29 julio

Sobre la guerra


 

  Todo es energía, todo se equilibra, todo lo que está vivo genera vida, salvo en la guerra, que se nutre de generar desequilibrios, inequidades, asimetrías, donde todos los parámetros son opuestos a la vida. 

 La energía se consume para poder destruir y para poder crear nuevas formas de destruir y consumir energía sin más producto que la destrucción, a la cual se llamará, dominación.

  La guerra no cesa, nunca termina: en un estado de guerra, el estado de alerta total es permanente, donde la mayor de las audacias es dormir sin sobresaltos, o pensar que un momento de tranquilidad representa una tregua, en vez de los preparativos para otra avanzada.

  La guerra no tiene favoritos, su único sentido propio es perpetuarse.

  La guerra es un aglutinante de factores de poder, que permanecen y persisten intactos -aunque puedan mutar- a través del conflicto, los seres humanos participantes son la expresión descartable de una delegación de poder colectivo, de una delegación colectiva del poder individual.  

  Desde esta mecánica, toda decisión y todo resultado, no favorece a personas ni a sus aspiraciones de paz, o victoria, sino a los mecanismos que encuadran su utilización como medios para perpetuar las instituciones que se benefician de la guerra. 

  Los dirigentes no pueden ni quieren detener la guerra, solo las personas pueden tomar decisiones individuales y reales que signifiquen un camino hacia la paz, desde el único factor que manejan, que es la sustentabilidad de su vida, en cuanto al uso consumo y generación de energía, recursos, espacio y tiempo.  

  La guerra es una expresión de la suma de estos factores, a escala planetaria, por lo que se produce en la medida exacta al desequilibrio que aporta la sumatoria del desfasaje individual.

La guerra es la continuación o la imposición de la economía mediante la política, por lo tanto, no se detiene con el vacío de los estómagos o los corazones, ni por la acumulación de masacres, sino por el vacío de las bolsas que guardan el dinero.  

  El camino de las armas no es el único camino, sino el que mas acumula o desgasta, el que mas movimientos económicos genera, que nunca hubieran sido aceptados de otra manera.

  La guerra es tener enemigos, y hacer planes que no los favorezcan, y no esperar que sus planes nos favorezcan sin saber dónde ni cuándo nos van a desfavorecer.  La guerra es escalar la violencia y acorralar hasta el final.

  La guerra es hacer trincheras en vez de huertas, y alambradas en vez de puertas, es volar puentes y quemar trigales, y poner el valor de la vida bajo una bandera.

  La guerra es anticipar planes de retirada, construir refugios y escondites, trampas, engaños y cebos, mientras el mismo trabajo se come los obreros.

  La guerra es aferrarse a una posición, y pedir refuerzos, o defenderla hasta que no quede con que.  Es arrasar el sentido y el tiempo en un espacio hasta que solo queden vencedores, y -si hace falta- vencidos.

  La guerra es morir, si te toca, caminar en las trincheras, porque todo soldado es descartable, una vez que se llega al acuerdo entre los que no pelean.

  Guerra es actuar antes de diferenciar o comprobar. Es aplastar, es arrasar por precaución.

  La violencia es pegajosa, porque nos remite a los instintos más básicos para sobrevivir en un mundo predador  La violencia es contagiosa, y se multiplica con facilidad, para que comience una guerra, antes se fabrica la impunidad.

  Cada pensamiento y cada acción de guerra se multiplica a través de la comunicación orientada a producirla, la verdad de las batallas no es su resultado sino lo que nos llega de ellas, tres de cada cuatro batallas las gana la propaganda.

  Guerra es ser un blanco móvil y acostumbrarse, a no pensar en el disparo, es moverse entre recovecos, es respirar quieto para estar vivo.

  Guerra es vivir de la desconfianza, y a la vez dejar a otro tu vida, es cuando la paranoia nunca es demasiada. Guerra es ejecutar, a amigos y enemigos por igual.

  Solo las personas producen energía y recursos, por eso son el blanco de la guerra, a ellas se llega mediante la destrucción de las infraestructuras civiles.

  Para los que no luchan, la vida y la muerte en las trincheras es como el resultado de un juego sobre el que pueden apostar.  Para los que están en las trincheras, la vida y la muerte es como un paño en el que todos los días tiran los dados.

  En la guerra la neutralidad no existe.

  Guerra es cuando la muerte ajena y propia ya no importa, cuando la sangre te es indiferente, cuando no quedan recuerdos sanos de los tiempos de paz.

  Guerra es ser un instrumento, y usar a los demás como tal, es remitir todos los valores a la razón de las alianzas, las necesidades y las jerarquías.

  Guerra es cuando la fuerza no tiene límite, aunque se firmen tratados y pactos, que serán irrespetados. 

 Guerra es cuando todo es bueno cuando sirve.

  Guerra es reptar por territorio enemigo, buscando nidos donde dejar bombas encendidas.

  Guerra es parir y crear entre escombros, cocinar en los incendios y hacer el amor entre las balas, es cuidar una flor como un tesoro, una sonrisa como si fuera un arma.

  Guerra es cuando los niños intercambian casquillos y proyectiles, mientras miran, repartir el agua y el pan entre los soldados. 


https://noosphere.princeton.edu/bethune.html


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