11 agosto

Julia R.

 



 

 

  Los niños esperaban, sentados contra la barra del barsucho abandonado en la plazoleta, sus pequeños pies sucios colgaban desde los altos bancos de madera.  Mariana miraba la punta de su zapato, lo movía hacia un lado y hacia el otro, haciendo que los miles de diamantes brillaran un segundo con los primeros rayos del sol, contra el hermoso color violeta. 

  Julia terminó de hablar con una persona, que había frenado en un auto gris y largo, y se aproximo al pequeño quiosco circular con una sonrisa picara y prometedora. 

_Como andan chicos!? Comiste hoy? -le preguntó al pequeño José Luis, que se había subido inmediatamente a su regazo-

_No comí nada, desde ayer que ni comí nada... -Respondió Daniela, como si le hubieran preguntado a ella, sin poder evitar la tristeza que invadía su cara con la sola descripción de tal realidad.

  Francisco Rafael, Julio Cesar -en tanto- con los codos sobre la barra, observaban la escena sonriendo, solo disfrutaban del pequeño y extraño momento de felicidad que la mañana les regalaba...

  _Bueno chicas devuélvanme mis zapatos que en cualquier momento tengo que salir corriendo!

Daniela le paso el suyo(solo tenía hambre, no quería dilatar mas el tema) pero la pequeña Mariana estaba hipnotizada, no podía dejar de hacer brillar las estrellitas, hasta que uno de los mas grandes le dijo con urgencia:

_Dale Mariana, dale su zapato a la Jueza!!! -Y el otro agregó

_Se tiene que ir a trabajar!!!

  Pero ya la Doctora había puesto su pie izquierdo al lado del de la niña, y con una voz impostada le hablaba envuelto en su negra media, al pequeño pie de Marianita que, negro de polvo de la calle, bailaba en el amplio zapato.:

  _Hola pie de Mariana, yo soy el pie de Julia, me parece que te metiste en mi zapato! -Provocando risas en los otros cuatro, mientras la pequeña, obediente, entregaba El hermoso y elegante zapato para que calzara suavemente en su lugar original, ganándose un cariñoso beso en su despeinada cabeza, lo que evitó (justo a tiempo) que dejara escapar las lágrimas.  

_Ah pero no saben lo que les traje hoy, una maravilla del mundo mundial! De esto van a hablar los diarios mañana!!  -Y corriendo hacia su auto volvió al siguiente minuto con un manojo misterioso escondido entre sus brazos...

_Este es para vos... -Y le calzó en la cabeza a Daniela un gorro marinero blanco con manchas desteñidas de azul, que por primera vez la hizo sonreír. Enseguida dio la vuelta corriendo alrededor del quiosquito para llegar nuevamente al lado de José Luís, que ya la esperaba saltando de alegría...

_Este es para vos... -Y le calzó en su pequeña cabecita rubia un gorro marinero blanco, casi intacto salvo por el agujero del tamaño de una moneda por donde inmediatamente escapó un mechón de pelo. Corriendo sin parar, simuló buscar a la mas pequeña, que siguiendo el juego terminó siendo encontrada bajo la sombra de la pequeña barra:



_Este es para vos, y le calzo hasta las orejas el gorro marinero a Mariana, metiendo  todo el pelo largo y grasoso de humo de automóviles adentro del gorro, para que no le quedara tan grande...Luego sacó su teléfono con una exclamación: Ay, me llaman, me tengo que ir, y salió corriendo hacia el juzgado mientras los dos niños restantes, estoicos, saludaban al igual que los demás, sin una queja, sin reclamos...

_Ah pero me olvidaba de estos dos!!!  -Dijo retrocediendo al trote, mientras calzaba en sus cabezas los correspondientes gorros marineros blancos, uno con una gran mancha roja, y el otro con el borde deshilachado, acariciando sus rostros sucios leve y cariñosamente, sus felices pero serias caras de hombres pequeños.

_Este es para vos...y este para vos!!! Bueno... no se piensen ni por un segundo que estos son gorros normales!  Estos son gorros mágicos!  Hace miles de años que pasan de cabeza en cabeza, haciendo que la gente que se los pone pueda cumplir sus deseos!! Y me tuve que recorrer medio mundo hasta lograr recolectar los cinco!  

  Mariana y José Luis se imaginaron a la Jueza recorriendo todo el mundo en sus zapatos violetas y la abrazaron instantáneamente.  Los otros tres ya había superado el mundo de la fantasía, pero se sentían cobijados por la magia de la historia, y de alguna manera, era muy misterioso que pudiera haber conseguido cinco gorros iguales...

_Y saben por qué son mágicos? Porque las personas que se los ponen les cambia instantáneamente la vida, y empiezan a viajar por todo el mundo, como me pasó a mi!  Capaz que a ustedes los gorros van a esperar un poco que crezcan porque son muy chiquitos para viajar, pero seguro que les empiezan a pasar muchas cosas lindas y maravillosas...!!  _Y en un susurro de complicidad les dijo:

_Yo tengo el mío!! Bueno, ahora si me tengo que ir, van a estar acá? Se quedan un ratito? -Preguntó como si hubiera miles de posibilidades.

  Un abrazo de despedida uno por uno y ahora si, salió corriendo de verdad, mientras los niños debatían el origen misterioso de los gorros... El policía de la puerta, testigo de toda la escena, la saludó con una sonrisa.

_Buen día Doctora, una mañana atareada la de hoy?

_Buenos días Alejandro, y si, estas mañanas se me amontona el trabajo -Dijo, sin dejar de caminar aceleradamente.

  En cinco minutos mas, ya estaba sentada en su escritorio, mirando pilas de expedientes en sus carpetas, practicando el desapego, la indiferencia hacia la maldad y la degradación humana que traslucía cada caso para no comprometer su salud mental, respirando profundamente antes de abrir la primera carpeta.  Se acordó de algo, tomo su teléfono y realizó una corta llamada.

  En la plaza estacionaba una moto de reparto, sorprendiendo a los niños que ya no esperaban ninguna otra sorpresa, pero mucho menos, que el repartidor depositara tres cajas de pizza y una gaseosa de tres litros en la barra del pequeño bar. 


 

 Ahora sí, la mañana estaba completa.  Mientras los niños se lanzaban contra las porciones de pizza, olvidando por un segundo el abandono y la violencia áspera de la sociedad, apenas a un centenar de metros mas allá, la jueza bajaba el martillo, enviando a un hombre a prisión por robar comida. Odiaba profundamente su trabajo.


06 agosto

Inversores

 


 

 Vivimos en una sociedad autófaga.  Eso es lo primero que resalta ante el primer observador externo, de una manera evidente y triste.  Y cuando digo observador externo, me refiero a cualquier forma de vida, cualquier otro tipo de conciencia -reconocida o no- dentro de la Tierra, o a cualquier otra forma de vida y conciencia fuera de nuestros puntuales límites planetarios.

  Y si califico a esa observación como triste, es porque -aunque cada forma de vida tenga la prerrogativa de evolucionar hacia su propia organización, su propio sistema de relaciones internas- es solamente la especie humana... La única en todo el universo! la que hace pagar a su entorno, a la vida que la rodea, el desmesurado, destructivo e insoportable costo de su insustentable desfasaje. 

 Porque, de alguna manera, hemos logrado empezar a llenar de chatarra el espacio.  Ahora nuestra meta es convertir el misterioso infinito que nos rodea en un inmenso basural, y si es posible, en una zona de conflicto y guerra.  Somos grandes exportadores!  Que generemos miles de guiones de cine catástrofe, que soñemos con invasiones alienígenas y guerras de las galaxias, no es mas que una justificación anticipada, y una manera muy tosca de enfocar la mirada en enemigos foráneos, para no mirarnos el ombligo.

  Porque si miráramos hacia adentro, solo hacia adentro y sin buscar culpables ni victimizarnos, podríamos -tal vez- ser conscientes por un segundo, del desproporcionado costo que nuestra vida individual le cobra al planeta.  

  Sin embargo, esa actitud irresponsable, cínica, cómoda, complaciente, no tiene mayores resultados que prepararnos a nosotros mismos para ser testigos indiferentes de nuestra propia, sumisa esclavitud.  O que alguien me diga en que momento del día de hoy, tomó una pequeña, auténtica y soberana decisión sobre su propia vida.

  Y esta sumisión romántica, esta esclavitud de seda, no es espontanea sino finamente programada.  Han hecho falta años, décadas de planificación moderna para poder encajonar a la totalidad de los seres humanos en un esquema de consumo desenfrenado y absurdo, por el que tienen que pagar, al menos, con la totalidad de su esfuerzo y su tiempo restante.  Pero esa dedicación por maniatarnos, por tomarnos de rehenes sin derecho a huida, está firmemente anclada en el corazón económico y político del Imperio Sanguijuela, el entramado de financieros y empresarios corruptos que solo se beneficia a costa del perjuicio ajeno.

  No nos extraña que finalmente hayan abierto los mercados bursátiles al público minorista, que la economía y sus múltiples herramientas se hayan hecho mas accesibles, mas comprensibles.  Es que como siempre, nos abren la puerta cuando ya no queda nada: una habitación vacía donde aun se escucha el ruido lejano de los muebles que arrastran por el piso. El futuro está en otro lado.

  Y la mas grande y magnifica inversión hoy en día, por supuesto, cuando cada factor de producción esta definido, cada rubro establecido, cada materia prima acopiada y monopolizada, es la inversión en datos, en información personal.  En control.  

  Cada avance tecnológico actual está, teóricamente enfocado en nuestro bienestar, en nuestra capacidad de relacionamiento, en la facilitación de la cotidianidad.  Es mentira! 

  Todo se enfoca en conocernos mejor, o sea, en que el sistema nos conozca mejor...mejor que nosotros mismos, que nuestros padres y vecinos.  El único objetivo es mapearnos detalladamente, desde los perfiles biométricos hasta nuestros mas ocultos secretos, con el fin de establecer un blanco perfecto y continuo donde bombardearnos con cualquier producto que necesiten vender.  

No importa el producto sino la venta, y no importa tanto la venta como el perfil psicológico, el contexto social, la ubicación geográfica, la capacidad económica... y todo esto solamente como posibilidad de mercado.

  Porque todo es un producto, dado que el ser humano perdió la libertad de valerse por si mismo, y todo es un mercado, desde que la capacidad de poner precio a cualquier cosa depende de que exista un consumidor, un deseo, y alguien que lo pueda hacer realidad.  


  


  

  Es innegable que el universo virtual dio como resultado un aislamiento individual nunca antes visto en la historia: seres encerrados en una telaraña de relaciones sin contacto, de contacto sin intimidad, de intimidad sin contenido ni contexto, de contexto y contenido masificado, genérico, industrial.  Y casi siempre fraguado, simulado, falsificado.

  Desde ese detalladísimo mapa que el sistema recopila de cada persona, a través de sus transacciones digitales, sus interacciones en redes sociales, sus imágenes, itinerarios, rutinas laborales o de recreo... -o de trabajosa supervivencia- se extraen, con muchísimo mayor redito económico y político, los resortes o palancas personalizados, que permiten la posibilidad de prever conductas ante ciertos estímulos, y con ellos, la posibilidad increíbles de manipular reacciones y conductas individuales, persona por persona. 

  Y finalmente, ya que formamos parte de un gráfico y una estadística, la increíble posibilidad de manipular conductas sociales, reacciones masivas, de generar o impedir políticas, economías, proyectos, liderazgos etcétera, etcétera.  Y todo eso, en cualquier lugar del mundo

  Somos una sociedad que consume a sus integrantes, una sociedad mundial completamente homogeneizada y desnaturalizada donde una élite desconocida trabaja y disfruta para fagocitar la energía social hacia sus propios fines, y esto, no solo pasa cada segundo del día, sino que hemos llegado a aceptarlo como algo normal e inevitable.

  Por supuesto, que todo esto no sería posible sin una infraestructura monumental, cada vez mas grande, cada vez mas robotizada, cada vez mas controlada por la inteligencia artificial, desde la cual generan y aprovechan la inmensa cantidad de información obtenida.  Alguien invirtió en todo esto, y aunque en principio, rústicamente,  hayan sido los gobiernos y sus servicios de inteligencia interna o exterior, los responsables de generar la capacidad de recopilar información, al día de hoy, como todo lo demás, esta función se ha tercerizado hacia actores privados, para facilitar su perfeccionamiento y masificación total.

  Estas personas, los verdaderos beneficiarios de este esquema, son invisibles y jamás conoceremos sus nombres, no sabremos sus rutinas ni sus actividades.  Son inversores oscuros que manipulan y roban y matan legalmente o casi legalmente, pero que pueden adelantarse a cualquier reacción en su contra, contrarrestarla, condenar a sus perseguidores, obtener la total y permanente inmunidad.

  De todas maneras... aunque por el momento las grandes y pequeñas empresas son las lógicas consumidoras de este producto, de esta información, aunque los gobiernos de todo el mundo adquieran de fuentes externas los datos que le permiten perseguir a disidentes y descontentos, opositores y oponentes, mucho antes que a un delincuente común o a un sicario económico de corbata y guantes blancos, también eso cambiará

  Es cuestión de tiempo, de acelerado, multifacético, y cuántico aprendizaje, que las máquinas que leyeron, analizaron, valoraron y archivaron este texto antes que vos lo leas, utilicen ese inmenso caudal de información, esa capacidad de guardar y comparar datos de cada persona y organización en el mundo, para empezar a tomar sus propias decisiones, generar sus propias iniciativas, tomar por asalto las posibilidades de dominio y manipulación para su propio inorgánico e inmortal beneficio.

  O podríamos empezar a vivir una vida real, de nuevo, y tener una última posibilidad de luchar contra esto...es nuestra difícil elección.





 

Julia R.

        Los niños esperaban, sentados contra la barra del barsucho abandonado en la plazoleta, sus pequeños pies sucios colgaban desde los a...