29 septiembre

Sal

 

 


  Llorando sin control, sin medida, pero en silencio, se apartó pausadamente.

  Entornó el rostro como quien cierra una puerta sin hacer ruido, como no queriendo hacer cargo de su dolor al portador de la noticia, quien seguía arrodillado en el mismo lugar, mojando el piso con su frente afiebrada, rompiendo el silencio vacío con su temblor contra el piso de maderas toscamente ensambladas como un rompecabezas.  

  Lloró hasta que sus lágrimas se unieron en una línea y bajando por su ropa resbalaron hasta el piso. 

   Lentamente fueron haciendo un charco que se desbordo por entre los huecos de la pared y fue anegando el barroso patio hasta encontrar su camino hasta la zanja que empezó a llenar el zanjón de la vereda, corriendo hacia el bajo y más allá hasta la laguna crecida.  

  El cuerpo terso, lleno de vida, se fue escurriendo en sí mismo, mientras seguía mirando por la ventana como si fuera una pantalla al más allá, o al futuro, al pasado, o simplemente una ventana que le traía la luz de un sol amargo, frio, inocultablemente injusto.

El cuerpo que estaba arrodillado también chorreaba, sangre en este caso, que apenas si se sumó al arroyuelo de lágrimas saladas, amontonándose coagulada en un charco denso y oscuro, al lado del joven, que cayó finalmente de costado, en silencio, sin una queja, como para no insultar al dolor impronunciable de la mujer que miraba por la ventana un paisaje de engranajes fabricando desolación y muerte.  

  Cuando llego la primera moto, el hombre que bajo corriendo no necesito comprobar que el muerto estaba muerto, con los ojos fijos bien abiertos, la boca fruncida en un gesto amargo, como si no pudiera explicar ese final inesperado.  

  Tampoco se preocupó de hacer reaccionar o lograr una palabra de la mujer que lloraba, ahora en una vertiente constante, que a sus pies ya lavaba el barro, dejándola sumergida hasta las rodillas en un transparente pozo de arena blanca.  

  Sin sumar ni una palabra al ruido del agua que corría, se sacó el buzo y lo puso de almohada bajo la cabeza del muerto, como un gesto inocente, como si solo se hubiera quedado dormido… y tras mirarlo un momento, le saco el 38 largo de la cintura, volteo los casquillos en el piso, sobre el espeso charco de sangre y lo cargo, bala a bala, rápidamente, con los ojos fijos en la avejentada mujer que se iba hundiendo en el piso…

 

El loco Camacho, que no había llegado a tiempo ni de ver morir a su hermano, miraba por la puerta entreabierta del rancho, y contaba los segundos para pasar el tiempo… uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis…  

  No pasaban ni cinco minutos sin que pase lentamente un patrullero, entonces se acordó de repente cuando todavía eran ocho hermanos, y el Checho, una navidad, después de cagar a pedo a los gurises por tirar cuetes en la mesa, fue a encender uno y le exploto en la mano, dejándole el dedo colgando, y en el hospital, tuvo que ir la madre para certificar que no había sido herido en un asalto, para que no llamen a la policía.  

  Cuando dejo de sonreír, perdido en recuerdos familiares, ajusto el 38 a la derecha  contra el cinto,  y del otro lado la nueve milímetros, que no quería usar, si los iba a cocinar a tiros iba a ser con el fierro del Checho.  

  Después iba a morir con la nueve en la mano, como un hombre, como murió el Macho, a las tres de la tarde… por dudar, cuando una niña cruzo la calle para juntarse con su madre, que le gritaba Luna, Luna quedate ahí, y después, “No tiren, no tiren, no tiren” llorando histéricamente…

  El policía no dudo, y le vació el cargador hasta que toco el piso con las rodillas. Y así cayo el Macho, mirando la chiquita, con las manos en alto, como si no quisiera moverse para evitar el impacto de una bala perdida en una inocente criatura.  

  En su casa, Ayelén, de cinco años, quedaba sin padre…


 Pero eso paso hace tiempo, ahora se dio vuelta y pregunto ¿qué hacemos? A los otros dos, que estaban en la mesa con la plata y los fierros, peinando largas rayas en un plato.  Lo miraron sorprendidos como si hubiera que contestar, había que jugarse, salir de ahí, mucho mas no iban a estar seguros con tanta presión policial en el barrio…

  No sé, podríamos ir a La Lata, o al Arenal, o tratar de llegar a la casa de Marcelo…si cortamos por los descampados esta noche, podemos salir del barrio, que la gurisada bichijée los patrullas y nos mande un mensaje para salir…

  El Marito perdió. Dijo el, mirando la pantalla del celular, la gorda Inés vio cuando lo metían por el patio de la tercera.

  Uuuh! –Dijo el otro- hundiendo la cabeza entre los brazos… después de cinco minutos se paró y dijo: entonces salgamos ahora, de esta noche no pasa, se la tienen jurada.

  El Neco dijo entonces: acariciando la moto… ¿y si manotiamos un cobani?

  El Pelado lo miro asintiendo y después al Loco…

  Sabían de que estaban hablando, Marito tenia las horas contadas, lo iban a romper todo hasta que muriera a golpes y después dejarlo tirado en un basural, como se lo habían prometido a la madre, la única opción razonable era secuestrar un milico y cambiarlo mientras se pudiera.  

  Por lo demás, ya estaban jugados, matar o morir, intentando rescatar al compañero era un lujo que no les costaba nada ya… además iba a sufrir el castigo por no delatarlos, de eso podían estar seguros…

  El único boliche abierto a esta hora es el del Manco, en algún momento tienen que caer a comprar algo… dijo, y ya estaban los tres parados junto a las motos. Ahí va, dijo el Loco, y apenas el móvil doblo en la esquina, salieron quemando cubiertas sin cerrar la puerta, rumbo a la avenida…

 

¿Por qué estás tan nervioso, querés que te pegue un tiro así te tranquilizas? Le decía al Manco, que no era manco, sin que nadie supiera el porqué de ese apodo, cuando venga alguno nos vamos ¿o alguien te está tocando algo? Vos lo único que tenés que hacer es abrir la puerta… ahí se escuchó una risa suelta y una camioneta ya estaba frenando en la vereda, haciendo saltar el agua salada que corría por la cuneta…

¿Entonces? Le dijo mientras se agachaba atrás del freezer ¿ vamo en esa o qué?

…El milico abrió la puerta con la plata en la mano, solo para enfrentar el caño de las tres armas, llamalo a tu colega o te reviento hijo de puta, era joven, tal vez nunca le habían apuntado, se arrimó a la puerta, sacando apenas la cabeza mientras el Neco lo agarraba de la nuca poniéndole el cañón en las costillas, y le dijo al otro: eh, Gordo, no hay levite de pera, fijate vos de que querés… 

  El otro se bajó, haciendo un gesto de impotencia con la cabeza, mientras ya se lo llevaban a él  para el fondo.   Un patrullero que pasaba en sentido contrario toco bocina, saludando. 

  El Loco arranco la camioneta atrás de las motos, los milicos desmayados y atados con cinta de embalar  iban en la caja, uno a cada lado, en los huecos entre las filas de asientos.  Iban a volver al rancho, la tarde quieta no dejaba escapar un solo ruido.  

  Cuando paso por la puerta, freno apenas para que descarguen los polis rápidamente, y con la sensación de que no podía salir bien, siguió manejando hasta el descampado, solo se tranquilizó cuando volvió a ver la moto saltando atrás para buscarlo, la estaciono arriba de una fogata encendida y salto a la moto, sin tiempo de mirar atrás a ver si se prendía fuego la camioneta.

  El Neco los miro entrar y apretó la tecla verde, hola, comisario Ramírez, como leva, cazamos dos pajaritos y queremos cambiarlos por otros dos, sabemos que tienen ilegalmente a José Luis Camacho y a Mario Lujan Medina, acá todos valen lo mismo, cuando suelten a los dos le devolvemos sus nenes, como estén ellos se van a ir los de ustedes, vuelvo a llamar en diez minutos.  

  El Loco lo miro sorprendido, sonaba bien eso de “ilegalmente”, sonrío por un segundo, pero el Checho estaba muerto y él lo sabía…lo interrogo con la mirada.

  No sé, se me ocurrió, dijo él, una cumbia sonó en el teléfono.  ¿Hola?

No mira, igual va a saltar todo, también puedo llamar a todos los medios que tienen dos personas secuestradas, suéltenlos y listo, y como estén, el trato me parece justo, demasiado… mejor si te apuras un poquito, mira, tengo a estos dos tipos acá y unas ganas de comerlos crudos que no sé si me aguanto… 

  Bueno… cuando hable con el largamos al pendejo, y ustedes lo dejan al Marito en la casa, cuando nos avise que está todo bien largamos al otro y lo dejan al Checho afuera… ok, espero su llamada entonces… no primero al guacho, después el otro…. 

  Ok... si tranquilo… mejor para todos!  Que andes bien… y como si hubiera perdido el alma con tanta diplomacia forzada: ¡Y sino que se pudra todo, puto! Y cortó.

  El sargento, el Gordo Benítez, conocido de todos ellos, los miraba con los ojos bien abiertos, había escuchado las conversaciones y sabía que no lo iban a largar, había visto al Checho corriendo doblado de un balazo y sabía.  Sabía que ellos sabían que había matado al Macho, recordaba sus caras de odio en el simulacro de juicio, donde fue absuelto, pero no tenía nada para decir, ni hubiera podido hacerlo con un pedazo de trapo en la boca…

  El Pelado saco el encendedor y se puso a calentar el plato, a través de las llamas miro al gordo, sonriendo… después dejo el teléfono  en el medio de la mesa, dejo el fierro al lado del teléfono, y armo prolijamente seis largas líneas.  

  Después lamio la tarjeta, se la seco en el pantalón y sopesando la bolsa enuncio alegremente  “…A la mesa, niñas…”

 


  A dos cuadras, se escuchaban las últimas gotas, después de resbalar por la cara, erosionada por las lágrimas, dejando cauces ya casi secos como si fueran caminitos de hormigas, caer desde la pera.  

  En el centro del ojo de agua, una mujer, hundida hasta las caderas, suspiro finalmente, y levanto la cabeza.  Pintada, en el fondo de sus ojos, la decisión de salir adelante, nuevamente, a pesar de todo.

  Dos cuadras más abajo, carros enterrados hasta los ejes, retiraban colchones, ropa y muebles desvencijados de las casillas inundadas.

 

28 septiembre

Sin apetito

 

  Somos lo que comemos, se dice, y eso, hoy en día, está asumiendo ribetes altamente contradictorios…preocupantes, consternadores.

  Si observamos a un animal cualquiera, en su hábitat natural, es innegable que come para vivir, se mantiene en la zona donde se encuentra su recurso alimenticio, sin esquilmarlo: toma lo mejor, o lo más fácil, de acuerdo a sus posibilidades, pero no más de lo necesario: reserva en todo caso en su cuerpo, en forma de grasa, durante el verano, solo para traspasar el invierno.  

  Es lo mismo si se trata de pastos o presas, los herbívoros y predadores están sujetos a las mismas leyes naturales, formando comunidades compactas, y son capaces de perseguir su comida, y adaptarse a los peores platos en épocas de carencia de recursos.  

  Como no acumulan ni trasladan, moldean su medio en la misma medida que son moldeados y regulados por su entorno, en la justa medida donde todo mantiene una relación exacta.  

  En este tipo de medios, anteriores a la aparición del ser humano industrial, millones de años de lecciones bien aprendidas terminaron regulando las plantas y pastos, la floración y los frutos, las especies, los cuerpos, los estómagos  y los músculos, a las inevitables fluctuaciones anuales y estacionales, pudiendo soportar cualquier cataclismo natural sin dejar de regenerarse a una velocidad asombrosa.  

  Es prácticamente imposible ver animales enfermos, plagas o pestes foliares descontroladas, obesidad o agua envenenada….todo se mejora indefinidamente.

  En cambio, nosotros, reyes auto ungidos de la creación, charlesdarwinistas a la inversa, ya ni siquiera sabemos por qué comemos, solo sabemos que debe ser a horario, o trastocaremos el resto del día. Cuadriculado día, en compartimientos estancos de tiempo bien etiquetados que ya no nos pertenecen, perdimos hace rato el manejo del tiempo.  

  Nuestra mejor muestra de autodeterminación es vivir corriendo para no llegar tarde: entonces nos hicimos esclavos del reloj, antes que del estómago, y el tiempo se compra con dinero… para lograr lo cual estamos dispuestos a hacer esclavos a los demás.  

  Mucho antes de eso, nos entregamos mansamente, a la arquitectura social, a fomentar el darwinismo económico más monstruoso sin pensar: la inmensa mayoría de nosotros preferimos ser esclavos felices antes que aventureros económicos con final incierto.  

  Al final todo lo sufre el estómago…

  Y en que termina esto, en que a la hora de la comida, ya no podemos asegurar con certeza que no nos estén sirviendo carne humana.  

  Metafóricamente, claro, por ahora, solo por ahora.  ¿Pero que estamos pagando?  

  Cuando la producción de alimentos es un monopolio que solo debe generar ganancias, el valor nutricional se convierte en un recuerdo de eras pasadas.  Sin analizar más que los productos alimenticios que consumimos, alimentamos la contradicción mucho antes que nuestros cuerpos, y ni hablar de nuestra salud.  

  Es increíble que hace más de cincuenta años se haya advertido de los riesgos del nuevo tipo de agricultura que arrasaba las mejores tierras del planeta, y sin embargo, las malas prácticas no solo triunfaron sino que se extendieron y multiplicaron hasta el infinito… hoy en día, un kilo de harina no tiene más nutrientes que una hoja de fresno, pero a nadie le importa.  

  Cultivos intensivos en superficies extensivas, mantenido por mano de obra altamente calificada en seguir un manual de procedimientos, estimulados por tratantes modernos especializados en ignorar las consecuencias de sus actos, dirigidos por ingenieros graduados en el adoctrinamiento corporativo, alimentados por pulpos empresariales decididos a tomarlo todo, en todos lados, y salir silbando alegremente con los bolsillos llenos cuando la tierra se agota, el cuerpo se enferma, la sociedad empieza a mostrar los síntomas del colapso inevitable.

  Bueno… ¡Por lo menos se van! Sí, pero para volver con otro nombre, otro plan, otro logotipo y el mejor eslogan del mundo… En el nuevo carro triunfal vienen los mismos viejos genetistas, los mismos rapaces oligarcas mundiales, el mismo fascismo disfrazado de misioneros de la esperanza, con las manos vacías llenas de soluciones que se convierten en problemas insolubles. 

  Pero bueno, el tema se está saliendo de lugar, y aunque esté completamente relacionado, no son los responsables ni las causas lo que me interesa destacar hoy, sino nuestra increíble voluntad de absorber el daño que nos venden, con la pasión y la confianza de bebés prendidos a la teta…

 Jarabe de maíz, colorante 237, aspartamo, goma arábiga, espesante, saborizante 638… no hay mayor prueba de la decadencia que la de leer los ingredientes de un producto alimenticio moderno cualquiera para auto flagelarse después consumiéndolo.  

  Y eso teniendo en cuenta que solo publican los legales, y cuanto más directamente nos ocultan, nos engañan, dóciles adictos temblando de miedo que se acabe la dosis.  Dulces criaturas adultas sin raciocinio, envenenando a nuestra familia el día entero con productos que ni las moscas prefieren, ¿Será esto casual, o simplemente nos envenenan como una estrategia?  

  No importa, somos consumidores, generamos estatus, no salud; buscamos perfección estética, no bienestar; variedad, precio, color antes que coherencia. Estupidez antes que lógica, suicidio inducido antes que vida… respuestas antes que preguntas.

  Y sin dejar de empujar la cucharita al fondo de la garganta, el pico de la botella contra el vaso, nos sentamos a hacer la digestión mirando las más morbosas escenas de violencia estereotipada contra el ser humano en su conjunto.  

  En nuestras venas corren los números de la cuenta regresiva hacia el quirófano, claro, el ciclo debe cerrarse con broche de oro, muertos no pagan, debemos, a ultimo segundo ser salvados, sobrevividos, rescatados hacia el ultimo calvario. 

  Bien, ahora elijamos, seguir matándonos o salvarnos dejando de ser lo que hemos sido adiestrados a ser del primer al último día de convivencia social. 

  Estamos a un paso de la hecatombe total, ni siquiera sus precursores comprenden los alcances de sus lanzamientos, cada metro recorrido en camión, cada centímetro de tierra seca que vuela con el viento, cada brisa oscurecida por el humo, cada litro de agua contaminada, cada día en las góndolas iluminadas, cada fabrica cada proceso de embalaje finalmente se engarzaron como un collar de piedras en el cuello de la raza humana. 

  No es lejano en el tiempo el día en que un tomate valga más que un perro de raza, en que el hambre nos lleve a replantearnos todo, todo, todo… 

  ¿Somos hijos del rigor? Vamos a aprender por las buenas o por las malas, no importa, cada cual todavía será dueño de su elección, pero sin dudas, es mejor elegir primero, mejor temprano que tarde. 

  El futuro es hoy. 

 


07 septiembre

Volviendo a mí (Poesías)

 

 

Travesía

 

Solo de a ratos me entiendo

Pero sé que no podría ser sino así

Soy un ciudadano de mí mismo

Me enamoro como regla de vivir.

¿Cómo encontrar excusas sino,

Para sembrar en vez de destruir?

Mil castas de guerreros habitan

En la memoria de mis días

Antes de nacer.   Sangre, y cuchillo

Entre los dientes, saltando,

Al abordaje de la vida

Impredecible, tenaz como una

Enredadera, un piojo, molesto

Como un día de viento,  nací.

 

Sin memoria, sin canciones de cuna

Que recordar, golpe tras golpe

Aprendí a caminar sin bando.

A lastimarme no olvidando jamás

Por no perdonar ni a dios,

A mentir peligro, a medir el palazo

Calculando, la devolución.

Y ya no pude volver, sino a dormir

En la calma tibia de la sombra del monte,

A proteger mi corazón

En el silencio del puerto,

Y ser turista de las calles

Antes de que se abran.

De los barrios antes de que nazcan.

 

Como un pájaro caído del nido

A los saltos, escondido

Entre escombros y maderas,

Madre selva, padre rio…

Amamantando mí sed innata

De libertad, vuelo, nazco, creo.

Y así aprendí a llenar mi corazón

Esquivando la tijera y el peine engominado

Desconfiando de los trajes

Y las arrugas bien planchadas.

En mi mundo de retazos

Toda la vida se mira, sin perder

El cuidado de mirar donde van los pies.

Simple arte de vivir, sin dejar huellas

Solo recuerdos de ¿haber estado ahí?

Como un poeta en prisión

Escribo en las paredes cuando

Se me acaba la piel….

 

 

Puerta abierta

 

Sí, claro, pero deja el uniforme afuera

Ya basta de medidas, de recetas y secretos

La vida merece el máximo respeto.

Adelante, pero las armas, atrás de la puerta

Acá la muerte no es visita, duerme conmigo,

Enamorada, no me puede convencer

Ni dejarme, ronda sin necesidad

De que la traigan, de que la llamen.

Pasá ¿esa es tu valija? …

Dejala adentro que hay lugar

No busques en las alacenas

Todo lo que hay es para volar.

¿Comer? ¿Dormir? Todo se hará

A su tiempo pero antes dame

Noticias del otro lado de este mar

Quiero saber que sigue a flote

El barco fantasma de la libertad.

Date un baño que mi huerta

Necesita tierra, lava tu ropa

Que los perros duermen afuera.

No te preocupes de más

Mañana será un día

Tan bueno como cualquiera.

 

Albareque

 

Si fuera un poco más normal

Podría hacer un plan

Para pasar tu cuello alrededor

Del filo de un cuchillo.

Pero como definir la vida

Como alterar la balanza

De la lucha en que derramas

Tu basura en mi patio

Sin poner precio a mí libertad

Cuando todas las oficinas

Están a tu favor, por definición…

 

La hora de la rama

 

Como un pájaro

Que llegando la hora

Se arranca las plumas

Para hacer el nido…

Quieto estoy

No me interesa

Ningún viejo camino

Que corra entre los aires.

Solo espero el sol

Cuando abro los ojos,

Solo duermo

Cuando me vence el sueño

Y el resto del día me la paso

Juntando ramitas

Pasto seco

Y hojas que caen de los árboles.

Cuando me acuerdo que comer

Tiro cualquier cosa a la sartén…

Allá abajo sigue la cacería

Pero yo cuido una semilla

Frágil, tibia…

Tan quieto a veces

Que ni siquiera me ven.

Ella lo leyó en el aire:

Solo el amor es necesario.

 

Preguntas

 

¿Está la poesía en quien habla

O en el que escucha?

¿Está en el que escribe

O en quien la lee?

¿O es solo un puente

Para atravesar la realidad

Sin pretender tocarla?

O ¿nosotros somos el puente,

Y nos quedamos sin cruzar?

Como un mago me escamoteo

A mí mismo, para poder vivir,

Todo lo que muestro es mentira

Que me permite aparentar.

En realidad, mi vida es simple:

Como un grano de trigo, una mosca

Una miga de pan…

Efímera, la verdad, nunca aparece

Para que la podamos agarrar.

¿Está la poesía en un mundo

Que no sabemos interpretar?

 

Sitio

 

Un terreno yermo

Oscuro de noche, frio y eterno de día

Leyendo entre la tierra seca:

Restos de audaces  y atrevidos

(Viejas carpas, desparramadas fogatas)

…llego a la calma.

Si pudiera saber el camino

De entrada por secretos pasadizos…

Dejarían de burlarse

Las murallas almenadas

Con macetas y flores

Mirando solamente al sol,

Como riendo de la guerra.

En esta campaña no he traído armas

Por tal motivo.

 

Caminando sin parar

 

Por darme el derecho a equivocarme

Termino prisionero de mis propias certezas,

Por despreciar la voracidad de la guerra social

Termino peleando sin trincheras.

Por jugar sin mentir las cartas

Termino disfrutando mi soledad sin amarla,

Por cuidar los brotes nuevos de los malos jardineros

Termino recordando las flores sin poder mirarlas.

¿Y qué? Siempre tirare monedas a la fuente,

Siempre elegiré torcer por un camino nuevo,

Siempre hare lo mismo, aunque me estén esperando,

Carniceros, carceleros, no han sacado nada de mí.

Hoy deje un plato con agua, para las abejas,

Por si van a tu jardín lejano…

Cuando morí, fue por amor, cuando pelee

Fue por amar, y sin embargo, solo coseche

Descarados, arteros enemigos, crezco…

Mientras los veo secarse por dentro.

¿Y qué? No plantare rejas y candados

Ni arrastrare cadenas, ni viviré sin cortarlas…

Cuando el cielo se oscurece de monedas

Y en el piso solo queda sangre seca

Es porque estas vivo que podes mirar

Es para seguir buscando que te das a caminar.

Y tal cual una cascara de nuez se volviera el mundo

Entre todos los países prefiero llegar a su sonrisa,

Si pudiera volar, como fatal, inmensa águila…

Aterrizaría siempre en lo más suave

De su piel cuando se rinde.

¡Y que!

 

Corriente abajo

 

Lentamente

Ignorándome

El mundo sigue su curso

Riguroso…

Y los engranajes

Se ajustan

Primero desacompasadamente

Para dar lugar después

A un atisbo de sincronización

Que me sorprende.

Aunque un grano de arena

Siempre caiga en el lugar

Exacto, para la avería, insoluble

Provocando, desafiando

La voluntad.  Ya no se transforma

En desesperación.

Cuando todo lo que está perdido

Ya no importa

Ni lo que no se alcanza

Ni lo que va a pasar

Implacablemente

Como la rueda

Del mundo.

Rio.

 

Otro color

 

Lo siento, como lo siento

Puedo estar seguro

De que va a pasar, y no sé como

Ni cuando pero, las cosas se alejan

De mí, todo lo que soy está a un paso

De cambiar de lugar, de color

Todo está por quedar distinto

Y trastocarse una vez más.

Es por vivir en la cornisa

Y saltar sin saber adónde,

Y ni siquiera porque…

Solo confiar, en el vacío que rodea

Al punto exacto donde debo aterrizar.

¿Como saber que existe el salto

Antes de saltar?

 

Mascota de salón

 

Volar, no es tan difícil

Cuando no hay otra puta opción

Aunque yo no hubiera elegido

Dejarme acorralar así,

Cuando se cierra el semicírculo

Alrededor del precipicio

Y las intenciones verdaderas se desnudan

¿Se puede seguir engañando?

El contacto te da libertad

El universo entero entra por los sentidos

¿Cuáles son los sentidos?

¿Cuáles los sentimientos?

¿Tenían derecho a matarte?

¡Sin duda lo creían, que van a pensar los muertos!

Esta no es mi mascara, dijeron, es tu futuro…

Y vos todavía podías elegir, y elegiste

Volver al redil, mientras lo cazaban…sonriendo satisfechos

Llorando… llorando… ¿acaso entendiste tu propio llanto?

Quien te espero en la cornisa, no vuelve la vista atrás

¿Para qué podría volverla? Es acaso “libertad”…

Esa palabra que en tu boca da escalofríos

Así te despiertes soñando con volar.

Acorralada en tu interior,

No querés saber más

Si amor es libertad.

 

Cansancio de la noche (pensando en ellos)

 

No quiero leer ni escribir

Sembrar ni cosechar

No quiero gastar mi piel

De ser humano

Consumir mi tiempo

De racimo vivo de pasiones.

No quiero verte ni amarte

Ni buscar a nadie.

Camino con puñaladas

Puestas a ojo, mal dadas

Pero tampoco me interesa la venganza

Ni enterarme si caen en su propia trampa

…nunca fui un preso de cortarse los brazos

(¿O no lo recuerdo? ¿O no era yo?).

No quiero acostarme ni dormir

Con esta luna crujiendo en el techo

Y tantas horas por salir el sol:

Entre este silencio que llega cabalgando los campos,

Frio-calor de fiebre que va ganando…

 Resecas capas de miseria humana

No taparon dos ojos de luz que viajan paralelos,

Ya solitarios quedaron los comederos

Donde miraban su devastador anhelo

Viajando por el tiempo sin tocarlos

Llegan hasta mí sus caricias de alma a alma

Siento su luz, extraño la textura de su alegría

Y todo empeño por un segundo contradictorio

Me parece tonto si no es instantáneo

Pero eso es parte de la enseñanza

Que transmito sin poder compararla.

El amor es inquebrantable.

 

Carne de perro

 

Aunque termine tirado al costado de la ruta

Cada tanto, sin saber si voy arriba o debajo de las ruedas

 

Aunque corra con un hueso, astillado y descartado,

Mirando las estrellas espero el atardecer

Sin tiempo, sin tierra que buscar, sin dolor.

Magia de la vida, hermoso rocío que bebo gota a gota

Cuna de la noche para los perseguidos,

Oscuridad hermana blanca y pura

Deja a mis enemigos, en el borde

Sin atreverse a entrar…el árbol joven me cobija

Al amanecer me encuentra preparado

Frio en la piel pero corazón caliente

O mosquitos voraces asesinos del sueño.

Como no agradecer el privilegio de sentirme vivo.

Si mis ojos se abren de cara al pasto.

 

Poniendo el pie en el estribo

 

Hoy me despertaron al amanecer los gallos:

Hoy me desperté extrañando

El poder desmesurado de un buen caballo

Partiendo los campos, cortando arroyos

Barrancas, arenales y lomadas

Bufando al subir o atento

Eligiendo los pasos en la bajada

Para tomar agua mientras disfruta

Mi caricia en su cuello de pana.

 

O sentir sus pies quebrando ramitas

Caminando juntos el monte cerrado

Bajo la sombra de millones de espinas

Crece verde intacto, el más tierno

Suave acolchonado pasto

Para mí, para los dos.

 

Hoy me despertó la lluvia y tenía olor

A pájaros libres, a vista lejana

A sangre fresca, bosta, manada…

Caraguata y cañada, catay

Unquillo, sirirí, a tierra mojada.

Carcajada de horneros me trajo

Gusto a cuero y piedra de afilar

Cuchillo contra la paja brava

Me hizo pensar en mi sombrero

De ala ancha obsequiado al tiempo.

 

Agua de pozo y lana cruda

Hacha y pelo quemado

Tenaza y fuego en la madrugada

Musculo vena y tierra

Semilla bajo techo, fresca

Desafiando al tiempo

Esperando un año nuevo.

 

No tengo más mérito en la vida

Que seguir todo lo que quiero y siento

Vivo en una llanura, donde siempre

Me llega el llamado del viento…

 

Arrebolando mi corazón entero.

 

 

Teoremas

 

Realmente, te digo,

No todo puede ser razonado…

O el mundo caería por su propio peso

Como un árbol talado…

Y lagrimas interminables anunciarían

El fin del amor, bajo una era oscura

Donde todo número de la suma exacta.

Donde uno más uno nunca de más de dos

Y nunca menos, pero hoy, afortunadamente

No alcanza a ser así, aunque lo intenten

Los baluartes de la computación

El interés compuesto, y la caja de cambio

Donde muelen países como…

Si estuvieran vacíos.  Cibernéticamente

Sin sentimientos, sin sentido, sin corazón

Que una las etapas, por eso fracasan…

 

Pero yo no viajo en carruajes

Sino siempre caminando

Y ni siquiera disfrazado me detengo

A las puertas de los castillos

Ni sombra busco cuando planto un árbol

Ni robar una yegua al romper candados

En corrales de estacas hasta el fondo martilladas.

Como un lobo corriendo hacia la nieve

La libertad me llama desde adentro con su trama

¿Temes acaso lastimarme por comer de tu mano?

¿Al mismo tiempo que  ríes de mis dientes

Por descansar mi cuello en tu corazón?

Corre conmigo después y veras adonde vuelvo

No es la vida lo que arriesgo, ni menos

Que toda mi alma lo que pongo en juego

Vale la pena por saltar el cerco

Un segundo libre, no es menos

Que la vida entera, para mí.

En tus ojos aguarda la clave

Quiero saber adónde apuntan 

Los pasos que me llevan a tu puerta.

Mientras otro invierno me rio del tiempo…

 

 

Inapelable

 

Hay cosas que no puedo explicar pero…

No salen de razones, ni evaluaciones

No crecen al abrigo de los hechos

Pasados o futuros, o mentidos

Pero hay cosas que me erizan el pelo

Y sin comprobarlas las defino

Sin pedir una segunda opinión

A mi instinto.  Roedores…

Dañinos, maliciosos.

Olfateando disimulados,

Siempre hablando del trigo

Que dicen guardar en su casa.

 

Pregunta en el intervalo

 

Y mientras tanto…

Me gustaría saber

Porque me  haces gastar

El lápiz en el aire

En vez devolverte papel

 

Dicen ellos y los otros

 

Dicen que se está acabando el mundo

Destruyendo, difuminando de sus contornos conocidos

Dicen que se muere, que se ensucio demasiado

El felpudo donde nos limpiábamos los pies

Después de vagar por las etapas,

Estepas verdes y ajenas,

De la carrera humana hacia nada.

 

Dicen que hay que mojarse las patas

Para salvar a las ballenas, merluzas, y camarones

Dicen que hay menos osos pandas, tigres blancos

Gorilas… que ya no nacen pobrecitas las secuoyas.

¡Que todo está lejos pero tenemos que pelear igual!

Y aportar a una causa ajena, extraña, incomprobada,

Mientras el vuelto bien recibido será en nuestra basura.

En los ojos cerrados al entorno ¿sano? Que nos rodea

En dejar hacer dejar pasar y ganar un poco más…

 

Pero todo palabras, panfleto, propaganda

Vendiendo suvenires de osos panda

Pero todo por la pantalla, fotoshopizado

Mientras los suburbios dejan de existir

(Sólo están ahí, frente a nuestros ojos)

Y seguimos mintiendo, para no escuchar

Y seguimos escuchando para mentirnos mejor.

 

Pero cuando el viento hace correr la primavera

A través de las últimas brisas chatas frías

Del invierno que se aproxima, sin control:

Cada semilla sabe que donde tenga tierra

Nacerá, aun, para ser arrancada.

Cada espermatozoide corre, definitivamente

Hacia una nueva vida, aunque la encarcelen.

Plástico vidrio y cemento, y en los rincones

Algunos buscan donde nacer.

 

Mano a mano

 

 


Suena el despertador, ti ti ti ti,  ti ti ti ti, ti ti ti ti,  ti ti titiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

 Me despejo apenas lo suficiente para apagarlo, las sabanas y frazadas me cubren como un guante, no quiero chocar contra el frio que se enseñorea de la mañana…ni quiero abrir los ojos, esta tan calentito, tan agradable seguir así, puedo tomarme mi tiempo, disfrutar de este entresueño, sensual, cálido… este silencio donde la imaginación todavía no se encontró con el mundo real.  

  Siento mi verga entre las piernas como si estuviera viva, lánguida, se despierta y se arrastra por mi sensación de placer sin culpa y cargo.  

  Recorro con la punta de mis dedos el tronco produciendo una sensación agradable, un suave cosquilleo, que estiro en el tiempo sin apurarme, siento erizarse los pelos de mis bolas que rozo con mis dedos mientras pienso en otras cosas, solo tacto, autocontacto, autoamor, una conexión única entre mi ser y el universo….

  Enrosco mis dedos resbalando sobre la cabeza y sigo con los ojos cerrados, ahora me escondo bajo las sabanas, las frazadas revueltas que destapan mis pies, disfrutando sin tener que salir a buscar un cuerpo, contenerme, dar explicaciones, ser amable ni tomar un helado.  

  Solo instinto, solo como quiera, con la imaginación galopando me dedico a recrearme para su provecho.  

  Como el dueño del cine, me proyecto la película que más me guste, tal vez pensando en esa mujer que vi al pasar, por no más de cinco segundos, o recreándome en las facetas de ese amor imposible que a veces me roe la mente. 

  Los escenarios se acomodan a las actrices y hasta las imagino en su papel, imaginándome, dando alas a sus propias manos para surtirse de placer, llamándome… 

  Y la cama se convierte en un barco que viaja a través de las brumosas, tenues…encrespadas aguas de la fantasía.

 Despertarse temprano a veces no significa abrir los ojos, y estar quieto no significa dejar de recorrer escenarios, aunque es simple el argumento, en un segundo tengo su sonrisa y al otro ya estoy sobre su piel, mientras el calor entre mis manos suavemente se expande y me recorre como hormigas perezosas. 

  Cuál es mi necesidad real de consumar esto, de despertarme y empezar el día, me pregunto y bajo un poco el ritmo extendiendo mi juego aprovechando la quietud de la mañana, descansando un segundo, mientras siento que la cama me acaricia, que las cobijas  me abrazan y frotan y que no hay nada más importante que aguzar el placer y afinarlo hasta el último segundo antes de acabar.

  Pero pongo un fin a mis arrojos y decido concretar la historia en su punto más alto, cuando me derrito sobre mí mismo y dejo mi cuerpo lánguido, tendido, descargado de toda tensión y estrés de tanto escapar de la rutina de la realidad incuestionable.  

  Me desperezo indolentemente, listo para empezar el día en cuanto termine de abrir los ojos y despegarme dela cama, cuando todo se esfume y deje  al fin lentamente que la escenografía de mi propia vida reemplace a los ensueños matinales que me ocupan el día de hoy. 



Felices e Incapaces

  Bueno...   Siempre es un problema conocer a gente importante.  Y es un problema porque la gente importante tiene problemas importantes... ...