Somos una manera mas de transformar la materia.
Nosotros mismos, todo lo que somos, nuestras grandiosas instalaciones y
nuestros inmensos montones de dinero.
Hacemos el mismo trabajo que el viento o la lluvia, las ballenas o las
mariposas...hacemos y deshacemos como el sol y las corrientes marinas, los
terremotos o el rocío.
En nuestra ingenuidad hemos creído que controlábamos algo, en nuestra rutilante
soberbia nos creímos eternos como los dioses que habíamos inventado.
Nada es real. Ni nuestro agobiante confort espumatecnológico, ni la capacidad de analizar, siquiera el alcance y las consecuencias de nuestros actos como comunidad humana: el hecho es que el mundo se acabó.
Nacemos en un planeta completamente devastado y enajenado, pero vivo, que
reacomoda siempre sus parámetros. Mientras nuestro destino actual es la
esclavitud vigilada, y eso nos conforma, a la tierra le da igual cambiar
camaleones y pájaros por langostas o perros.
Simplemente sucederá.
El equilibrio se hará de alguna manera: simple, instantánea, total, y nuestra sensación de ser impunes, de estar a salvo mientras podamos cerrar los ojos, o luchar por escalar en las élites, serán nuestras últimas ilusiones colectivas.
Mientras tanto, seguimos consumiendo desaforadamente, derrochando mecánicamente
la energía, seguimos dividiendo el mundo y las personas, fabricando masacres
inútiles que mantengan en pie los obsoletos esquemas actuales de poder.
Incluso así, todo será arrasado sin distinciones si no entendemos a tiempo que nuestra pequeña barca humana se hunde entre las turbulencias que hemos desatado!
No hacen falta fronteras, ni ideologías, todo lo que hacemos se vuelve mas volátil cada día, mas vulnerable, como una mota de polvo en el aire.
Y nuestra indiferencia acelera un proceso que no puede ser revertido con discursos ni poses en Internet, sino solo con el propio cuerpo en acción, con el que deberemos readaptarnos a un mundo que apenas se vislumbra, con el que deberemos reelaborar nuestro estilo de interpretación del mundo.
Que pasará cuando no haya mas que derrochar?