23 junio

Recuperando nuestra capacidad de asombro (Poesías)

 



Imitadores


Quisiéramos ser máquinas, y, sin embargo

Tenemos un solo motor.

Como misiles, esperamos, que fijen nuestro destino.

Solo se nos da bien la autodestrucción...

El tiempo de vuelo es tan libre, bello, y sin embargo

No se puede volver atrás.



Restauración permanente


No hay un valle que no se pueda profundizar

Ni una cima que no vaya a ser superada.

El absurdo arte de plantar banderas

No tiene sentido en una tierra que se incendia!


De las cenizas donde duermen los gusanos

También brotan los disconformes, díscolos.

Sus muecas torcidas no llegan a ser sonrisas

Ni su pasividad, obediencia ciega...


Un día reverdece el viejo sendero oculto

Y los viajeros encuentran su rumbo.

La ofrenda verdadera no tiene destinatario

El lujo de los guerreros es elegir:


De entre todos los días, un solo segundo

De entre todas las tierras, un metro soleado.

Vivir sin arrepentirse es saber que...

No alcanzará el tiempo para la redención.



Fábulas modernas


Dejalo, dejalo volar...

El gran elefante blanco trotando va

Las apuestas solo sirven para quienes ganan con apostar

Lo cierto es que no corre para seguir acá.


El gran elefante blanco finalmente despegó:

Nadie lo creía pero su cuerpo rechoncho y liso

Se eleva al solo girar de sus orejas...

Ya no tiene colmillos de tanto amenazar...


En la tierra los transeúntes son cruzados por su sombra fría...

Asombrados, inertes, no lo creen si no lo dan en las noticias.

Los que ganaron de antemano están contando billetes,

Otros ni saben por quien murieron.


El gran elefante blanco se eleva para la foto!

Los que no miran hacia arriba no saben de su vuelo corto...




Rios Voladores 


Pájaros.   Caminando en el aire en inmensas bandadas

Árboles volando, bosques enteros, verdes, aún respirando

Ríos verdes y negros cayendo inesperada y lentamente 

Sobre  las ciudades aterradas de asombro inexplicable

Una inmensa migración de vida y muerte, funesto presagio de un futuro vil

Que se acelera y cae sobre nuestras espaldas.  Frente a nuestros ojos...

Inertes y  desconcertados, solo miramos sin saber que viento los trae...

Es un privilegio ver el futuro? No, solo una cruel anticipada herida.


17 junio

Traición




  Ni siquiera la mas abnegada de las madres ama tanto, tanto, cómo el sistema ama a los traidores.   

  Vivimos en un mundo que solo puede justificar su crueldad demonizando a sus liberadores, masacrando a los desposeídos, a los indefensos, a los rebeldes, a los hambrientos, a los que luchan como si ignoraran(o pudieran evitar) las trampas que se ciernen sobre su cabeza.  Vivimos en un mundo que nos tienta con un imaginario salto hacia la gloria -en forma permanente- sin desatarnos los pies de la argolla que nos fija al suelo.   

  Nos enseñan a soñar con riquezas absurdas e innecesarias, con un poder despótico y tóxico que solo consume y destruye -a quien lo ejerce- con placeres desmedidos y pleitesías exageradas.  Nos enseñan porque pretenden convencernos de que no sabemos soñar.  Porque es más cómodo, más fácil, mas útil para caminar por el centro mismo de la línea que nos trazan, y recibir palmaditas y caricias en vez de golpes y gritos.

  Claro que nuestros transparentes, claros sueños se diluyen más y más con nuestras pesadillas, y eso pasa cada día.  Sale el sol y estamos peor que ayer: vivimos un poco mas enfermos y suplicantes, mas obsecuentes y ridículamente sonrientes.  Porque la chabacana postal en la que tomamos parte, necesita de nuestra declarada, ficticia felicidad.  Aunque no exista.  

  No importa.  Ya a nadie le importa.  

  Todo son máscaras y nada mas que máscaras que tomamos o repartimos de un teatro que se incendia, donde lograron convencernos de que podremos tomar al asalto el escenario una vez que el humo expulse a los actores profesionales, tosiendo sin parar.

  Queremos todo, todo el tiempo, y todo el tiempo no lo obtenemos.  Y no lo obtendríamos nunca, si no tuviéramos la suerte de sumarnos al liderazgo de los disconformes, y caminar a su lado construyendo (dejando que construyan) un mundo realmente nuevo.    Claro que, como aspirantes a divas, amamos el postureo: en un mundo que no espera nada nuevo, que aborrece los cambios, que vive en el temor constante del derrumbe de sus raídas estructuras, sobra con simular.  Con disimular.       

  Somos como ratas orgullosas que no dejan de mirar los cabos, siempre listas a saltar del barco antes de que se hunda, siempre con la panza llena.  Somos como animales de criadero: nuestra aspiración máxima es comer chatarra toxica, un poco menos mezclada con mierda que el que viene atrás... claro que la diferencia con los animales, es que nosotros lo hacemos por elección y voluntad propia!!


 

 No dejamos de mirar noticias para saber si estamos en el lado correcto de la historia (el lado vencedor), aunque para eso debamos cerrar los ojos a miles de injusticias y masacres cotidianas, a la enajenación perversa y la contaminación irremediable de nuestro entorno común, a la pantagruélica hipócrita fiesta permanente de una dirigencia mundial que ya ni siquiera esconde sus apetitos, su total incoherencia, y su verdadero sadismo.

  Estamos listos para vender a nuestros vecinos y amigos, a nuestros hermanos y padres, a nuestros maestros, colegas y adversarios por igual.  Estamos listos para ser el instrumento que arrase todo lo que nos rodea si con eso podemos sobrevivir y, con suerte, acceder a la angosta e inestable cima de la pirámide social, aunque seamos mas esclavos que nunca.  Es que una imagen vale mas que mil palabras, y hoy en día, sabemos que ninguna imagen miente, no importa si es falsa o generada por implacables e insensibles maquinas, el sistema se crea a si mismo y eso, es lo único real.

  Hoy en día no hay mas realidad que la impuesta, y sobre ese hecho indiscutible es que diseñamos nuestra capacidad y nuestra respuesta humana.  El algoritmo y la renovación permanente de estímulos a la que nos han acostumbrado las redes sociales y la interfaz omnipresente del entorno "periodístico", nos presenta noticias, hechos, proyecciones, que reflejen el punto exacto hasta donde ha llegado su manipulación.  Ni un milímetro menos.

  En esta escalada permanente de la conciencia, cada pie multimediático que sube un metro mas arriba, cada garra corporativa que se aferra a una saliente de nuestra conciencia ya no puede ser quitado sin desgarrar todo, sin derrumbar todo lo demás.  Esa es la amenaza, la permanente coerción... tenemos que aceptar un deterioro permanentemente lento, a riesgo de un deterioro permanente, rápido.

 Tal vez ahora mismo, eso se empiece a dar a la vez, en todos lados: ya no hay territorios vírgenes.  La fantasía de un mundo armonizado por las armas, de un planeta pacificado por la coerción y el chantaje, llegó al fin a su demostración.


  Si permitimos que esto pase hasta que ya no quede nada, entre los restos de la especie humana, volverán a brotar los posters donde los mas grandes estafadores y asesinos sean loados como grandes restauradores.  Si dejamos que esto pase hasta que ya no quede nada, ignorando los famélicos caminantes hacia una esperanza ya imposible, los historiadores lograran engañarnos una vez mas, como siempre, convirtiendo en héroes y próceres a los responsables del exterminio y la desolación del planeta y de la especie humana.

  Por supuesto, para consolarnos, habrá historias de heroísmo completamente adulteradas, donde los mas perversos e hipócritas aparezcan como los salvadores.  Incluso a eso, nos acostumbraron, de antemano.



  

08 junio

Automoviles





 Catástrofes naturales. Tragedias artificiales.  Guerra urbana.  Accidentes. Atentados. Alguien ha dejado de notar que en todas las fotografías de todas las noticias hay un automóvil?  Un automóvil bajo los escombros, un automóvil destrozado, un automóvil semisumergido bajo el agua, un automóvil en llamas. 

  Y despues los milagros: un automóvil que arranca despues de permanecer sumergido ocho días, un automóvil que aparece en el fondo despues de secar un lago, un automóvil que aparece en un viejo garaje valiendo millones, impecablemente intacto.  

  Y despues las películas: un automóvil donde escapan los ladrones de banco, un automóvil que rescata al héroe de su calvario, un automóvil que atraviesa el apocalipsis justo a tiempo por dos o tres milímetros para salvar por un pelo a todo el planeta...

  Se han fijado que poco importantes parecen las personas en un automóvil? Lo son, a nadie le importa!! Lo fundamental es arrastrarse y glorificar a ese prodigio de la técnica que convirtió a Henry Ford en un semidios moderno.  Lo importante es que sigamos anhelándolos, y cuando los tenemos, anhelando otro, mas moderno, mas caro, mas grande, o lo que sea...


  

Este planeta no podría seguir su avance indetenible hacia su autodestrucción si no tuviera un símbolo tan universalmente aceptado y a la vez perseguido por igual por los habitantes de todas las clases sociales de todos los países.  Un símbolo tan útil y poderoso que por si mismo justificara todas las explotaciones y toda la contaminación, todas las invasiones y todas las masacres que hayan sucedido o puedan suceder en el futuro...

  Smog, contaminación, muerte, enfermedad, guerra...Que significa un pingüino empetrolado frente a la sonrisa de nuestros niños en el espejo retrovisor?? Quien le dijo que se bajara de su bloque de hielo? Y esos paisuchos atrasados, desérticos o selváticos, me da igual! Acaso debo respetar sus miserables vidas a cambio de que mi automóvil se quede parado?

  Porque no se trata solamente de dinero, y no se trata solamente de poder... Se trata de sentarse en una máquina que nos convierte en super humanos, capaces de recorrer distancias inmensas a velocidades increíbles, sin perder nuestra privacidad ni nuestra capacidad de interactuar, sin relegar nada...dios... que vale el resto del mundo para llegar a eso!

  Poco, muy poco.  Pero un automóvil vale mucho, así que hasta los mas pobres apilan centavo a centavo para comprarse una chatarra oxidada de la cual puedan sentirse infinitamente orgullosos, aunque en vez de tanque de nafta tenga una manguera de hospital que cuelga de una botella de agua mineral, que en vez de limpiaparabrisas tenga a los niños sacando la cabeza por las ventanillas señalando los obstáculos en medio  de la lluvia.  No importa. 


 

 No importa más nada. Lo único importante es ahorrar, ahorrar y trabajar duro para comprarse un automóvil mejor, subir de estatus, encerarlo y lavarlo, pulirlo y acariciarlo sin ninguna vergüenza, soñar despiertos y estar siempre actualizados, para poder hablar y hablar de la próxima adquisición, ser aspirantes a un sueño.

  No hay nada que consuma mas recursos, que genere mas fletes, mas procesos, mas contaminación y mas corrupción para ignorarla, mas sacrificios y carencias en las familias, mas muertes por accidentes, mas acuerdos o guerras comerciales, mas imperio, mas sumisión, mas progreso, mas decadencia... 

  A comparación, un tanque de guerra, que descansa en un depósito por cincuenta años para rodar cinco meses, no es nada, o los dueños de las empresas armamentistas serian estrellas como Elon Musk, ultra millonarios e intocables, excéntricos y risueños dueños del mundo que luego irán a destruir...

  Simplemente no lo son.  Son pobres diablos mendigando al gobierno para que los reciba por la puerta de atrás, perros hambrientos siempre listos para saltar y atrapar en el aire ese contrato que los salve de la quiebra, seres oscuros y temerosos, llenos de enemigos: los pacifistas, los ejércitos propios y ajenos, los ministros, otros fabricantes, la deuda, el precio del oro, los minerales, en fin... un asco de vida.

  Cualquier automovilista es mas feliz, rompiendo algunas leyes y reglas, mientras maneja hacia su trabajo, escuchando su canción favorita.  Que vale el resto del mundo contra eso...!!


  Por supuesto que pagamos alegremente el seguro para mantener nuestro automóvil a salvo, y por supuesto que nos parece correcto y adecuado que la pena por robar un auto sea mas alta que por asesinar a una persona... pero si es obvio!!  Lo único injusto que no logran cambiar, es que por atropellar a un idiota que cruza la calle sin mirar, lo traten a uno igual que a un criminal!!  O esos malditos que insisten en que borracho o drogado, dormido...conduzco mal!!  

  Estúpidas leyes!! Y estúpidos peatones!! Me pusieron de mal humor...Voy a salir a dar unas vueltas para despejarme...



06 junio

Aglomeración.

 


  Hay noches enteras que lo  pienso...

  De dónde sacamos la sucia idea de que la globalización recién comienza?  Somos groseros maniquíes inoperantes del pensamiento, adoctrinados desde hace siglos por pedófilos filósofos alcohólicos, que lograron engañarnos hablando de libertad y ética, de moral y derechos fundamentales, de imperativos y principios.  Que bazofia. 

  La última posibilidad de libertad del ser humano como especie, se perdió cuando el primer imbécil apiló un ladrillo al lado del otro, y fundamentó su asqueroso invento llamándolo belleza.  O tal vez lo llamo funcionalismo, practicidad, modernización, saneamiento matemático.  Quien sabe...hay tanta creatividad cuando no se quiere nombrar a las cosas por su verdadero nombre, y la expresión "Pura Mierda", hubiera arruinado la futura disciplina del Marketing.  

  Más allá del disimulo, no pasaron ni segundos hasta demostrarse que el espacio cuadrado, además de facilitar la acumulación de autoridad, ya desde su misma ejecución constructiva,  posibilitaba una apilabilidad infinita, donde -ademas de un desperdicio monumental de materiales y mano de obra, destinados a fortalecer la acumulacion del poder y el capital en manos de los dueños de las maquinas y los materiales- generaba zonas muertas, inocupables, que deberían ser llenadas con objetos intrascendentes e inofensivos.

  Por supuesto que este absurdo de la malversación del espacio y el tiempo, esta derrota total del sentido, tenía el efecto sistemático de empastar y dañar la conciencia, de consumir el pensamiento en la misma pasiva inutilidad.

  Porque el ángulo recto no existe en la naturaleza, de ninguna manera, jamás.  En todo el universo, somos la única especie que produce una geometría decadente y desperdiciante, que obliga a su entorno a modificar todos sus parámetros para alimentar un despilfarro cuidadosamente planificado hace cientos de años.  

   Una vez que aprendimos a encerrarnos en una caja, y a dejar rincones olvidados, empezamos a alejarnos cada vez mas de nosotros mismos, y de la armonía universal que rige todo lo que existe alrededor, donde ninguna migaja de tiempo, materia o espacio es desperdiciada.  

  Nos convertimos en marionetas y zombis maleables, manipulables, que intentan superar su incomodidad genética inmodificable apilando otros cubos sobre los apilables cubos, aglomerando otros cubos contra los cubos hilerados como una grotesca colmena donde la miel se pudre y se infecta por su propio diseño antinatural.

  Una vez que el horrendo diseño cuadriculado demostró su eficacia para cortar el flujo de la conciencia,  una vez que el novedoso ángulo recto demostró su eficacia para bloquear y detener el movimiento de la energía que nos comunicaba con todo lo que teníamos alrededor, su éxito indiscutido lo promovió al rango de asunto de estado a lo largo y ancho del planeta, y no quedo ningún gobierno en el mundo donde sus encomendadores dejaran de hacer lo imposible por imponer ese estilo de vivienda al máximo posible de la población.

  Luego todo cayo como un castillo de papel, tal vez ese sea el significado de la antigua fábula de la cilíndrica torre de Babel... las matemáticas perdieron su belleza que explicaba el mundo, para pasar a ser una serie interminable de cálculos que eran usados para contar y recontar los alcances de la aglomeración, que ahora se extendía a todo... los infantiles filósofos dejaron su lugar al academicismo, mucho mas seguro en su inalterable inmovilidad atada a las nuevas jerarquías del conocimiento. 


  

  En poco mas de cien años, se crearon universidades por todo el mundo, donde las mentes mas brillantes pudieran ir a ser embozaladas y adiestradas en la elegante inutilidad que sirviera a los efectos de crear nuevas geométricas multitudes apilables.  Su ingenuidad fue usada sin escrúpulos para inventar máquinas y naves que sirvieran al efecto de exterminar los territorios vírgenes y las visiones aún funcionales y respetuosas de la vida, ajenas a la innovación que venía a destruirlas. 

  Y terminó.  Todo estaba hecho, incluso la economía práctica, que apenas daba luz a las finanzas, entendió la necesidad de detenerse a tiempo, dejando algunos remanentes insignificantes aquí y alla, como vestigios y testigos, como recordatorios de lo que nunca se debía permitir crecer, para poder enfocar toda su fuerza en la naciente era industrial que prometía redibujar el planeta entero, incendiando simultáneamente, mas vidas y territorios en un par de siglos que en toda la historia anterior de la humanidad.  

  Como todo amargo remedio, necesitaba una gota de dulzura que ayudara a tragarlo, así que se diseño el moderno progresismo democrático, los infaltables y fantasiosos derechos humanos, la ridícula e imposible igualdad de oportunidades, las artes y las ciencias ahora ya no al servicio de un Señor, un Príncipe, sino enfocadas en la contradictoria estupidez de la belleza masificada y en el infantilismo de la armónica masificación autodemostrada, por supuesto, en beneficio de los viejos nuevos amos del mundo.

  Nacimos en esta paradoja, y ese es el último anzuelo con el que ya nacimos enganchados, desde el cual nos extraen hacia un mundo que jamás llegaremos a comprender ni a aceptar del todo.  Buscamos y no sabemos que, buscamos en lo conocido una ventana hacia lo olvidado, en la uniformidad un puente hacia lo jamás visto ni aprendido.  

  Según las estadísticas, en el mundo se crean 19 religiones por minuto, algunas tan efímeras como sus poseedores, algunas tan ineficaces como sus fines, pero todas, todas, apuntan a la misma dirección y llegan al mismo fin.  

  No importa si son takfiríes quemando vivos a molestas minorías pacíficas, o mormones adiestrando a sus hijas en la sumisión matrimonial, cada religión nace y se nutre del mismo formato que pretende combatir, y su único dios es el ladrillo, como estandarte y símbolo, y su única realización es el enclaustramiento voluntario.

  Por suerte existen las computadoras, como comprensivos apóstoles, y cada vez una gama mas compleja e independiente de artefactos tecnológicos completamente superfluos que intercambiar por el cien por ciento de nuestra vida útil.  Nuestra única meta es tener nuevas paredes para decorar con objetos onerosamente inútiles.  

  Hemos llegado a ser eso, para el planeta, un objeto decorativo, onerosamente inútil, un destructivo y estéril, efímero, descartable decorado, envuelto en un gran paquete de ladrillos huecos industrializados.  Pero eso no es todo... para que el esquema se renueve, la única solución es incendiar la casa, cada día, una y otra vez.  

  Reconstruyamos, que las fábricas necesitan manufacturar nuevas bombas, o perderemos el trabajo en la fábrica de clonar seres humanos.  Mantengamos viva, la ciudad.



31 mayo

Autoconstrucción humana

  



  Ahora mismo, cuando el mundo se incendia cada día un poco mas, mientras nos quedamos mirando como algunos soplan el fuego y otros corren a buscar combustible, es el momento de entender que todos somos responsables, sin excepción.             

  Somos responsables de nuestra morbosa sonrisa que pretendemos inocente, al ser testigos de la violencia justificada por un discurso hegemónico, solo porque nos permite descargar nuestro inconfesable odio y nuestra impotencia de supuestas victimas de una promesa que nunca se cumple, y nunca se cumplirá.   

  La promesa de un sistema que intenta convencernos que alcanzaremos la felicidad, la autorrealización y la elevación espiritual sin dejar de impedirlos a nuestro alrededor.  La insensata promesa de que nadaremos en la abundancia y el derroche esquilmando a los demás y eso nos traerá paz y felicidad duraderas.

  La incomprensible promesa de que a través del genocidio y la guerra, de la degradación y la violencia permanentes, descaradas y dirigidas contra todo aquel ser vivo o ecosistema que elija no responder con mas violencia, o que no pueda siquiera pensar en eso, llegaremos al fin a la justicia y la equidad.

  La inútil promesa de un bienestar absurdo, de un liderazgo y prestigio, de una finalmente mansa y parsimoniosa vejez, empujando a una carrera desesperada hacia un refugio que nunca alcanza a protegerlos, a millones de personas en el mundo, cada día.

  Porque para que una sola persona acumule -y desperdicie- mas de lo que necesita, el planeta entero sufre un desequilibrio que trabajosamente restaurará, o intentará restaurar.  Eso viene sucediendo desde que el primer ser humano primitivo decidió matar un animal mas de lo necesario, para protegerse de una incertidumbre que lo empujaba a compartir, de una igualdad que lo atemorizaba.  Que lo atemoriza hasta hoy. 

  Porque cada autodeclarado "Líder del Mundo Libre" vive en el terror total y constante de que su tenue arquitectura dialéctica empiece a resquebrajarse frente a sus propias narices, y en eso, nadie puede ayudarlos. 

  Y que nos queda al resto!?  Peatones de un tablero surcado en todas direcciones por veloces depredadores de la conciencia, por hábiles constructores de trampas donde perderemos el sentido de nuestros propios pensamientos, enfrascados en la defensa o el ataque corporativo, cuando lo único real y comprobable en este planeta es el individuo.


 

 Podemos aun hoy, respetar el mismo pasto que pisamos? Podemos bendecir el aire que disfrutan las moscas que nos molestan? Podemos ser conscientes de la infinidad de engranajes que la eternidad movió para que un trago de agua atravesara nuestra garganta? Cada animal o planta que nos alimenta es un hecho sagrado que logramos convertir en un espectáculo barato, en una falta de respeto, hacia la vida y hacia nosotros mismos, hacia la misma existencia.

  Todo volverá en otra forma, no importa cuanto extingamos, cuanto quememos, cuanto disfrutemos la masacre programada.  Todo es energía y se reconfigura desde siempre, antes de nosotros, despues de nosotros.  

  El hecho aberrante no es matar, como si la vida fuera un valor en si mismo (aunque alguna vez intuimos que el valor supremo es la libertad)… lo aberrante es vivir sin propósito, sin sentido, sin ninguna conexión con el resto del universo vivo alrededor, hasta que la muerte nos encuentra ridículamente hinchados de nuestra propia importancia.

  Encima, es mentira, nos sentimos importantes para disimular, para olvidar nuestra inmensa impotencia, nuestra inoperancia absoluta pero predecible, al punto de hacerla un camino lento hacia la decadencia final, hacia el arrepentimiento final, cuando el encuentro con la eternidad que nos rodeaba, vuelve a dar sentido a todo lo que elegimos no ser.

  No importa, elegiremos una adicción cualquiera para evitar despertar a tiempo, para evitar el aguzado filo de la conciencia que amenaza cortar en dos nuestro detallado discurso, nuestras justificaciones y quejas, nuestro dolor artificial causado por artificiales deseos sin fundamento.  

  Elegimos, cada día, trazar una perspectiva desde nosotros mismos, mirarnos desde afuera, vivir en un punto de fuga inevitable y eterno, como respuesta al riesgo de ser, de ser iguales a todo, de tener que compartir el mundo... pero, a pesar de tantos matemáticos, economistas y filósofos, no somos ese animal socializado, no somos ese intercambiable -y descartable- engranaje corporativo.  

  Aunque elijamos el segundo final de nuestra existencia para aceptarlo, somos hoy. Seguimos siendo.  Individuos.  



20 mayo

Todo el mundo a volar

 



Mariano miraba el cielo azul, nítido.  Sonreía.  De vez en cuando, acariciaba el convexo y frío vaso de vidrio que tenía en su mano.  Hoy podía mirar de frente a sus sueños, y disfrutaba al fin de una sensación parecida a la paz.  Luciana a su lado, relajada, amorosa, iba o venía imaginando cosas, creando, delineando los matices de un futuro común.  

  El espectáculo del vacío azul sobre los acristalados edificios de la ciudad era un contraste a la vez chocante y motivador: como una metáfora, los rascacielos parecían elevarse a si mismos, mientras las largas grúas les picoteaban la cabeza. como pájaros.  Pájaros.

  En bandadas, empezó a verlos.  Indiferente primero, luego, prestó mas atención, disfrutando de un espectáculo natural inmensamente bello.  Con sus antebrazos reposando sobre el balcón, hacía bailar el hielo, mientras contaba, instintivamente, cuantos ejemplares de cada especie corrían en esa especie de cinta transportadora... una alarma se encendió en algún lugar de su inconsciente.

  Grandes pájaros desconocidos, en un inmenso desfile...realmente apenas si volaban, parecían ser llevados por una corriente de aire cálido que atravesaba la ciudad lentamente.  Era un hermoso y lejano río de negras sombras entre las masas de cemento y acero. Ni siquiera se dio cuenta del vaso resbalando de su mano.  Caminaban.  

  Esas enormes garzas, o buitres, o que carajo...!!?? ...Caminaban sobre el aire, como si realmente una realidad nueva estuviera llegando sin permiso, pero...Árboles??  En el mismo manso y lento río aéreo viajaban arboles enteros, y luego un bosque verde aun vivo, arrancado por quien sabe que lejanos vientos.  A su lado, una mujer abandonaba toda tarea intrascendente, atrapada también por el incomprensible espectáculo.  No había palabras, ni preguntas.  Solo lo inexplicable.

  No era el viejo y conocido miedo ante la aventura o los desafíos, ni ese escalofrío que baja por la espalda ante el peligro...podía sentir como se licuaba su alma en una indiferente certeza absoluta de no poder traducir, de no poder hacer nada.  

  Privilegiado espectador, pudo ver como el inmenso bosque se derramaba como una catarata sobre las insignificantes avenidas y sus microscópicos autos. Todo fue cayendo como una devastadora lluvia verde, toneladas de pesada madera rediseñaban el paisaje, mientras bandadas de aves extrañas se posaban sobre los astillados restos...

  Nunca pensó en vivir para ser testigo de este momento, imaginó un tornado o un inmenso viento en algún lugar, levantando árboles arrancados de cuajo, tan alto que podían caer cientos o miles de kilómetros mas lejos, porque... no había bosques cerca.  Ni pájaros.  Pero, había terminado? Trabajosamente despego sus ojos de la incomprensible mezcla de chatarra y maderas astilladas que se arrastraba por las anchas, prolijas y señalizadas calles.

  El río verde terminaba de caer, solo unos cientos de metros mas venían volando...   Terminaba?  No.  Un poco mas allá... atrás, una mancha en el cielo se iba moviendo lentamente... el esquema renovado de masa verde volando, de río verde nítidamente recortado, avanzaba persiguiendo otras bandadas de aves extrañas... Otros correntosos ríos se acercaban volando, como un intrincado diseño que fuera a acobijar la ciudad bajo una inmensa manta. 

  Una suave queja a su lado lo sacó del letargo.  Luciana lagrimeaba, el polvo en sus ojos, la fértil y desconocida tierra, la hacían pestañear sin pausa.  El trataba de interpretar el significado de este nuevo evento, cuando una pequeña rama se engancho en su camisa nueva, se miraron espantados, sin prestar atención al montón de hojas que lentamente se depositaban sobre una esquina del balcón.  Sin preocuparse de cerrar, sin pensar en sus cumplidos sueños y su maravillosa nueva vida, atravesaron el departamento hasta salir estallando la puerta contra la pared perfectamente bien pintada...

  Los ascensores demoraban, volvió a buscar billeteras y documentos, dinero, tarjetas, ni siquiera estaba seguro de que es lo que les serviría, pero si de la urgencia.   Vamos!  Se miraron, lanzándose a las escaleras... el ruido de cristales quebrándose por el impacto empezaba a escucharse.






13 mayo

Infinita perspectiva(Poesias)


 

Monotonismo



Hoy pudieron dormir al fin los vigiladores!

Desde su torre interpretan señales, imágenes fugaces

Borrosas al igual que los sonidos.  Nada es lo que parece.

Sin embargo no lo saben, pretenden dirigir los indomables hilos,

Pretenden digerir los inmortales espíritus, que ondean

En un corazón cualquiera, bajo capa tras capa tras capa

De mandatos incomprensibles de efímeros titiriteros




Caballos



No autos, ni aviones...ni maquinas de lata, solamente caballos

Nada mas quedará cuando este frio sol termine de apagarse

Ni habrá personas capaces de establecer una representación

Tan perfectamente equilibrada, tierna y salvaje.  Completamente

Vital como un alud que baja lentamente por la ladera -enmascarada

De nieve y sangre por igual-: de árboles y fuego de tornados,

Demonios de verano, fugaces inmisercordes, y mansos ejecutores 

De tonadas.  Ya no quedará nada pero habrá un cuadro en movimiento

Donde los ojos de los desesperados y de los que no pueden ver

Se deleiten en silencio por igual, a cambio de nada...




Devenir cotidiano



Nada cambia, todo cambia:

Las ratas se consumen en la esquina...

Los vecinos, indiferentes, pueden ver morir a cualquiera.

Los corruptos sonríen, los perversos estrechan manos.

El veneno se fabrica en cada casa, en cada mente.

Los niños se calcan a sus padres:

No pueden elegir antes de que sea tarde.

Los inútiles reinan con la lengua,

Los improductivos descansan,

Los mediocres agachan la cabeza.

Los que valen algo ya se fueron, hace rato

Los audaces todavía están llegando.




Infinita particularidad 
  

No se trata de volverse de piedra, o de madera, no...

No es dejar de sentir, sino, el traspaso del autorrespeto (tan trabajosamente logrado)

Universalizar el sentido de existencia, como si cada ser tuviera derecho a ejercerlo...

No es necesario intervenir, como si fuéramos humanos: Eternos comisarios cósmicos!

Etéreos pájaros y peces exhalan su último suspiro, sin nuestro consentimiento.

Eternos arboles se desintegran en hilachas sin mediar nuestro egoísta utilitarismo.

Es necesario vivir? O es necesario ocuparse de la muerte ajena...

Siempre será necesario matar para habitar, siempre el exterminio es natural, entonces:

Por qué prejuzgar a los que dulcemente fallecen devorados por el engranaje cósmico?

No es una medida nuestra vida plástica sintética analítica, destructivamente química.

 Mientras, aspiramos a ser: pequeños héroes del reciclaje.  Monigotes permaculturales

Holísticos capitalistas desempleados.  Rutinarios perros de zaguán, durmiendo con la lengua afuera


 

Sueños


Cuantas veces me despierto? 

Soy real o estoy dormido?

Parece tan real mi vida cuando duermo...

No pienso en olvidados recuerdos:

Cuando abro los ojos, todo es cierto.



Luz viva


Una luciérnaga sobre el pantano

Sobrevuela el aire húmedo

Sin embargo, se enciende, su luz

Se enciende y apaga, pareciera:

Azaroso, fluctuante, errático 

Su solitario y fugaz, aleatorio recorrido.


Pero en un laberinto de hojas verdes o secas 

Que se esparcen sobre una marea inquieta

De aire caliente que se eleva y burbujea,

Hay tantos enemigos acechando, que...

Ni sus indiscretas alas saben de antemano

El inquieto recorrido que diseña su reflejo.


Son tres segundos de libertad o miedo...?

De indefensión o altivo desprecio...?

Es oscuridad o luz, lo que su lomo acarrea?

Los que todo ignoran solo ven, la maravilla,

Sin embargo el sentido precede cada acción. 

El sendero adivina un destino compartido


Hasta que el sol se imponga nuevamente

Y sus largos rayos se curven bajo el peso

De tantas verdades olvidadas y eternas

Que dulcemente esparce sin esperar nada

En un bostezo de su majestuosidad nata:

Cada milagro de luz es un recuerdo vivo



08 mayo

Jonatán

   

  Jonatan...  Hasta su propio nombre le daba una sensación de infamia, estupidez o fraude.  No sabia a ciencia cierta que es lo que pensaba de si mismo. En realidad, no sabia que pensar de nada, había logrado sobrevivir con la estrategia inalterable de no formar opinión, no tomar partido, no reaccionar, no contestar, no juzgar.

  No.  Nada   

  Su vida le daba asco.  A veces.  Todo parecía tan predeterminado y rutinario que ni siquiera sabía por donde escapar.

  Cuando su estrategia lo llevaba al punto donde dirigía sus pasos, sin que pudiera bajarse antes, tirarse del tren de su inevitable realidad: inevitablemente hacia la colisión.  

  Pero no era un choque de dos fuerzas, jamás, sino como una masa de gelatina que se achataba contra una pared, esparciéndose por todos lados.  Esa era su vida, así se sentía.   Ahora mismo.

  Puso los panes duros, secos, en la olla abollada por todos lados de tirarla a la bacha, aunque jamás la lavara.  Las costras ennegrecidas que se engrosaban llegando a los bordes, siempre le recordaban a su perro, siempre, lo hacían sonreír.  era la misma olla olla vieja donde le cocinaba, en su minimalista y pequeña oficina de Hong Kong.  Se creía un rey por darle carne a su perro, cada día, y ahora, él mismo era el perro.  La misma olla hundiéndose en el agua turbia y sucia.

  Jamás volvería a esa vida, encadenado voluntariamente a una serie de pantallas llenas de números verdes o rojos.  Solo cifras y siglas, sin ningún contacto humano.  El mundo podía detenerse o estallar, aunque solo se enteraría en el momento en que afectara a sus negocios. 

 De alguna manera dormía unas cuatro o cinco horas al día, entrecortado.  A la hora que se despertara había una Bolsa abierta: el mercado de Nueva York, los Futuros de azúcar de Londres, El Crudo de Arabia, los derivados en Singapur, el hierro de la B3, la lana australiana que arribaba al puerto de Shanghái... 

 De repente el Crack.  Hablando en términos globales, históricos, fue solo una pequeña corrección en el mercado.  Pero estaba sobreoperando, la ausencia total de contacto humano, lo había llevado a ingresar en nuevos mercados, donde no pudiera dejar de hacer negocios. La redondez de la Tierra le daba la posibilidad de estar veinticuatro horas al día conectado a algo.  Era como una droga.  Mejor que una droga, que cualquier droga.

  Estaba esperando algo así desde hace tiempo, la adrenalina lo hacia traspirar sobre el teclado, mientras navegaba de una pantalla a la otra, de un gráfico a otro.  Se sentía como un surfista que al fin montaba la ola de su vida, y no pensaba caerse.  

  Como siempre, iba a detenerse suavemente despues de correr la ola, todas las caídas habían sido antes, cuando aprendía: la desilusión, la miseria, incluso la prisión, la deshonra, la humillación... no habían hecho mas que fortalecerlo y volverlo mas eficiente, mas poderosamente intuitivo, un calculador, un aguzado analista de gráficos, un geómetra de la estrategia. 

  El revolcón de los mercados fue grande.  Cuando vendió el último lote de diamantes en Johannesburgo, y decidió parar para dormir, llevaba 72 horas ininterrumpidas de negocios, y apenas si había tomado unos sorbos de agua... Entre sueños escuchaba a veces al pequeño perro royendo el cartón. Apenas despertara le haría de comer.



  De alguna manera cuando abrió los ojos, sabía que el mundo era nuevo.  No por los mas de cinco millones de dólares que había agregado a su capital, sino por el hambre, por el cuerpo rejuvenecido despues de no probar bocado en tres días, por dormir doce horas de corrido despues de tres años.

  Una vez que conocía a la perfección un producto, lo abandonaba.  Sin desafíos, la vida perdía el sabor, como la comida que se preparaba en el microondas cada día, de lo cual daban fe la interminable montaña de cajas que el perro terminaba aplastando y sumando a su dormidero.  Nunca se dio cuenta de las moscas, ni del silencio del pequeño animal, nunca había dejado de saltar a su alrededor mientras quemaba los bifes en la pequeña olla.  Solo hoy.

  El pequeño y travieso demonio había muerto sin despedirse! Como un barco al que el oleaje hace estallar los cabos que lo unían al puerto, de repente se sintió derivando hacia alta mar.  La habitación empezó a rodearlo con su realidad incontrastable y patética, hasta que tuvo la certeza de que se iba a volver loco.  Nunca fue consciente de que entre las cosas de su valija guardaba la pequeña olla, además de su computadora portátil.  Salió a la calle y tomó un taxi al aeropuerto.  

  Miraba el tablero de letras luminosas como un autómata, sin pensar en las millones de acciones que en ese mismo momento estaban cambiando de cotización.  De repente una sigla llamó su atención: EZE, Por qué? Buenos Aires: el único mercado que no había podido vencer.  Su permanente efervescencia política, su volatilidad imprevisible, Sus incomprensibles y redundantes tipos de cambio, sus grandes empresas cautivas del estado... lo habían sorprendido tirando a tierra una y otra vez sus teorías.  

  Y sin embargo, el mercado funcionaba.

  La gente de ese lugar debería tener alguna especie de conocimiento secreto, y él iba a averiguar cual era.  Llamó al Francés, necesitaba un documento argentino antes de noventa minutos, allá no tendría contactos y no iba a exponerse a la interacción con personas desconocidas. Hizo la transferencia y esperó el mandadero.  De regalo, a cuenta de la exorbitante suma pagada por el urgente trabajo, le llegó también un teléfono con un número argentino, activado, y una postal(en realidad un pequeño almanaque) con la fotografía de un misterioso monumento.

  No podían ser tan poco imaginativos.  Esa especie de columna solitaria debía ser una especie de clave que explicaba todo.  Ya sentía la adrenalina correr por su cuerpo.  Embarcó. 5493456028998.  Hasta su número de teléfono parecía contener un mensaje oculto. Lo anotó en su libreta y empezó a hacer cálculos, cuyos resultados también fue anotando hasta que se durmió. Todo parecía encajar a la perfección con algún tipo de misterio...

  Se encerró tres meses en un pequeño y familiar hotel del puerto, en un barrio tranquilo al sur de la ciudad, decidido a no salir hasta aprender correctamente el español.  No iba a parar hasta hablar como un nativo.  Semana por medio, el barrio entero  se volvía un loquero.  Uno de esos días, fue a una cantina decidido a poner a prueba su español.  Primero notó que era uno de los pocos, sino el único, que no tenia ropa alguna del color de los demás, fanáticos desaforados, ninguno se preocupaba por disculparse despues de empujarlo o pegarle un pisotón.  

  Luego de un par de minutos, empujó también a uno, que no pareció notarlo. Al contrario, usó el envión como una ola que fue y volvió nuevamente, sin dejar de aferrarse a sus colegas, tan atiborrados de los mismos dos colores como él.  Este movimiento le recordó a los mercados, su misión. La volatilidad impredecible del Merval.  Era una clave.  

  Volvió a empujar el personaje, con aun mas fuerza, esperando alguna reacción, no violenta, pero si que le diera la oportunidad de mirarlo a la cara y pedirle explicaciones.  Ni se mosqueó, en vez de eso lo miro con una alegría incomprensible mientras trastabillaba haciendo perder el equilibrio a sus compañeros, rebotar contra una mesa donde, prudentemente los bebedores levantaron sus vasos, para volver como una ola que la marea alta empuja contra la escollera. Eso no provocó mas que carcajadas de alegría. No podía entender...

  Lo que lo desorientaba más era que la expresión del rostro no era para nada violenta, sino de una alegre hermandad inexplicable.  Se paró decidido a dar un verdadero empujón con todas sus fuerzas, pero antes que pudiera afirmarse, ya lo habían agarrado y estaba derivando entre las mesas, saltando a la par de los demás en un extraño estribillo: "...se mueve para acá, se mueve para allá, esta es la banda mas loca que hay...". 

 Daba por sentado que se conocían todos, y que lo identificaban como extranjero, ya que lo sumergieron en su fiesta sin preguntarle nada.  Uno le puso un gorro, otro le dio una botella de cerveza, y en algún momento se descubrió a si mismo con un cigarrillo de marihuana, que sin preguntarle si fumaba o no, le habían pasado.  De repente, uno de ellos salió afuera y todos lo siguieron, y él fue en el medio sin saber por qué.  En el instante siguiente tenía una entrada en su mano y era parte de una ola que ingresaba al estadio de futbol.  

  Un poco por no desentonar, y un poco porque le seguían suministrando alcohol y drogas, a las que su cuerpo no estaba para nada acostumbrado, siguió participando hasta el final en el eufórico ritual.  Saltaba cuando saltaban, gritaba cuando gritaban, y desafinaba en palabras inexistentes que parecían ser festejadas por todos.  

  De repente una pelota atravesó el arco para hamacarse en la red, y el intenso oleaje de gente se convirtió en una frenética montaña rusa.  Sintió sus costillas aplastarse entre dos cuerpos gigantes, y luego la marea lo arrastro de un lado a otro, y en el siguiente instante recomenzó el vaivén, mas furioso y desaforado que nunca. 

  De vez en cuando alguien venía y lo abrazaba, le frotaban el pelo, o lo abrazaba para saltar de un lado a otro de la tribuna de cemento.  "Chino, sos una masa...una masa... no faltes, no faltes más, mirá que nos trajiste suerte" -Le dijo un pelado babeandose de la borrachera, y todos lo apoyaron.-  "...es el chino del hotel..."dijo una joven de vidriosa mirada "Vamos chino carajooo!!!"  gritó hacia el cielo un anciano que bailaba con una lata en cada mano. 

  Lo único que podía hacer era sonreír y aceptar todo lo que le daban.  Jamás pudo explicarse ni preguntarle a nadie, como fue que volvió a su hotel, pero ahí fue donde se despertó al otro día.  Este era un país inexplicable, pensó, mientras intentaba arrastrar su cuerpo adolorido, su cara hinchada hasta la bañera.  Se decidió a seguir investigando antes de empezar a invertir en nada.  La clave estaba en que...que...

  _Chino!

   Alguien golpeaba la puerta, insistentemente...Algún desconocido lo llamaba:

 _Chino... Chino, ya te recuperaste? Pasó la fisura? Ya estas listo?

Listo? Listo para que...? Se preguntó a si mismo sin respuesta.





Sus ojos se abrieron al sonido del despertador.  No era un reloj, sino el anuncio de cambió de turno en la vieja fábrica de vidrio.  Las cuatro de la tarde. Argentina... "no lo entenderías" se susurró a si mismo, con lo cual soltó una pequeña y dolorosa carcajada.

  De alguna manera, su misma cotidianidad le daba la oportunidad de descargarse, sino, estaría loco.  Intentó encender la hornalla con el chispazo del encendedor sin gas, pero no encendía.  Siguió probando hasta que se dio cuenta de que la garrafa estaba vacía. Maldita rutina.  Se recostó contra la inmensa bandera donde estaba escrito, entre otros, su propio nombre.  Se raspo la cabeza contra la pared de madera, insistentemente, intentando sacarse el dolor, pero era mucho mas profundo que un músculo o su cerebro.  Le dolía su historia, su propia historia.  Le dolía su inexistente necesidad de cambiar de vida.  

  Por suerte podía pedir agua caliente a sus vecinos, a esta hora, ya estaban todos levantados... salió afuera con el termo, si no tomaba unos mates, tenía la sensación de que iba a empezar a derrumbar el conventillo... Lo primero que escuchó fue una carcajada

  _Chino, todavía no cambiaste la garrafa? Te voy a cobrar eh! Que partidazo ayer, no? Como corrían esos hijos de puta!!      

  Le dio el termo sin hablar, sin responder, incluso, con la seguridad de que su cara de mal humor, denotaba a las claras sus ganas de asesinarlo, pero el otro tipo ni se inmutó.  Al contrario... 

  _Pasá, pasá... que querés, que te meen los perros quedándote en la puerta? Tenes yerba? Queres un mate mientras? -Y sin esperar respuesta se lo puso entre las manos...   

  _Hola Chino! 

  Tardó en darse cuenta de que unas manos salían desde la punta del colchón, bajo las sábanas, saludándolo...se adivinaba otro cuerpo a su lado, aunque permanecía tapado hasta las orejas.  Respondió en un carraspeo, automáticamente: 

  _Como andas Yesi...

  _Mmmm -fue toda su respuesta, al ser apretada por el abrazo de su compañero de cama...

 _Bien Chino, acá andamos todos bien, por suerte -le respondió por ella el dueño de casa, pasándole otro mate, mientras volvía a afirmar- Que partidazo que jugamos eh!!  La pava ya chillaba con el agua caliente.  Sin esperar otra intervención, él mismo llenó el termo, y se fue apenas gruñendo un saludo...

  Tomo seis mates mirando la mesa de plástico, antes de poder elaborar un pensamiento, su cabeza le hacía recordar a un basural lleno de humo donde revoloteaban gaviotas y garzas...De repente se acordó de su oficina hongkonesa... De su objetivo al viajar hacia la Argentina.  Tenia que haber alguna clave oculta...cuando la descubra, no lo iba a parar nadie... Se tiró en la cama un rato, cerrando los ojos para relajarse...

  Cuando los volvió a abrir, ya era noche cerrada, Se despertó recuperado.  En su mente no registró ningún recuerdo de su vida anterior, se vistió y salió a la calle, hoy tenían que hacer un trabajito en el puerto...




       

03 mayo

Tábanos

 



  El presidente mantenía su postura despreocupada a base de pastillas especialmente formuladas.  A través de la química farmacológica, podría atravesar el fuego sin dejar de sonreír, o hasta lanzarse en paracaídas -su mas viejo miedo- para demostrar sus multifacéticas capacidades, su audacia y su fortaleza a toda prueba, estrictamente necesarias para conducir a la nación. 

  Su magnificencia y omnipotencia no podían ser puestas en duda jamás.  Su seguridad artificial y el  exitismo producto del levantón químico, le jugaba en contra a la hora de tomar las peores decisiones posibles, que luego deberían ser respaldadas por un emporio militar obsoleto y en decadencia.  

  Este viejo y cansado emporio de la guerra, había logrado llenar los cuarteles de escoria de las calles como solución temporaria a la inevitable muerte en combate.  Esto reducía el conflicto social y las quejas de las viudas de guerra, a la vez que mantenía a las grandes ciudades con un índice de criminalidad aceptable.

  Una de las consecuencias inevitables, había sido la inundación de armas de guerra ilegales entre la población, producto de la imposibilidad de controlar los inmensos arsenales y depósitos, cuya vigilancia estaba a cargo de dudosos soldados, extranjeros resentidos eximidos a tal efecto de las contradictorias y autoritarias leyes de inmigración, delincuentes comunes indultados a toda prisa en aras de la seguridad nacional, adictos y pandilleros recolectados en redadas que atravesaban todos los suburbios del país. 

  Por supuesto, este era un tema manejado por los generales, últimos responsables del stock y de su rendición de cuentas, quienes parecían conformes con permitir un constante goteo de materiales, a cambio del reclutamiento asegurado de nuevo personal.  

  La oficialidad, en cambio, sometida a un problema de indisciplina permanente, permanecía en un estado de frustración y desmotivación, que resolvía a través de represalias violentas, asignaciones de misiones y tareas suicidas, o asesinatos selectivos en el interior de las bases, que buscaban descabezar anticipadamente cualquier liderazgo espurio que pudiera poner en riesgo su trabajosa autoridad.

  El presidente era ajeno a todos estos pequeños problemas, su responsabilidad era el Gran Juego, donde en vez de un recluta incorregible tenía que lidiar con líderes o países enteros.  Por suerte estaban los médicos, y su magia.  De vez en cuando, algún coletazo químico lo hacía transitar mundos imaginarios por un par de segundos, minutos o hasta horas, durante las cuales no dejaba de hacer declaraciones y amenazas confusas, erróneas o mesiánicas, que luego debía desmentir, ignorar o corregir, descaradamente escudado en la seria cara de aprobación de sus funcionarios.

  En realidad no era para menos, la tensión que tenía que soportar cotidianamente era monumental, con los organismos de derechos humanos, que durante décadas habían seguido el juego, desbocándose en declaraciones ofensivas y condenatorias, y amenazando con liberar pruebas al público, con CEOs de inmensas empresas, que habían lucrado y crecido a la sombra del poder militar, desafiando e imponiendo condiciones de igual a igual, con una diplomacia descaradamente independiente que pretendía resolver problemas internacionales, en vez de generar excusas para invadir y saquear como había sido siempre.    

  Ya no se trataba de problemas que pudieran solucionarse con dinero, o con mucho dinero -que perdía cada día su valor- sino de una rebelión interna que amenazaba con reestructurar completamente el entramado complejo del ecosistema interconectado de agencias, organismos, instituciones y gobiernos afines, sobre el que se apoyaba la indiscutible hegemonía de tantos años, ahora en imparable caída.

   El presidente miro la pequeña pastilla circular con atención, admirado de que tantas sustancias pudieran concentrarse en un formato tan inofensivo, despues de lo cual se la tragó, acompañada de un vaso de agua.  Un minuto despues estaba bailando en su despacho, lo cual fue advertido por su secretaria personal, que enfiló sus pasos hacia el bar, conocedora de las rutinas de su jefe.

   El teléfono sonó.  El General Mike lo invitaba amablemente a una reunión, aunque su reticencia a dar detalles, hacía suponer que los últimos desarrollos habían sido un éxito.

  Atentamente, sin dejar de dar pequeños sorbos a su vaso de agua (los médicos le habían advertido del peligro de -a su edad- deshidratarse), enfoco sus ojos en la pantalla que ocupaba la mitad de la pared, en el íntimo salón.  Mas allá de eso, solo había una pequeña mesa ovalada y ocho sillas.  El general de cuatro estrellas intentaba captar su atención con algunas monerías como un perro que juguetea delante de su dueño, sabiendo que va a regalarle un hueso.  

  Un soldado inmóvil en una trinchera desconocida, seguramente filmado por un dron de observación... un destello plateado que se acercaba revoloteando, la indiferencia primero y despues el asombro del combatiente, el impacto, la explosión.  Un cuerpo muerto.  Desactivado.

  Tal vez era su cabeza sobrepasada de estímulos o tal vez era un intento de engañarlo para forzar nuevos presupuestos.  Con un gesto, hizo que volvieran a pasar el corto video, ahora en cámara lenta.  De reojo miró al aviador, que sonreía orgulloso, sin poder ocultar su satisfacción, consciente de la total sorpresa que estaba causando. La película seguía pasando, cada vez dando lugar al descubrimiento de un nuevo detalle.

  _Son pequeños como pajaritos...

  _Aun más, casi como tábanos...algo así -dijo el General Mike, extendiendo su mano, hasta ese momento escondida en su bolsillo- Pequeño y letal, unipersonal, y por el precio de un solo avión de sexta generación, aun en diseño, se pueden manufacturar, en menos de seis meses, unos sesenta mil...  

  _Todo un enjambre eh! 

En ese momento de triunfo, Mike jugo su carta secreta, enviando una señal al pequeño artefacto que descansaba en la palma de la mano izquierda del presidente, sometido a su mas minuciosa observación, con lo que empezó a hacer un zumbido que rápidamente aumento de volumen... 

  No pudo evitar la tentación, la oportunidad que el destino le daba de equilibrar tantas humillaciones, al ver la cara del presidente volviéndose blanca de repente, y se tiro al suelo en un instantáneo "cuerpo a tierra" que provoco un grito histérico y afeminado del poderoso dirigente mundial, al tiempo que tiraba el diminuto artefacto contra un cortinado, para imitar su defensivo gesto, tirándose trabajosamente al suelo...

  Unos segundos despues, estaba claro que la broma no solo había sido de mal gusto, sino que toda esperanza de poner en marcha el proyecto, quedaba completamente descartada.  El presidente salió caminando sin siquiera mirarlo, despues de levantar su cuerpo lentamente del suelo, ayudado por dos espantados y desorientados asesores, mientras, el resto de los testigos, abandonaba la sala evitando pasar siquiera dos metros a su lado. 

  Despues de casi tres años de impecable y poco reconocido servicio, se había convertido automáticamente en un paria...

  Su pesado desasosiego, corría a la par de su amarga satisfacción, ya que había visto al anciano jefe claudicar y salir rengueando de la habitación.  Nada mal para ser su última pelea...

  Como buen soldado, al no recibir orden o pedido alguno, permaneció en su lugar, jugando con el artefacto tecnológico que había sido su perdición.  

  A las 12 en punto, entró su gran amigo, el General John, para avisarle que había sido designado como su sucesor.  Con las encuestas al rojo, había sido estúpidamente imprudente, convirtiendo una oportunidad de gloria militar en un deshonroso final, y en una anécdota infantil, que sin embargo, jamás podría ser contada.

  Su colega, ascendido a tal efecto, lo reemplazaba automáticamente, aunque la designación no se haría sino un par de meses despues.  Sin embargo, como un gesto de lealtad, intentó poner en marcha algunas pruebas del novedoso desarrollo, que rápidamente fue combatido en las trincheras con palos y culatazos, dado el pequeño poder explosivo del lento insecto de metal plateado. 

  La última oleada había sido desactivada electrónicamente, y ahora esa tecnología seguramente estaba en las manos del enemigo, que la desmenuzaría pacientemente en sus talleres.  Nadie supo jamás de estos eventos, ni se revelaron pruebas desde ninguno de los dos bandos.

  John atravesó el cambio de gestión sin mayores contratiempos, aunque la burocracia lo enfermaba.  No podía pisar una pista sin añorar el puesto de piloto, libre y absoluto señor de los cielos... Ahora, en medio de estas turbulencias económicas, habían perdido completamente la capacidad de innovación, mientras intentaban simular la puesta en marcha de un nuevo modelo, aunque la vieja fábrica no podía siquiera terminar de ensamblar el nuevo avión presidencial.

  Todo el mundo hablaba de Mike nuevamente, y su profecía de una guerra con China, que parecía a punto de cumplirse... pensó en él todo el día. Estaba a punto de llamarlo cuando ingreso un mensaje suyo, el asunto era: Tábano.2

  El general de cuatro estrellas se quedo mirando la pantalla mientras sentía su corazón acelerarse rápidamente...





27 abril

Economías de guerra

 

  


  Por ahora miramos a los recicladores con desprecio, su inestable vida revolviendo la basura ajena nos parece lejana, aunque un poco pintoresca: anhelamos quizá su libertad, aunque eso implique la total incertidumbre. 

  Por ahora, nuestro hogar permanece en pie, y nuestras posesiones son indiscutibles, podemos respaldarnos en nuestra familia y amigos, y compartir opiniones o descargar nuestro estrés en variados formatos institucionales como clubs o asociaciones con diversas perspectivas, intereses compartidos u objetivos comunes. 

  Pero... Que pasaría si todo eso desaparece?  Estaremos preparados para vivir de acuerdo a las reales posibilidades de la raza humana? A atravesar cada día sin mas herramientas que nuestras propias virtudes, tenacidad, capacidades, resiliencia?

   Estaremos preparados para sobrevivir sin mas posesiones que nuestro propio cuerpo desnudo?

  La guerra afecta a la economía, la economía afecta a la guerra.  Parece una ecuación de dos vías pero en realidad es una sola, no hay mas que un objetivo y una dirección: la única función de la economía es sostener la guerra y, aunque no nos hayamos dado cuenta antes, el completo esquema de retribución mundial, y por lo tanto, los diseños económicos nacionales apuntan en esa única dirección.

  Por supuesto!  Cada posibilidad y cada curso de acción permitido en la pequeña escala, como personas individuales, está definido por y para un estado de confrontación, donde no somos considerados mas que como un recurso(humano) que genera recursos políticos y económicos.

  En definitiva, cada tecnología y cada descubrimiento, es apoyado y permitido -o no- en cuanto a sus posibilidades militares (siempre fue así, y hoy mas que nunca). 

  Por eso, por ejemplo, estamos financiando de manera monumental, con nuestro tiempo y nuestro dinero, con un abrumador consumo y desperdicio de valiosos recursos no renovables, con cada una de nuestros conocimientos, a la Inteligencia Artificial.  

  Estamos financiando este monstruo que bosteza bajo nuestra cama por qué, a la capacidad de administrar armamento, lo cual sería en realidad secundario, suma la posibilidad de un control interno total, de un conocimiento de la subjetividad personal y del entorno propio de cada ser humano con el que todos los totalitarismos soñaron.

  Por supuesto, no podría ser de otra manera, ya que la paz es enemiga de la concentración económica y del capitalismo, y por lo tanto de su mas perfecta expresión, la democracia.  Solo en un estado democrático, las personas pueden ser sometidas por su propia voluntad a las mas absurdas reglas, nacidas del miedo y la ambición, pero fundamentalmente del desinterés y la delegación automática del poder.  

  Solamente a través del entramado incomprensible de leyes y regulaciones que complejizan las simples relaciones humanas, puede llevarse a la sociedad entera a un estado de polarización permanente donde identifique y acepte como enemigos a los que caminan cotidianamente a su lado.

  Esto tiene ventajas incomparables, ya que a partir de esa dinámica -que replica las relaciones internacionales- se logra concentrar recursos y decisiones a niveles inexplicables, ya que los supuestos beneficios son imposibles de comprobar y los daños, evidentes: a toda hora, en todo lugar.

  Claro, vivimos segmentados, compartimentados en nuestra pequeña jaula virtual, sectorial, de clase.  Es por eso por lo que no nos damos cuenta que solo nuestro encierro nos permite ignorar el modo en que somos esquilmados y aplastados.  Y eso sucede para favorecer a una minúscula élite que juega a darse de topetazos mientras aplaudimos a uno o a otro.

  Pero recién nos damos cuenta cuando empieza a faltar el pan en nuestra mesa, porque hay que subsidiar a las fábricas de pólvora.  Nos damos cuenta recién cuando empiezan a sobrar los lugares en nuestra mesa, porque hay que alimentar a las trincheras.  Y eso pasa tan lentamente que ya es demasiado tarde.




  Toda toma de conciencia es póstuma y equívoca, ya que luego de dejar que nos embauquen agachamos la cabeza y aceptamos lo que venga.  Si.  Es que somos patéticos patriotas, fanáticos nacionalistas, celosos y vigilantes guardianes de las tradiciones y el territorio.  Claro, todo esto si no nos imponen demasiado esfuerzo, no mas que agitar una bandera, o gritar Hail Hitler, Viva el Duce, Compañeros, Camaradas, etcétera

  Si no se reclama nuestro esfuerzo, todos estamos de acuerdo en hacer grande a nuestro país de nuevo, pero eso es solo el comienzo.

  Antes que empecemos a llenar de monedas la barriga de nuestro chanchito, empiezan a recortarnos las ganancias para mejorar el coñac en la mesa de los generales, y despues, vemos los impuestos (que iban a bajar) subir hasta las nubes para adquirir las medias de los friolentos soldados...Y la batalla recién empieza!!

  Antes que reaccionemos comienzan a expropiar y saquear con la excusa del bienestar nacional, a encarcelar y torturar con la excusa de la defensa de la libertad y la democracia.  Es más útil una fábrica de botones para uniformes que las vidas que usan para alimentar su matricería.  Ahora, todo finalmente se encamina. 

  Un día nos encontramos sin mas intereses ni esperanzas que seguir el itinerario de las cambiantes victorias y derrotas, calculando el lado de la frontera que nos va a tocar, alimentando la muerte propia y ajena para llegar a una supuesta paz que se aleja como un hambriento perro que queremos mantener a nuestro lado solo con silbidos y caricias, como si el amor ahora pudiera rescatarnos de las bombas que fabricamos cuando pensábamos que solamente caerían del otro lado.

  Un día nos encontramos corriendo y ya no importa nada.

  Un día navegamos entre escombros buscando los restos de nuestros seres queridos mientras las corporaciones festejan un nuevo prototipo millonario de avión ultramoderno que no requiere mas que nuestro último esfuerzo para poder volar a salvarnos.

  Todo parecía divertido cuando jugábamos a "La edad de los imperios"




26 abril

Diplomacia

   

  



 " ...La verdad no puede revelarse abiertamente, no solo es peligroso sino también inútil.  Nadie cree en una verdad que pueda ser dicha a gritos.  Nadie cree en lo evidente.  Nadie cree en la realidad aunque le muerda los tobillos. "

  El hombre que lo escuchaba soltó una pequeña e involuntaria risotada: acostumbrado a la muerte sangrienta y el dolor, la imagen de la realidad mordiendo tobillos como un pequeño perro le pareció no solo graciosa sino muy acertada.  Lo único que había que tener en cuenta, es quien lo lleva atado a la correa. 

  Esa pequeña mascota de dios llamada realidad, podía ser manejada y alterada, manipulada, aprovechada, y a eso se dedicaba su familia desde hace generaciones.  

  El hombre atado en la silla prosiguió su reflexión, nadie mas en la sala había acompañado la risa del hombre alto, o siquiera sonreído.

  ..."Pero todos creen en la mentira, aunque los lleve a la tumba, y es por eso que cada verdad debe ser disfrazada y disimulada entre velos de falsedad para poder ser expresada."

  El hombre alto se sentó, esto le interesaba: la técnica.  Todo lo que fuera un instrumento, lo que fuera útil, era de su incumbencia. 

  "...Esto no es ajeno al resto del universo, de la naturaleza.  Todo esta oculto, disimulado, porque hay fuerzas más letales, más antiguas y misteriosas que nuestras peores armas.  

  Para permanecer no alcanza con la perseverancia, hace falta el engaño.  

  Así como una flor se compone de pétalos que se destacan y brillan y luego caen marchitos, para que un pequeño grano de polen insignificante pueda unirse a un óvulo, transformarse, dar origen a un fruto o a una semilla, cada uno de nuestros actos, o de los hechos del universo, tiene un costado aparente, y otro que no es evidente aunque sea lo único real y permanente."

  El hombre sentado en la silla frunció el ceño, por un momento, el encadenamiento de palabras y conceptos extraños lo sobrepasaba, y eso lo ponía de mal humor.  Con lentitud volvió a acariciar el gatillo de su arma, pensando en la necesidad de escuchar al traidor.  Pero el otro hombre siguió hablando.

  "...Por eso la flor nos regala su belleza, nos deleita con sus pétalos, o no podría hacerse semilla y fruto, y su linaje se extinguiría.  Cada pétalo marchito que cae al suelo diluye nuestro interés, y mientras nos enfocamos en un nuevo engaño, el tesoro de la vida crece ante nuestros ojos hasta madurar y asegurar la continuidad de la especie.

  Nacimos, para ser engañados.

  Nacimos para ser engañados y evitar cualquier interferencia con la verdad, dejándola crecer, o para lanzarnos a su mismo centro, haciéndonos parte de su creación."

  Ahora el hombre alto, que permanecía sentado en la silla se revolvía nerviosamente en cada célula de su cuerpo, aunque nada en su expresión lo denotaba.  No alcanzaba a comprender el exacto sentido de las palabras, de lo que ocultaban en medio de tanta fanfarronería y falsa sapiencia, y sin embargo, no podía, adelante de sus subordinados, sus colaboradores, emitir o siquiera insinuar ningún gesto que implicara desorientación, asombro o perdida de control. 

  Lo único que podía hacer era entornar levemente los ojos y sonreír torcidamente, acomodarse en la silla como si estuviera aburrido en vez de incómodo y dejarlo hablar, como si esperara que entre tanto discurso, se le escapara algún indicio de lo que estaba esperando escuchar. 

  De repente miró a la mujer, la única que destacaba con su elegancia entre tantos hombres toscos, y señalándola dijo: Esto, es una flor. 

  Esto: es verdad o mentira?  La mujer sonrió, halagada.

 "... "Eso"?  Esa mujer?  Claro que es una flor, y claro, que eso responde a tu pregunta.  Todo es un engaño, un "camouflage".  Cada cosa que nos deja percibir, es un pétalo que nos distrae, que oculta su verdadera naturaleza: Solo el centro no nos es develado. 

  Si la observas con atención, puedes admirar la forma en que su espalda recta recuerda a una lanza clavada en el suelo.  La dulzura de su voz no puede ser escuchada por ningún hombre si es que quiere seguir pensando en matar, mutilar y destruir. Su sonrisa podría hacerle olvidar el discurso a un presidente, o la cuidada y perfecta suavidad de su pelo, de su piel, de su boca, lograr que cualquier hombre pierda la cabeza..."

    Uno de los hombres, ante la imposibilidad de ocultar o siquiera controlar su erección, empezaba a moverse nerviosamente, cambiando el punto de apoyo de un pie a otro, sin mas resultado que hacer que el roce del pantalón del traje le provocara mayores sensaciones cosquilleantes, devastadoras. 

  Mientras tanto, intentaba sustraerse a la sutileza etérea de las fugaces ráfagas de perfume.  Mientras, intentaba evitar que su mirada se posara sobre las rojizas pecas que brillaban sobre la curva del hombro de la mujer a su lado... aunque no pudo evitar que ella, sin siquiera mirarlo, lo notara.

  "...Como una flor -continuó hablando el hombre atado- no puede dejar de atraer abejorros y toda clase de insectos, pero lo que guarda jamás será mostrado.  

  La suavidad de sus manos puede hacer que sus caricias tranquilicen, o incluso domestiquen a un animal salvaje.  

  O quizá... el tono de su voz, la cadencia de su risa, el recuerdo de la temperatura de su piel... pueden hacer que te entregues al momento de una manera impulsiva, irreflexiva, que te dejes llevar por el instinto y las pasiones sin mas resultado que dejarte completamente expuesto, indefenso."

   Y con un gesto de sus cejas, apunto al hombre nervioso, que ante las miradas simultáneas de los demás, concentradas en él, empezó a eyacular silenciosamente.

  El hombre alto se puso de pie.  Le puso la pistola en la sien al hombre que transpiraba en un implacable orgasmo, y disparó.  



  Bueno -comentó- por lo menos, él murió feliz...

  El hombre alto se se afirmó con sus finas manos en el respaldo de su propia silla, enfocado en el circulo de luz que resaltaba al valioso rehén, y volvió a comenzar.  El aire se había puesto frio de repente, nadie sabía quien podría ser el próximo en este extraño estilo de interrogatorio. 

  Cuando su mirada se posó en los tranquilos ojos del hombre atado, los atravesó tan profundamente, que este tuvo la certeza de que su implacable asediador ya sabía todas las respuestas, de que todo no era mas que un show destinado a disimular la omnipotencia de la organización. 

  La próxima vez, mataría a su amante, ahora intranquila ante la violenta demostración de poder que hacía tambalear su segura condición de doble agente.

  El olor a pólvora y el seco burbujeo de la sangre, que se iba espesando sobre el suelo, la impasividad absoluta de los demás, iban a terminar quebrando la entereza de su trabajado carácter... 

  De repente...el Embajador se desarmó como un montón de hojas secas atacadas por una ráfaga de viento:

  Solo tengo una condición previa antes de hablar... 

  Está bien, dijo el hombre alto, lo suponía.  Es mi intención concedérsela ahora mismo.  

  Dicho esto, estiró entre las finas puntas de sus labios una sonrisa de triunfo para girar luego, dándose vuelta, mientras empezaba a elevar su brazo, para apuntar la pistola hacia el espantado rostro de la hermosa y cautivante mujer.

  Esta, ya sin posibilidades de reaccionar, defenderse, exigir o dar explicaciones, fue envejeciendo lentamente a través de sus ojos, los que, del orgulloso brillo que derrochaban diez segundos antes, iban sumiéndose en una opacidad muerta.  Era una oscuridad profunda, la que marchitaba su cara congelada en un gesto de incomprensión y desencanto que sin embargo no derrotaba del todo su altiva belleza...

  El hombre alto volvió a disparar.

  Mientras el cuerpo de la mujer, en una revancha poética del destino, caía sobre el muerto anterior, uniendo su sangre al charco anterior, matizando el rojo oscuro con un nuevo tono, aun claro y casi vivo, sacó lentamente un paquete de cigarrillos y encendió uno...

  Luego dijo imperativamente las palabras que nadie esperaba escuchar: limpien este desastre, seguimos mañana

  El hombre en la silla no pudo evitar sentirse estafado y burlado, engañado, y no pudo evitar la caída de una lagrima que rebalsaba del barniz de sus pupilas.  

  No lloraba por la muerte de su amante, solo una más entre tanta belleza abundante y efímera, sino por el recuerdo de su primer día, su retorno a Nueva Jersey, su ingreso a la escuela de diplomacia en el misterioso tercer piso que había acaparado la Agencia para el Desarrollo Internacional del Servicio Exterior.  

  Recordaba la minimalista oficina, su orgullo al reconocer sobre el escritorio del Director, la Tesis final del posgrado de Maestría en Diplomacia y Relaciones Internacionales. 

  Lloraba porque alguna vez soñó con recorrer el mundo de mochilero y experimentar todo lo experimentable, dejar atrás su apellido y la fortuna de su familia, su prometedor y prestigioso futuro...

  Había vuelto a tiempo para comenzar la Universidad.

  Lloraba porque no podía dejar de oler el apacible aire de South Orange.





12 abril

La belleza de vivir hasta mañana.

 





  Las guerras comienzan como comienzan las guerras, porque la paz es demasiado bella, tranquila y franca, porque la paz no es tan buena para los buenos negocios, ni tan necesaria.  Las guerras comienzan porque el poder se lubrica mejor con sangre y lágrimas, porque el mundo necesita un espectáculo más corrupto y morboso que el último mundial de futbol 

  Las guerras comienzan porque no hubo nunca otra opción, solo farsas y dilaciones que impidan al enemigo pensar que no estábamos lo suficientemente preparados.   

  Se enmascaran en disputas diplomáticas por una línea en el suelo, o por un barco viejo cualquiera, o por las vidas de unos cuatro o cinco miserables harapientos que harán que masacremos orgullosamente a cientos de miles, millones, de propios y ajenos, para vengar la supuesta injuria recibida, casi siempre nebulosamente incomprensible, inexplicable, dudosa, tal vez inexistente.  Cuando no, fraguada.


 

  La guerra se prepara mediante el hambre y la incertidumbre de la propia población, mediante el miedo en cada familia, asediada por las consecuencias funestas del juego de los grandes villanos, que se intercambian sanciones recíprocas, aranceles, impuestos, prohibiciones, que siempre recaen en el común del pueblo.  Mientras tanto, las grandes corporaciones se desvelan contando millones en la oscuridad de las finanzas secretas del estado. 

  Entonces se aprende a odiar, a odiar al enemigo.  No porque sea natural, sino porque se practica veinticuatro horas al día.

  Se diseña el miedo.

  Se dibuja un personaje feroz, listo para saltar con un cuchillo a nuestra propia mesa, degollando a los niños y violando a las mujeres.  El enemigo es capaz de comerse a nuestros propios perros, solo por diversión, si no lo detenemos.  El enemigo está a punto de atacar -nos dicen- por lo que hay que atacar primero, convirtiendo en hambre y desolación las necesidades del pomposo ejercito.



  Por que nada funciona.  Y esto no solo es evidente sino necesario, ya que la guerra debe durar lo que dura una guerra normal, una guerra cualquiera...no menos de ocho o diez años.  

  Esto es para qué nadie recuerde cómo y para qué comenzó, contra quién, por qué, cuándo...

  Los artistas olvidan sus sueños y se travisten de asesinos, propagandizando el suicidio colectivo.  Los religiosos bendicen la masacre como antes bendecían la vida.  Las madres y los padres entregan a sus hijos a una picadora de carne con la misma alegría con que los vieron nacer.  Los jóvenes se olvidan de planificar un futuro para soñar con una muerte heroica y temprana.  La destrucción se vive como belleza, la traición como heroísmo, la crueldad como rutinaria herramienta de trabajo.

  El día uno.

  Un ministro acude calmada y personalmente al cuartel general, a entregar la cita en el palacio de gobierno.  Todo está definido de antemano pero es aconsejable cuidar las apariencias, la prolijidad institucional en el papeleo, la etiqueta en la tradición funesta.  Los historiadores miran por sobre sus gruesos anteojos, con el lápiz entre los dedos,  automáticamente listos para fabular, para disfrazar todo.  Huérfanos y viudas despiden a sombras que se esfuman en la niebla.


 

 Lo imposible se disfraza de inevitable, y finalmente sucede.  


  

  Estamos en guerra.  De pronto anhelamos el inevitable encuentro con la mutua aniquilación. 

  La preocupación da paso al triunfalismo, la incertidumbre cede el lugar a la desinformación, la manipulación reemplaza a todo contrato o consenso, y la decencia se vuelve un cachivache viejo que nadie quiere llevar a casa.  Todos piensan en morir mañana.  Todos quieren durar hasta mañana; en las ciudades y en las trincheras, tras el volante de un taxi o al comando de un tanque, en una fábrica o en un campo de prisioneros.

  La vida, con toda parsimonia, se vuelve lentamente, nuevamente, el valor esencial, aunque ya a nadie le importe.






Recuperando nuestra capacidad de asombro (Poesías)

  Imitadores Quisiéramos ser máquinas, y, sin embargo Tenemos un solo motor. Como misiles, esperamos, que fijen nuestro destino. Solo se nos...