21 julio

La vida en el Narcoestado




Como mucha gente, demasiada, sabe, antes de siquiera pensar en la Hidrovía, para algunas personas, las cosas ya funcionaban muy bien, por ejemplo: hace años que enormes barcazas de contenedores bajan el río Paraná con cargamentos completos de precursores químicos y drogas, que descargan, entre otros puertos, en la ciudad de Paraná, y desde ahí a Concordia.  

  Porque donde el poder político pasa de permeable a cómplice, donde deja de recibir sobornos para convertirse en socio directo, se asegura sin fisuras la protección institucional del esquema narco y sus distribuidores desde las más altas esferas hasta el consumidor final.     



    ¿Es  necesario decir que esto también implica el involucramiento directo, descarado y permanente de las fuerzas de seguridad y del poder judicial? 

  O sea, para resolver todo o casi todo a balazos, cuando sea necesario, se requieren garantías de la justicia y de las jerarquías policiales, es decir, garantías que no es raro que se den hasta por escrito...la cuestión es asegurar la continuidad del negocio. 

  Pero siempre hay efectos inesperados, como el creciente problema de adicción a la cocaína de la clase política con la que el destino destruye sus vidas y sus relaciones familiares, sin más premio que dinero que no alcanzan nunca a gastar.  


  Por supuesto, que el poder ya lo perdieron, fue delegado hacia personajes tan oscuros y siniestros como públicamente invisibles, pero que sus lazos con la clase dirigente o los clanes políticos han permitido forjar imperios no-ilegales, que se asientan en el rubro de la construcción, la gastronomía o el turismo, el devastador agronegocio, la industria, el comercio, las comunicaciones...

  Y en todos estos pilares de la economía provincial, corren con tanta ventaja que lo último que les preocupa es la sustentabilidad o las leyes laborales, el rendimiento económico real o la competencia. 

  Son mucho más que un monopolio, son la ficha fija que siempre gana, son los dueños de los terrenos donde se erigirán las nuevas torres de telefonía y a la vez de las empresas que las levantan y también de las que venden el acero de sus estructuras.  Y así, con todo. 

  Aunque decir "dueños" es una metáfora más, inservible como tantas otras, en el diseño caduco del mundo unipolar que intentan seguir imponiéndonos a pesar de su debacle total.  Una persona, como todo ser viviente, no tiene más propiedades reales que su cuerpo y su propia vida, y esto es lo que empeñan como garantía cada día, aún desde la cúspide del tambaleante poder político: irreal, corrupto, desenfrenado por definición.

  No son idiotas, -a pesar de su caída libre en el desprestigio y la ilegitimidad total- saben que sus propias personas y todos sus intereses están aferrados en un puño que puede apretarse como y cuando quiera, llevándose las vidas y las propiedades de su familia de un soplido, de maneras mucho más crueles que las que les tocan a los miserables de la última línea.  

  Delincuentes comunes y narcos a pequeña escala, funcionarios municipales corruptos, pistoleros baratos, bebonchos y mamengos nenes de papá y mamá, prostitutas, adictos y revoltosos sin remedio, alcohólicos, amas de casa deprimidas, comerciantes y emprendedoras que ven esfumarse sus sueños en alas del estrés, la obesidad o la soledad...todos ellos todavía podrían volver a vivir una existencia útil, digna. Ya no, los que los hunden en sus cotidianos abismos...

  Sin embargo, mientras tanto, cada ficha juega como le toca, porque en la ruleta de las posibilidades, cada soldadito descartable que muere calcinado o asesinado a balazos, agoniza de enfermedades incurables o paga años en prisión, significa que uno mismo continúa vivo y en marcha, libre, suelto, un día más.  Y puede seguir diseñando sus jugarretas con alegría aunque cuesten vidas ajenas y desconocidas.


  Por supuesto, mucho queda en la oscuridad, para que narcoputas se pavoneen de impunidad en los mismos tribunales, y usen sus puestos de jueces, fiscales o defensores protegiendo y encubriendo a mafiosos y delincuentes o despojando y condenando cínicamente a ciudadanos honorables o indefensos que fueron acosados y acorralados hasta el martirio. 

  Cada semana  hay una nueva  mujer asesinada, golpeada, violada o desaparecida, un niño o niña más, abusado. Y eso  pasa con la complicidad de las instituciones que deberían defenderlos, o directamente, con su aberrante, directa participación. 

  Hay infinitos secretos compartidos para que policías absolutamente corruptos sigan escalando posiciones y poder, construyendo una millonaria mansión a media cuadra de la otra.

  Por supuesto, que decenas de medios y seudoperiodistas financiados por la narcopolítica llenan sus páginas con mecheras y ladronzuelos atrapados después de un micro robo en la hipervigilada peatonal, mientras a diez cuadras alrededor  de la plaza central, cualquier violencia o delito puede cometerse y de hecho, es cometido con la mas desvergonzada impunidad!

  Pero la culpa es compartida! 

  O hace cuantos años que nos quedamos mirando como todo decae y se arruina, con la  esperanza de un puestito en la municipalidad, de un lugarcito en el negocio que construye estadios interminables o ciclovías absurdas, destruye plazas y espacios públicos con la excusa de darles valor, roba esculturas icónicas o desmantela monumentos y edificios, estructuras y puentes enteros para venderlos como fierro viejo?? 

  Pero siempre, siempre promete el  poder, y promete más y más cuanto menos cumple.

  La culpa es compartida porque hace todavía veinte años, los padres y las madres hacían un esfuerzo por educar a sus hijos e hijas, pero ahora esa labor esta a cargo de televisores y teléfonos, de fabricantes de "chimentos".  De programas como Gran Hermano!

  Hay que tomar sin dudar, y con toda urgencia, la responsabilidad de cumplir con los papeles en los que el estado falta sin aviso, y antes que nada, en facetas críticas como justicia, higiene y seguridad, educación, salud, comunidad, palabras tan mal usadas y bastardeadas que hace rato no se escriben con mayúscula!!

  Hacernos cargo! De que todo pasó frente a nuestros ojos, frente a nuestra indiferencia!!

   Porque todavía, hace veinte años, vender drogas era un delito! Antes que legisladores adictos hicieran buena letra en el negocio manufacturando leyes a la medida de los carteles y de sus sicarios económicos!!   

  Y hace todavía diez años de esta caída libre sin fin, los vendedores de droga tenían la necesidad de esconder su negocio, de disimular, de fraguar alguna burda pantalla, montando un par de estanterías con dos latas de tomates y cuatro paquetes de fideos baratos que nunca jamas se vendían...  por eso se llaman "Quioscos".


Ahora ni siquiera eso! Todo se normalizó de una manera tan aberrante que la miseria hace brillar los ojos de miles de padres desocupados, jóvenes pobres y emprendedores desahuciados, al cruzar las fachadas de las casas dedicadas ostentosamente al narcomenudeo, donde nunca dejan de bajarse televisores y ladrillos, materiales y equipos de música que atronarán el barrio todo el día sin que nadie piense en atreverse a pedirles que bajen el volumen. 

  El negocio funciona con protección policial, cocinando merca barata en un laboratorio en cada barrio, al punto que se ve con normalidad que un comisario corrupto construya su segunda o tercera millonaria mansión de lujo en seis acelerados meses, mientras llena las calles de hijos no reconocidos.  

  Pero la forma en que funcionarios del estado y policías corruptos de todos los niveles preñan a adictas y narcoquiosqueras ni siquiera es casual: esos niños y niñas abandonadas, odiados y rechazadas por igual, son la garantía de que el juego recomience una vez más.  Es la Matrix criando carne de presidio, sabandija descartable y gratuita que hará los mandados antes de ser sacrificada.

  Echados por cientos o quizá  miles, impiadosamente a las calles, fundamentarán el negocio una generación más. Una generación más que se volverá zombi con el crack o los opiáceos o las drogas sintéticas, que morirá o quedará lisiada en accidentes o tiroteos.



  Claro que jerarcas y corruptos, que políticos y funcionarios no piensan en esas pequeñeces.  Mientras, sus rubias mujeres planifican sus vacaciones en Brasil o Europa, sin saber que unas cuantas pruebas de ADN podrían hacer que su felicidad y su exagerado bienestar sean disputados hasta el final por decenas de miserables desconocidos y desconocidas.

  Decenas de miles de personas honestas viven con miedo.

  Decenas de miles de personas coherentes se enferman de impotencia e indignación. 

  Decenas de miles de personas tenaces y trabajadoras son asaltadas o amenazadas, robadas, expulsadas o usurpadas.

  Algunos pocos cientos de inútiles y nefastos delincuentes, degenerados y adictos, ocupan todos los puestos estratégicos del gobierno, la administración y la dirección de la ciudad.

  Todos nosotros lo vimos pasar.

  Todos nosotros lo permitimos.

  Todos somos responsables.

  Es hora de actuar:



Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...