15 diciembre

Intrascendente Paz

 


 

Hay un antiguo chiste sobre el tipo que se presenta al viejo y decadente circo y promete restaurar su prestigio, montando un espectáculo donde participarían simultáneamente los tigres y los leones junto con un cordero.  Algo nunca visto!

 El dueño del circo se entusiasma y accede inmediatamente, imaginando los aplausos del asombrado y maravillado público, pero se desilusiona al escuchar el precio que pretendía el nuevo domador...

_Es que hay que comprar un cordero nuevo cada función!

Bueno, así funcionan los organismos, las instituciones, la política internacional.  Llevan siglos intentando hacernos creer que podemos poner a comer a todos los perros del mismo plato sin que haya dentelladas, que podemos poner a los lobos a cuidar a las ovejas, que podemos montar un espectáculo donde los corderos caminen entre leones y tigres, que podemos disfrutar de la natación en un mar repleto de tiburones.  

  No por eso deja de ser falso, no por eso deja deja de ser marketing.  Pero eso no es lo peor! Lo mas triste es que pagaremos la entrada, una vez mas, mientras siga siendo un buen espectáculo...

Por cierto. Amamos el marketing! 

  La escandalosa realidad no nos interesa, preferimos cualquier historia bien contada aunque sea imposible, porque nos han enseñado que solo lo posible es imposible.  Además, indeseable.  Porque lo posible nos remite a un mundo real que no podemos controlar en su totalidad, a personas reales que no son completamente previsibles, a reacciones reciprocas a nuestras acciones, demandas y omisiones.

  Entonces el mundo cae una y otra vez en la engañosa dinámica de la pausa, que en este contexto de demostraciones de fuerza, significa un simple descanso para tomar aire y rearmarse, ya que las "fronteras congeladas" al estilo de Corea, tampoco aportan ya a ningún objetivo geopolítico, desde el momento en que todos los demás procesos siguen en marcha.  

  Necesitamos una pausa para ajustar el nudo de nuestras alianzas, mientras intentamos desatar las del enemigo.  Una "Pequeña Paz", como un orgasmo,  que ponga en perspectiva el camino recorrido, el territorio ganado o perdido, la sumatoria del exterminio.  En la practica, nunca deja de ser una linea en un cuaderno: se cierra el balance y vuelve a cero.  Ahora podemos recomenzar como si fuera de nuevo el primer día.

  Claro que es hipnótico el concepto mismo de "alto el fuego".  Como el silencio despues de la tormenta, que empieza a llenarse de pequeños rumores y ruidos, de miles de patitas y ojitos en la oscuridad, que lo único que necesitaban para vivir hasta mañana, era un pedazo de tierra que no este tapado por la marejada, que lo único que pretendían era dejar de ser azotados y arrastrados por el viento y las ramas quebradas.

  En la práctica, la pausa no es una concesión, no es un intercambio negociado de conveniencias, no es una atribución de posibilidades.

  Cuando el imperio se detiene por un segundo a tomar aire, solo es para dar el salto, y hoy, mucho mas que ayer, que todavía creíamos en todo, como niños...hoy en día la humanidad esta dejando la infancia y ya no pone los dientes abajo de la almohada, ni le escribe cartas a un viejo rechoncho que trae regalos gratis, solo por portarnos bien y hacer todo lo que papá y mamá dicen que debemos ser.

  Bueno, ahí siguen papá y mamá prometiéndonos regalos si nos portamos bien: eternamente nos quedaremos esperando

  Ahora, solamente, todo puede acelerarse, intensificarse, multiplicarse.  

  Porque como una planta que logró profundizar y extender sus raíces hacia  la tierra buena y fértil, hasta las firmes piedras que le permitirán soportar las tormentas, la humanidad como un solo conjunto, extiende sus brotes nuevos y amaga con florecer completamente, con dar frutos desconocidos que desparramen sus semillas hacia todos lados, rompiendo las bases de la dominación violenta de la supremacía, el secretismo, y el monopolio del conocimiento.

   Como desesperados jardineros, los gendarmes imperiales contratan nuevo personal y acarrean escaleras, encargan nuevas herramientas, novedosas y mejor afiladas, para desramar el árbol de la conciencia y los frutos de la percepción.  Pero no están llegando a tiempo... ya las flores atrajeron a miles de insectos que polinizaron todo con un nuevo pensamiento, con nuevas perspectivas e interpretaciones, ya los frutos cayeron para germinar en un nuevo suelo, o fueron cosechados por animales salvajes e indómitos.  

  El bosque surge entre la hojarasca: sin importar cuantas ramas se hayan cortado, todo vuelve a la tierra y se hace nutritiva esencia, el bosque crece alrededor de los desaforados y sus constantes machetes, la conciencia no retrocede porque sea acorralada, sino que contagia todo lo que toca con un aroma dulce, misterioso y embriagante.  

  El bosque, la selva, siempre estarán.  Están, estaban ahí, bajo los rascacielos y las fábricas, los cuarteles y las corporaciones...el planeta indómito que nos acuna y cobija, no puede dar a luz a criaturas esclavas y dóciles, sumisas...  Aún rodeados de pantallas seguimos buscando un camino que sabemos que existe, hacia nosotros mismos, hacia el centro del universo conocido. 

  La guerra que nos imponen, la paz que nos imponen... no son mas que reflejos con que nos encandilan.  La muerte es la vida, no hay por que correrse del camino.

   


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