la propaganda, porque no hay autentico disfrute si no se puede comparar, y para eso, superamos todos los idiomas hacia la polaridad del puedo-no puedo, tengo-no tengo, soy-no soy… ¡

  Y la televisión nos dice que si compramos el ultimo descarozador de cerezas enanas estamos de este lado de las elites!

 ¿Cuánto vale? ¿Qué es una cereza?... No importa, lo esencial es no tener tiempo para mirarnos, para ver alrededor, para valorar y replantear, para pensar… ¡

  Ya no necesitamos caminar como niños perdidos para pegar la nariz a las vidrieras, ahora podemos hacerlos desde cualquier lugar, veinticuatro horas al día! Y no solo eso, sino que con un clic podemos participar, convocar, “definirnos”, firmar peticiones mundiales, crear campañas y cadenas, recaudar, señalar, acorralar, estigmatizar, difamar, denunciar, pero no escapar.

  Seguimos mirando una pantalla brillante que nos devuelve hechos, sentimientos resultados y reacciones virtuales a nuestro simulacro de actividad, noticias falsas y memes al azar, posturas y antiposturas para elegir, sincronicidad, logaritmos, algoritmos, homogeneidad, saturación, fantasía… Y si, por un segundo podemos ser guerreros del sentido, libres y eternos, heroicos en un gesto simbólico que de tan gastado ya no simboliza nada.

  Y acaso… ¿Eso importa? ¿Vamos a suponer que hay algo más trascendente que el reflejo que dejamos percibir a los demás? Efectivamente: no. Nuestros movimientos se componen de la suma de las reacciones probables de los que intentamos enmarcar en nuestra intención casi declarada, en una ecuación cuasi matemática sin resultados comprobables. 

  ¡Claro! Así como la fábula del marco social que nos toca, y del cual extraemos nuestro trayecto vital, se compone de la suma de estímulos, incentivos y mentiras que sean necesarios para hacer de nosotros exactamente ese diente inofensivo del engranaje social que garantice la continuidad total y ad aeternum de las desigualdades, crímenes y miserias necesarios para el suave funcionamiento rutinario del mundo actual.

  Y… acaso… ¿Eso nos importa? ¿Vamos a pretender que de este cumulo de banalidades superficiales, de hipocresías decoradas, de este orgulloso vacío absoluto de sentido extraíamos valores humanos? Definitivamente: no. ¡Y que alivio!

  Podemos ser y seguir siendo los héroes y villanos de nuestra vida novelizada por el sistema que nos deshumaniza hasta los huesos, alternativamente víctimas o verdugos sin preguntarnos para qué…

  O sea, de verdad: ¿Para qué?

 

03 agosto

La voz y la palabra

 


   Podemos hablar, tenemos el don de articular la voz.  Somos palabra.  Eso nos diferencia del resto, absolutamente, de los animales, además del papel higiénico, y la capacidad -inquebrantable- de tropezar cada día con la misma piedra.  

  Todo esto nos parece tan normal e intrascendente porque en un universo infinito de seres vivos, nos hemos olvidado de agradecer y bendecir la mesa en que seremos servidos, finalmente: esta increíblemente variada superficie del planeta.

  Desde esta postura, donde no el sol, ni siquiera la naturaleza, sino el ser humano es el centro del universo comprobable (y obviamente que desde estos parámetros decir ser humano es decir hombre y no mujer, pero eso es otra historia…) genera desde siempre una justificación, una fuerza, una tenacidad en el desprecio de la vida misma, que finalmente termina mirando hacia adentro de la estructura social porque, en fin, la violencia misma necesita ser sembrada racionalmente, intencionalmente planificada, estructurada y codificada.  

  Su objetivo es diezmar, callar, desarmar y reemplazar la palabra, antes incluso de que nazca.

  Desde el vamos, como condición indispensable para sobrevivir, se la glorificara a la violencia a través del saqueo y la destrucción sin sentido, la masacre, la esclavitud, el desperdicio, con el objetivo de formular flujos de recursos que justifiquen y mantengan la necesidad de acumular poder.  

  Solo desde la cúspide de este poder se puede acceder a las herramientas para modificar estos estatutos y códigos del uso institucional de la violencia, del lenguaje, de la violencia como lenguaje, aprovecharse de la gestión de sus posibilidades y consecuencias, porque la violencia no necesita causas: en la civilización humana actual, es una causa en si misma.  

  De esa manera llegamos a una carrera permanente por el dominio y usufructo de esas estructuras nacionales, estatales, gubernamentales, en un juego que no necesita ganadores sino continuar indefinidamente. 

  Cuando la humanidad misma era pequeña y frágil, la voz significaba la posibilidad de aprender y compartir, de explicar y asistir, mediar, comprender, ser, permanecer y construir… y la voz no era aparte de la persona, y la persona no era aparte de los sonidos, del entorno, de la tribu. 

 Cuando la abundancia de recursos se volvió acumulación, y entonces una posibilidad de dominación, hizo nacer el despojo, la manipulación, la guerra,  y ya que no había necesidad de mantener lazos sociales, de transmitir nada que no sea funcional,  la voz de los que explicaban el mundo se extinguió, arrasada por el monopolio de los conceptos nacidos del poder y la escritura… primer arma de manipulación masiva inventada por las nuevas elites temerosas de perder su estatus.

  A partir de ahí, todos serian órdenes y doctrinas, autoridad y dogma, coerción y  silencio, religiones y promesas desmedidas.  

  Desde la cima del poder, se recortarían todas las voces disonantes, para delinear los nuevos esquemas de poder, verticales, indiscutibles, que ahora servirían de modelo a la humanidad, basados en la crueldad con que su disciplina guerrera sometía exitosamente a los distintos tipos de organizaciones y culturas.  

  La voz (y desde ella el diálogo), que nacía del corazón y el sentido de comunidad, fue arrasada y vencida, y ahora solo quedaría la voz que nace de la espada, y el silencio de la sumisión.

 Claro, finalmente, ya en aguas quietas, es más viable, hacia el interior de las comunidades guerreras, volver a las fuentes y retomar el diálogo y la convivencia, la transmisión de conceptos sociales, aunque esta vez a través de la imposición repetitiva, edificando escuelas e institutos que establezcan y aseguren la permanencia y el monopolio de los ganadores.  

  Hecho esto, y educado al nuevo ser humano en la obediencia y el servilismo, pudo darse paso a la puesta en escena a nivel nacional, generando parlamentos y foros que remasticarán las verdades pre digeridas en simulacros de debates y oposiciones que mantuvieran al grueso de las poblaciones en la esperanza de ser representados en la nueva farsa de la democracia.

  Obviamente esto nunca paso, no fue así, y desde siempre el único resultado fue la creación de una clase política aventurera codiciosa y torpe, carente de empatía o responsabilidades sociales, que haría por los reyes y emperadores, por los generales sacerdotes y mandamases, el trabajo de embaucar y dirigir a las masas crecientes de seres humanos, hacia esquemas conceptuales incomprensibles y rígidos, que consistieran en delegar poder, despojarse de responsabilidades, y finalmente, volverse completamente indiferentes a su propio destino.

  Lo peor de esta cruzada contra el sentido y la individualidad es que, finalmente, en su esquema de premios y castigos, de reprimendas y amenazas, chantajes y sobornos, la necesidad se fue amoldando a los esquemas de interpretación dominantes, que ahora exhiben y demuestran un abanico de verdades tan cómodas e iguales que podemos simular nuestra independencia de criterio subiéndonos a un carrusel donde pasan eterna y cíclicamente las verdades a medias, los sarcasmos, las ironías, la difamación, la mentira, las “verdades”, las propagandas, las publicidades y memes… 

  Pero la voz ya no sale de nuestra garganta ni nuestro corazón, y mucho menos de nuestro cerebro en permanente oferta, diseñado a través de experimentos con ratas en laboratorios oscuros. 

  ¿Tenemos aún la posibilidad de describir algo desde su esencia? ¿Podemos acaso hablar de algo sin distorsionar lo hablado? ¿Siquiera estamos dispuestos a pagar el precio de decir palabras que representen realidades antes que trincheras y estrategias?  

  Todavía, sin dudas, podríamos, pero seguimos consumiendo medios masivos como si fuera pan, y dejándonos convencer como si nos estuvieran amamantando… y a la palabra que define y crea, que acuna y ama, que individualiza, limita y conecta a los seres humanos entre sí y con su entorno cuasi natural, la dejamos atrás de un millón de objetos que tienen precio, solo porque se inventó el crédito. 

  ¿Estamos dispuestos a correr el riesgo de redefinir el mundo sin prejuicios? ¿A ver y sentir desde un punto cero, para poder decir? ¿Tan solo podríamos pensar, sinceramente, que nos sentimos cómodos vomitando intermitentemente un caudal imparable de definiciones y descripciones prefijadas?

  Nunca está de moda la libertad, y la palabra libera cuando no es esclava.

 

01 agosto

Horda

 

Diccionario:


Horda

nombre femenino

  1. 1.

Comunidad nómada que se distingue de la tribu por el carácter rudimentario de los vínculos sociales y espirituales que unen a los que la integran.

"las hordas bárbaras comenzaron a invadir el imperio romano en el siglo V d. C"

  1. 2.

Grupo de gente armada que no pertenece a un ejército regular.

 

  Hay ciclos que no se cierran hasta que no se desnudan las verdades, las mentiras, las intenciones… Estoy durmiendo en mi casa, hoy, pero podría estar durmiendo en una comisaría, o algo peor, en un hospital público…

  Fui atacado por una banda de desaforados, desafortunados, desmadrados, inútiles, incompetentes… e impunes.  La sangre, se hace cascara en mis piernas, ahora mismo, las marcas del acero forjado de herramientas “de trabajo” cruzan mis brazos, mis hombros, mi espalda, ahora, en mis músculos fríos y quietos empieza a hacerse sentir el dolor de los golpes y la carne entumecida.

  Porque si, porque de plano queda descartado todo honor o siquiera respeto, a cambio de malicia, traición y violencia desmedida… (Iba a decir “violencia sin sentido” pero en este aprendizaje que dura siete años viendo como convierten mi vida en un campo de batalla, y cada uno de mis sueños en un blanco de tiro, he llegado a la convicción absoluta de que ninguna violencia tiene sentido.)

  Si estuviéramos en otro diagrama social, en otra ciudad, en otra provincia, en otro país, yo podría estar haciendo una denuncia, ahora mismo, ahora, con mi tiempo de ocio o de trabajo que fue aniquilado una y otra vez, dando interminables recorridos por indiferentes y oscuras oficinas con mi cuerpo, que necesita tiempo para trabajar y generar dinero para mi familia, para mi vida, para mis hijos.  

  Si estuviéramos en otro sistema de convivencia, en otras intenciones de bienestar común social, yo podría alzar mi voz suavemente ante las autoridades e instituciones respectivas y generar el movimiento de los resortes judiciales-administrativos que se diseñaron hace generaciones para protegerme, para protegernos a todos de este tipo de cosas.

  Pero estamos en Concordia, una ciudad donde se ha demostrado obscena y ostensiblemente una y otra vez, para que no haya dudas, la absoluta no-independencia de poderes, la desmesura con que el estado puede responder violentamente con impunidad para protegerse a sí mismo de la ley, la indefensión absoluta del ciudadano “de a pie” frente a un poder descarado y descascarado, goloso y ambicioso a la vez, desvergonzado y cínico.

Fui atacado por siete personas a la vez, y no me defendí, porque si hubiera devuelto un solo golpe, sin duda alguna, estaría preso, así tuvieran que inventar el delito de “defensa improcedente” o algo así, y mientras tanto, mi casa hubiera sido arrasada.

  Con la excusa de limpiar un territorio que día a día se arrastra en el abandono total y absoluto, después de 1550 días de inacción y desvergüenza, los mismos que trabajan de 09:00 a 09:45 para después sombrear o hacer leña, o directamente irse a su casa, teniendo una función fundamental para la ciudad a la que ponen en riesgo, manteniendo la Defensa Sur en forma óptima contra las inundaciones, se decidieron a "limpiar" mi vereda, contra mi alambrado, intentando quemar y arrasar con árboles que llevan años de plantados, que ellos mismos me vieron sembrar y repicar, enterrar y regar, cuidar, proteger y mimar, mientras ellos vivían la oscura felicidad de los inicuos, que se enorgullecen de saltarse toda regla y todo mandato que apunte al bien común, mientras la basura penetra con el viento en cada calle en cada patio...  

  Para llegar a mi vereda a “limpiar” (prender fuego y humear a todo el barrio con plástico quemado) pasaron por alto como si no existieran montañas de basura que deberían haber limpiado, que deberían haber limpiado todo el año, todos estos años… pero claro, tantas veces hemos hablado, si, con ellos, charle tantas veces, con los jefes que me atacaron, ofreciéndoles una entrevista para que lo que me contaban a mí se difunda a fin de generar algunas soluciones… 

  Pero no, solo se da lugar a los problemas: que no hay presupuesto, que no hay gasoil para la maquina ni para el camión, ni nafta para las motoguadañas, ni plata para comprar tanza, rastrillos y palas, que no pueden cumplir con su trabajo designado porque los llevan a armar escenarios y corsódromos, vallar maratones, pintar los cordones del centro de amarillo, hacer de albañiles en propiedades privadas de funcionarios públicos, mantener las veredas de los barrios privados… esas cositas, que desvirtúan completamente una democracia.  

  Claro, tal vez luego se sume alguna propina, sacada otra vez del erario público, otra vez, y todos contentos… Acá, nosotros: no.

  Pero olvidémonos de investigar este esquema de corrupciones interimplicadas, olvidémonos de buscar la maqueta de la Defensa Sur, con su iluminación parquizada, veredas y bicisendas, para lo cual fue derivado en su momento un presupuesto total y absolutamente equiparable… para lo cual se asigna un presupuesto mensual a su mantenimiento, y teóricamente, funcionarios dedicadamente jerarquizados con sueldos al tono…

  No sé si me enorgullezco de haber caído por no devolver un solo golpe, de este dolor físico y punzante, en realidad me siento tan estúpido como desorientado de mi propia falta de reacción, de mi propio perjudicial autocontrol, pero sí que no me arrepiento, porque a pesar de todo, sigo construyéndome como persona, sigo desligándome de la violencia y la agresividad de mi entorno -parece que no pero si- sigo enfocándome en mi mismo y en encontrar salidas y posibilidades, ya no productivas(todo lo que produzco es arrasado) pero si humanas y de relacionamiento, de nuevas posibilidades perspectivas y miradas(mucho más sanas que esto) sobre la sociedad y sobre mí mismo. 

 Claro que antes de apagar el fuego por mis propios medios les pedí que lo hicieran ellos, les explique que están destruyendo un sistema de restauración ambiental (que usa la basura que voló cada día en su ausencia como material estructurante) Claro que saben que el único que limpio toda la esquina una y otra vez no fueron ellos sino yo, y otras personas, amigos de otros barrios, con su tiempo gratuito, con su esperanza mágica, con su amor infinito. 

  Finalmente busqué un balde y cargue agua del zanjón ahora encajonado en hormigón, que eso es bueno para los negocios, encajonado y tapado de tierra y basura, pero bueno… antes de eso, cuando solo era un zanjón de aguas negras lo limpie y sembré de peces, libere el cauce y sanee cada año, cada vez que pude… Y sí, porque me gusta, porque aprendo, porque mi vida es el agua y la naturaleza, hacer viveros y sembrar árboles, fabricar flores, porque me deleito en la construcción, en la generación de armonía y belleza, aun, en este contexto imposible, violento, agresivo, destructivo, del Sur de la ciudad. 

  Entonces de los insultos y los amagues se llega a la agresión violenta, al mensaje seudomafioso y claro, y me cayeron como cucarachas a un plato de azúcar, como si yo fuera tan dulce… con el “jefe de jefes” tirando manos atrás de sus subjefes subordinados, que me aferraban de la ropa,  que a la vez eran superados por la demostración de lealtad de los empleados rasos que me picoteaban con sus herramientas de trabajo, intentándomelas clavar en la cabeza… por suerte no me sacaron un ojo, por suerte cuando me caí, me soltaron para rematarme, y pude dar un salto y dos pasos atrás. 

 Y entonces ya había terminado, porque ahora había que encarar de frente, ahora había que volverlo a intentar y ya no había salido tan bien… y entonces solo era la forma en que se manejan las instituciones y la clase política en la ciudad de Concordia.  Pero claro que aun tuve que escuchar amenazas de despojo, de desalojo… la mitad de mis vecinos fue testigo de todo esto, segundo a segundo, el resto de la cuadrilla también, no me sorprendería escuchar que ya ha pasado antes…

  La foto la saque con un teléfono, porque una y otra vez me robaron cámaras y computadoras, además de cada una de mis herramientas de trabajo, ya fueran serruchos y machetes, ya fueran motoguadañas una y otra vez, para que no pudiera avanzar ni trabajar, para que no pudiera registrar nada, ni visibilizar esta miseria punzante, este esquema de complicidades que convierte a un territorio donde viven quince mil personas en un caldero hirviente donde meter a voluntad la cuchara.

  Maia, te amo. Ciro, te amo.  Si soporte todo, todos estos años, fue para estar cerca de ustedes, y agradezco al universo por haber podido aprovechar y desaprovechar a la vez esta oportunidad… Gracias, discúlpenme por no poder avanzar, y  por seguir adelante, por no haber alcanzado a generar lo suficiente, y  por seguirlo intentando sin éxito, por quedarme aca intentando cumplir un sueño, por no saber adaptarme, por no intercambiar mi paz por destrucción social, por no entender esta sociedad y su esquema de violencia, corrupción y poder…

29 julio

Sobre la guerra


 

  Todo es energía, todo se equilibra, todo lo que está vivo genera vida, salvo en la guerra, que se nutre de generar desequilibrios, inequidades, asimetrías, donde todos los parámetros son opuestos a la vida. 

 La energía se consume para poder destruir y para poder crear nuevas formas de destruir y consumir energía sin más producto que la destrucción, a la cual se llamará, dominación.

  La guerra no cesa, nunca termina: en un estado de guerra, el estado de alerta total es permanente, donde la mayor de las audacias es dormir sin sobresaltos, o pensar que un momento de tranquilidad representa una tregua, en vez de los preparativos para otra avanzada.

  La guerra no tiene favoritos, su único sentido propio es perpetuarse.

  La guerra es un aglutinante de factores de poder, que permanecen y persisten intactos -aunque puedan mutar- a través del conflicto, los seres humanos participantes son la expresión descartable de una delegación de poder colectivo, de una delegación colectiva del poder individual.  

  Desde esta mecánica, toda decisión y todo resultado, no favorece a personas ni a sus aspiraciones de paz, o victoria, sino a los mecanismos que encuadran su utilización como medios para perpetuar las instituciones que se benefician de la guerra. 

  Los dirigentes no pueden ni quieren detener la guerra, solo las personas pueden tomar decisiones individuales y reales que signifiquen un camino hacia la paz, desde el único factor que manejan, que es la sustentabilidad de su vida, en cuanto al uso consumo y generación de energía, recursos, espacio y tiempo.  

  La guerra es una expresión de la suma de estos factores, a escala planetaria, por lo que se produce en la medida exacta al desequilibrio que aporta la sumatoria del desfasaje individual.

La guerra es la continuación o la imposición de la economía mediante la política, por lo tanto, no se detiene con el vacío de los estómagos o los corazones, ni por la acumulación de masacres, sino por el vacío de las bolsas que guardan el dinero.  

  El camino de las armas no es el único camino, sino el que mas acumula o desgasta, el que mas movimientos económicos genera, que nunca hubieran sido aceptados de otra manera.

  La guerra es tener enemigos, y hacer planes que no los favorezcan, y no esperar que sus planes nos favorezcan sin saber dónde ni cuándo nos van a desfavorecer.  La guerra es escalar la violencia y acorralar hasta el final.

  La guerra es hacer trincheras en vez de huertas, y alambradas en vez de puertas, es volar puentes y quemar trigales, y poner el valor de la vida bajo una bandera.

  La guerra es anticipar planes de retirada, construir refugios y escondites, trampas, engaños y cebos, mientras el mismo trabajo se come los obreros.

  La guerra es aferrarse a una posición, y pedir refuerzos, o defenderla hasta que no quede con que.  Es arrasar el sentido y el tiempo en un espacio hasta que solo queden vencedores, y -si hace falta- vencidos.

  La guerra es morir, si te toca, caminar en las trincheras, porque todo soldado es descartable, una vez que se llega al acuerdo entre los que no pelean.

  Guerra es actuar antes de diferenciar o comprobar. Es aplastar, es arrasar por precaución.

  La violencia es pegajosa, porque nos remite a los instintos más básicos para sobrevivir en un mundo predador  La violencia es contagiosa, y se multiplica con facilidad, para que comience una guerra, antes se fabrica la impunidad.

  Cada pensamiento y cada acción de guerra se multiplica a través de la comunicación orientada a producirla, la verdad de las batallas no es su resultado sino lo que nos llega de ellas, tres de cada cuatro batallas las gana la propaganda.

  Guerra es ser un blanco móvil y acostumbrarse, a no pensar en el disparo, es moverse entre recovecos, es respirar quieto para estar vivo.

  Guerra es vivir de la desconfianza, y a la vez dejar a otro tu vida, es cuando la paranoia nunca es demasiada. Guerra es ejecutar, a amigos y enemigos por igual.

  Solo las personas producen energía y recursos, por eso son el blanco de la guerra, a ellas se llega mediante la destrucción de las infraestructuras civiles.

  Para los que no luchan, la vida y la muerte en las trincheras es como el resultado de un juego sobre el que pueden apostar.  Para los que están en las trincheras, la vida y la muerte es como un paño en el que todos los días tiran los dados.

  En la guerra la neutralidad no existe.

  Guerra es cuando la muerte ajena y propia ya no importa, cuando la sangre te es indiferente, cuando no quedan recuerdos sanos de los tiempos de paz.

  Guerra es ser un instrumento, y usar a los demás como tal, es remitir todos los valores a la razón de las alianzas, las necesidades y las jerarquías.

  Guerra es cuando la fuerza no tiene límite, aunque se firmen tratados y pactos, que serán irrespetados. 

 Guerra es cuando todo es bueno cuando sirve.

  Guerra es reptar por territorio enemigo, buscando nidos donde dejar bombas encendidas.

  Guerra es parir y crear entre escombros, cocinar en los incendios y hacer el amor entre las balas, es cuidar una flor como un tesoro, una sonrisa como si fuera un arma.

  Guerra es cuando los niños intercambian casquillos y proyectiles, mientras miran, repartir el agua y el pan entre los soldados. 


https://noosphere.princeton.edu/bethune.html


25 julio

Amor y Guerra (Poesías)


 

 

Cosmorevisión

 

No me conmueven los muertos

Ni los árboles secos,

No me desvela el estruendo

Del terremoto creciendo,

No amo los pájaros, por sus colores

Ni el amanecer, entre algodones…

Como si fueran miguitas de pan

-Para no sentirme perdido-

Deje gotas de mi sangre

En cada recodo del camino…

Tenso mi arco y escupo

La verdad que chorrea mis dedos

¿No encajo con tu métrica, mundo?

Pregunto y derribo, reconstruyo…

 

 

Con todo amor, ante tus ojos

 

Lo que está pasando

No lo ves pero hierve

El árbol enraíza, sabe

Que lo van a talar…

Planta tu bala en la tierra

Y jamás germinará

Al lado de las semillas

De esta infinitesidad…

¿Te asusta el derrumbe

De lo que no puede volar?

¿Lo inexorable del tiempo

Que de tus garras escapa?

Bebiendo lágrimas sonríen…

Y sobreviven, los despreciables

Que tu maquinaria aplasta

Florecen de nuevo…

 

 

Entre tus manos

 

Dame una semilla

Para mi corazón

Que riegue el rocío

Que no reseque el sol

 

 

Todos los países

 

Tengo una jaula en el pecho

De la que escapan pájaros

Que no volverán a entrar.

Furiosamente libres

Se disparan al cielo,

Como si hubiera…

Se desintegran:

Desarmándose de toda

Conveniencia…

Vuelan

Fabricando un idioma…

Nuevo de viejas creencias

Pelo a pelo naciendo…

Desde un espejo líquido

Que todavía tiembla, templa…

¿Son mis manos esas sombras que se mueven

A contraluz? ¿O es el tiempo que se agota, gota a gota…?

El universo se despoja de sustancia, se destila

Y yo soy una copa.

 


Libertad

 

Desnuda pero envuelta

En una bandera blanca:

Altiva pero abierta…

Desconfiada y tierna

 


En la mirada

 

Como una explosión que no termina ni empieza

Como derretirse desde adentro hacia afuera

Como morder el tiempo buscando una puerta

Y dar vueltas en el aire mientras el planeta mira.

 

 

Anochecer

 

Ahora mismo en las calles y parques

En las banquinas y basurales

Hay gente cuadriculando el aire

De sueños resguardados bajo siete llaves.

Con la paciencia de los desposeídos

Hacen de cada encuentro un homenaje

Cortando en pedazos el tiempo

Para olvidar su corazón hambriento…

Curtiendo la piel al fuego

Y el alma al viento del invierno eterno:

Sin abrigo, sin descanso, sin pan, sin poder…

Sin perder la certeza de ser…

 

 

Sin palabras

 

Me gustaría hacerte preguntas

Que no tengan que ser habladas

Hablar rozando tu piel…

…Que conteste sin decir nada.

 

 

Concisamente:

 

Quiero regalarte un ramillete

De flechas incendiarias

Y un puñado de semillas

…Y mi corazón.

 

 

Palabras mojadas

 

Quiero verte brillar

Hasta encandilarme

Y en tu puerto de papel

Encallar en llamas

 

 

Durante el trayecto del sol…

 

Lo que no está en el mapa

No se conoce en un papel

Ni las encrucijadas

Parecen tan reales que…

Solo dura un día cada día,

Solo dura un día la vida,

Mientras el sol da su vuelta y se oculta:

…En la noche la naturaleza abraza

La humana naturaleza.

 

 

Idiomas

 

¿Que significa cuando

Decís “estrella”?

Y ¿Qué significa

Cuando decís “corazón”?

 


Planificación

 

¿Tendrías tiempo si te invito

A ver caer estrellas fugaces?

 

 

Amaneceres

 

Hoy me desperté tan estirado y en blanco

Como una hoja nueva de papel:

El mundo describe y me escribe…

Cada palabra se dice, se escucha, se siente,

Una sola vez en la vida…

Todo dura desde siempre.

 

No puedo saber

A que hora sale el sol

Si estoy en llamas

 


Confusión

 

En la era del cemento y la televisión

Los gratuitos esclavizadores te dirán… que

Tu tiempo y espacio serán determinados

Por una decisión unilateral, que no tomes vos…

En la era del meme y la tergiversación

Los farsantes, te dirán, que se puede exactamente

Describir la selva con solo mirar:

Las jaulas tristes, deslucidas de un zoo…

En la era de las ideologías, a medida

De lo que sirva, de lo que rinda más…

Los desplazados y  trolls te dirán                 

Que no existe más que la oscuridad…

En la era del descarte y la pretendida obviedad

Algunos buscan ofertas, otros, falsa felicidad

Otros hacen preguntas, que no dejan contestar…

Y en tu corazón… parpadea el sol

Cada día, sin embargo, hasta el final…

…de tus ojos se escurre, la verdad

En cuanto te dejás mirar…

Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...