27 febrero

El lenguaje y lo dicho

  

  Hubo un tiempo en la historia de la humanidad en que solo existían las palabras, solo los hechos y las cosas, y las personas, vivas…  

  La palabra tenia sentimientos propios, peso, sabor, describía antes que prescribir, y sus dicientes hablaban con la fuerza y la responsabilidad de transmitir un mundo.

  El que hablaba era escuchado porque abría una ventana al entorno no inmediato, a las raíces, a la tradición, y su poder de autoridad iba enlazado al poder hablar, lenta y pensadamente, con las mismas palabras heredadas de un paisaje exuberante y simple, armónico, aun cuando estuviera en permanente búsqueda de equilibrio, a veces pareciendo trabajoso o cruel.  

  Luego los negocios comenzaron a complicarse, una primera globalización en pequeña escala y números, bienes, tropas, precios y reglas… asirios, caldeos, romanos, árabes, mayas y aztecas, chinos y tantas otras civilizaciones antes o después comenzaron a definir tecnologías de escritura y archivo, de permanencia de lo escrito, de transmisión y especialización en esos deberes.

  Nacían las tablillas de barro, los pergaminos de corteza, los contadores y escribas.  Implícitamente, también nacía la corrección, la corrupción, el borrón y cuenta nueva, y de su mano, la ignorancia a favor de las élites, los archivos secretos, la sujeción inconcebible del pensamiento a un clavo marcado sobre la arcilla blanda. 

  Claro que a todo poder le interesa mantener bajo control este bagaje de imperativos reordenables, se acaba la palabra como fuente de vida, desangrándose en rollos espurios destinados a ocultar el conocimiento al común de la población… al mismo tiempo, nacen las leyes escritas, ahora la palabra no describe nada serio, solo hace listas donde hay que encajar, se deja de interpretar a la gente, a los hechos, para interpretar una letra que permita acomodar una realidad visible, a un mundo de teorías invisibles…

  Luego ya todo fue peor, nos acostumbramos a leer, a escuchar lecturas ajenas, y como si eso fuera poco, encasillamos todo en variables, estilos, reglas y condiciones: para ser una palabra, ahora es necesario tener permiso, su función principal ya no es la comunicación ni la alegría, sino la codificación, el estereotipo, la generación de verdades adecuadas, de conocimiento deseable.  

  Y así, en esta carrera de mercenarios, nació la literatura, pronta a describir un mundo encuadrado y listo para colgar y luego, a describirse a ella misma… Reglas y más reglas, omisiones y excepciones, manuales de estilo y corrección que definen lo bueno y lo malo, lo que es y lo que no es…lo que no debe ser.

  Por supuesto que siempre fueron muy festejados los cuidadores de la hegemonía, atentos a descartar, tachar y corregir en nombre de lo dado y aprobado: de la teta de los escribas nacen los comentaristas, gramáticos y recopiladores, y derraman sobre la mansa tierra su baba pestilente y hedionda hasta juntar los restos asfixiados en los primeros diccionarios, teorías y corrientes sempiternas que pretendían definir de una vez para siempre las cosas.  

  Claro que no iba a ser tan fácil, la palabra viva, retorciéndose y reptando entre la ortografía y la gramática no se resignaba a su cautiverio y en el pueblo vivo, en la nación en marcha, evolucionaba y cambiaba de formas, atesoraba significados y jugaba con las letras como niños pegando patas de hormigas. Y así fue que no pudieron encerrar a los idiomas en los amojosados claustros de los literatos. 

  En realidad, la historia es mucho más larga y apasionante, pero no deja de llamar la atención que el proceso siga reproduciéndose a sí mismo hasta el fin de la humanidad, capturando significados por un lado, momificando vanidades por el otro. 

  ¡Claro que las reglas no se olvidaron, para eso estaban escritas! Y de ahí viene la costumbre de ir aferrados al bote, aunque solo vaya la cabeza afuera del agua: de las chancletas sucias de los comentaristas y aduladores nacían los poetas y los científicos inútiles, los lingüistas, los oxidados gramáticos…

  Claro que cada uno en lo suyo, aunque de vez en cuando un malogrado poeta se ponga en arqueólogo para disimular su falta de sustancia, incendiando probables manuscritos con el poder de la hegemonía gratis, del estereotipo, de las cosas como deberían ser, y una belleza falaz oscura y muerta que denigra al mundo y sus pasajeros en una descripción de lo antiguo como bueno, aunque sea de otro país, otro continente, otra era.  

  Se revuelven hasta poder hacer pasar lo ausente como actual, lo real como un estorbo…

  Y como los concursos de fotografía están exterminando la imagen, dictando normas aberrantes de encuadre y composición, color y movimiento, los fatuos defensores del verbo exterminan la fuerza de la palabra haciéndola pasar por la criba del estilo y la métrica, la gramática y “lo clásico” hasta pretender osadamente hacerlo un sumiso negocio más de las elites, un vacío cuenco mas donde beber sin saciarse.  

  Por suerte o mala suerte no se puede disecar lo que todavía vive, y a cada rato debaten y dictan cátedra sobre el buen uso que debería hacerse, de la correcta escritura, de una humanidad castrada y feliz que solo repita conceptos aprobados hasta volverse autista…

  ¿Y lo peor? 

  En medio de ese charco sanguinolento tiran sus poesías como marionetas armadas en una carnicería, muñecas vudú de la escritura, y entre tantos reglamentos que les toco respetar, todo se parece a lo anterior, lo consagrado, lo correcto, hasta el punto que olvidan si en realidad tenían algo que decir o solo debían ser gendarmes de las formas.

  El desafío, es volver a describir un mundo que escapo hace rato de los diccionarios, sustentable, cooperativo, nuevo, o espiar desde abajo del moño el precio de ser un paquete más con que los poderosos nos regalan nuestra inercia, sumisión y mudez…

 

23 febrero

Quince segundos...

  

  Mirando hacia afuera, en el calor de la tarde que empieza a acumularse, de repente, entre el paisaje de perros arena y polvo, de adolescentes y motos llevando pescadores, cruzan dos niños, caminando aceleradamente por el frente de mi casa.  Inmediatamente llaman mi atención.  Pasan y se detienen frente al quiosco, en la vereda de enfrente.  

  Mirando pasar la niña, un poco más alta que su flaco rapado hermano, los dos de alrededor de siete años, se siente un escalofrío: sus rodillas resaltan como una molesta necesidad de articular los huesos, parecen pequeñas pelotas de tenis entre dos varillas que son sus piernas.  

  Mirándola caminar, parece un muñeco armado con un corcho y escarbadientes, su magro cuerpito parece volar adentro de la remera, como una capa la cubre su pelo amarillento y  sucio, como si fueran patas de cangrejo se mueven sus bracitos… 

  ¿Estamos en África? O solo es una realidad cotidianamente ignorada en la Zona Sur de Concordia, y en los demás suburbios del planeta… la desnutrición extrema, el cuerpo humano llevado hasta sus más escandalosos limites, la tristeza inútil por una inocencia que merece crecer y cuidarse.  

  Pienso ¿Tomo la cámara y registro? ¿Qué le digo a la niña? ¿Por qué estas tan flaca, por qué esta tan flaco tu hermano? ¿Qué puedo hacer, si ni siquiera yo aún hoy comí? 

  ¿Quién está a cargo de estos gurises, donde viven, que les pasa?

   Divago y me detengo: ellos no, se van del quiosco con un paquete, tal vez a pedir a otro lado, rápidos, como la niña que sale para el lado contrario, con una gaseosa de dos litros, mirando para atrás espantada, casi al trote… 

  O no sé, tal vez todo sean sesgadas interpretaciones mías, tal vez todo está pasando en otra ciudad otro país, en otro continente, tal vez solo son rezagos incomprensibles de una humanidad que avanza en su conjunto hacia la iluminación y el bienestar, la armonía y la felicidad…

  Y la tarde sigue su camino, entre ladridos de perros, carros y ruido de botellas rotas a gomerazos, entre remolinos de piel al sol y pelos al viento.  Me cebo un mate, sigo pensando en la tarea que se avecina, en mi vida, mi casa, en lo que quiero hacer sin saber cómo ni con qué. 

 Y el día pasará igual entre la hipocresía extrema de los espantados de siempre, entre la violencia sin paliativos de la desigualdad, entre la desvergüenza de los aspirantes a ocupar los nuevos cargos políticos que, una vez más, quedan vacantes para eternizar un sistema que se demostró hace rato caduco y cruel.  

  Como si fuera un pescado, estos quince segundos me abrieron por dentro, voy a averiguar algo más antes que se me infecte el corazón…  Voy a hacer algo por mí y por el espíritu humano para pagar mi indiferencia antes que se me ocurra justificarme. 

 

Acorralado (Poesías)

  


Vida, vida

 

El desprecio de los mediocres

La ignorancia de los felices

La sonrisa del siniestro

Somos emociones, gestos

Y tiempo, azotado por el viento.

Somos física, química exacta

En ese escalofrió que recorre el cuerpo

La adrenalina se dispara, y gana…

Somos cosmos, somos dioses

Aunque traten de engañarnos

Somos ese segundo intenso

En el que el mundo es nuestro…

Somos sombra, somos luz

Con estos dolores, con estos colores…

…con los huesos destrozados por tantos trabajos.

Tanta rutina atravesada por flechazos de conciencia,

Vida, vida y muerte entrelazadas, siempre.

Con esta locura y esta sed de ser humano

Atascado en la última civilización,

Intentando aggiornarse a un mundo que ya fue…

Más vale prender fuego el alma

Que seguir refinanciando este viaje al cielo

 

 

 

 

Sinónimos

 

No tengo dos palabras

O tal vez poca memoria

Lo que soy es lo que es

Salvo que este fingiendo

Lo que digo es lo que hago

¡Lo que prometo cumplo!

…si no cambio de opinión

Y cuanto siembro lo elijo

A veces bueno a veces malo

Y estoy seguro, en la duda…

Me siento fuerte navegando

En este rio bravo, rápido…

Me olvido del dolor cabalgando

Hacia el fin del horizonte

Mientras el sol se apaga, la tierra

Se achata, la noche siempre

Fue mi hermana, y el resto del día

Como un sonámbulo,

Solo sueño sin dormir…

Caminando…

 

 

Hacia adelante

 

Vivimos enjaulados, paranoicos…

La gente solo respeta por miedo,

Solo obedece por imposición,

Huestes esclavas de la ley y el orden.

Para que voy a contar, mis propias cicatrices…

¡No nos hace héroes, vivir en nuestra era

Mirando madurar las brevas…!

No esperare hasta acalambrarme

No voy a envejecer contando mis años pasados

No voy a resignarme a un estándar macabro

Que me ofrece en cuotas financiar mi tumba.

Voy a ser parte del cambio

O seré en el camino, pasto de gusanos

 

 

Románticos ingenuos

 

Amar… amar, amor… enfermedad incurable

Cuanto misterio

Agregamos a lo más simple ¡perversos!

Como diferenciar, nosotros el tiempo y el mundo

Una vez que fue traspasada la entrada

Y el corazón, en las manos,

Se regala como un vuelto…

Y nos obliga a olvidarlo, corriendo

Hacia el inicio, el punto cero,

Donde el mundo comienza de nuevo.

Donde los pasos no tienen dueño.

 

Mis días en la guerra

 

Solo soy rehén de mis sueños

Prefiero ser blanco del misterio

Solo muero cuando me entrego:

A la rutina, a la mentira.

Y estallo en mis pensamientos.

Me entreno en afilar mis alas.

Juro lealtad a este segundo.

Y ametrallo tus prejuicios

Con mi comportamiento.

 

 

Saqueador

 

De repente desnudo su alma en una esquina,

Entre dos piedras del camino

Que llevábamos recorrido…

Cuando yo añoraba una marea lenta

Que me saque de este encalladero:

Alborotadas culebras

Comenzaron a recorrer mis venas.

…quieren morder pero no las dejo

Aun, me entreno en fabricar serenidad

Miro, siento, pienso, espero…

Clavo mi puñal en el suelo, mañana

¡Ni piedad! Penetrare en su templo.

Salgo a la puerta, paseo, escucho

¿Es madrugada que cantan los gallos?

¡No puedo ni dormir ni estar despierto!

¿A cuantas leguas viene el sol todavía?

Al galope, quiero gastar esta calma.

 

 

Pablo

 

¿Es que acaso cree que las balas son de papel?

No, solo sabe que no puede ganar siempre.

Me siento capaz de todo, piensa

Un solo pensamiento,

En una blanca pared.

Y después espera

Un señuelo,

Una señal.

 

 

Reflujo

 

Veo tanta gente abandonar sus sueños

Tantos brazos caídos volviendo

Caminando sin sentido hacia donde todos miran

Derrotados, desinflados, buscando una huella firme

Temerosos de volverse a perder, avanzan.

Buscando una tumba donde enterrar sus ideales

Dejan los caminos llenos de pozos… mañana

…esas semillas perdidas.

 

 

El ultimo día…

 

Un día los que dicen van a hacer…

Y al fin quedaran en silencio, sin tiempo que disimular.

Los que publican fotos falsas van a estar ahí,

Pisando la realidad, aunque nadie se entere.

Los que se lamentan van a ayudar, sonriendo,

En la tormenta que también purifica y al fin, van a sentirse vivos, de verdad.

Los que gritan van a escuchar, algo más que su necesidad

Y el silencio estallara su mundo, como un tardío Big Bang.

Los que mienten van a cerrar la boca, llena de arañas,

Para ver que su tarima es una balsa en el medio del mar.

Los que asesinan lloraran viendo en el viento,

Ondear una caricia sobre los pétalos de una flor.

Los que aman, trabajan y crean podrán caminar

Sin que los señalen con el dedo, sin que les tiren a matar.

Y los dioses del cielo, inútiles, en estampas y templos…

Dejaran al ser humano, vivir en libertad.

 

 

Golpe de suerte

 

No es tropezar, es caer, llamando al piso…

Ni levantarse, sino arrastrarse por el suelo

Y andar dando tumbos, como un perro ciego.

Un día encontramos el paso, de tanto practicar

O nos tiramos sin esperanza, por darnos un respiro

De nosotros mismos.  Cuanto duele sentirnos en falta

Con el mundo, que solo ve correr el tiempo…

 

Mirando

 

Mira las piedras, aparentemente

¡Indiferentes, parece que no sienten!

Mudas, testigos de un mundo frágil

Que desaparece mientras crecen

En la cima de la montaña.

En la cresta del cerro afilado

Saben, no creen, sienten el mundo

En un girar alrededor que ya vieron

Mil veces en valles que fueron montañas

En montañas que fueron valles

En arena del mar que fue pirámides

En su cuna de greda que fue lava.

 

10 febrero

Un árbol al día


  “Hasta que caves un agujero, plantes un árbol, lo riegues y lo hagas sobrevivir, no has hecho nada. Sólo estás hablando”.


 

  Y eso lo dijo Wangari Maathai  

  ¡Y con cuanta razón!  Wangari, que vivía en África, que es un lugar donde hace mucho calor y toda la gente es negra y caza elefantes y leones, tras lo cual quedan resoplando y necesitan árboles para descansar un rato a la sombra y no pasmarse mientras patalea el elefante, que con la cantidad de sangre que debe tener, seguro que no muere antes de dos horas, dos horas y media más o menos… 

  Así que en África necesitaban árboles y la señora se dedicó a plantarlos uno por uno todo al borde de donde pasan los elefantes así la gente vivía más feliz, o  por lo menos eso me imagino yo, sino para que vas a plantar árboles en África donde todo queda super lejos y hace tanto calor como para estar dando vueltas por ahí con una pala al hombro con riesgo de enterrarte hasta los tobillos en una bosta de elefante…  

  Bueno, ahora no podemos preguntarle porque se murió, y pronto será abono de los árboles que nacerán entre los escombros de las abandonadas ciudades…

  Entonces, esto viene muy al caso para introducir el tema en este salón mal iluminado, porque, por ejemplo, estamos tan avasallados por la discusión de lo políticamente correcto y lo otro y el otro y los no sé qué, que nadie sabe ya más que hacer por las dudas que lo acusen de algo, aunque… 

  En realidad, nadie hace nada porque nadie quiere mover un pelo, entonces no escuchan a Wangari, porque es más fácil aparentar, hablar y aparentar…

  Entonces estamos en una situación en que hay personas que quieren convencer a los demás de plantar árboles, y la deforestación del amazonas, y las plantas nativas, y bla bla bla, pero apenas llegan a postear la fabulosa tecnología de las ¡Bombas de semillas!  

  Si.  Esto es lo que necesitamos hoy, envolvemos una semillita en un poco de arcilla y la tiramos por ahí, e inmediatamente nos hacemos responsables de la aparición mágica de miles de bosques, con lo cual ya podemos volver a postear fotos de perros y gatos moribundos o cosas así, mas útiles y creativas.

  Claro, es la consecuencia natural, una semilla en arcilla, un árbol, luego un bosque, luego salvamos el planeta.  Esto se llama silogismo surrealista suicida y es lo más vendido alrededor del mundo actualmente…  

  No... no, la naturaleza no funciona así: ¡Antes que alimentar tu fantástico, superdimensionado Ego, alimenta un bichito que se come la semillita con total felicidad y luego sigue su vida equilibrando el ecosistema hasta que no haya más árboles y tenga que alimentarse con tu cerebro!

  Pero bueno, desde ahí se avanza, y están muy de moda los viveros de especies nativas, donde hay gente que hasta planta semillas en la tierra y riega el primer día y se va y luego dice, “allá estamos plantando árboles” y se sacan la foto en l baldío como si fueran un guerrero con el sable en la mano apuntando a la cordillera…  

  Y sí hay alguien que se ocupe de regar todos los días y limpiar los yuyos y mantener los canteros húmedos y tiernos el supuesto árbol vivirá, y ni siquiera llegaran a enterarse que su pequeñísima semilla se hubiera muerto sin su ayuda. 

  Y así evitan rozarse con la realidad: no estaban plantando árboles, sino sacando a cabalgar su estupidez.

  Pero bueno, hay incluso grupos de gente que se ocupa de plantar retoños de árboles vivos, grandes, por ahí, y también se van, a veces no los riegan siquiera ese día… 

  Y después la realidad continúa aconteciendo: los pasan por arriba con una motoniveladora, o se secan, o se mueren de repetidos ataques de hormigas, orugas o incendios sin que nadie se digne enterarse.  

  Claro que esta persona típica, al no confirmar nunca su hipótesis, se queda con la idea de que planto un árbol, y así lo declama en los círculos superficiales y asépticos donde todas las manos están tan limpias como vacías. 

  La realidad es mucho más fanática y compleja, y nos pide absoluta responsabilidad sobre la vida: para plantar un árbol necesitamos una coherencia absoluta, un equilibrio perfecto entre nuestro esfuerzo y nuestras aspiraciones, y sobre todo agua, mucha agua, total el árbol la devuelve, la genera, la busca y la fábrica con el viento, como si fuera un molino.  

  Claro que para eso tienen que pasar un buen par de años críticos donde el arbolito supera las agresiones, se aclimata, se hunde en el suelo como una flecha, y hoja a hoja, captura el sol y la luna, el rocío y la brisa limpia de la mañana, y un día nos damos cuenta que ya creció, y lo podemos dejar seguir solo, contra el peligro de las autopistas y las estampidas de elefantes, que por acá, dicho sea de paso, no son muy frecuentes…

  

En fin, no sé si se entiende el concepto.  Hasta la naturaleza se usa hoy con fines políticos, y sobre todo la naturaleza humana, que tiene tanto de vil como de mágica, dependiendo, claro, de por cual puerta entremos.  

  Pero el tiempo se agota, y el calentamiento global y la mar en coche no va a llegar en el 2030, lo vivimos en el horno espantoso de las ciudades al día de hoy, en las sequias y lluvias torrenciales que inundan todo, en el agotamiento de los recursos, en la debacle de las infraestructuras artificiales, ilógicas, sectarias.

  Mientras tanto, seguimos buscando culpables, mientras nos cuidamos de ser políticamente correctos, mientras la meta es aparentar, total nadie confirma nada, nadie se interesa por nada, nadie se cree vulnerable a la realidad, si puede darse el lujo de seguir consumiendo y fabricándola en una pantalla. 



            

09 febrero

Un día sin feis

 

 


  El Face* me pregunta en que estoy pensando, me pregunta… ¿Le contesto? En que estoy pensandoooo…. 

  En que voy a estar pensando, no puedo subir una puta foto, y me pregunta en que estoy pensando, en eso, en que esto anda para el culo, o bien es un asunto personal conmigo, voy a tener que anotar al Sr Facebook®** en mi lista negra.  

  Pero siempre que voy a argentina nunca me acuerdo de comprar la libreta y así pasan los días hasta que me olvido, claro, para eso es la lista negra… ¿Qué? Ah, que dije Puta, ah bueno, eso está muy mal  ¡No quise ofender a las putas! Ni a las mujeres, ni a las lesbianas, ni a las amas de casa, ni a nadie…

   Solo es una expresión cultural  hereditaria,  solo estoy un poco desconcertado por este insignificante contratiempo y la reconcha de la lora… Uh otra vez, dije lora, no sé si está bien o mal.  

  Concha si, esta re bien, re de moda, más de moda que ser gay, concha concha concha, así se lucha por el verdadero feminismo, lanzando una palabra al escenario.  

  No sé, ayer abrí los ojos y estaba pasado, pasado de vueltas, me desperté cansado de trabajar, y tomando unos mates al amanecer para seguir, para después seguir trabajando gratis y/o cosas peores, como mantener proyectos para que otros se saquen la foto y así por el estilo (es que es un año electoral viste, cualquiera se siente con derecho absoluto a usar a los demás escandalosamente jajajaja).  



  Entonces tuve que reestructurar mis prioridades, y volver a priorizarme a mí mismo y hoy ya estoy más tranquilo: me siento dueño de mi tiempo, nuevamente, que es lo único que tengo, tiempo y un cuerpo para atravesar el mundo.  

  Pero abro el feis*** y todos están discutiendo por todo, insultándose como si no estuvieran atrás de una pantalla, luchando por no acalambrarse los dedos en vez de darle validez a sus palabras… 

  Y tiqui tiqui tiqui la ruedita, para ver si hay algo interesante entre todo lo que no nos interesa y no lo hay,  entonces empezamos a leer pelotudeces y las compartimos para sentirnos vivos mientras afuera el mundo estalla seis mil billones de veces por segundo  

  ¿¡Que carajos están mirando todos!?  Y acá una foto de mierda que no tiene otro objetivo que formatearnos sicológica, mentalmente como “seres humanos” según la definición de la organización mundial del comercio (¡Que ternura! Me gusta me gusta, carita, corazón and new  emoticón).  



Tiqui tiqui tiqui la ruedita del destino, como la ruleta de las viejas kermeses jajaja ¡qué buena foto! “El bigote que todo adolescente sueña tener” y está un tipo con los ojos bien abiertos en medio de las piernas de una mujer, que con su vello púbico, y dada la pose, le hace en la foto de bigote.  


  Aunque el resto de su cara queda bajo las piernas abiertas de la mujer, el efecto es muy bueno… No sé qué pensaran de esto, para mi es hermoso, hay que desmitificar el sexo hasta que lo podamos hablar con nuestros hijos, si así lo quisiéramos.  

  Pero no sé, además anda mal Internet, la vida se desbalancea, el mundo amenaza desplegarse con la misteriosa, aterradora e imprevisible realidad, realidad real, no realidad virtual, que es una expresión destinada a tranquilizarnos por si alguna vez se nos ocurre pensar que todo esto no existe y es una pérdida de tiempo estúpida y autoflagelatoria…  

  Que palabreja eh! No se asusten, no van a salir lastimados, es que hoy estoy inspirado, voy a escribir poesía.  “poesía” claro, no se escucha el tono de mi voz, si tuviera wasap®**** se los mandaba… 

  Estoy cansado de poetas, un día me voy a comprar la libreta y van a llenar una página de la lista negra…  entonces… ah sí, y me pongo a pensar, claro, si no funciona el feis*** empiezo a pensar y me vuelvo un peligro para mí mismo y la sociedad.  

  Entonces si un hombre le dice “Chúpame la pija” a una mujer... es machista, No? Porque si, porque simboliza laaa… No sé, no estoy seguro pero ya me imagino a alguna argumentando… ¿Y si es con amor y dulzura y todo eso y ponele que tampoco sea chúpame la pija sino una expresión más así… amorosa…?  ¿Es machista, o no? Como se complica siempre argumentar y desargumentar en esta sociedad de espectadores…  

  ¿Pero si una mujer dice “chupame la concha” es feminista? Digamos  ¿Es bueno o malo? ¿Significa la liberación de la mujer o el sometimiento del hombre o que cosa? O no es amor si se hace con amor y placer si se disfruta, y todos los machismos y feminismos desaparecen con la ropa arrugada en el piso.  



  No sé, me parece que estamos llevando demasiado lejos esto de estar matándonos por todo, subiendo el tono de la mecánica matemática de la violencia, de todo tipo, hasta que parece urgente, impostergable tomar partido y empezar a tirar, y así con todo, hasta que en algún país estalla la guerra con el consenso de la gran mayoría de seres humanos que conforman la base operativa de las empresas que destruyen el planeta y la raza humana.  

  La raza humana y el resto del planeta, por si no se entiende… Por si no queda claro que la raza humana tiene una importancia equivalente al resto del planeta, o sea, ya somos una fábrica de verdades impronunciables por su incoherencia (pero por suerte salen en los titulares de los diarios y nos evitan tener que pensar al respecto). 



  Entonces…no sé, tengo esta ansiedad que me provoca tener una foto y no poder subirla, tal vez la de una mujer con bigotes, tal vez era otra foto, pero como siempre, tengo que salir a la calle y enfrentar esta dura y calurosa realidad sin el parche digital del Facebook, y bueno, es así, me voy…

  ¡Que anden…súper bien!

 

 

 

*Léase  “feis” (ver ***)

**Léase “feibuk”, si, noten como pierde la ese… O tal vez la traducción exacta seria “feijbuk” por lo menos acá, en la hermosa Entre Ríos

*** Abreviatura fonética de Facebook® Red social digital

****”Wasap": WhatsApp, Aplicación de mensajería multiplataforma para teléfonos de última generación que permite enviar y recibir mensajes mediante internet de manera gratuita, sustituyendo a los servicios tradicionales de mensajes cortos o sistema de mensajería multimedia.

04 febrero

Venas en negro

  


  No tengo ganas de escribir, no tengo ganas de leer, me espanta en algún lugar profundo de mi ser, la forma en que parte de la gente espera, consume, internaliza y reproduce las fábulas mas alocadas y nefastas que hoy en día leemos en formato de noticias.

  Claro que no somos autómatas a los que se pueda alimentar con tinta, como un alegre robot de película de ciencia ficción.  ¿No lo somos? ¿Lo soy?  

  Estas preguntas perdieron importancia frente a la urgencia por absorber la realidad de alguna manera, la realidad que no vemos, que no vivimos, atrincherados bajo un equipo de refrigeración de aire. 

  Queremos saber que pasa, que hay allá afuera, entre la puerta de nuestra casa y la otra puerta donde empieza nuestra absorbente rutina, y queremos saberlo claramente para no tener que pensar, ya no hay tiempo para eso, queremos soluciones, no nuevos problemas, queremos tiempo, y no lo tenemos.

  En realidad, tampoco nos importa, amamos nuestra segura y previsible rutina, anhelamos su continuidad eterna, y solo nos enfocamos en lo que nos haga sentir seguros, iguales a ayer.  

  Entonces ladramos a la par de cualquier versión que prometa derribar los cambios, que promueva la rutina a nivel nacional, aun a costa de la sumisión, de la entrega, no importa el costo humano, de cualquier manera, apuntamos a seguir subiendo en la pirámide social, lejos de los negros, ladrones, travestis, faloperos y pobres que viven saltando en una pata arriba de la sartén.  

  Nos sentimos estafados ante cualquier señal de avance social, de equidad, de redistribución ¡Esto no  es un país serio!  ¡Donde se ha visto que el dinero vuelva al pueblo!

  Y nuestro corazón afiebrado estalla con la gasolina de la falsa información de las agencias de noticias, de los corresponsales, de las radios, las paginas digitales y los diarios…Es anecdótico que las fotos sean tan macabras como falsas.  

  Y como si no alcanzara, multiplicamos ese veneno y lo hacemos nuestra causa, y no solo nuestra causa, estamos abiertos a cualquiera que quiera colaborar, así como participamos de alguna manera en la batalla interna de cualquier país, aunque no sepamos el idioma ni donde queda.  

  Los motivos son claros, el enemigo es global, está atacando en todos lados ¡Y amenaza con arrebatarnos el mundo!  Festejamos la humillación y la muerte: de un delincuente común, de un ucraniano, de un iraquí o libio, de un venezolano o afgano, y tantos otros…

  Es lo mismo, están poniendo palos en la rueda del mundo ¿Porque no se rinden y ya? Es una pregunta hacia lo incomprensible, como si no fuera deseable un mundo absoluto y centralizado, controlado y previsto, suave, amigable.  

  Claro que no para todos, eso es el apriorismo de la historia, las masas empobrecidas deben seguir siéndolo para contrastar, porque están acostumbrados y porque no nos importa, mientras sigamos mirando desde arriba.

  ¿Qué nos aliamos con fascistas y nazis? ¿Que al poco tiempo nuestros libertadores se demuestran forajidos y asesinos, cínicos, hipócritas?  

  Pero... Quien no se equivoca alguna vez? ¡El mundo está en guerra, si no nos hubieran arrebatado el estado no tendríamos que estar haciendo esto!  

  Y así debatimos con nuestros desconocidos amigos de las redes sociales, donde la sociedad desaparece para dar lugar al martirio de la razón y la coherencia.  Somos soldados de una guerra permanente e invisible, de un imperio poderosamente omnipresente, siempre vencedor: hay que dar batalla  

  ¿De qué sirven los escrúpulos?  Lo importante es ganar, así los golpes van para el otro lado. 

 

Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...