20 noviembre

Ucranias



  La guerra de ucrania es un símbolo.  Nada mas que eso.  Y solo por eso, simple y llanamente, explica y justifica toda la devastación y el derroche interminable de vidas y bienes, de recursos y de promesas absurdas, de valores humanos y de naturaleza incendiada...Lo de siempre.

  Sin embargo no va a finalizar, no puede.  Su permanencia es la permanencia del sistema, de un esquema de asociaciones espurias y oscuras que atraviesa casi todo el planeta.  La continuidad de la guerra es la única garantía real de la continuidad de los gobiernos occidentales, de su forma de gobierno, de su organización política y social.

  La guerra de Ucrania continúa, porque su desarrollo es el campo de pruebas de la guerra mundializada contra el ser humano, y como tal, refleja la guerra interna dentro de cada país.  De las teorías sociológicas se pasó a la experimentación, a la re-administración del poder. Ahora solo hay laboratorios a cielo abierto, y sus experimentos con seres humanos abarcan territorios inmensos, millones de personas.

  No son mas que eso, Ucrania y Gaza, Sudan y Siria.  Enormes centros de experimentación con seres humanos. A mayor o pequeña escala, su dinámica de exterminio, saqueo y corrupción, se repite hasta atomizarse en ciudades, dentro de países auto aclamados como democráticos, y dentro de barrios arrinconados en ciudades auto definidas como progresistas, y en cada cuadra, dentro de familias mixtas, multiétnicas, interraciales, o lo que sea. 

  La funesta experiencia del Covid-19, primer e inédito logro mundial de enclaustramiento humano voluntario de larga duración, demostró que -así como las invasiones de Irak, Afganistán o Libia- solo hace falta un gesto teatral, algunos apasionados del drama que esparzan el miedo, y un implacable y monolítico aparato de prensa y comunicación.

A través de ese teatro, de ese escenario de infinitos cortinados, la sola repetición, la inmersión en la rutina moderna de consumir noticias chatarra hace que el temor a caerse del escalón, la indiferencia, el miedo, pero también el oportunismo y la ambición, sean los vehículos que conviertan las adustas poses, los rostros serios y circunspectos de los dirigentes mundiales en verdades absolutas e indiscutibles.

  Pero sus palabras se fraguan en un molde que de tan usado y gastado, empieza a resquebrajarse.

  Desde este plano, este teatro de operaciones global, donde el aplauso está garantizado, cualquier ejercicio de suplantación de la realidad, cualquier fraude, cualquier forma de manipular relaciones interestatales, cualquier toma de poder, territorio o recursos ciudadanos en manos de corporaciones, lo único que necesita para tener éxito, es un guion dinámico y simple, un par de payasos grotescos que disculpen la propia disfuncionalidad humana del público, y un poco de dinero cayendo desde el techo, que pueda ser esparcido por grandes ventiladores.

  O sea, tampoco debe ser fácil!! Para ganar su premio, los emprendedores y audaces deben gatear a cuatro patas, entre las piernas de los que siguen mirando el show.  Si tienen suerte, algún multimillonario les dará una palmadita en la cola.

  Así que el escenario esta garantizado, a tiempo completo, 24/7, como dicen.  Y eso pasa por varios motivos pero fundamentalmente por dos: uno, porque si la música sigue sonando, si los posters con personas sonrientes siguen imprimiéndose, siempre habrá nuevos aspirantes soñando con el protagonismo, y para que solo algunos lleguen al papel principal, miles, millones, ensayan, memorizan y repiten el guion hasta acalambrarse los labios.  

  El segundo motivo es mucho mas simple, se trata de la mas simple supervivencia, y esto se puede ver en Ucrania, desde siempre en Israel, y ahora mismo en EEUU, y por supuesto, en cualquier momento en la mitad de Europa.  

  Cuando un dirigente llega al cenit de sus contradicciones, y sus mismas bases amenazan con desbancarlo y exigirle cuentas de la confianza que depositaron en sus promesas, cuando la incoherencia simplemente se exhibe sin mas explicaciones, porque no las hay, cuando todos los resultados son exactamente opuestos a los que se iban a lograr, el poder se convierte en una cornisa donde el viento sopla cada vez mas fuerte.

  Entonces, es cuando la única manera de aferrarse al poder, de interdictar los parámetros normales de funcionamiento del gobierno, de arracimar a propios y extraños detrás de una misma trinchera, es, sin dudas, la guerra.  Cuando ante la caída en desgracia inminente, ya ni siquiera se puede ganar tiempo, solo el furor ciego de la violencia y la muerte puede disculpar la corrupción absoluta, derrotar la lógica del bien común, de la buena gobernanza, de la búsqueda del bienestar y la prosperidad. 

  Para eso somos formateados, cada día.

  Y si, es como si hubiera un botoncito en el cerebro, que puede ser fácilmente detonado ante el flamear de una bandera.  Un comando antihumano que inmediatamente estalla en películas hollywoodenses y en documentales sobre vikingos, en la fraguada falsa historia del desarrollo humano, que no hubiera existido sin la cooperación y la colaboración, en la efímera gloria del ser humano disidente de la horda primitiva que decidió matar para imponer su superioridad no reconocida, para acaparar y dominar.  De ese linaje venimos, por eso, siempre la guerra va a ser una opción irremplazable, y, por supuesto, incombatida.  

  Porque...vamos, no sería difícil detener la guerra antes de su inicio, si hubiera una real y masiva oposición a su ejercicio! 

  Pero la guerra, por supuesto, no empieza con balas, no da comienzo con muerte, sangre, destrucción y cadáveres volviendo a casa!  En principio, la guerra que dio comienzo hace miles de años, nunca finalizó, y su frente de batalla sigue firme y avanzando siempre, contra indefensas poblaciones y territorios a lo largo y ancho del planeta.  

  Es así como millones de africanos siguen siendo masacrados en los pozos de las minas de oro y diamantes, mientras sus animales se convierten en prolijos trofeos en las salas de los gerentes de la masacre.  Millones mueren de sed mientras la selva se esfuma para convertirse en elegantes pisos lustrados, en envidiables mesas corporativas de exóticas maderas. 





 Mientras, todo se convierte en desierto, excepto los feudos que pueden acaparar el agua y su insensata tecnología del desperdicio, para producir alimentos que puedan ser intercambiados por oro y petróleo, y diamantes...

  Pero esto pasa en el Amazonas, ahora mismo y desde hace cientos de años.  El imperio de la muerte no tiene prisas, solo contratos a ser cumplimentados, y las tribus y la vida multicolor, la increíble diversidad de animales y plantas, se sigue masacrando y extinguiendo sin retorno, sin piedad, porque siempre hay nuevas guerras que financiar, y todo debe ser convertido en granos y carne, que puedan ser intercambiados por armas, misiles y pólvora, y aviones.

   Pero bueno, eso no resta nada, con solo pagar los impuestos que financian a los inmensos ejércitos invasores, las grandes democracias del mundo, nos ofrecen la posibilidad de autopercibirnos,ya no como hombres mujeres o las dos cosas a la vez -que ya de tan antiguo es algo anecdótico- sino directamente como osos koala o perros salchicha, como arboles exóticos o personajes de historieta...o como montañas nevadas 

  La biodiversidad está garantizada!  

  Claro que, para que esa indiferencia criminal, esa estupidez y complicidad garantice el éxito, los ejércitos no se componen solamente de soldados, seria muy tosco seguir pensando así, al día de hoy!  Los ejércitos se forman de aguerridos empresarios, capitaneados por salvajes cónsules y embajadores, por impecables patrones del narcotráfico, seguidos por sus paseadores de mascotas políticas, todavía cumpliendo el rol de senadores y diputados, presidentes y gobernadores...prolijos, sumisos, obedientes.  

  Los ejércitos no solo se agrupan en bases militares, sino en centenares de miles de agencias y fundaciones, de organizaciones no gubernamentales, de asociaciones humanas aparentemente indefensas, de iglesias y clubes de campo.

  Estos emprendedores mapean territorios y recursos, definen, eligen y marcan a las futuras victimas, diseñan planes para blanquear y usurpar capitales y bienes ajenos, chantajean y amenazan, pero siempre, con una afectuosa sonrisa que prometa mejorar tu vida, sacarte de la miseria mental de no encajar en el sistema.

  Imperdonablemente hipócritas

  La guerra actual esta tan interrelacionada con las finanzas y las bolsas de comercio del mundo, tan facilitado y blanqueado el genocidio, tan institucionalizado el despojo, la corrupción y la mentira, que solo con existir y respirar nos sumamos a ella.

  Y esto es así porque en el interminablemente complejo entramado de relaciones políticas y económicas que el poder rediseña a su gusto cada día, ya no hay territorios libres de la usurpación y la dominación del sentido, de la fabula moderna de la cigarra y la hormiga, que permitan un esfuerzo humano dirigido a valorizar al ser humano antes que a las instituciones, privilegiar la vida antes que a las corporaciones.

  La narrativa interminable de los medios lo hace posible, ya que su dinamismo y su participación en el pastel les permite borrar y reescribir la realidad cuantas veces al día sea necesario. 

  Nuestra  participación como consumidores "responsables" lo hace posible, ya que vivimos atados a una nueva forma de esclavitud consentida, que nos permite evolucionar desde una montaña de basura a otra, sin dejar de hacer responsables a los demás.  La culpa siempre es del otro, del sistema, de las élites, de las lagartijas, de los tecnócratas, de los corruptos, de los mercenarios, oligarcas, imperialistas, etcétera, etcétera..

  La culpa es nuestra.  El mundo entero está siendo aplastado por nuestra huella ecológica, para que podamos reír como idiotas frente al último clip de video realizado por una inteligencia artificial... Estamos listos, casi listos...

 Un buen día las noticias mundiales nos dirán que ha llegado la paz.  Será un gran día.  

  Atrincherados en nuestra isla de realidad virtual, nuestro mundo diseñado por algoritmos se hará cada vez mas perfecto y suave, mas acompasadamente tenue, y al fin, seremos felizmente explotados y consumidos por un mundo que se restablece en nuestras pantallas, aunque nunca deje de incendiarse. 

  Como si fuéramos niños que jugaran a la guerra, en nuestros bolsillos guardamos el desierto, la extinción, y algunas pocas balas...


17 noviembre

Ultrarealidad

 




  Hoy en día, ante  la bancarrota imparable de las corporaciones que aun usufructúan el mundo, ante la impotencia manifiesta de los habituales imperios y sus imparables maquinarias, ya no hay límites éticos ni morales que detengan a los dirigentes de estos gobiernos.  No hay líneas rojas en el ejercicio de la violencia y la demostración del poder, ni la menor necesidad de respeto hacia el ser humano, hacia las instituciones, hacia los ecosistemas, hacia las economías, y hacia los territorios ajenos. 

  Y esto sucede día a día con mas agudeza, ya que cada paso atrás y cada milímetro social de territorio perdido, empuja a los últimos gendarmes de la modernidad, aun atrincherados en asociaciones obsoletas y ficticias como la OEA, la Unión Europea, la OTAN o el G7, o nuevas creaciones dignas del doctor Frankenstein, como la alianza AUKUS, hacia el filo de un precipicio de bordes resquebrajados, del cual no se puede adivinar el fondo, por mas atenta que sea la mirada.

  Como un turista idiota que siguió adentrándose en el mar, aun cuando sus pies ya no tocaban el fondo, y ahoga junto con él a cualquier incauto que intente rescatarlo, las "Grandes Potencias" habituales, combaten su aislamiento creciente con una desesperada violencia injustificable, expresada en sangrientas aventuras militares tercerizadas o un infantil neocolonialismo, que no hacen más que acelerar el proceso.  

  Lo nuevo, en este caso, es el escenográfico ambiente de confrontación total inminente, la conspiración omnipresente que supuestamente los amenaza, como excusa para el más descarado intervencionismo, y la más cruel militarización de las relaciones internacionales, como si el mundo hubiera sacado alguna ganancia real, de cualquier guerra a pequeña o gran escala.

  Por supuesto, que esto carece de importancia.  Para las economías corporativas que abusaron de la revisión y redefinición permanente de conceptos, como "Democracia", "Libertad", Terrorismo", o tantas otras, cualquier punto de apoyo que impida por un minuto más su desbarranque, es como una mina de oro que inmediatamente se dedican a explotar.

  Por supuesto, el mundo está compuesto de naciones, y las naciones de personas, tan largamente explotadas, usadas y engañadas, que ante las viejas y conocidas estrategias de manipulación, lo que prima es la indiferencia y el rechazo.  Es así, que rebuscando en el fondo de su desvencijada caja de herramientas, han llegado a encontrar el último juguete con un poco de efímera utilidad: la tecnología de comunicación.  

  Mas allá de las corporaciones, fundaciones, y agencias gubernamentales dedicadas a generar contenido estratégico, cualquier persona puede decir cualquier cosa sobre cualquier otra: si conviene, será ampliado, tomado como fuente, reafirmado, divulgado, magnificado.  Si no, será perseguido, condenado, multado, clausurado, encarcelado. 

  Esto se aplica a individuos, funcionarios y dirigentes, tanto como a medios e instituciones, y es la base de la absoluta incoherencia sobre la que maniobra la narrativa imperial, libre de girar hacia un lado u otro, avanzar o retroceder, fabular o desmentir con una impunidad y una desvergüenza absoluta.

  El fin justifica todos los medios, cualquier medio, pero sobre todo, los medios de comunicación masiva hegemónicos, que fabrican verdades a medida, aunque...hoy en día, ese negocio, está ampliamente diversificado, desregulado, atomizado.

  Hoy en día, mediante una precaria conexión a internet, podemos declarar que la luna es de queso, que los muertos pidieron ser asesinados, que mañana mismo vamos a ser millonarios, o que la última invasión imperial es largamente celebrada por la misma población que está siendo masacrada.  La inversión de la realidad es lo normal, y la información veraz se ha vuelto una extraña e incómoda excepción...

 

 Hoy en día, con técnicas apoyadas en las redes sociales y la inteligencia artificial, en la  sobreabundancia de Influencers y recursos mediáticos descriptivos, en un feroz reemplazo de la Opinión Pública por guiones gastados y monstruos reciclados, ha hecho que los gerentes tecnológicos naden virtualmente en dinero, lo cual, dada su cómoda alianza con el establishment, rápidamente se ha traducido en un notorio e irrecuperable retraso tecnológico y en una imparable burbuja artificial que intenta aprovechar los minutos finales de su decadencia.

  Y todo esto, sin que su omnipresente teatro logre corregir el rumbo de los desbocados y hastiados países del "Sur Global", sin que mantenga en línea a la nueva dirigencia de las viejas mascotas imperiales que guiaba con su tirante y corta correa desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

  Por supuesto, que según su propia narrativa, las grandes compañías tecnológicas, siguen siendo Las Siete Magnificas, y su descarado esquema de espionaje, control y direccionamiento de la conciencia y las decisiones humanas, se sigue vendiendo como diversión, como información.  Pero ya no son las únicas opciones.

  La población de un mundo desilusionado del futuro imposible que tantas veces compraron y pagaron por adelantado, está empezando a comprender, que con solo prender una pantalla cualquiera es inmediatamente inmersa en un esquema de posverdad, de desinformación y de atribución comercial de sentido.  La población del mundo entero toma conciencia: ya no hay beneficios tangibles en dejar de pensar por si misma, a cambio de un monótono paisaje predigerido e inmodificable. 

  La comodidad de asentir a todo, de permitir todo, de facilitar todo, no se tradujo en bienestar ni libertad, sino todo lo contrario: el mundo de hoy está en el cenit del control y la coerción, sin mas beneficios que una tecnológica diversión infantil  y fugaz, de una alimentación artificial que solo promete más enfermedades y de un aislamiento individual que solo refuerza el poder institucional.

  Es que no nos cansamos de epidemias mundiales?  De peligrosos e inminentes, destructivos meteoritos? De oportunos y mediáticos indicios de incomprobables invasiones alienígenas?  

  La realidad no se esfuma por eso, solo dejamos de prestarle atención.  Como hace veinte mil años, el único mundo que podemos comprobar es el que nos rodea, el que podemos oler y tocar, modificar y sentir, y ese mundo, está muy lejos de las pantallas, porque es un mundo que nos afecta solo a nosotros, para bien o para mal, y sobre el que podemos tomar decisiones reales en tiempo real, con consecuencias reales.

  Si no queremos ser manipulados para nuestra propia destrucción, es la hora de volver a la realidad, es la hora de poner en marcha ese viejo mecanismo llamado pensamiento, aunque tengamos que sacar kilómetros de telarañas de nuestro desusado cerebro.  Y aunque ya nos parezca extraño, el único camino para pensar con claridad, se basa en el retorno a nosotros mismos, como centros absolutos del universo, el retorno a la conciencia de nuestra propia piel y nuestro propio corazón, 

  Si logramos despojarnos del barniz del adoctrinamiento corporativo, incluso hoy, todavía, tenemos una pequeña oportunidad de vivir en libertad.  Si apagamos las pantallas...





15 noviembre

Agua

  

       


  Por lo menos la mitad de la población mundial vive con menos de ocho litros de agua al día.  O menos que eso.   Por supuesto, es un promedio... millones mueren simplemente de sed    

  Unos cuantos miles, pueden (¿O dicen que pueden?) diferenciar el sabor entre marcas de agua embotellada. 

  Pero el agua está ahí! Para unos y otros!  No es que fue creada para todos...todos fuimos creados del agua.          

  El agua existe, el agua es, y esta en todos lados, incluso cuando respiramos.  Cómo nos puede faltar el agua? Como hemos convertido la fuente de toda vida alrededor, en la fuente de todas las miserias y guerras?

  Nos acostumbramos hace tantas generaciones a tirar la basura a la zanja, la mierda al arroyo, que nos parece completamente natural contaminar y envenenar, monopolizar, y comercializar la carencia en alas de una malicia que no conoce las carencias.  No las conoce? La realidad es que seguimos siendo formateados y dirigidos hacia nuestra propia cima de la estupidez... ya perdimos el contacto con ríos libres o arroyos cristalinos, arrasados por la industria y la urbanización.



  La realidad es que son mucho mas bonitas las postales y los documentales, y con eso nos alcanza mientras tomamos bebidas coloreadas, formuladas con venenos que deberían estar prohibidos, mientras lentamente perdemos todos los caminos hacia la costa en manos de emporios turísticos, comerciales o industriales, y la lluvia solo sirve para inundar instantáneamente las obsoletas y superpobladas ciudades.

Hemos perdido hasta la conciencia de nuestra existencia, nuestro cuerpo y sus necesidades, su composición.  Necesitamos el agua para fluir, para lubricar nuestros pensamientos y nuestros huesos, para tener una mente fresca y creativa que no se deje manipular por la aridez de los algoritmos matemáticos. 

  Cada vez que se contamina un curso de agua, cada vez que tiramos basura a la tierra...termina en nuestra sangre.  No es una metáfora, es instantáneo y real.  Como seres vivos, somos parte de una masa de agua que se mueve y nos atraviesa, que se regenera continuamente hasta llegar a nuestro sediento, o insatisfecho, o indiferente paladar.  



  Le damos el nombre de "Ciclo del agua" a una continuidad omnipresente en la que estamos inmersos, para pretender diferenciarnos de algo que está dentro nuestro.  Creamos desiertos y lagunas negras, charcos muertos, lluvias ácidas, manantiales de veneno...es lo mismo que estamos haciendo con nosotros.  Con cada uno de nosotros, con la especie humana.   Con el resto de los seres vivos.

  Y a que viene esto? Podría hablar de temas que le interesen a todos, como un campeonato de futbol, drogas sintéticas, autos de lujo, yoga, o como la chupan las Top Models!  Esto Viene a que las cosas mas hermosas las aprendí de seres que aman el agua.  Aman, regeneran, descontaminan y cultivan el agua para el resto de todos nosotros, humanos y no humanos.  A que... 

  Los pocos momentos de transitoria y escasa paz a su lado, me dieron todas las certezas que poseo.  No poseo nada mas.



    Los seres vivos que mas admiro en este planeta no son los leones ni las ballenas, no son los ejecutivos de las corporaciones ni los implacables generales.  Ni siquiera se mueven.  Lo bueno que pude aprender, por un par de segundos, viene de los árboles.

  Y se, sin ninguna duda, que la selva existe.  La selva es un estado de la evolución que está antes y despues que nosotros, no puede ser derrotada.  Existe bajo nuestros pies y nuestros rascacielos, entre los cráteres de nuestras bombas, entre los animales que acariciamos, encerramos o matamos, y entre los surcos de cada cultivo de las hierbas que nos llevó miles de años aprender a domesticar.

  Hay mas semillas esperando bajo la tierra, hagamos lo que hagamos.  Podemos exterminarnos unos a otros, pero no podemos exterminar el bosque, mas que por un corto e insignificante ciclo destructivo.  Todo lo que sabemos, todo lo que podemos aprender, tiene un sesgo destinado a someternos y manipularnos, porque no podemos ver el panorama completo.  



  Sin embargo, hay árboles que han visto desarrollarse. evolucionar, a la humanidad, por cientos de años, algunos, por miles de años. Y su conocimiento nunca se perdió, nunca se pierde.  Se regenera y comparte, se perfecciona, se acumula.  Cada ser viviente puede acceder a esa biblioteca universal de la evolución, amorosamente preservada.

  Pero nosotros, elegimos destruirla, porque no nos alcanza con ser ignorantes y necios, sino hundimos todo en la destrucción y el caos, si no convertimos el ocaso de la humanidad en un suicidio lento...

  Ahora mismo, en mi patio, hay un pequeño pájaro cantando en una rama, bajo el sol... Me gustaría saber que nos está diciendo...


     



14 noviembre

Palabras modernas

 


Hoy en día... es bastante común hablar -o por lo menos escuchar hablar- de sustentabilidad.  En estos tiempos, no es raro o desconocido el concepto de permacultura.  Y esto por poner el acento en solo dos palabras claves, que definen conceptos mucho mas antiguos que la industria, la agricultura, o la raza humana.  El mundo funciona de una manera dinámica y completamente interconectada, y solo hay una forma correcta de vivir y de compartir este maravilloso espacio terrestre.

  Lamentablemente, hay tantas formas incorrectas, que para imponerlas se han diseñado inmensas estrategias gubernamentales, abrumadores esquemas de apropiación del sentido, omnipresentes, permanentes y falsas campañas de propaganda.  Hasta que las palabras mas claras se marchitaron y perdieron el sentido.  

  Ahora hay empresas de permacultura que facturan en dólares(los mismos dólares que pagan misiles y metralletas, o destruyen gobiernos disidentes)  Ahora hay etiquetas corporativas de Producción Sustentable, que con solo una pequeña inversión devuelven ganancias a costa de la ingenua percepción del público.  El público, somos nosotros, claro está.  Todos nosotros.  Y amamos nuestra ingenuidad.

  Así que alguien está empezando a hacer las cosas bien -pensamos-.  Por suerte!  

  Así que equilibra nuestra vida de derroche y muerte sistemática, nuestra incesante demanda de bienes nuevos y baratos, casi siempre obsoletos desde su manufactura, inútiles para cualquier beneficio humano, pero elaborados a costa de la destrucción y el genocidio sistemático, la desertificación, la extinción, la miseria humana en todas las facetas conocidas.

  Por supuesto que es muy cómodo! Porque si tuviéramos la habilidad de sustentarnos a nosotros mismos, y cada plato de comida tuviera el sabor de nuestras propias manos, de nuestro esfuerzo, de nuestro creativo ingenio para poder recibir de la tierra su jugosa devolución por nuestro cuidado, sin duda pensaríamos distinto...pero...

  El lavado de cara ecológico, o greenwashing, que dio comienzo con el capitalismo destructivo extractivista, ha pasado de ser una estrategia corporativa a una pose individual.  Claro, a quien le importa en este mundo, el segundo despues de cualquier pomposa declaración de principios, y mas, cuando sabemos el valor que hemos logrado asignar a las palabras. 

  Y si, como en cualquier producto de supermercado, donde la palabra "Ecológico" da derecho a sumar automáticamente unos centavos al precio, nosotros también podemos pavonearnos y sentirnos mejores que el resto, con solo postear alguna noticia prefabricada sobre cualquier supuesta e inminente catástrofe ambiental que vaya a ser causada por alguna fabrica desconocida y lejana.  

  Claro que tiene que ser lejana, no vamos a atacar a nuestros vecinos, que solo nos devuelven un poco de veneno por zambullir nuestra región en la era del progreso y la modernidad! Si vamos a ser soldaditos de una guerra empresarial, vamos a pararnos del lado correcto!


 

  O como obtendrían sus sobornos nuestros dirigentes y legisladores?  Como plantarían flores en nuestras plazas las enormes fábricas que nos rodean?  Hay que ser coherentes y defender a nuestra gente, y que ningún extranjero siga contaminando nuestro planeta común...

  La  verdad es que amamos el supermercado, y amamos el aire acondicionado y el cemento, los autos caros, la vida soñada de los personajes de revistas que ostentan su aburrimiento de millonarios hastiados de todo... pensamos... "yo nunca me cansaría de ser millonario" Soñamos... con el intenso derroche y la acumulación que pondríamos en marcha si pudiéramos hacerlo...pero no podemos.  

  Solo podemos quejarnos de todo como buenos ciudadanos, para que funcione el sistema: en verano nos quejamos del calor y en invierno del frío, en primavera del polen y en otoño de las hojas secas, de día nos quejamos del sol y de noche de los mosquitos, y cuando llueve nos quejamos de que no podemos salir a caminar, como si nos hubiéramos despegado de la pantalla un solo segundo.

  Claro, para poder quejarnos del sistema de salud, vivimos una vida sedentaria y tóxica, así acumulamos enfermedades modernas que logramos visualizar como un castigo del cielo, y no como la más lógica consecuencia de nuestro estilo de vida.  No importa! Ya podremos quejarnos de la crisis, de la guerra, de la devastación social imperante, pero completamente necesaria para que unos pocos tengan mucho mas de todo, y mantengan al resto empujando el carro del progreso con la esperanza de subirse...

  Es mentira, nada va a cambiar si no lo cambiamos nosotros, si no cambiamos nosotros!  Si los dirigentes mundiales no fueran inútiles, serviles, y absolutamente intercambiables, correríamos el riesgo de generar una verdadera meritocracia, donde para tomar el mando hubiera que demostrar capacidades y liderazgo, pero no... 

  Para ser presidente o cualquier otra cosa, solo hay que demostrar la capacidad de arrodillarse y agradecer, arrodillarse y obedecer, arrodillarse y levantar los glúteos, para que quede bien claro que nos estamos ofreciendo para lo que venga, lo que se necesite!  Hasta las prostitutas se dejan poseer con mas dignidad que un embajador o un diputado, un gobernador o un presidente europeo o de cualquier otro país!

  Por supuesto, hay excepciones, o no podríamos saber de que manera son las cosas...

  Nosotros también, podríamos ser la excepción, y empezar a actuar en vez de solo criticar, difamar y condenar, empezar a cambiar nuestras conductas y nuestra relación con el mundo y los seres que lo habitan, en vez de solamente usufructuar la muerte y la destrucción.  Podemos hacerlo! Podemos hacerlo hoy! 

  No es necesario renunciar a nuestro trabajo ya mismo, o salir a cortar semáforos a hachazos, no es necesario irnos a la selva o ponernos plumas en la cabeza como si fuéramos esos habitantes del amazonas que hace siglos cuidan el bosque y la vida, sin dejar de ser diezmados y masacrados permanentemente.  

  Podemos evaluar nuestra vida y corregir un milímetro, un segundo, un gramo por hora, o por día, o lo que aguantemos, porque si multiplicamos ese pequeño cambio de conducta, por miles de millones de seres humanos irresponsablemente inertes, indiferentemente consumistas, el planeta lo sentiría, nuestras vidas y las siguientes generaciones lo sentirían, los animales y plantas que viven cada vez mas al borde de la extinción lo sentirían...

  Todas las preguntas actuales tienen la misma respuesta, pero es muy poco probable que la raza humana sobreviva a su propia, cómoda, hipocresía.






01 noviembre

Un viejo y triste elefante...






  Seguramente, algunas personas, sobre todo niños inocentes, despues de una visita al zoológico, pueden configurar en su mente la idea de criar un elefante en su departamento. 

  No, absolutamente no!!  Es demasiado descabellado!!... Pero sí que suponen que lo pueden criar en su pequeño patio.  Tal es así, que algunas lo intentan!

  Claro, un elefante pequeño, aunque apenas tenga lugar para dar algunos pasos, parece un proyecto factible pero, por supuesto, crece.  El elefante crece por que no puede ser otra cosa que un inmenso animal, como así lo dictamina su mandato genético, su larga y misteriosa evolución.  
  
  Y eso pasa aunque lo criemos en nuestro patio.  Y eso pasa aunque tengamos un gran patio, o incluso un inmenso patio trasero.  Además de los ingenuos, locos, niños y soñadores de lo inútil, también creen en este absurdo los presidentes de EEUU. 


  
  Es por eso que siguen insistiendo en mantener casi mil bases militares en el extranjero (sin contar embajadas y pequeños nidos de inteligencia).  El presupuesto total a destinarse para su solo mantenimiento, excede la capacidad del decadente conglomerado posindustrial de sustentarse con los propios beneficios generados, y por lo tanto,  de asignarle un presupuesto racional.

  No importa cuantas máquinas impriman billetes de cien dólares a tiempo completo.

  Claro, tener un hermoso jardín, y un hermoso elefante, no es posible.  Ni siquiera es posible tener un hermoso elefante en el jardín.  Ni siquiera es posible tener un jardín despues de haber criado un elefante, así sea por un corto período de tiempo.

  El inmenso animal come todo lo que encuentra, todo lo que ve, solo para seguir respirando, mientras sus pesadas patas aplastan cualquier cosa delicada, como una pequeña huerta, flores, senderos o cercas, que pudieran ser de alguna utilidad o provecho... Con solo rodar, girar en círculos, o darse vuelta, el inmenso animal convierte todo lo que lo rodea en tierra yerma y endurecida, estéril.

  Es así como tarde o temprano -despues de masticar incluso la corteza de los árboles hasta quedarse sin sombra empieza a olfatear a través del muro, los hermosos patios de sus vecinos, y a empujar con su grotesco cuerpo los límites que lo mantienen encerrado y famélico.  Antes de eso, las cantidades de forraje y agua, son tan monumentales, que los demás habitantes de la casa, ven reducirse todos sus planes y expectativas, solo para que el animal siga caminando en círculos.

  El viejo y anquilosado elefante norteamericano conocido como MIC (Complejo Militar Industrial) consume miles de toneladas de materias primas, como acero, hamburguesas con queso, coca cola y petróleo, solo por mencionar las esenciales, cada mes, sin brindar a cambio, absolutamente nada.  Ningún país se siente ya amenazado, ningún pueblo está dispuesto a entregarse sin luchar, por mas corruptos que sean sus dirigentes, y ya nadie cree en las fábulas de los medios corporativos, en Hollywood, o en las sonrisas o amenazas de cualquier canallesco personaje, aunque este sentado en un solitario salón de la Casa blanca.

  El elefante tiene que atravesar el muro solo para sobrevivir, pero hasta para eso, se juega entero, y sin garantías de éxito.  Ni aún lográndolo, saben sus dueños, si continuara respirando o se perderá para siempre o si seguirá siendo de su propiedad, ya que arrimar el cuenco con comida, aunque pudieran invadir un patio ajeno, es tremendamente trabajoso.  Y así pasó, la última vez, en Afganistán, aunque mantenerlo ya les había salido demasiado caro, y abandonarlo fue tan vergonzoso y ridículo, que perdieron su reputación para siempre.

  Claro, pareciera simple la solución Hay que deshacerse del elefante!! Pero que pasa cuando un gran país se convierte en un circo lleno de agujeros y su viejo elefante es lo único que pueden presentar como atracción??  Ciertamente, el número principal sale cada día mas caro!! Hay que hacerlo trabajar sin demora!! Que se levante en dos patas y ruja como el león de la Metro Goldwyn Mayer, que invada Venezuela, o siquiera Puerto Rico, o aunque sea, California!!

  

  Hay que darle una lección a algún enemigo, con suma urgencia, y que quede claro que nadie escapará a la justicia del Imperio.  Pero todo da risa, cuando el payaso maneja el circo, como esas ruidosas entrevistas de último minuto a punto de embarcar un avión, o las pomposas firmas de aranceles y leyes extravagantes, que sumen a todo el empresariado en el mas pasmoso desconcierto.  Solo queda huir.  A tiempo.  
  
  Un día, los cientos de miles de inmigrantes deportados a la fuerza, se darán cuenta de la suerte que tuvieron, de poder sacar los pies a tiempo de un caldero a cielo abierto, a punto de implosionar




  El mundo entero presta atención al viejo elefante, lo mira moverse pesada y trabajosamente, está llegando tan tarde al show que solo se puede apostar que aun siga vivo!  Aun así, todos esperan a ver que pasa con su último rugido... porque tal vez, ya quedó ciego y paralítico de vejez y hambre, y sus montañas de bosta sin limpiar causan el hedor nauseabundo que invade el hemisferio norte... El hedor de la derrota sin vueltas y sin revancha.  

  La pregunta que nadie quiere hacerse a tiempo -como si la realidad se pudiera esquivar cerrando los ojos- es:  Quien va a espantar las moscas de tanta carne podrida?








24 octubre

Sed Humana

   



 No soy una máquina.  A veces, cada tanto me pasa...por un segundo me agoto, me quiebro.  Sin consuelo, me veo arrasado por la aterradora convicción, el espantoso privilegio de ser un "Ser Humano". 

  Nada pareciera mas limitador o escalofriante, mas atenazántemente compulsivo, mas amenazadoramente homogeneizador.  Miro a mi alrededor y veo nada más que rutinas y mandatos, obligaciones y repeticiones.  

  Debo aceptar como propio un circuito infinitamente pequeño de caballito de carrusel, mientras simulo asombro y maravilla frente a la repetición inalterable de lo predeciblemente habitual.  De lo irremediablemente chato.

  Mis posibilidades de pensar por mi mismo, de elegir según mi conveniencia, son declaradamente ofensivas para el sistema, y como tales, son perseguidas y estigmatizadas, hasta que su inmensa presión me obliga a sonreír mientras camino como un zombi a hacer lo que hacen todos, sin dejar de babearme frente a cada pantalla que encuentre.

La imposible decisión a la que me enfrentan diariamente, es la de aceptar como propia, la funesta misión de recortar de mi mismo toda particularidad y todo rasgo individual, todo interés genuino y toda capacidad constructiva para encajar en un mundo que se angosta hasta invalidar cualquier diferencia en aras de la supuesta igualdad.   

  Claro que esta igualdad no genera convivencia, no genera paz, no genera bienestar ni felicidad.  En realidad no genera nada mas que babosadas doctorales y doctrinarias, abominaciones políticas y esclavitudes consentidas a cambio de supuestos privilegios que solo representan lastimeros e insignificantes trozos de la libertad que se nos ha quitado. 

  Como puede ser que una persona normal, un ser compuesto de las mismas moléculas que el universo reutiliza hace millones de años, regada por la misma luz del sol que cualquier magnifico dinosaurio, sea obligada a desanimarse segundo a segundo y día tras día hasta desmantelarse por completo solo para caber en la afinada punta del lápiz que traza nuestro destino?

  Esto sucede porque carecemos de la valentía del pasto, que osa dar la cara eternamente al viento, o de la tenacidad de las moscas, que vuelven una y otra vez aunque las espantemos.  Somos como babosas que esperan que el semáforo cambie para empezar a atravesar la avenida...parecemos lógicos pero somos absolutamente ridículos. 

  Todas las masacres nos excitan, todos los genocidios y los crímenes impunes nos reconfortan, porque de alguna manera nos reconocemos como deslucidos fantasmas de nuestras posibilidades, y nuestra frustrante y cotidiana actuación como luminosos y conformes objetos biológicos posmodernos no hacen mas que llenarnos hasta las orejas de una rabia ciega, que no podemos siquiera traducir.

  Como útiles esclavos, jamás escupiremos hacia arriba, sino hacia nuestros contemporáneos, nuestros indefensos y mutuos testigos del despojo, nuestros desdichados y engrilletados compañeros de camarote en este viaje blindado hacia ninguna parte.

   La teoría que sustenta todo esto es que cada persona elegirá para siempre, y en toda circunstancia, el cómodo e inofensivo suicidio, o la impulsiva carnicería de la rabia ciega, antes que cuestionar severamente o siquiera intentar mover las bases del sistema que lo aplasta como la suela de la pata de un inmenso elefante.  Solo morir de hambre es grotescamente inconveniente, o mas bien, poco elegante.  



  La muerte por hambre y la desesperación de los famélicos dispuestos a todo, nos lleva a pensar que tal vez, deberíamos elegir mejor, antes, mucho antes de llegar a eso.  Lo que no queremos pensar, es en lo famélica y desesperada que vive nuestra propia alma, en la tristeza oscura de nuestro corazón eternamente despojado de sus sueños, mientras nos atiborramos de comida chatarra.  

  Solo hace falta una persona en el planeta, un solo individuo en la raza humana que deje de mentirse a si mismo, para que todo se derrumbe como un gastado castillo de naipes... pero quien va a salir de esta infame comodidad...?



12 octubre

Espejismo

 

  

Nadie sabe lo que esta pasando...

  Ey!! Que buena frase para comenzar una película!  Algo así como un documental -preapocalíptico-entre conspiranoico y criminal, que siembre dudas pero también certezas inverificables!  Que fermente la rebelión pero no la permita!!  

Algo bien tradicional, que alimente la apatía, el conformismo, la impotencia y el fatalismo moderno ...Ahí va de nuevo:

  Nadie sabe lo que está pasando...

  O si, todos lo saben, lo sabemos, pero no alcanzamos a entenderlo.  Lo que está pasando es que nadie entiende qué es lo que está pasando. 

   Eso está pasando.

  Claro, porque para entenderlo, hay que ir a la base, o mejor aún, a la base de la base, porque todos sabemos qué está pasando en la sociedad, porque esta pasando en las familias, que son la base de la sociedad!!  

  En definitiva, que no vivimos mas que en un autoreflejo, que no hace mas que demostrar a gran escala, la increíble decadencia en la que se ha sumergido la especie humana.  Nos hemos degradado como especie, y eso ha pasado porque la suma total de la especie, se compone de ejemplares que se han degradado como individuos.  Y esto no se trata de supremacismo, elitismo ni racismo, sino de la mas pura realidad.  Se trata de lo patética y cotidianamente comprobable.

  Claro que siempre hay casos excepcionales, aunque su efecto es demostrar la regla, recordarnos, que el ser humano fue...puede ser...otra cosa.  No, en realidad,  ya no... como no pueden volver al bosque los perritos falderos, ni las ovejas a la montaña, ni un viejo león de circo a cazar a la sabana africana.  El hecho es que estamos cómodos, nos sentimos cómodos en nuestra interminable y predecible mediocridad.

  Y hundidos en la mullida, tibia y pegajosa internet, todos nuestros males y nuestros fracasos, nuestras frustraciones y rencores, vuelan como pájaros por un rato, para que la fantasía nos renueve.  Con solo invertir unos centavos de nuestro dinero, podemos acceder a una dosis de insumos químicos, manufacturados a gran escala en laboratorios modernos de diseño de la conciencia,.  

  Think Tanks, Medios Masivos, Juegos en Red, Influencers, o el entorno de cualquier Cyberteatro de Operaciones se convierte en un disparador que produce insumos químicos en nuestro cuerpo y nuestra mente,  a los que hemos acostumbrado a obedecer a estímulos tecnológicos externos, ya que es mucho mas cómodo que asumir la realidad por nuestra cuenta.



  Luego, dormir, comer, trabajar, volver a la rutina, votar, ganar dinero, ser testigos indiferentes del asesinato premeditado y milimetrado cronométricamente de nuestros congéneres, al mismo tiempo que compartimos el escenario, donde un día seremos asesinados, descartados. 

   Desactivados, por el sistema.

  Si.  Y eso si, es una certeza.  Porque para eso nos educaron, nos adoctrinaron, nos adiestraron, nos sometieron y domesticaron desde nuestra mas tierna infancia.  

  Porque nuestra única función fue aceptar la autoridad, o mas bien, fomentar y justificar el autoritarismo en el que nos veríamos inmersos mas adelante, mediante un sistemático ensayo que consistiera en decir: Si Papá! Si Mamá! Y despojarnos entonces de preguntas y dudas, hasta no necesitar explicaciones ni motivos.

  Para poder ir a la escuela a decir: Si Señor Profesor! Si Señorita Maestra!  Hasta dejar de preguntarnos la utilidad o la función de nuestro adoctrinamiento, o el uso de nuestro tiempo.

  Y todo eso para poder sentirnos cómodos, y hasta orgullosos en un uniforme corporativo, hasta normalizar los uniformes de las mas grandes y peligrosas corporaciones del planeta, las fuerzas de seguridad y los ejércitos.  

   Todo para poder vociferar: Si Sargento!   Si, Coronel!  Y todo esto para poder aferrarnos a una metralleta y matar, matar, matar.   

  Todo para matar sin piedad, en cuanto nos digan que ha comenzado una nueva guerra? Para sentarnos en el puesto de una fábrica a mover una palanca y fabricar un hermoso vaso donde las familias viertan la sidra del brindis navideño? 

  No, solo son distracciones,  Pequeñeces... 

  Todo es para que cuando nos saquemos el uniforme, el delantal, el mameluco, y encendamos la pantalla para desperdiciar nuestro escaso tiempo restante -mientras nuestros hijos aprenden a ser indiferentes, apáticos, sumisos y autodestructivos- nos sintamos libres.  Libres como pájaros.  Libres como liebres.




  Todo eso es para que cualquier resquicio de conciencia propia, de autodeterminación que aun siga latiendo bajo nuestra piel, sea aplastado y opacado, apagado por nuestra propia sed de estímulos instantáneos y baratos, por nuestra absurda necesidad de desconexión que refresca cotidianamente nuestra renovada voluntad de esclavos...

  Todo para poder estar frescos y disponibles, para sonreír aliviados, cuando nos pongan las cadenas nuevamente, mañana. 




 

Ucranias

  La guerra de ucrania es un símbolo.  Nada mas que eso.  Y solo por eso, simple y llanamente, explica y justifica toda la devastación y el ...