20 febrero

Exoplanetas






   A cada rato se descubre un nuevo planeta habitable(tan supuestamente habitable como las posibilidades de comprobarlo), como a cada rato se descubre un nuevo meteorito a punto de chocar contra la tierra(que, asimismo, justifica la producción o presupuestos de investigación y desarrollo de fabulosos, costosos, ficticios escudos espaciales: más misiles).  

  Despampanantes mentiras, ambas dos, pero con la ayuda del catastrofista y guerrero Hollywood, pretenden ir plantando la simiente del probable(y elitista) autoexilio como receta y la autodestrucción humana, como escalón imaginario a una carrera militar espacial injustificable que, sin embargo no deja de ser absurda y real.  La única hermandad humana que tolera el imperialismo es la de la sumisión o la muerte, no hay tercera opción.  

  Así  que vivamos indiferentes, estoicos ignorantes de la devastación planetaria global, como si un día cualquiera nos fueran a invitar a ser los privilegiados sobrevivientes en una cinematográfica nave nodriza humana.  Por qué no nosotros?   La ingenuidad del borrego que lame la mano del carnicero no tiene límites, ni sentido, ni futuro.

  Nuestra única función es ser sacrificados, y mientras tanto producir: balas y miseria, exclusión y prejuicios, saqueo, violencia y sarcasmo teledirigido hacia cualquiera o cualquier nación que pretenda osadamente pensar por sí misma.  



  Nuestra tarea es sonreír mientras somos acorralados hacia el exterminio, producto de una desigualdad abismal que no había conocido antes la raza humana, cada vez más polarizada entre multibillonarios y resto del mundo.  

  La verdad es que no hay planeta de repuesto, y no hay donde escapar, ni tampoco consecuencias que afecten a unos si y a otros no... todo lo que queda es inmolarse, prostituirse, en pos de un asiento en un viaje ficticio a ninguna parte, porque el futuro común se canceló. 

  Incluso así, ante la evidencia que se desgrana sobre nuestras cabezas, seguimos aplaudiendo el juego de las culpas y los merecimientos, ya que ahorcando a los extravagantes todo podría reencausarse, es una cuestión de mala suerte generada por las minorías.



 
 Estos disconformes anómalos seres, se mueven en las sombras evitando que las soluciones sean liberadas en cascada desde las élites hacia los miles de millones de público humano, expectante, esperanzado, pero también aburrido, inoperante, apático, que fluctúa entre la desesperación cotidiana y las maratones en Netflix, o cualquier otro medio masivo de adiestramiento socioneuronal...

  Somos nueve mil millones de idiotas destrozando su entorno cada minuto que pasa, acobijados por la desesperada convicción de que nuestras acciones traerán un mundo mejor...por supuesto, nos respalda la publicidad de sonrisas permanentes, falsas postales de un mundo inalcanzable que nunca terminamos de pagar, mientras aprendemos a ser felices revolviendo en la basura de las élites, en las miserias de los ricos y famosos!  

  Y como iba a ser, si nos creímos un viaje de ida y vuelta a la luna, con el que la voracidad de los embaucadores rompió la barrera de la perplejidad de eternos niños mimados del capitalismo.  En qué no vamos a creer, ahora, cuando ni se nos exige pensar, sino seguir el guion de una película catastrofista (de las decenas que se filman cada año) donde los más desamparados, inútiles, inocentes, idiotas, no solo se salvan sino que se convierten en héroes?



  Según el reloj de Hollywood, estamos a solo segundos de ser redimidos, mientras que los presidentes y generales pagan caro por sus mentiras, y los ricachones que arrasaron nuestra vida desde antes de nacer, mercantilizándolo todo, no se conforman con financiar nuestra salvación sino que se arrepienten de sus innumerables crímenes, inmolado su vida para que despeguemos a tiempo! 

  Es demasiado, es demasiado tonto y siniestro, casi tanto como comprarnos una metralleta pretendiendo ganar nuestra libertad enriqueciendo a los fabricantes de armas(también hay películas que nos convencen de eso). 

  Todo es mentira, cada persona resume todas las soluciones y todos los problemas en su rutinaria y contradictoria vida cotidiana. 

  Que estas haciendo hoy, además de decir si o no, o me gusta-no me gusta, quiero-no puedo?
  En qué convertís tu tiempo que  no sea una esperanza de abordar una nave ficticia? 
  En qué momento vas a crear y generar más vida que la que asesinás a cambio de tu redundante e inútil, tecnológico confort?



  Es tarde para casi todo, pero todavía podemos empezar a hacernos algunas preguntas...



11 febrero

Fronteras


  Con solo caminar un rato, podés darte cuenta que las fronteras no existen.  No de la misma manera que en el papel, en los mapas.  No en la misma forma que en nuestra cabeza, en nuestra adoctrinada percepción social. 

  Cuando pasás de un país a otro, nunca hay líneas en el piso, el mundo es redondo, no tiene límites, podríamos recorrerlo hasta el final si no hubiera líneas divisorias de fantasía.  

  Bah...igualmente, en la práctica, las fronteras no son iguales para todos: se vuelven tenues, transparentes para el dinero, para el poder, y se multiplican para los pobres, los desvalidos e indefensos.

  Para ellos hay fronteras nuevas dentro de la ciudad, y en cada barrio, y como siempre, las fuerzas de seguridad o la total inseguridad, están ahí para cobrar peaje.  

  Más allá de eso, hay miles de fronteras invisibles, límites económicos y sociales que es difícil franquear, estratos laborales, sexuales o de género, privilegios o discriminaciones.  Hay países dentro de países que se definen por el color de piel, en la frontera de la violencia y el hambre estructural que detiene a generaciones enteras detrás de una esperanza que nunca llega a ser realidad.  



  Por supuesto, la conclusión inevitable, es que todas las fronteras se encuentran en nuestro pensamiento, en nuestra mente, que sistemáticamente es cooptada a través de resortes ancestrales, instintivos, de animales gregarios e indefensos que solo encuentran seguridad internándose en lo profundo del centro de la manada.  

  Pero hoy en día, los peligros mortales provienen del gobierno y los estados, de las corporaciones, de las instituciones y las ideologías: el olor de la manada se ha transformado en una tendencia digital, una imagen viral, una reacción automática estandarizada, un esquema de pertenencia o de polarizacion del tipo amigo-enemigo que asegura nuestra entrega incondicional.  

  Y así, aún en contra de nuestros propios intereses, desplegamos nuestra sumisión gratuita de cachorritos a pesar de cualquier resultado desastroso sobre nuestra propia vida...

  Es que, sigue siendo tan cómodo dejar de pensar, atravesando cada día hasta mañana sin cuestionarnos nada, vivir sin responsabilidades sobre nuestra propia vida o la de los demás, navegar en el viento de decisiones ajenas...que no nos damos cuenta cuando ya no se puede saltar del barco.   Un día cualquiera los límites se endurecen y chocamos hasta aplastarnos la nariz, pero no, no podemos pasar, estamos de este lado, donde todo se angosta y cede! 



  Si hay algo asombroso de las líneas trazadas por los seres humanos es que se mueven, se borran y se pintan de nuevo, con solo tener el imperio de la fuerza.  

  Obviamente, como creaciones artificiales, no responden a la realidad sino que la atraviesan, arbitraria e intempestivamente, dejando a cada lado pedazos y partes rotas que a veces, nunca dejan de intentar encontrarse.  

  Un día abrimos los ojos y hemos devenido esclavos, o extranjeros, o enemigos...es el papel que nos toca a casi todos tarde o temprano, cuando dejamos que tan pocas personas se adueñen de casi todo el mundo.  

  Pretendemos vivir así cien años mas? No! Ya no hay tiempo!  Nos queda el uno por ciento del planeta para amontonarnos buscando nuestro lugar a dentelladas.  

  Finalmente, todas las fronteras se cierran, los límites se unen develando la forma del país que nos depara nuestro futuro colectivo: hemos quedado encerrados dentro de un círculo que se asemeja a un inmenso y despiadado Coliseo.  

  Podremos recibir aplausos, la compasión que nos permite seguir vivos como un regalo, o juntar pétalos de flores de la arena sangrienta y reseca, pero no pensar en salir, en escapar si no nos abren la puerta que se esconde entre nuestras rancias, altas paredes que, maravillados, vimos levantar por la posmodernidad.






07 febrero

La marea negra(poesías)





Conformidad


Por todos tus caprichos,

Incendian el planeta.

Con todos tus odios, 

Fabrican la guerra.

Con tu indiferencia,

Cargan nuevos barcos

De esclavos modernos

Donde nos cruzamos

Vivando al imperio.



Respira


La muerte sólo nos devuelve

Al resto del universo...

Como podemos ser cobardes?

Nada mas una línea trazando 

Un límite que un día cruzamos

Hacia acá. No hubieras nacido?

Respirar o dejar de hacerlo

No es lo importante, jamás...

Si, no envenenar, el sagrado aire.




Reconstrucción 

Cada vez que decís "gracias" 

Algo se desbarranca...

Cae, el mísero autoesplendor

Humano, soberbio, incorporado.

Darwin y su tosca maravilla

Dios y su pesada sangría 




Secuencialidad


Antes, todo era distinto.

Antes, todo era distinto:

Y antes? Todo era distinto!

Y antes? Todo era distinto...




Guerra es guerra


Pregunta el soldado:

Por qué debo morir

Para que otros vivan?

Ni siquiera le importa,

Pero quiere saber...

No existen los gestos

Ni la piedad

Nada se olvida

Cuerpos y barro

Para siempre mezclados.

En que gastaste

Tus treinta segundos?



Presente 


Miré hacia el sol, venía volando un sueño:

Hasta mis dedos, reptando, desde el horizonte

crepitaba, furiosamente lento reflejando en mi...

En mi corazón un arrasador incendio.

Que importa mañana si no importa hoy?




Pacientes pescadores


Siempre hay buenos pescadores

En la marea negra del odio

Acicateando decisiones irracionales

De irracionales espectadores orgullosos

De destruir por delegación lo que no es "yo"

De declararse adictos a la inacción, a la inactividad

Empachados, de preventiva esclavitud, hartos...

Derritiendo aceros por televisión.



Amanecer en el río


Como agradecer al sol?

Por restaurar mi alma cada mañana

Por este aire fresco que derrama, al amanecer?

A los pájaros del río

Y las palomas del basural

Por demostrar que se puede volar?

A los pastos que bailan en la barranca

Y al agua contaminada

Que acaricia la costa quieta, llena de huellas

Imperceptibles

A simple vista






05 febrero

Clasificaciones

 



  Por qué estás leyendo esto? Por Qué?  No es tu decisión ni la mía, solo se trata del cruce de parámetros financieros, utilitarios y comerciales diseñados por robots que interpretan datos y proponen "información relevante" acorde a esquemas propios de dispersión total del tiempo, la conciencia y los recursos disponibles: robots de metal y plástico diseñando robots de carne y hueso.  Entonces...

  La mecanización completa de la vida social humana(todos los seres vivos tienen una "vida social", aunque solo la de los seres humanos carece casi completamente de sentido) acota con firmeza las definiciones y el alcance de toooodo lo que nos rodea.

  Y no solo eso, además, las interacciones posibles y/o permitidas, que son las únicas que nos importan, porque nos permiten vivir por delegación -y sin sobresaltos- a través de manuales, reglas, APP's, redes sociales o sistemas de sometimiento personalizados encarnados en instituciones varias.

  No importa el metodo, siempre hay una institución, sean estas laborales, de formación o castigo, gobiernos, milicias, clubes, corporaciones, doctrinas, ideologías, etcétera.

  Es así que, realmente, no hay nada nuevo bajo el sol de las autodefiniciones en busca de consenso, de aprobación, de las clasificaciones y autoclasificaciones que nos homologan y optimizan. 

  Las definiciones nos protegen como un paraguas a cuya sombra podemos elegir lo elegible y caminar hacia cualquier lugar pretrazado por el estándar tan gloriosamente adquirido.  


  Como seres humanos, hemos perdido(o pretendemos haber perdido) la condición de igualdad absoluta con toda otra forma de vida y conciencia, adormeciéndonos en un confortable esquema de previsibilidad y superioridad que se impone suavemente a través de directrices externas, supuestamente justificadas por la ciencia, o la sicología o la filosofía, o la mística religiosa, que se han adjudicado a sí mismas un supuesto aire de imparcialidad de enfoque y objetivos, de infalibilidad.  

  En la práctica, no son más que otros resortes de la hegemonía, la opresión y la dominación, como las fuerzas de seguridad, la economía de mercado, la medicina moderna o el poder nuclear.  

  Pero si miramos alrededor, es tan cómoda la uniformidad, que preferimos encajar y ser esclavos, inmóviles, de la clasificaciones: despertamos en un fichero social que archiva todo lo que debe y no debe ser, y pasamos a representar la hoja que tiene escrita nuestro nombre. 

  Los límites están bien marcados, las atribuciones, incluso quien tiene derechos sobre nosotros o nuestra tribu, después de eso está el precipicio: la tierra sigue siendo eternamente plana. 

  Y así es cómo gastamos los días y los años, clasificándonos y clasificando todo, arrinconándonos en un concepto cada vez más acotado y cada vez más carente de libertad, de decisiones propias, de propósito y autorrealización, hasta convertirnos en despojos temblorosos que no hacen más que esperar y temer la muerte, como una rama seca teme la tormenta.


 Lo peor, sin embargo, es que nos hemos acostumbrado tanto a nuestra jaula, conceptual, tan real que impone sus límites a nuestro pensamiento aún antes que nos pongamos en acción, y cada vez menos, traspasamos sus invisibles fronteras en aras de una tranquilidad de zoológico: tristes pero vivos, siempre a la vista del guardián que nos trae la comida.  

  Así, no dejamos de adaptarnos a las clasificaciones, buscando permanentemente indicios externos de lo que debemos ser y parecer, ya que nuestra propia imagen social es construida por los demás, que por supuesto, construyen su mirada en los mismos manuales que el poder hegemónico pone a nuestra disposición de forma gratuita.  

 Claro, no es que tengamos que ir al Municipio, o a la Biblioteca Pública de la ciudad, nos basta con encender el teléfono, la radio o el televisor para ser apabullados por una miríada de influencers, stand-up, expertos, opinólogos, etcétera, diseñando cuadros dentro de cuadros, límites dentro de límites.  


  Por supuesto que hay una movilidad conceptual, es divertido pero hay que estar atentos, porque todo cambia rápidamente: en este neomundo, las jaulas tienen rueditas.  Actualizarse es permanecer, de lo contrario, quedaremos al borde de la muerte civil, de la no existencia social, de ser no-seres, aplastados por la marginación y la no pertenencia, la exclusión total...

  Y eso? Será bueno o malo?

Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...