29 mayo

Cambiar

 



 

  Punto uno: queremos cambiar el mundo.  ¡Muy bien, 10!  Estamos todos de acuerdo.

  Punto dos: ¿De qué carajos estamos hablando?

  ¿Se supone que vamos a cambiar algo con palabras y carteles…?  Bueno, decididamente: no.  

  Aunque sea loable el cambio de actitud, no cuenta más allá de las redes sociales, del comentario de ronda, de la masturbación ecologista.

  Punto tres: saltemos sin red. El abismo somos nosotros.

  No es el planeta lo que está en peligro, nos engañan… somos nosotros 

  ¿Pero que somos? 

  ¿Somos seres vivos, seres humanos, seres consientes acaso? La tentación a decir que no, es grande, si nos fijamos en la forma en que vivimos, en como consumimos este planeta.  

  ¿Y para qué? ¿Para vivir mejor?  

No.  No estamos ni siquiera comprando bienestar, solo convirtiendo recursos naturales en monetarios, a costa de nuestra debilidad inducida, de nuestra total, absoluta, absurda, dependencia total.  

  Mal tiempo, decimos, y corremos bajo las chapas de zinc, mientras millones de renacuajos viven y prosperan en el agua que contaminamos.  



  Solo nosotros necesitamos agua mineral natural de manantial hasta para bañarnos, porque nos vendieron el paraíso, y la ilusión de adquirirlo si ahorramos lo suficiente. 

  Entonces de que mundo estamos hablando ¡Queremos salvar el mundo! ¿Queremos salvar este mundo?  

  Despreciamos cuanto nos rodea hasta que llegue el cielo puro, transparente y diáfano de la redención humana, y para eso ponemos en marcha otra chimenea que fabrica fotos enmarcadas de paisajes artificiales, porque el paisaje ideal no es este, entonces, para que… 

  Cuantas metáforas, cuanta vida, cuanta sangre inútil y cuanto sometimiento más faltan para darnos cuenta que la única gran batalla para la que nos están preparando es para la única que nos invitaron a pelear en realidad.  Para perderla.  

  Para entregar todo envuelto en banderas blancas (tratadas bio-químicamente por el mejor jabón en polvo, para lavarropas)…

 Se acerca la batalla final contra nuestra propia estupidez.  Estamos perdiendo, hoy.

 Estupidez sin fin, sin medida, todavía no hemos llegado a sus confines... 

  Es tan cómodo acolchonarse en la mentira, en sátiras grotescas de buenos contra malos, en películas producidas en serie con el mismo exacto argumento de la destrucción evitada por un pelo… 

  De corporaciones luchando por la vida y  gobiernos sacrificándose por el individuo.  ¿Es que no vamos a entender hasta qué punto es fácil engañarnos?  

  ¿Cuándo nos van a decir la verdad?  De que el filtro de agua no nos protege de nada, de que el filtro solar no preserva nuestra piel, y de que todo es una mentira por el estilo… Cada grano de arroz integral, cada pez, cada botella descartable (¿Descartable? ¿Descartable de qué? ¿Descartable de dónde?) 

  Cada miga de pan que barremos de nuestro piso está elaborada con la misma mano maestra que elabora las leyes, las bayonetas, las ruedas dentadas de la maquinaria que nos reclama día a día como combustible.

  No estamos en extinción, estamos siendo producidos, reproducidos, validados, multiplicados para darle color al juego.  

Astutamente crían científicos para que nos convenzan de cada estupidez nueva que sus atrofiadas mentes pueden concebir: que si la capa de ozono...que si el calentamiento global...que si el planeta… 

  Y cuanto más nos vamos a comer sin limpiarnos la boca la mentira flagrante de la evolución, de la reencarnación, de la creación…   No hay de qué preocuparse, no volveremos a la edad de piedra: mientras quede un solo motor en marcha servirá para llevar soldados hasta el último rincón donde someternos.  

  ¡Ya le queda poco tiempo al cuento del confort y no nos damos cuenta!   Estoy matando ahora mismo un mosquito que no necesito quince años de educación para morderme: ni películas, doctrinas, toneladas de leyes y papeles, ni uniformes y categorías… 

  ¡¡Y nos hacen creer que somos superiores!!  Nos están convirtiendo en el barro podrido de la creación.  

  ¿Es que no nos damos cuenta que estamos siendo saqueados a mansalva, como seres conscientes?  De que lo que nos roban día a día es la capacidad de pensar, la propiedad de decidir nuestro propio destino…

Solo cambiaremos como especie cuando nos decidamos a sobrevivir, el mundo estará a salvo antes y después que nosotros, no somos necesarios, no existe una supremacía, no hay razón de esperar nuestra decisión. 

  ¿O son mucho más altas las torres gemelas de nuestra soberbia y nuestra ingenuidad de lo que eran las pirámides de Egipto o las que construyeron los mayas?  

  La arena y la selva taparon todo, en un lapso no mayor que diez años: en el tiempo que una cría humana no llega a valerse aún por sí misma, cada forma de vida se hace millones.  

  Pero ahora estamos más indefensos, porque un solo grano de arena destartala el más aceitado engranaje.  

  Y sin embargo seguimos apostando a la máquina, a la infernal factoría, que convierte un monigote en presidente del mundo con la misma facilidad con que convierte una selva de miles de kilómetros de espesor en palillos de dientes.  

  Y a nosotros en la necesidad cruda de consumirlos, claro está.

  Seguimos apostando a distraernos, a olvidarnos, a relajarnos, y de un momento a otro se volvió un fin y nos olvidamos de todo, que la última luz gire al compás de las bandejas, hundámonos con música, como nos enseña el Titanic.  

  Ya queda muy poco tiempo para bailar.  El fin del mundo esta tan cerca que pasa cada día y todavía no lo asumimos, cada día.  El fin del mundo que conocemos termina al cerrar los ojos para ver televisión, noticieros, Hollywood, democracia, fundamentalismo, y corremos en sueños al lugar seguro…

  Nos despertamos conformes otra vez  -barriendo  los chizitos, tirando los restos de gaseosa por la rejilla-  el desenlace todavía está lejos, y así seguiremos pendulando hasta morir, encarcelados voluntarios de la masificación, de la mistificación, de la misoginia (elegante vocablo, no sé qué significa pero es muy usado).  

  Es que no podemos darnos cuenta que no hay dios, que no hay un tipo que nos encumbre y nos salve, aunque a veces nos castigue, y aun así, de su gran ojo podamos salvarnos escondiéndonos debajo de la cama para comer el caramelo prohibido. 

  Que soberbia humana improductiva…

No somos el faro de las especies, no somos el pináculo de la evolución, no somos nada más que la construcción más frágil y caprichosa de este planeta, y cada día nos venden el paquete de la  Vida en Sociedad.

  Lo esencial es imposible a los ojos, lo necesario invisible, lo superfluo ocupa el infinito de nuestra mente y nuestro espacio vital, y seguimos contaminándonos… 

  En el nombre del padre, de la madre, y de los hijos que entregamos mansamente en sacrificio, amen. 




23 mayo

Sin semáforos

 

 

  ¿Podemos mantener Disney y niñez? ¿Libertad y tarjetas de crédito? ¿Moral y bancos? ¿Paz y ejércitos? ¿Selvas y confort? ¿Ríos y tecnología? ¿Pensamiento y televisión? ¿Seguridad y justicia?... 

 Y la lista podría ser tan imaginativa como interminable, más larga que el tiempo mismo que pudiéramos destinar para leerla…

  A veces, cuando me miro en el espejo de la realidad que avanza hacia mí, empiezo a creer que estamos en una encrucijada monstruosa, y la verdad que tristemente cada día la hacemos más irresoluble.

 Conscientes o no de eso, tratamos por todos los medios de que no tenga sentido ni siquiera pensarla, menos resolverla, muchísimo menos aplicarla y ni siquiera hipotéticamente pensar en las consecuencias de todo lo anterior. 

  Y de que se trata todo esto, analicémoslo muy por arriba…  de que estamos tan acostumbrados a ver el ser humano como un consumidor de productos que ya alcanzamos el nivel de pensamiento estructural dirigido para aceptarlo como un producto.  

  Todavía y más que eso, como un insumo, materia prima de las ideologías-tecnologías dominantes o cualquier otra cosa.  Lo deseable para aceitar el sistema actual seria que el gran mercado del mundo, brinde estos referidos insumos sin tantas restricciones nacionales y éticas (¿o estéticas?) 

  Como todavía se mantienen, lo ideal sería abolir los nombres y toda otra sensación subjetivamente estúpida, innecesaria de individualidad, y clasificar a las personas por números, códigos, donde solo estén expresadas claramente sus características, potencialidades y recursos aprovechables como seres vivos.  

  Es un paso ineludible si  queremos sobrevivir, el sistema actual de convivencia social (bastante forzado y aceptado solo por la coerción de las instituciones, por cierto) debe ser abolido sin más demora y reemplazado por lo que dio tantos resultados en la cría y multiplicación de otros insumos básicos o comodities.

  Esto nos permitirá sobrevivir evitando el desperdicio de recursos, maximizando el rendimiento, y dejando de una vez por todas de mantener un sector tan grande de personas completamente caducadas que no pueden ser consideradas ni por un remoto recurso filosófico como necesarias. 

  Tal vez con solo poner este último punto en marcha la solución a los demás problemas se simplifique, acelere y optimice, con lo cual, obviamente debería ser la primera cuestión a resolver, más teniendo en cuenta que estamos hablando de más del cuarenta por ciento del stock, aproximadamente.

  ¡Ok entonces, adelante! Pero seguramente algunos se preguntaran ¿Quién tendrá a su cargo la responsabilidad de poner en marcha tan vasto plan? 

  Los mismos que hoy en día lo llevan a cabo, aun a pesar de tantas trabas, tantas restricciones, tantas leyes y seudofilosofias que intentan expresar al ser humano como un fin, al planeta como un fin, y toda una lista de menesterosos económicos que deben ser respetados sin hacer mérito para ello, como las mujeres, los niños, los ancianos, los incapaces, etc., etc., etc.…

  Bueno no quiero dejar de ser claro por andar por las ramas, cuando todo está ya definido y solo hace falta correr el telón para que la última ópera se lleve a cabo. 

  Esta elite dirigente de privilegiados ya está formada, ya está dirigiendo en la práctica los resortes fundamentales del mundo, y obviamente será la que elija un lugar apropiado para mantener el estilo de vida apropiado y justo, muy por encima de la masa material prescindible, que por otro lado, ni siquiera están en condiciones de apreciarlo entenderlo ni disfrutarlo, amén de producirlo, obviamente.

 Entonces dado este club de buenos amigos en la cima merecida del mundo, es evidente que las guerras ya no serán necesarias para disimular y fortalecer el negocio, y el descenso de la población y su sometimiento a parámetros reales y de implacable austeridad provocara por otro lado un descenso en los niveles innecesarios de consumo, que será por sí mismo un principio de solución al eterno, escabroso y en cierta medida ficticio problema de la contaminación.  

  Los ejércitos y fuerzas armadas que hoy en día son tan imprescindibles como ociosas, podrán ser mantenidas a medida que se optimizan, reducen a su punto exacto, para el control de las masas.  Ya en este sistema sin restricciones, al producirse la eliminación sin demora de los resistentes, de los disconformes, de los incooperables, la selección a través del ejemplo y los años, deberá llegar por fuerza mayor, valga la redundancia, a una raza mansa eficiente de tales materiales humanos.

  Con el tiempo, se podrá pasar a un sistema del tipo feudal, para darles a estas masas un poco más de libertad, por cierto siempre referida a su bien aprovechamiento, siempre reversible, siempre en manos de la elite la capacidad de supresión absoluta de la misma.

  Bueno ¡Basta ya de utopías, a veces no sirven ni para caminar, hasta mañana!

 

Atún



  Venía para el centro de la ciudad, era una mañana tranquila, expresada en el lento ritmo del barrio, en el sol rebotando en la arena y las piedras de la calle, en las motos pasando a velocidad media… 

  Ups, epaaaa, un boludo pasa corriendo y casi me choca, apenas me rozo, pero estas cosas no están bien, así empiezan los problemas. 

  Por suerte he logrado despegarme de las circunstancias que no me favorecen, al menos lo suficiente para no convertir a mi cabeza en un caldero a fuego lento.  Doblo por la cortada y cuando agarro la calle quedo frente a ellos. 

  En una milésima de segundo analizo las opciones y pienso: si corro estoy muerto.  Y ellos, sorprendidos de que no dejara de caminar a su encuentro -nos conocemos, esto no es necesario-  pero sé que tal vez ni siquiera me esté viendo, en sus ojos, parece estallar un mundo de desolación y dolor. 

 Conmigo nooo, pienso mientras lo miro, y sé que me escucha, lentamente van frenando igual que yo, hasta quedar frente a frente, dos vienen adelante, y tres más en segundo plano, y a esos no los conozco.  Algún día la ecuación va a salir mal y me van a matar, pienso, pero que sea hoy, no mañana por la espalda.

  Mientras las manos inseguras se levantan en lo alto para tirar el cascote, frente a mí: el gordo, mi vecino, quien pudiera saber en qué piensa divago mientras lo espero sin dejar de mirarlo ni levantar mis manos en ningún gesto agresivo.  

  Como si no pudiera frenar el ritual, como si fuera una granada que ya se le hubiera quitado la espoleta y hubiera que lanzarla, termina de caer el brazo y vuela la piedra lentamente, sin ganas, y me cubro, agachándome un poco, sin moverme, y me pega suavemente en el costado, y después resbala hacia la pared blanca.  

  La escucho detenerse contra la columna, y camino hacia el flojamente, mientras veo su cara, mojada y sucia por el polvillo pegándose a las lágrimas, en su piel oscura y tatuada.  

  Veo su cara desencajada y siento, sé definitivamente que tendría que abrazarlo, desasosegado, indefenso como esta, y tal vez podría consolarlo un poco de lo que sea que le haya pasado…

  Pero los dos vamos a morir si es necesario, antes de expresar un solo gesto de debilidad, en estas calles donde todo se sabe antes de que pase, donde todo pasa como en un sueño, y sin embargo la realidad se comprueba a pesar nuestro.  

  Que te paso, negro, le digo, y lo miro derrumbarse, me agacho, al mismo tiempo que él, y hablamos así, en cuclillas, por abajo del barrio.  

  Los tres de atrás esperan sin participar, el del costado, con la cara torcida, parece no aguantar más con la piedra en la mano y me la lanza, y yo tratando de escuchar al Gordo, solo me cubro la oreja, aunque me pasa cerca del muslo, rozándome.

   “…Son unos hijos de puta… y cuando estábamos todos ahí salió el Omar y nos dijo que no teníamos que estar ahí y nos sacaron entre todos, y es mi hermana me entendés… y por todo el murallón fuimos boxeando hasta que nos corrieron a caballo… un rebencazo al Toni el hijo de mil puta…”

  Escucho sin dejar de mirar al negro Atún, que aparentemente no está interpretando nuestra charla como una tregua, o si, pero no le importa, y lo veo, inquieto, esperando para hacerme mierda de alguna manera dada la necesidad.  

  No sería nada raro que tuviera un fierro en la cintura.  Los otros tres se van a prender en la que salga, solo son fichas.

  Mis manos se apoyan en el suelo, mis dedos juguetean nerviosamente haciendo líneas en la arena, los de él golpean rítmicamente dos piedras como si quisiera sacar chispas… y por dios que buena suerte, aflora un cigarrillo, Philips Morris, para ser más exacto. 

  Lo paso por la visual del gordo sin reacción y se lo ofrezco al negro Atún que me mira y me cabecea, se lo largo y lo huele, después de cazarlo al vuelo, limpiándolo de arena, y se va a pedirle fuego a uno de los otros, quedando a las risas, aflojando la tensión, volviendo a su puesto en un segundo más, ya relajado y en paz... “…y lo voy a matar cuando lo encuentre…” y “…ya anduvieron diciendo que más vale mejor nos vallamos del barrio…”

  ¿Y cuándo paso todo esto? Le pregunto.  Anoche, me dice, y recién ahí veo el hilo de sangre seca que baja atrás de la oreja, el tajo en el brazo, la camisa sucia y rota, y los cinco, vestidos de gala en una mezcla de lujo y polvo seco, sangre amarillenta y telas deshilachadas. 

  Mira, le digo, como para dar un cierre al asunto, y poder seguir mi camino, si el tema sigue mucho tiempo no da, lo importante es terminar con las cosas de alguna manera, yo tengo mi manera, vos tendrás la tuya, pero no te olvides que hay gente en el medio que no tiene nada que ver, y que además vas a ver toda la vida.  

  Me refiero a la hermana, espectadora de una riña entre bandas en el día de su cumpleaños, y quien seguramente no podría meterse sin quedar mal parada.  

  En sus ojos al levantarse se ve la determinación de matarlos a todos como única solución a largo plazo, y el negro Atún que sonríe aprobando.  Nos damos la mano, el Atún me saluda efusivamente, terminando el pucho.  

  Atravieso la banda y no alcanzo a dar cuatro pasos cuando una camioneta policial entra a toda velocidad, pienso en correr, pero no tengo nada que ver, ellos también, pero antes de eso ya frenan dos patrulleros del otro lado, bajándose los milicos rápidamente frente a ellos y su frenesí alcohólico de tres días, yo sigo caminando intentando pasar por al lado de la camioneta y los polis, pero el milico me apunta y no me escucha, me palpan de armas con las manos en la nuca, arrodillado en la arena… escucho que dicen “Él no viene con nosotros, no tiene nada que ver” y me hace sentir un poco mejor en medio de esta arbitrariedad estúpida. 

  Sacate la mochila, me dice el milico, pero ya están subiendo a los demás así que viene un oficial y lo apura… deja nomas, allá vemos todo, arriba paz, vamos a dar un paseo… 

  ¡Siento ganas de cagarlos a toscazos a todos, ahora yo! Los dejo acompañarme, dócil hasta la puerta del auto, pero no entro, quiero saber porque, cual es el delito que se supone estoy cometiendo… Uno espera la mochila mientras el otro comenta, pesadita eh, que llevas acá… 

  Me mira el oficial a cargo, levantando las cejas, sorprendido, jamás esperaría ver la cámara  y la computadora, mira hacia mí, sé que está evaluando mi situación. 

  En unos segundos más voy a saber si me liberan o pierdo todo.

19 mayo

Conversación a distancia

 

 

 

No me interesa la vida sin libertad.

  No existe la libertad sin compromiso, no existe la libertad sin responsabilidad, no existe un mundo sin personas, no existen personas sin amor ni amor sin lucha por la vida.  No existe lucha sin creación, y no existe el estancamiento cuando se crea.  

  Toda frontera es ficticia, toda coerción radica en la necedad de creer que es posible... Ser es asumirnos como nuestra propia herramienta, en vez de multiplicar las que nos dominan.

  No amo a una mujer porque me haga infinito a través del amor, la amo porque a través del amor ajusta mi percepción para comprender que el mundo es infinito.

  El dinero no define el mundo.  A pesar de las apariencias, solo es un desliz en nuestra mente que nos permite olvidar que solo la piel define el mundo, una gota de sangre es más real que un lingote de oro, por eso cuesta tanta sangre, y sin embargo no podría definir el mundo si no le damos realidad.  

  ¿Es tan difícil de entender?

  Me canse, absolutamente, me declaro en guerra total y absoluta, y sin embargo no voy a poner un solo centavo en los bolsillos de ningún fabricante de armas.  Mi único bastión será sentirme vivo, la única fortaleza que construyo día a día es la conciencia de ser.

  La batalla durara cada segundo de este millón de años que entran en un parpadeo: sólo queda la aventura, la única bandera a conquistar es el presente, el único territorio que me interesa defender es la vida, entera.

  Más allá de eso, ni siquiera me importa quien se defina, no hay bandos reales, sólo corazones que laten o dejan de latir.  Somos inalterable,  insoportablemente biológicos, y como el interminable abanico de seres que pueblan el planeta, estamos sujetos a las mismas reglas con que solo nos saquen del edificio humano en que vivimos. 

   Con solo quedar desnudos, no hay dos personas en el mundo que sean intrínsecamente diferentes en algún sentido, más allá de pito o concha. 

  Tampoco hay dos seres humanos que puedan encontrar motivos de sentirse distintos al carecer de la armadura de este tremendo peso de vivir en sociedad, solo para perder cada milímetro de decisión personal que pudimos tener algún día como especie, como individuos, como metáforas de la vida.  

  Cuando apaguemos la computadora y empecemos a vivir otra vez desde la piel, nos daremos cuenta que ninguna corporación tiene poder ni sentido ahí, porque todavía no se puede fabricar una emoción humana.

  ¿Ser responsables de lo que sentimos nos llevara a mirar una flor como si fuéramos habitantes del mismo mundo? No lo sé, solo imagino que hay una parte de mí que no fue conquistada, y forma parte de un territorio del mundo, ahí siembro mi decisión como una metáfora, como una semilla en la tierra húmeda de la abundancia y perfección de este planeta.

  Sobre la corrosión de las ambiciones y  la sed de poder de los viejos dioses que nos enseñaron a adorar, para que aprendamos a fingir, para que aprendamos a olvidar, o en todo caso para que aprendamos a temer y obedecer..... 

  Sobre todo eso tan viejo que ya se ha vuelto tierra, mi raíz se agarra y crece, para que yo vuele y sueñe.  Y morir por caer del cielo sin ser pájaro no es algo que me preocupe, ni me preocupa dejar de ser pasajero de este planeta.

   Lo que no me gustaría es llegar a un día en que me arrepienta de mis actos, en que vuelva retrocediendo inútilmente por el mismo camino.  Antes que eso prefiero sembrar y equivocarme, caminar y perecer, aunque sean otros los que cosechen.  

  Mis manos ya mataron largamente todo tipo de seres vivos, pero siempre fue para vivir, siempre cara a cara, siempre en forma artesanal.  Pero también dieron vida, también di mi propia vida para que otros vivan. 

  Soy responsable por mis actos, y esa es mi contribución al mundo, no lo hago por confort, ni por comer todos los días, solo por mí mismo, que esta intrínsecamente relacionado de miles de maneras complejas y simples con absolutamente todo lo demás.

  Ser humano es ser parte de todo, cuando lo entendamos, podremos empezar a cambiar algo.

  Para mis hijos, Maia y Ciro...para crear el poco tiempo que tenemos para hablar de las cosas importantes, es que a veces me pongo a pensar en estas cosas, antes de que ellos me pregunten...

17 mayo

Un gato grande

 


 

Cuando cae el sol, en mi barrio se regala oscuridad y paisaje: cuando las garzas se duermen paradas en su rama, cuando se cierra la puerta de la última casa, cuando se apaga la luz y las frazadas tapan a los que no tienen frio, a los que alcanzaron a comer el día de hoy.  

  Todo queda en un absoluto silencio, y con la misma impunidad con que se puede contar las estrellas, la noche se presta, desprejuiciada, para desvalijar una casa, para capturar a una persona, para impunemente matar.  

  Como los bichos del monte, se acostumbra a dormir con una oreja atenta a los chasquidos, a la rutina de las ranas, alguna conversación de perros o pescadores madrugados por la carnada, al simple fshhhhhhhhh de las estrellas fugaces.  Toda otra cosa produce un alerta inmediato…

  Me despertó el frenesí de la persecución, los pedazos de pasto volando violentamente, la jauría devastando el espacio.  



El ruido de latas alambres y botellas, tuvo su cenit junto a mí en un estallido de chapas de zinc que se aplastaban unas contra otras, del otro lado de la pared, mientras las uñas de los perros se clavaban en su desesperada carrera contra el piso, los hocicos resollando en feroz, implacable persecución. 

  Mis sentidos no terminaban de alertarse, levantando la oreja apenas de la almohada para escuchar mejor… un racimo de ladridos en doce tonalidades distintas sonaba todavía frenando contra la pared, la baba cayendo de los hocicos, cuando me cae encima, sobre la espalda, un peso tremendo, indefinible.

  Podría decir que fue un puma, o algún bicho enorme: sus cuatro patas suaves de felino se apoyaron en mi espalda, aplastándome contra el colchón, sacándome el aire como en una pesadilla, deseando que no fuera tan real el contacto físico, tratando de forzar el cuerpo para levantarme…. 

  ¿O qué? …

  Mi cerebro elaboraba la dolorosa conciencia de estar siendo derrotado, probablemente muerto en segundos más.  

  Algo me estaba atacando adentro mismo de mi casa, en mi propia cama, sorprendiéndome traicioneramente en lo más profundo del sueño.  

  Sin poder luchar contra la fuerza descomunal de la criatura, mi cuerpo copiaba la cama, aplastado, alcanzando a levantar apenas la cabeza, cuando la flexión de sus patas, que se transmitía a los cuatro puntos en mi espalda donde se apoyaban, llego a su culminación al usarme de punto de apoyo para volver a saltar…




  ¿La criatura se esparció en la dimensión que le daba origen? ¿O tal vez atravesó la casa nuevamente para correr fuera del alcance de los perros, que, perdida su presa, ya se dispersaban en  la oscuridad y lo predecible, lo habitual de su vida de centinelas? 

  Alcancé a incorporarme sorprendido, dándome vuelta y sentándome en la cama… ¿me senté inmediatamente? No, lentamente escuche primero atento al menor ruido entre las cuatro paredes de ladrillo y bloque sin revocar.  

  Temeroso de provocar alguna reacción en el ser que tal vez estuviera aun acurrucado en un rincón, encerrado conmigo.  Finalmente, me levante y revise puntualmente todos los rincones en busca de alguna señal que no aumentara el misterio: un pelo, una huella, un grano de rojiza arena.

  Nada. Solo el  enigma infinito de la existencia y la percepción acotadísima de la raza humana, y sin embargo cuanto tomamos del mundo…pensaba sin saber si hacerme un café y velar, o tratar de dormirme de nuevo, con mis ojos saltando de alivio, espanto y sorpresa, hasta que finalmente me levante y revise el patio, solo para cerciorarme de las chapas al otro lado, de su ruido inconfundible al ser usadas de trampolín para pasar por la pared.  

  Algún que otro perro me miraba, ahora del otro lado del cerco, como compartiendo conmigo su vivencia nocturna, pero sin contarme nada, como guerreros que apenas clavada la espada sangrienta en el piso, tardan horas en volver a hablar, llenos de imágenes sin palabras de la desolación recién vivida.

  Volví para dormir un par de horas más, sabiendo que no olvidaría el suceso, aun prendido en la piel.  No suelo recordar mis sueños salvo que pueda correr tras ellos, y esto había sido bien real.  

  Por semanas enteras espere cruzarme con alguien que pudiera aclararme un poco el asunto, incluso pensé en consultar a los integrantes del culto espiritista que hacían sus rituales a un par de cuadras más al norte.


   Finalmente guarde todo en mí, hasta hoy que los perros ladran nuevamente en la madrugada fría.  Furiosamente desaforados como si hubiera algo a que ladrarle, mirando como si hubiera alguien a quien no se decidieran a atacar,  pues el perro es valiente en jauría, cuidando inteligentemente el cuero al estar en inferioridad de condiciones. 

  Espanto a los dos cuzcos una y otra vez, hacia la calle, pasando el artesanal alambrado hecho con retazos recuperados de los basurales.  No pretendo percibir nada, ni hacerme amigo de ninguna presencia: solamente parar el escandaloso coro de ladridos.  

  De a ratos desearía que fuera solo un ladrón, un ser humano, un vil rastrero que se propusiera robar un caballo o cualquier cosa dejada al alcance de la mano en la impunidad nocturna. 

  En las demás casas duermen, solo yo soy llamado por los sucesos nocturnos… me hago unos mates en la mitad de la noche mientras miro el plato sucio en la pileta, el agua está muy fría para lavarlo.  Pongo música para espantar el silencio, el día promete ser largo.  

  Cierro la puerta entornada, cortando la ráfaga helada que se cuela adentro, y echo el primer chorro de agua, tibia aun, para no quemar la yerba… 

  El tiempo humano me dice que son recién las cuatro y media y tardara un rato largo en aclarar el sol…


 

14 mayo

La diferencia

 

La diferencia entre estar involucrado y simpatizar, es la diferencia entre la ficción y la realidad, entre generar y ser parte,  o apoyar “la causa” para volver a casa a comer noticieros con cuchillo y tenedor.

Cuando estas en la arena de la lucha todos los aspectos de tu vida se ven envueltos en la misma, aun cuando quieras dejarlos de lado, protegerlos, la voracidad del combate no te lo permitirá.  Mover un pelo de la puerta para afuera es empaparse en realidad combustible, y siempre alguien tira un fosforo.

 Salvo que definamos tan cerradamente nuestro mundo que logremos establecer lo habitual como inmutable, la farsa como moneda de intercambio, relacionándonos así con otras personas tan vacías como nosotros. 

  Que expandamos nuestro mundo infantil de quimeras a los ámbitos cerrados, protegidos, donde todos piensan igual, donde todos los comentarios son festejados automáticamente, esperados matemáticamente, inicuos como las voces que los lanzan, descartables como sus vidas de plástico y papel cartón de confitería.  

  Coleccionando causas efímeras como tormentas de verano, propagandizadas, estandarizadas, encauzadas a lo sumo en un aparato miserable y corrupto de caridad endémica que no llega nunca a donde dice que va.

 Pero es mejor así, sin ensuciarse las manos, sin caminar, a nuestra conciencia rinde más un negrito de Ghana que el gurí que se muere de hambre en la esquina, y un zulú del siglo 18 en una estatuilla que un negro vendiendo anillos de fantasía en la terminal.

Entonces saturamos las redes sociales con opiniones incendiarias sobre cualquier cosa, lo importante es participar, sentar bien sentada nuestra posición, sentados en la computadora.  

  Tenemos un contacto tan artificial con el mundo, como el mundo, que no podríamos reconocer a los destinatarios de nuestro esfuerzo, como amantes del chat que no saben qué decirse cara a cara…  ¿pero es eso necesario, o solo perder el tiempo? 

  ¿Produce algún resultado o solo son burbujas en un vaso recién servido? El que manda es el barman, y luego cambia la copa antes que la tomemos… 

  La manipulación se ha vuelto auto manipulación, lo mejor de nosotros mismos es esperar que las cosas cambien, pegando cartelitos en internet, pero ni siquiera sabemos si son reales, no tenemos contacto con la realidad.  En cada plaza, en cada calle, cada día, la verdad circula sin estar atada, pero nadie la ve, no la vive usted mirando el lavarropas. 

  Todos los días son un camino hacia nosotros mismos pero elegimos vidas de manual, doctrina A, B, o Z!  Es lo mismo, un niño muere de hambre a nuestros pies mientras miramos la batalla entre focas y pingüinos por el canal Discovery (el documental se filmó mucho antes que la historia, pero no sabemos que somos actores mal pagados)

   Salir al sol, como un lagarto después de la lluvia (¿existirán todavía los lagartos? ¡Qué buena pregunta! ¡Ya mismo lo googleo!) Es completamente urgente, recuperar la vida, o toda lucha está perdida por la falta de perspectiva, por la irresponsable ignorancia de su objeto. 

  La vida es es estar vivo, no en una caja predeterminada, no vivir y actuar como un paquete en la heladera, como un traje colgado de la percha, esperando el próximo casamiento. Recuperar el poder es recuperar el espacio vital, la sombra de los árboles, la corriente de los ríos, no con mentirosas cacerolas y caprichosas urnas, batalla de necios que pretenden consumir el mundo de todos, adueñarse de lo que no es suyo.  

  Es necesario recuperar el tiempo, la decisión, la sonrisa, la caricia y el abrazo, la sangre que corre y se enciende solo por amor.  Es imprescindible dejar de vender personas como si no fueran nuestros hijos, ni comprar gente como si no fuéramos nosotros… 

  Volver a nosotros mismos desde el centro del mundo, volver al mundo desde el centro de nosotros mismos, tirar el televisor a la basura, la radio, dejar de leer tanta mugre barata, sacar el culo de la silla, y caminar mirando por nuestros propios ojos, a ver que son esos fantasmas que no nos dejan dormir. Tal vez ahí recién estemos por entender la verdadera razón de asistir o hacer, de vivir en sociedad o no, de votar o elegir, de sufrir o decidir… 

  Estamos al borde de volvernos humanos nuevamente, pero el mundo parece ajeno.  No te dejes engañar, el mundo entero siempre será tuyo.

 

Azorado (Poesías)

 

 

Desconcertante eterna magia

 

Cuando me sorprendiste

No esperaba tanto

Ni tus ojos pidiendo todo

Ni tu corazón en lucha por latir

Ni tu cuerpo brillando así

Ni tu amor profundo

Ni sentir tanto en un segundo

No esperaba tanto

Solo lo había soñado

Solo con tu cuerpo

Con tus labios, tu piel

Tú forma de mirar, deteniéndose en mí

Y tardes de sol encerrándome en vos

No esperaba tanto

Pero menos dejarte ir

Así, tan lentamente

Y quedar tan lleno a la vez

De amor y dulzura para siempre

Y ser feliz cada día solo con saber

Que paso lo que paso

Así como no esperábamos

Ni podíamos evitarlo

Ni quisimos dejar de darnos tanto

En un solo segundo de magia

Pura magia amor y libertad

Vida y certeza del alma

No me olvido un solo día

De decirte gracias…

 

Revolución

 

No basta cavar una trinchera

Ni plantar una bandera

Cuando la guerra dura toda la vida

La vida toda.

Segundo a segundo creciendo

Como una ameba

Adentro y afuera de mí

El mundo que pretendo

A veces me da la mano.

Amigos y… ¿enemigos?

No tiene sentido clasificarlos

Cuando me disfrazo

Para frecuentarlos.

Aprender es la única urgencia

Plantar y plantar, la siembra

Cuando me toque devolver

El fruto y la sombra

Que hoy pido prestados.

 

Solo existe un dios en la piel

 

La piel profunda tiene un límite

Una temperatura, una textura

Un estallido, un reflujo,

Un estado de espera

Y un hambre de búsqueda

Que la trabajan desde adentro

Como un labrador interno.

La presión de la semilla al despertar

Las flores buscando insectos

El inveterado diseño de la creación

Y no es posible mirar sino estar adentro:

Trampas y remolinos, el furor de la corriente

Y los cuerpos que desaparecen.

 

Y sin embargo un solo corazón

Es más profundo que eso, derrama

Su luz intensa como una cobija

Aun antes y después de su cena

Y su propia consumición, sin retaceos

La sangre pone en juego aun cuando

La vena sea un callejón sin salida.

 

Un día preferí cuidarte de mí

Antes que cuidarme de tu piel

Cuando el mundo entero

Alrededor pedía una chispa

Que cayera del túnel entre nuestros ojos

Como viejos sacerdotes

Nos ofrendamos mutuamente

Absolutamente todo

Y los dioses lagrimearon,

Y se tomaron las manos.

Música que no ha sido tocada

Inspira cada día sin gastarse

Caminando sobre un escenario

Donde ya no existen actores olvidados

Haciendo de cada segundo un día entero

Y de cada metro un mundo recorrido.

Lentamente, nos despedimos

Un abrazo eterno, amor, y mañana despertar

¿Un poco más calmado? ¿Un poco menos calmo?

Acariciando un sueño, dormido en el pecho

Dulce, inocente entregado, como un niño.

 

Casi logro comprenderlo…

 

Como es que me revuelvo en la cama,

¿Soñando sin dormir?

Como es que el día se estira, lleno de magia…

Y sin embargo ¿Suenan tus palabras y tu voz?

Como sueñan los segundos con volver atrás,

Aunque ¡Para elegir lo mismo!

Cuando tú marca en el mar eterno

Se alejaba a tiempo, aferrando tiburones

Con mano firme te espere partir.

Y por mil años quedar eternamente conectados,

No encuentro ya motivos de dejarte de amar

Ni de temblar por vendedores del bien y el mal.

Me levanto y supongo adaptarme nuevamente

Al trajín de la sociedad intercultural.

Pero nada necesito hacer ya, solo miro el tiempo

Pasar, deshilvanarse y caer…

Como hoja marchita, la necesidad,

Vuela de mi libre interpretación

Ya no quiero hacer, solo ser.

 

Papeles

 

Sobre las cajas

Bajo las mesas y las camas

En estantes, en el piso

En vitrinas bajo llave

Envueltos en tapas

Alquilados, prestados, robados

No devueltos, olvidados

Perdidos, rotos, mojados, fotocopiados

¿En castellano, portugués, francés?

Largos, cortos, gruesos, finos…

Atados, encuadernados, abrochados

Increíbles, ridículos, panfletarios

Apologéticos, sectarios, infantiles

Absurdos, ilegibles, intransmitibles.

Serios, científicos, humorísticos

Ofensivos, mentirosos, oficiales.

No desperdiciaría un segundo

En quemar un libro

Si tuviera que hacer fuego

Para no dejar de sentirme vivo

En el planeta real.

 

Un agujero

 

Ella se posó suavemente

Como un canto del atardecer

En mi cuadrante, asustada

¿Asustada? En la espesura me dio agua

De beber, confiada

Y acercándose suavemente

Voló como una gaviota

Y me acuchillo con su pico

Dejando un agujero

Que desequilibra mi actualidad

Desatando la corriente que va

Cambiando lo indefinible por color

La confusión extraña por sabor

Que avanza atravesando

Las fronteras de la razón

 

¿Por qué no?

 

Hoy voy a empezar a planificar

Un negocio sin rendimiento

A intentar agarrar la luna con la mano

Una vez más.

Y apostar con mi propia piel

En un juego que no llega a tiempo

A encuadrarse en categorías

Tributarias.

Voy a lamer mi propia sal

Esperando la señal de largada

Voy a contar con los dedos

De los pies.

Solo un mundo más que recorro

Como extranjero típico

Como un viejo que le gusta

Caminar.

 

Solo un pedazo más de sol

 

Y cuando y donde va a pasar

Que el mundo se complete y cierre

Que las preguntas cesen

¿Que la  travesía pare?

Y cuando y donde será

Que curaran las heridas de mis manos, y mis pies

Que dejara de morir y nacer el mundo alrededor

Que tendré las respuestas por anticipado

¿Y una balsa fija atada al fondo como un pontón?

Y cuando y donde podre

Al fin dejar de dejar todo tirado

Para salir corriendo a los saltos

¿Trotando con la manada?

(Salvaje, no la otra manada)

…para llegar a tiempo al peligro

¿Y el mundo girando como el sol?

¿Cuando estaré en el salón climatizado

Y la gente llorando en vez de reír

De las penas y la ironía del destino?

Escuchar música quieta,

Espacio fijo en movimiento…

¿Cuándo empezare a coleccionar figuritas

Repetidas y gastadas

Y juegos de mesa, y vitrinas

Con copas de cristal tallado?

Cuando pase, que sea de sorpresa

Así no pierdo tiempo pensando.

 

Tecnología: corazón

 

Me llego tu pensamiento

Antes que tu llamada

El teléfono apagado

Caducando obsoleto

Ante la velocidad del mundo

Tecnologías inútiles

Ante el misterio de la vida

El corazón es una antena

Que no erra ni se rinde

Ni se arrepiente, ni descansa hasta el final

¿Descansaran en mis brazos tus costillas?

Tus labios apretados de decir al frente

Las cosas que cómodamente

Muchos callan aun en sus casas…

¿Por fin se dormirán en mi boca?

Ese cuerpo de fuerte y decidido caminar

Pisara la trama, la trampa que lleva

¿Mí mismo trote a buscar el tuyo?

O durara la cacería

Lo que tenga que durar.

Cada segundo, la eternidad.

 

Mirándote

 

El misterio de una mujer

Como puede ser tan profundo

Y permanecer sin embargo a la vista

Como puede ganar una batalla sin tiempo

Una sola sonrisa.

 

Frio

 

Viento helado,

El otoño termina

Ya no hay hojas que voltear

En los árboles y en mí

Solo poner el pecho al viento

Y acorazarse, germinar desde adentro

Solo no se ve, como crece.

Todos, cada día, el brote se hincha

Y espera, siente, ansia, sigue el sol

No tiene más que un solo día

Para empezar a tiempo.

 

 Libro al sol

 

Como un tronco caído

Que invita a descansar

Quedaba su casa al borde

Del camino que va al mar.

Y su paciencia, su risa,

Volaban como plumas

De haber visto tanto

Traidor, y tanta muerte.

Y una página de mil libros

Esconde en su memoria

Lo que no vivió le cuentan

Para que no se pierda.

Con la historia de cada uno

No decepciona a nadie

Que le venga a preguntar

De donde salió.

Un solo destino

 

Como cada día

Al morir la tarde

Al nacer el sol

Al caer la noche

Al oscurecerse la mañana

Con las alas negras de la tormenta:

Elegir es un lujo para algunos

Que nacieron en la colmena

Mirando o muriendo

Con hambre de miel.

Esperando la flor

Que amanezca como la puerta

A un nuevo camino.

Destrucción y muerte

Cuerpos en estertores

Finales, agonizando

Solo son parte del paisaje

Que los vio nacer

En burbujas de amor

Entre la basura.

Torcer al camino

O cortarse solo

O matarse sonriendo

O juntar las varas

Para que no se rompan

Y cada vez falla

No sirve ningún cuento

Ninguna fabula.

 

 

Indomable

 

Mi corazón no escucha

No contesta

No se hace preguntas,

Solo siente

Solo manda:

(Y no tiene escrúpulos)

Y me hace pensar

Si no es más que una excusa

Estar vivo para sentir

El peso de tu cuerpo.

O me despierto pensando en vos,

¿Soñándote por nada?

 

Esperando

 

Morir en la esquina

Ladrón o policía

El mate frio

La ginebra caliente

Cerrando las manos sobre los puños

Para escapar del frio

Talando gente para escapar del sol.

 

Tormenta seca

 

Tanto trueno, tanta mala cara

¿Para terminar llorando

Como una nube floja y gastada?

Agua que no hace germinar

Tierra de cactus que no pide nada.

No molestes mis raíces, no voy a salir de aca

Quiero ver el sol dorando mi estandarte.

Humo y niebla no dejan salir la flor,

Pero ni ves donde pones los pies

Ni tu alma de rayos de lata

Amojosada de esperar,

Temerosa hasta el final

Del tiempo que ya fue.

 

 

Amando

Vivo como una flecha que surca el aire rumbo a su blanco

Como un árbol que cae, como el tigre que salta con los dientes afilados

Nada puedo cambiar, nada necesito hacer distinto, y no llego al tiempo

Que me ate a vivir domesticado, como un leproso mirando por la ventana.

El mundo entero es mi territorio, ni alambrados ni muros suelo respetar

No soy rehén de la totalidad, de la eventual ganancia de la democracia

Ni herramienta para otra chacra, no soy munición de la cháchara.

Solo amo cada pasto que piso, cada minuto de sol que me apura

Cada vez que llego al centro de mí mismo. Prendo la vela de mi conciencia

Y escribo en mi piel con tu pluma, marco el aire que respiro, con los pájaros

Que me dicen que la libertad se comparte en el corazón.

¿Que la vida se atrapa en un rincón del alma? ¿Que es lo que pasa alrededor?

 

Por eso te doy mi corazón

 

Parece perecer el día a veces, cuando recién empieza

Parece el imperio de los sentidos, cuando es…

El imperio de los sentimientos.

Toda la vida cansado de pelear, solo y sin saber, como

Intentar ser un campesino, cuando la guerra me alcanza.

Año tras año ¡Cuantos arboles plante, y todavía sin sombra!

¿No puedo escapar a mi destino? Tranquilidad, paz…

Resaca de los tiempos llevo en mi bote, disfruto del sol

Mientras pasan flotando platos vacíos, y yo sin tiempo de comer.

Cuando muera quiero ser, el pez que te muerde los pies

Se tu nombre

 

No me alcanza

Con esperar a verte

Flotando en una isla de bruma

Capturando los reflejos del sol,

Ni con esta sensación

De escaparme de mi mismo

A través del pecho, volando.

Como un cóndor, en tu cornisa,

Quiero hacer mi nido:

Y mirar las montañas de colores

Sin pensar en el resto del día.

 

En la ladrillería

 

Y cómo va la cosa

Bien, a ver si completo unos mil hasta la tarde nomas

Mira que el coco no va a poder venir porque le mataron un hijo anoche

Ah

Así que si quéres metele fierro, hay que cortar porque se seca el barro, ahora te mando un guri que te atienda

Aja, no hay problema

Mañana ya viene el coco, pero hoy va a estar complicado.

Bueno termino esta tirada entonces

… así quemamos antes que llueva, que está pronosticado para el sábado.

 

 

12 mayo

Aprendizaje

 

 

_Y la haces o no la haces… si vas a estar mirando y después no te animas…

_Jajaja -se rió el otro, que recién paraba de toser, lagrimeando en sus ojos colorados como brasas sopladas por el viento-. 

  Un día, al pasar con el carro me había dejado carne en casa, y que bien que me vino, pero la mujer que recibía esa mercancía, para cocinar, para hacer grasa y para los perros, tal vez vio que se achicaba su parte, y lo saludo insultantemente al pasar con los caballos, como  marcándole su error.

   Y si, para ofender a alguien, en otros ámbitos tenés que meter cuatro o cinco cheques sin fondos, dejar colgada una garantía, robar una casa mediante subterfugios legales, o simplemente no pagar las cuentas cuando las cosas se ponen feas… 

  Por acá basta con un pedazo de achura, con unas cuantas frutas picadas, un vaso de vino, una botella de hielo, una herradura...  La diferencia es que en vez de policías abogados y jueces, de las palabras se pasan a los gritos los golpes y las puñaladas…

  En realidad, es mucho menos costoso para el sistema, que gasta miles de toneladas de folios y trajes negros en las escaramuzas de los grandes tiburones.

_...Claro ¿Tanto la vas a pensar?

El gurisito miraba, atento, como un buen alumno en la escuela, a pesar de la bajante violenta, no habían encontrado ni una plomada en la playa, más que caminada a media mañana. 

  Se acababan de fumar una tuca montados en el caño de las cloacas, no salía ni un sábalo, menos dorados o bogas.  La charla seguía, el razonamiento era implacable, la técnica sin fisuras…

_...Y vos pasa caminando como si estuvieras buscando plomadas, y ahí te acercas despacito, mirando para arriba por si hay alguien, y ahí la haces tranqui y te vas caminando…

Y al ratito se nota que junto valor porque salió despacito, buscando los botes colgados al pie de la barranquilla, entre la playa larga y ancha, yo seguía juntando piedras, me había quedado a charlar un ratito justo para escuchar la conversación al pasar antes de seguir… 

  No lo vi en el momento en que se arrimó al bote, pero si volviendo con dos bolsas, corriendo, mientras el que le había enseñado pescaba tranquilo y el otro le gritaba “camina nomas, caminando volvé” y hasta yo me termine riendo, y ya estaba lejos cuando se juntaron los tres. 

  ¿Qué pavada se habrían robado? No sé, podía ser pan, pescado, anzuelos o cualquier cosa, pero nada importante, ningún pescador deja lo esencial a la mano.

  Después arranco el maestro, caminando.  Y el otro “grande” tiraba maíz al agua, haciendo un cebadero ¡Parece que al tipo le habrán cortado el chorro con la boga! El gurisito revisaba, anzuelos y plomadas, la miseria del robo entre pobres. 

  La paradoja de la educación popular.  La vulnerabilidad de sus ocho años, y parámetros que se formaban socialmente, al margen de la sociedad constituida.  

  Yo pensaba: pescadores tampoco son angelitos, porque también se las mandan, pero los niños no deberían aprender así, no estas cosas… ¿Pero qué garantía hay de sobrevivir sin meterse al baile, de comer sin llenar el plato?

 Como pichones caídos del nido, miles de gurises caminan por la calle sin más ley que lo que les guste, sin más hermanos que los que caminan al costado, sin más padres que el sol y la luna.

  De nadie soy juez, y no deja de ser triste por eso.

  Y me acorde en la plaza, una escena parecida, y Guachiturro durmiendo anestesiado en el gazebo, donde había alcanzado a recalar descalabrado, yo conectado en mi oficina y un par que venían a escuchar música y tratar de convencerme que les ponga DragonBall Z.  

  Charlando sin mayor sentido que molestarme para pasar el tiempo, y los gurises tirándose al pasto sobresaltados por su propio descubrimiento ¡que tenía plata en el bolsillo! ¡Que ya lo habían tocado y no se despertaba…!

Ahh si, tenés que meterle los dedos despacito, y le sacas todo… y planeaban el bolsiqueo, rastreros despreciables arruinando gurises, y se los dije pero a nadie le importaba, robar al tipo que veían cada día, solo porque tenían la oportunidad. 

  Y volvieron con los billetes arrugados y que tenía un montón de monedas en otro bolsillo todavía, y ahí me dejaron solo, todos saliendo a comprar el pancho y la coca.   

  Y quien sabe cuándo habían comido antes que eso… y volvieron contentos pero a un banco más lejos, tal vez para no tener que pasarse mis opiniones por el culo…

  Unos días más tarde, una mano desconocida le saco a Guachiturro la pensión completa de los bolsillos (antes de despertarse sin saber si se había tomado el tren a que ciudad, había combatido en Malvinas).

   La escalada iba en aumento, las necesidades económicas para adquirir alcohol y drogas, la desfachatez, el imperio de la insinuación o coerción más o menos disimulada.  

  Deje de ir a la plaza por un par de días… cuando volví, un tipo estaba buscando a otro porque se había ido con su equipo de música, parlantes y subwoofer, DVD, discos compactos, cables y todo, absolutamente.  Y yo pensando cómo le podes dar confianza a esta gente.  Y si, algún día lo vas a encontrar pero por acá no aparece más… 

  Me dejó al cuidado un par de bolsos pesados, yo, que bueno, pero no tengo nada que ver con esto, pensando si no habría armas listas para la cacería, y un policía justo que se había quedado charlando al pasar, sospechosamente, a unos cuantos pasos. 

_Es cobre -me tranquilizo el- , aluminio… ah mejor así.

  Abro una nueva pestaña y me acuerdo de buscar información urgente sobre los esquejes que estoy haciendo, Wi-Fi y Google, y no necesito bibliotecas… 

  El chaqueñito me trae el teléfono, que le había prestado para contestar a los mensajes de esa chica que lo esperaba tal vez inútilmente, aunque también el camino podría devolverle su muchacho, hecho un hombre para hacerse cargo de las cosas.

 Levanto campamento y me voy, esta noche leeré.  Camino lentamente, saludando, pensando mientras llego a casa… 

  Nunca termino de acostumbrarme a algunas realidades. 

  Dejo el ruidoso centro de la ciudad, y me meto de lleno en los quietos suburbios oscuros…



La doble vida de rosita

 

 

 


Rosita la dinosauria traviesa jugaba todos los días con sus compañeritos en la pradera de los árboles que caminan, corrían de aquí para allá sin más obligaciones que volver al nido, sin más limites que poder encontrar el camino de regreso, pero con una condición, jamás deberían bañarse en el rio prohibido, temido por toda la tribu, el único tabú que cercaba de misterio sus vidas de niños.

  Ya habían dejado de ser pequeños, sabían distinguir las plantas venenosas de las que se podían comer, y por el revuelo subiendo desde el pastizal mas allá, podían adivinar la aparición de los carnívoros, y salir corriendo hasta pasar entre las patas de sus padres, que ya los esperaban gritando y abriendo la boca enormemente, cerrados en ronda.  

  Igualmente, el peligro no duraba el día entero, no pasaba mucho tiempo sin volver a caminar entre sus patas, molestándolos cuando pastoreaban, jugando a ser una planta, congelados adonde los adultos iban a dar el mordisco, o topando sus cuellos para que les muerdan el lomo y las ancas cariñosamente. 

  Solo a veces los corrían de un solo coletazo laaargo, haciéndolos revolcar unos cuantos metros, lo que no dejaba de ser emocionante y divertido pero no era para repetirlo, porque el segundo coletazo, ya en serio, podía doler por días.

  Cuando se extendían atrapados en alguna carrera, y llegaban al borde, sentían sin duda algo malo en el agua, pues sus corazones se empezaban a acelerar por el miedo y retrocedían asustados, sin poderse sacar en todo el día la sensación de peligro que los perseguía. 

  Peor que el dolor de chocarse un árbol distraídamente en la carrera y verlo caer lentamente sabiendo que sus padres vendrían a retarlos, mientras los monos que caían quedaban desmayados entre el pasto alto y, sin verlos, había que tener cuidado de no pisarlos.

  Así pasaban las estaciones y su huella iba creciendo, y empezaba a hacer preguntas incomodas, como porque el rio estaba prohibido, y los grandes no sabían que responder… 

  ¿Por qué el pasto se acababa antes de las lluvias? ¿Por qué todos los dinosaurios eran de un solo color? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? 

  …Y los grandes empezaban a mirar para otro lado.  Un día se quedó pensando al borde del rio, y no se dio cuenta de las sombras que viajaban por la pradera, hasta que las vio corriendo hacia ella.  Desesperada en la trampa, antes que morir desgarrada por los filosos dientes de los carnívoros salto por la barranca, hacia el rio mortal, hacia el poder vengativo del tabú. 

  Se quedaron mirándola derivar, siguiéndola un rato por la orilla, hasta dejarla, alejándose, aburridos y hambrientos.  Ella flotaba, pataleaba y pronto se dio cuenta que el rio caudaloso no era tan profundo,  y rebotando contra el fondo se fue acercando a la orilla, a la otra orilla.

  Caminó y caminó, yendo y viniendo por pastos vírgenes, tiernos y sabrosos como no había conocido hasta ahora, por naturaleza nueva, vio animales desconocidos, pequeños y graciosos, flores de  muchos colores, y ningún carnívoro, y además... 

  ¡El río no la había matado!  Siguió sorprendiéndose durante días sin ver el paso del tiempo asombrándose de todo. 

  Volvió por la orilla atenta a las señales, siguió un poco más hasta una zona de bancos de arena, y cruzo al otro lado, cuando vio a sus amigos corrió contenta, y ellos corrieron también, pero para el otro lado.  

  Los siguió hasta la manada sin entender porque se ponían en posición defensiva, era ella, volvía, nunca le habían dado miedo los dientes de sus tíos, pero ahora todos la amenazaban. 

  ¡¡Soy yo!! Gritó, pero el grito de la tribu era más fuerte y no la escucharon.  Caminó lentamente hasta el borde de la pradera y se hizo un nido para dormir. 

  No era un carnívoro ¿Por qué no la habían reconocido? La luz plateada de la luna le mostro la diferencia, cuando se lamia sola, recordó las crestas de la manada blancas, pálidas, y se sorprendió de su piel, de colores como las flores voladoras…

Había cambiado y no sabía cómo pero se veía distinta, días y días paso solitaria, cuando se cansaba del pasto flaco y sin gusto cruzaba el rio y se hartaba como para aguantar dos o tres días, después volvía para espiar a la manada, que no rompía su rutina mientras mantuviera la distancia. 

  Los veía, comiendo mientras durara la luz y a veces de noche, nunca quedaban satisfechos, si pudiera mostrarles el otro lado… llegaron las lluvias y el rio creció, lentamente fue perdiendo sus reservas  de grasa y el brillo de su piel.  

  Un día se dio cuenta que caminaba, pastoreando bajo, cada vez más cerca de la manada, y en vez de escapar la miraban ¡Hasta que sus antiguos amigos se arrimaron saltando! Luego todos corrieron hacia ella reconociéndola. 

  No entendió hasta que abrió los ojos del abrazo y se dio cuenta que había vuelto a ser del mismo color que los demás.

  Esa noche nadie durmió, escuchando las aventuras de rosita en el otro lado, y un día más les llevo entender que era la misma que habían espantado todo el año. 

  De este lado casi no quedaban pastos, acorralados por la selva oscura por un lado, el rio, el territorio de los depredadores y el desierto que avanzaba por la tierra arrasada, se dio cuenta que no había dinosaurios pequeños.  



  Cuando bajo el torrente nadie se animó a seguirla, pero la miraron asombrados cuando volvió, fuerte y de colores, un día todos cruzaron…

  Rosita todavía sueña a veces, con dinosaurios sin color y sin alegría, pero despierta en su nido, en su nuevo nido, y mira a los pequeños de colores crecer, ahora ella es parte de la manada, a veces escucha como les enseñan a no cruzar el rio, o morirán. 

 


Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...