22 febrero

¡Abre el pecho, respira, dispara! (Poesías)

 


Mi guerra y mi paz

 

Solo tengo paz en medio de la guerra

Cuando las antorchas en fila llegan

Y la destrucción se cierne como viento

Que presagia las recias tormentas:

 Bulle ansiosa la sangre y  el tiempo

Se condensa intensamente fuera

Del fatal aburrimiento, buscando

 Seguir adelante sin caer, escapar

Sin perder la libertad y el cuero…

Como aprecio la vida en pleno vuelo

Atravesando jaulas, justo antes

De quemar los puentes en la noche

Cuando el frio del silencio

Se siente en cada hueso

Que perfecto es el cuerpo cuando duele

Que preciosa es la sangre cuando corre

Acorralado contra la pared, cayendo

Hacia las dentelladas de los perros…

Que infinita es la naturaleza, viva,

Susurra escapando hacia el horizonte

Era un lobo ayer, o solo un perro

Partiendo desde la ciudad nocturna…

 Se aprende a leer entre dientes

Que se escurren de palabras gastadas

Cuando no hay una verdad que no sea mentira

Ni una mentira que no pueda ser verdad.

No tengo sillón, ni televisor, solo dos piernas

Inquietas, furiosas, rebeldes: se lanzan

De nuevo al coliseo apenas me siento…

Aunque conozco a muchos gladiadores

Prefiero al que me mate sonriendo…

El que desde mis ojos pueda dar las gracias

Por haber surcado este infinito universo…

 

 

Ay la militancia…

 

Un ejército de moscas que se creen arañas

Caminan sin cesar, incansables por las redes

Con su letanía de lucha estéril, gastada y sosa

Hablan y se desgastan unos a otros sin crear nada

Orgullosos y soberbios en su cinismo ciego

Son la mejor garantía de todos los imperios

Que sin quedarse quietos, no esperan  y hacen

Que sin escuchar ruegos, asesinan o nacen

 

Pero cuanto hay que luchar, por tantas causas

A la vez, como abejas sin colmena: no pican

No polinizan, no hacen miel, solo zumban

Todo el día arruinando el silencio que muestra

La verdadera cara de los tiranos, sonrientes

De contar con tal ayuda, gratuita,  imponderable

Que los lance a una nueva victoria inesperada

Que volverán a llorar ocultando sus ventajas…

 


Catalejo

 

Consumir y tirar, desperdiciar, gozar, reír

A carcajadas huecas, copiadas al azar, calcadas

De tapas de revistas, antiguas, pasadas de moda.

Pero cuando, sin dejar de bailar, levantaste la tapa

Del tacho para tirar tu basura ¿No viste, que adentro…

Había personas en marcha? Tu mundo no se sustenta

Ni un segundo sin fabricar ruinas, sin dolor y miseria,

Sin el llanto de los desesperados: esa música macabra

Que en rutinarias disonantes melodías aprendiste a cantar.

Me voy, a salir como el sol ¿No me viste acaso caminando?

A pesar de tu sutil y curioso desprecio estallaba como la Vía Láctea

Desde el centro de mi corazón… ¿Para qué iría un solo segundo

A acompañarte en tu cruzada? ¿Acaso el ingrato poder te da alas?

Voy a dejar todo y seguir mi camino, saltando de cornisa en cornisa

Disfrutando de la vista de las águilas, que solo vuelan, sin hacer nada.

Voy a alimentar el rio insobornable, con mis lágrimas saladas

De haber visto todo y seguir, de haber caído solo, helado

De haber muerto al fin cuando en un segundo, dos manos tibias

Como un soplido, en vuelo -otra vez al aire- me lanzaban…

Voy a tirarme lentamente en el pasto a perder un poco el tiempo

O recostarme contra un árbol que no haya sido incendiado

Para ver como los insectos me atraviesan, como un país extraño

Y empezará a llover sobre mis manos, acariciando la arena

Llenas de amor imposible, de colecciones de planetas lejanos…

Mientras miras y no entiendes, mientras condenas y matas

Una vez más saldré caminando, dejare la puerta abierta, los fósforos:

(… No lo olvides, quedaron en la mesada) no intentes comprender nada…

Solo necesito aire, latir a tiempo, y lo que las olas dejen en la playa.

Antes de vomitar por favor, no te vayas, sin incendiar totalmente mi casa.

 


Corazón…

 

Tengo un corazón que sólo sabe,

Andar al galope en toda circunstancia

Cuando no se ve ni pasto: corre…

Cuando todo es verde: corre!

Tengo un corazón que sólo puede

Mantener la calma pase lo que pase

Cuando todo se incendia, mira

Cuando todo es agua, descansa.

Tengo un corazón en forma de cuchillo

Que atraviesa cortando el tiempo de calma

 Rumbo a todos los frentes de batalla

 Sin ver trincheras atraviesa alambradas.

Tengo un corazón sin ninguna bandera

Que demora tres segundos en rendirse

Bajo una sonrisa no tiene escapatoria

Bajo una caricia no hay camino de vuelta.

Ese corazón no me deja opciones

Cuando una espina, fuerte se clava

Como un lobo herido se entierra en su cueva

Y como resultado, se cura o me muero.

 


Fabulas urbanas…

 

Una horda de ciegos afiebrados

Tira lances de dados al azar

Como si pudieran ser ciertos

El cuento de la aguja y el pajar.

 

Subidos a un zapallo regalado

Por un hada que no sabe nada

Recorren el reino imaginando

Que Cenicienta los está buscando.

 

Una jauría de moscas los sigue

Alimentándose de su sudor

Mientras tiran y tiran y resbalan

Pero el castillo no abre hasta mañana.

 

 


Plumas, plumas…

 

Quiero ser tu amiga

Le dijo al halcón la paloma

No son muy diferentes

Tus alas de mis sueños

Ni como nos encrespa el viento

O el luminoso reflejo

Del sol sobre el agua del charco

Que sobrevolamos…

 

Pero yo no tendré reposo

Hasta aferrar entre mis garras

Lo que se posa ahora en tu nido

Aunque deba rondarte

Bajo el sol o la lluvia

Esperando el momento

En que tu cuello inexperto

Deje un camino a mi pico abierto

 

 

Pero al final te posas tranquilo

Para escuchar mejor mí charla

En una rama cualquiera

Mientras el día se gasta

Y salgo lenta volando

Mientras tú miras soñando

Mi cuello verdeazulado

Esponjándose en el cielo

 

Solo te estoy acechando

Para que te creas segura

De mis afiladas alas

De mis poderosas garras

Me gusta verte volar

Orgullosa y atareada

Sin alojar esperanzas

Cuando desde arriba te caiga

 

¿Y si es así porque dejas

Que me acicale las alas?

 

Por qué quiero verte fuerte

En la última batalla…

 

Entonces ¿porque me miras

Indefensa en la llanura?

 

Por qué confiando te alejas

De tu segura morada

 

¿Y cuando vuelvo cansada

…Apenas revoloteando?

 

Si quisiera algo tan fácil

Cazaría cucarachas…

 

Y así pasó un día más

Con el sol como testigo

De elaboradas celadas

-Cacería despiadada-

Que no llegaban a nada

Que tan a tiro cesaban

Llenando el aire de sangre

Que no iba a ser derramada.

 


Plástico perfecto…

 

Cuanto disfraz en esta boutique

Para gente inerte, plástica,

Que no siente ni se importa

Más allá de una apariencia

Que hoy puedan aprovechar

Para llenarse la panza

O maquillar su cabeza…

Cuanto morbo en esta jaula

Donde cada día tiran

Un nuevo cuerpo sangrando

Roto y descascarado

Solo para que la hipocresía

Se abra camino sin gracia

Entre los indiferentes

Que se arrancan los ojos

Cada vez que salen de casa…

 

 

 

12 febrero

Guerra imposible

 


 

  No se puede criar una manada de conejos en una sola jaula.

  No se puede dar un salto hacia el vacío, mientras bajamos para poner las colchonetas, pero eso es lo que vemos intentar rutinariamente, desde los carros de guerra, a punta de cañones y amenazas...eso es lo que venden y lo que, lamentablemente, compramos día a día, para pagar el salto, desde nuestra tendencia ya crónica a la estupidez que nos salva de pensar, que nos desliga de toda decisión trascendental sobre nuestra propia vida.

  Las potencias coloniales, los viejos imperios, los amantes señores de la guerra, los financistas eternos del oro negro, los especuladores y los farsantes que esperan en las sombras para asumir el control político lo saben: su época dorada pasó, y solo pueden aspirar a deslizarse lo más establemente posible en su acelerado desbarranque, aunque al paso de su pesado cortejo, arrasen pueblos enteros que vivían desligados de todo en las laderas, inocentes comunidades que pagaran el precio por mí, por vos, por todos nosotros, de apostar para siempre por la más desnuda, apática y monumental indiferencia.

  Pero eso ya no alcanza, los viejos parámetros de escalada social, las aspiraciones a encontrar el filón oculto y fácil en la montaña, el espíritu del colonizador pionero que ganaba tierras “vírgenes” y “libres” a golpes de hacha y algunos balazos ha caído por el propio peso de su infamia y su aplastante y oculto costo financiero, que generación tras generación, no alcanza a pagarse ni a disminuir… 

  Como un animal acorralado por la civilización, que sale de las ruinas de su bosquecillo para comer aceleradamente de un tacho de basura, sin tiempo ni capacidad más que para acallar apenas su panza y correr masticando para salvar su vida, los más grandes e intensos fabricantes de la guerra, ya no luchan por territorios, ni mucho menos por ideologías, sino tan sólo por materias primas que les permitan mantener la farsa en el escenario… y por añadidura, siguen perdiendo terreno.

  Cuando el ultimo conquistador quiso cruzar el desierto, con sus siete mil camellos, con sus ochocientos soberbios enjaezados caballos, un león disfrazado de mendigo, a las puertas de las primeras grandes dunas, fue convidado a correrse a patadas, y en su adolorirse arrollado pudo contar y tomar nota detalladamente de la enorme comitiva que se destinaba insensatamente por los señores de la guerra a la tumba de arena.

  Luego salió casi desnudo, tras la caravana, con solo doce guerreros, armando sus carpas con los pañuelos de seda que displicentemente dejaban volar al viento por diversion las damas del cortejo, haciendo fuego con la bosta de los innumerables animales, viviendo de los restos de los festines, caminando de noche gastándose apenas en mantener la respiración, protegiéndose del calor calcinante del día con los esqueletos de los fabulosos campamentos que iban quedando desperdigados por el desierto… adelante y tras de ellos, siempre, como un implacable mensaje, reinaba el viento y la arena… y el sol.

  Mientras tanto, para los poderosos invasores, el mismo peso de su caravana iba hundiéndolos en la desesperanza y la sed, a ellos, los orgullosos conquistadores, que pasaban de la alegría y confianza ciega inicial a la flagelación y los castigos disciplinarios, a las rencillas internas y el sectario juego del individualismo que asegure los privilegios cuando estos ya no cuentan, no importan, y no pueden salvar a nadie…

  Cuarenta y seis días después de eso, cuando las mujeres y los niños habían sido abandonados hace rato, al costado de los corceles moribundos, de los cofres de riquezas estúpidas e inútiles cubiertas de llanto, cuando hasta el peso de las armas había sido descartado, para tiritar de fiebre, y tropezar en delirios hasta volverse como niños perdidos hacia algún imaginario dios nuevo que habitara las posibilidades de ser salvados de la infalibilidad de la muerte que se iba comiendo a bocados sus oscuras almas… 

  Caminando entre su locura, sin piedad ni más tiempo que gastar en inútiles venganzas, los guerreros del desierto separaron las cabezas del resto de sus cuerpos, de lo que restaba de la anteriormente fabulosa comitiva, irreconocible en su lastimosa polvareda los hilos de oro, en su delgadez extrema la anterior opulencia, en su tardío arrepentimiento la soberbia. En sus ojos solo crecía como zarzas la locura, entre un bosque muerto de sueños impiadosos de dominación sangrienta y macabra.

  No estaba lejos el oasis, pero ¿Quién alcanza el agua derramando sangre? Con los restos de la caravana, con los que habían sido dejados atrás por no compartir la desesperación alucinada de la sed, con los que a pesar del cansancio aun cargaban su inútil espada, para morir con honor y no tapados de vergüenza, se fundó la primera ciudad. 

  Hoy, casi mil años después, también resiste a otros imperios, con la misma sabia fantasía del autodespojo material para combatir en el espíritu indomable, con la ferocidad invencible de la astuta paciencia, la justicia y la generosidad. Y el viento tibio de libertad que derraman sobre el planeta enciende las verdes llanuras de pasto sintético, el tedio imposible y suicida de las altas ciudades, el aire tenso de las bases militares, y el ebullescente y vital hormigueo de los humeantes suburbios donde barren los restos de su actual error histórico y táctico.

  Más allá de lo real de la historia que no nos será jamás contada, hoy en día vivimos tiempos de intensos cambios, en esta transición imparable donde los que aun aspiran a subir en la escala de los viejos impúdicos valores, son atropellados y pisoteados por los que bajan escapando del propio canibalismo de sus antiguos colegas, solo para levantarse sangrando afiebrados para acelerar el momento de su inútil sacrificio. 

  No hay una guerra actual que aspire a ser ganada, que pueda finalizarse con la victoria o una bella bandera blanca, lo saben, mienten y fabrican, derraman falsas noticias como aspirinas sobre el dolor del mundo, cuando sus pírricas victorias apenas alcanzan para capturar los recursos que les permitan combatir hasta mañana…

  ¡Pero que lástima! ¡Cuando pusieron en marcha la globalización mundializada, no habían alcanzado a robotizar absolutamente al total de la población! 

 Y las actuales caravanas que despegan de los aeropuertos internacionales, los vagones que vomitan las minas a través de millones de toneladas de escombros de montaña, de la tristeza enferma de los envenenados más abajo, el humo de los pozos de petróleo que cambian de mano cuatro veces por año, y no sin antes ser incendiados.

  Y las revoluciones de papel que no alcanzan a afianzar a los estudiadamente marketinizados tiranos sin volverse hacia otro lado, las empresas que no pueden mantener sus ganancias al nivel de crecimiento perpetuo sobre el que diseñaron sus bodegones, la esclavitud fallida de los amos perpetuos del dinero en un mundo que ya no respeta el papel más que el tiempo libre, o el sabor de un pequeño fruto que pueda ver nacer en su propio patio interno.

  La pantalla amable de la amenaza de guerra mundial, la ficticia carrera armamentista que no alcanza a abastecer a tiempo las fábricas de casquillos de balas. El inmenso conglomerado mundial de medios masivos de manipulación y desinformación que no alcanza a cerrar sus balances internos.

  El desfasaje entre la ostentación total y la falta de energía que no alcanza ya para desperdiciarla sin mover el piso donde hasta hoy vegetan mansamente los modernos, conformes, esclavos voluntarios. 

  El mecanizado terrorismo propagandizado y completamente despiadado que intenta dividir y ganar territorios nacionales, retrocediendo en Iraq y Siria, arrasando África, sobrevolando ya su andamiaje las mesetas de la Patagonia Chilena y Argentina, consumiendo la Amazonia al mismo tiempo que las islas abarrotadas de Oceanía, como todo territorio que prometa abastecer a los imperios con los últimos y escasos recursos naturales. 

  La escalada modernización nuclear que no puede mantener ni las actuales ojivas en la seguridad total de que exploten en el otro lado de la cancha antes que en sus propios mal mantenidos nidos, en el corazón de sus engañadas naciones, donde los pueblos sometidos y engañados, enfermos y abúlicos, se hacen cada día más preguntas incomodas…

  ¿Es necesario algo más que mirar alrededor para darse cuenta que todo ha cambiado? ¿Hace falta más que el ruido del desbarranque ignominioso y total de las pesadas elites actuales? 

  ¿Acaso no se los puede ver tirando manotazos al azar, tomando ya sin pudor ni disimulo lo que quede a la mano para sobrevivir un mandato, una generación más? 

  En el corazón de cada persona habita una batalla que ya no puede ser ganada desde afuera, por la simple mecánica de la propaganda, en el brazo implacable de cada soldado se enrosca una duda que debilita las jerarquías y la obediencia que pagan con su vida…

  En la mirada de los capataces de las cadenas productivas y mortales de las industrias obsoletas que nos envenenan cosifican y matan, y bajo los cascos de los obreros que viven sin más esperanza que asegurar el día de paga se avecina la chispa de la conciencia, que no deja de doler en el pensamiento de los que pretenden justificar la vida antes que la rabiosa carrera del fascismo y la total homologación cultural del pensamiento. 

  No son tiempos para desesperar, cada minuto, un pequeño peso cae de la balanza, cada día crece una flor en el hueco dejado por una granada…y el viento dice que las nubes darán la esperanza y la posibilidad de aprovechar la lluvia a todas las personas por igual, aunque algunos capitaneen a caballo la sangrienta represión y el uso indiscriminado de la majada…

  Claro, es que hoy todavía seguimos viviendo como ovejas…

 

 

 

 

07 febrero

Renegociación absoluta

 

 


  No confío en nadie que no sea capaz de desinterpretarse, de renegociar su sistema de valores, sus parámetros.  No confío en nadie que no sea capaz de traspasar sus propios límites, su zona de confort, que no pueda cambiar de perspectiva…

  En un mundo inclementemente absurdo, donde oleadas de sentido opuestas unas a otras barren los restos de la devastada isla de nuestra individualidad completamente, de lado a lado, es imposible pensar que una persona que ante eso se queda quieto, no te está poniendo inmediatamente en peligro.  

  En mi opinión, es un acto de necios y suicidas rodearse de esta clase de personas o siquiera tenerlas cerca.  Claro que tampoco es mejor el caso opuesto, tan abundante, de la entrega preventiva y anticipada a la cambiante magia del determinismo externo, de la propaganda que nos convierte en mutantes, de la machacante y continua representación de posturas y tendencias, de novedosas formas de desaparecer en la amorfa masa. 

  Pero a veces, hay que estar de un lado o del otro, esquivar, saltar, volver atrás o desaparecer, camuflarse, y dar un paso antes del siguiente tan lentamente como sea posible para, tal vez luego, correr a la desesperada hasta un nuevo parapeto, que será también temporal, porque está siendo destruido, como todo lo demás.  

  Claro, como seres humanos, nos han educado en la construcción de nuestra propia farsa, en la aceitada visión de túnel que nos guía serpenteantemente a través del infinito total de nuestras posibilidades humanas, como si tuviéramos otra meta, otra alternativa a la búsqueda de libertad, como si hubiera otra construcción posible que nuestra propia conciencia…

  Claro que es más cómodo obedecer y seguir las reglas (las reglas que nos tocan) esperar a que nos digan que hacer, sentir, pensar, actuar, de acuerdo a las maneras correctas prediagramadas, no salirse del carril acorde a nuestro diseño socio-cultural-económico y encarar el futuro como si fuera un dulce y accesible fruto, fruto de nuestro previsible y soso presente, de nuestra entrega al total sinsentido. 

  Porque cada institución humana funciona de esa manera, consumiendo sistemáticamente nuestra esencia para mantener su pesada fachada, despojándonos de colores y texturas hasta hacernos iguales partícipes de su lenta ceremonia táctica de muerte anticipada.  

  ¿Y todo para qué?  Para que los más audaces e inescrupulosos, los más atrevidos despojantes, acopiadores de voluntad ajena, puedan sentarse en la pirámide de estos elefantes empantanados en el barro del tiempo para restaurar cada día su poder, para destruir el mundo posible a cambio de un vuelto…

  ¿Alguna vez se sentaron en la cima de una angulosa y afilada pirámide? No sé, no son preguntas que se puedan hacer en serio, ni espero una respuesta: son cosas que nadie cuenta, menos los que dicen detentar el real poder, porque para afirmarse no solo se sientan sino que se aplastan y enroscan, se agarran con todas sus fuerzas… 

  ¡Y todo con el mismo agujero!  Una vez que hayan sido testigos de ese espectáculo, les aseguro que comenzaran a añorar la vida simple del linyera de la plaza, la impredecible rutina del outsider que atraviesa los mapas sin manual, la libre y oculta vida de cada despreciable personaje que por la calle nos contenemos para no escupir, por el temor que nos causa su forma de ser distinto, por la manera en que nuestra acorralada alma se queda mirándolos, mientras nosotros controlamos el brillo posible de nuestros aun no adquiridos zapatos, la cerradura de nuestro maletín de futuro abogado…

  En fin, un día terminamos nuestra vida de esclavos en busca de dinero, acostados en la cama recién tendida de un caro sanatorio, dejando caer con cuentagotas nuestro acumulado temor, hasta que todas las defensas ceden y solo queda el miedo, la certeza súbita de habernos desperdiciado, el terror creciente a una devolución en ese “más allá” que se acerca lentamente, inexorablemente, donde se aferraran a nuestros tobillos todos y cada uno de los que pisoteamos antes… 

03 febrero

Todo esto no está escrito (Poesías)

 




Mármaja: deja, deja…que la vida pague, que la vida cobre…

 

Encaramado al espacio vacío que hay en mí

Pienso: ¿te he dado acaso más armas que la sed de libertad?

Desde mi puesto te veo crecer y caminar

Sobre los rieles del amor que colaboré en forjar

Como el acero vivo de un hilo de araña volando

Para que te alejes de mí, sin mirar atrás.

Pero cuando pienses al fin en eso, volveré la cara

A un costado para evitar que veas que he llorado,

Aunque mi pecho suba y baje, lata, estalle…

Acostumbrado a reír de mis heridas, sonriendo

Ante el dolor de mi propia sangre corriendo…

Cuantas veces pisando cenizas, cuantas cruzando el rio

Y cuantas flechas se clavaron en mi espalda

Sólo por cubrir una promesa de vida que crecía…

Inconmovido por la guerra y la muerte, pero frágil

Ante la ausencia de tu mirada irreductible y mansa…

Cuando a través de las piedras negras brota la vida

Y el viento que pasa también por tu pelo me trae

El olor a hierba nueva buscando dar semilla…

La belleza de pensar en la frescura, de tu sonrisa…

Esconde la lágrima que demuestra, que sólo soy un hombre.

 

 

Recorrido

 

¿Adónde hemos llegado que en las calles

Hay ejércitos de niños que no esperan ya ni una caricia

Que desconfían de un abrazo, de una voz dulce y calma?

¿A que estuvimos jugando que parece rutinaria

La violenta mentira del frio y el hambre cotidiana?

¿Es verdad que hay gente que desprecia las personas

Por su color y su piel, por su forma de nacer,

Entre paredes desnudas, mientras un perro callejero

Al que alimentan, tal vez las llena de ternura?

¿En que logramos pensar, cuando en el frio de la calle

Duerme una madre abrazando, contra el cemento de piedra

Un envoltorio de trapos, del que brota una cara mugrienta?

¿Caminamos por el parque, y los cuidados paseos

Añorando que despejen de borrachos y mendigos

Nuestra vista de animales, encerrados en su jaula?

Esos ancianos tan lentos, de diabetes mal tratadas

Esos jóvenes arruinados por la esquizofrenia clásica

Esas mujeres donde no queda, ni siquiera la esperanza…

¿Absorberán como el pan, nuestra mirada de asco y rabia?

¿Es acaso nuestra cabeza una tinaja,  vieja y rajada

Que esperamos ver gota a gota, llenarse de veneno ajeno?

¿O nuestro cuerpo una osamenta, resecándose en el campo

Que por las noches sueña, que canta, ríe, salta y baila?

 

 

Hay días que…

 

A veces necesito…

El peso de tus piernas sobre mi piel

Tu cuello tensándose sobre tu arqueado cuerpo

El color de tu boca cayendo sobre mi voz

Y un abrazo tuyo acunando mi mundo

En silencio, quieto, cuando todo lo demás cesa…

A veces

Siento el rastrillo de tu amor arando mi corazón

El tono de tu voz escapando entre las gotas de lluvia

Y tu huida como una jaula que me encierra afuera:

En el resto del mundo conocido y previsible…

Y su torrente de sentido acumulado en anaqueles,

Envejeciendo de libros y reglas, de miradas ajenas…

Como lagrimas que no van a rodar por mi espalda.

Hay días que…

Me acaricia tu recuerdo divagando bajo el sol

Me atenazan las ganas y no puedo llamarte

Mientras en la jungla que enreda todo, y sus telarañas

A través de los claros donde entra un rayo de sol

Me despierto pensando que un día serás valiente

Y darás un solo paso hacia nuestro mutuo encuentro

Sólidamente liberada en un camino nuevo, atravesando

Este coto de caza donde ya no quedan trampas…

…Entregándote sin pensar más en nada.

Sintiéndote al fin viva sin necesidad de jaulas…

 

Balcanización

 

Que esperamos del mundo si la guerra nace de nosotros:

Atentos justificadores del despojo y la sangría, benevolentes amos

De la muerte y el esqueleto, que se debate dentro nuestro

Esperando ser libre de la bota eterna de la sumisión

Que la moral nos imprime sonriendo, doblándonos el lomo

Que la estética nos dicta, que la ética nos guía que…

Solo poder y dinero hemos invertido en nuestra destrucción

Como aviones sobre la franja de gaza, como los tanques saudíes

Hollando el desierto de Yemen, como la vieja Yugoslavia en llamas

Como el Polisario mirando a través de un muro, como la prensa

Preparando siempre un nuevo zarpazo, para que agentes invadan

La Patagonia, mientras nace un nuevo ejército, cada día en Siria

O una bomba explota en el Líbano ¿y no iban a llegar acá? Pero,

En otras tantas guerras, tantas etnias, caminando en el polvo

Como perros apaleados, no son más de lo que pudimos ser

Adentro nuestro: maniquíes de la devastación, esperando un traje

Que no sea de humo negro y cenizas, de potencias al asalto

Que nos diga que el vacío terminó, pero cuando, si no aceptamos

Un solo día seguir vivos, mirando las noticias a conformidad

Buscando un trabajo que nos saque, del riesgo del tiempo libre

Una religión que nos ate, a creer en cualquier cosa completamente

Afuera de nosotros mismos.  ¡Dinero, dinero!  No alcanza, siempre hay

Alguna otra novedad que olvidamos comprar. ¿Comida chatarra?

¿Pero que está comiendo tu cerebro hoy? Bulímico, anoréxico…

Vomitando mentiras diagramadas a escuadra y compas, diseños…

Mientras se seca de hambre y sed tu corazón… mientras tu cuerpo

Se parte en pedazos como una vaca, que cuelga de un gancho, sin apuro

El carnicero frio, conocedor, tomara a su tiempo lo que haga falta…

Pero esperaras sangrando, envidiando las moscas que vuelan, en libertad

No conocen el humano sinsentido total, desproporcionado arsenal

De armas modernas para destrozar la libertad… Pero vivos, aun viviendo

Debemos ver el cuchillo y la conversación, regateando nuestra sangre

Nuestro tiempo, nuestro amor, nuestra luz, goteando en una lata sucia

Donde mirábamos caer a los demás, mientras bailábamos, bebiendo

En una fiesta que parece,  que siempre llega alguien más, pero…

Es nuestro turno ahora, que excusa vamos a dar, al universo encendido

Cuando tiren nuestros restos, y solo sean, cascaras descoloridas porque

No alcanzamos a sentir, a reír, a parecer vivos de verdad, y ahora:

La muerte no espera que cerremos los ojos, ya está acá, hola…

Sin un segundo de atraso, nos ha venido a buscar.

 

 

Imperfección del instante que no alcanzamos a ver…

 

Hay pensamientos que estallan

Hay caminos que ciegan

Hay mujeres que vuelan

Hay hombres que sueñan

 

Hay luces en la noche

Hay silencios de susurros

Hay muros que no existen

Hay muertes que no llegan

 

Hay palabras que duelen

Hay golpes que enseñan

Hay miradas que queman

Hay gritos que pegan

 

Hay canciones que viven

Hay brazos que crecen

Hay labios que matan

Hay piernas que danzan

 

Hay amaneceres fríos

Hay tardes de holganza

Hay noches sin fin

Hay mañanas finales

 

 

Hacia y desde el viento…

 

Una semilla germina, brota, donde cae

Y sus raíces pequeñas se aferran encadenándose

Como un ancla al suelo, y es su forma de ser

Quedarse siempre quieta, traspasando tormentas.

Mientras hormigas, y bichitos lentos caminan

Atravesando su pequeña sombra de hoy

Hacia un horizonte que va y viene, que llega

Justo a tiempo para dar, para absorber la vida…

Pero jamás se enteran de los pájaros del cielo

Allá arriba, saltando de los nidos con miedo

Cayendo desgarrados hasta que el aleteo

Enciende sus orejas de alegría ¡Estoy en vuelo!

Y si, no era otra cosa lo que habría de esperarse

Pero cuando pasan por el lago, raudos, no ven

Tantos peces nadando mansos, pero atentos

A la boca abierta que se abre como un sable

En el primer descuido, en la primera herida…

No saben,  no imaginan ¿Podrían acaso concebirlo?

Que otros nunca salen de abajo de la tierra

Y es su felicidad suprema, no conocer el sol

Aunque de alguna manera, saben, los alimenta.

Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...